GloveOne de
Neurodigital Technologies ofrece un futuro palpable. La empresa fundada por investigadores de la
Universidad de Almería pretende llevar su invento a todos los campos del
entretenimiento. Pero también a los de la salud.
“Las posibilidades para la medicina
son infinitas. Para simuladores médicos, donde ahora solo hay un feedback
visual, para por ejemplo simular operaciones quirúrgicas. Pero también en
rehabilitación. Imaginemos a un enfermo de alzhéimer que solo recuerda a su
perro Pipo y lo que era estar con él y acariciarlo: podríamos recrear la escena
en realidad virtual y permitirle sentir el tacto de tocar a su perro”, explica
Luis Castillo López (Almería, 1984) fundador de la empresa e investigador de la
Universidad de Almería. El milagro del tacto virtual ha sido posible tras siete
años de investigación para conseguir convertir las sensaciones de tacto en
vibraciones transmisibles a sensores gracias a algoritmo que replican cada
sensación. En un par de semanas visitarán Silicon Valley para ver si Intel
quiere convertirse en su gran valedor.
El Glove One es un ejemplo más del cada vez más fértil
campo de la telemedicina, una necesidad por el desbordamiento que viven los
hospitales, pero también una nueva manera de enfocar la medicina. En el Hospital
Ramón y Cajal de Madrid, José Luis Zamorano (Madrid, 1963), jefe de cardiología
del centro, usa ya camisas inteligentes para que sus pacientes acumulen datos
en su día a día sobre cómo va su corazón. Este mismo año, Google ha comenzado
los test para proporcionar a los internautas un videochat con médicos para
confirmar información sobre salud que busquen por Internet; el titán de los
buscadores también se encuentra desarrollando unas lentillas que miden los
niveles de glucosa en sangre. Y en Francia ya se empieza a tratar la apnea, el
desorden respiratorio durante el sueño, con una máscara que transmite por
Internet los datos de cómo se está comportando la respiración de cada paciente
mientras duerme; solo en Francia sufren este síndrome entre uno y tres millones
de personas (1,56% y el 4,69% de la población).
Otro de los visitantes del Fun & Serious que
apuesta por lo virtual y la salud es Unai Extremo Baigorri (Bilbao, 1978), CEO
y cofundador de VirtualWare. Su empresa ya trata a 2.000 pacientes entre España,
Latinoamérica y Europa con un programa de rehabilitación que emplea lo virtual
y las tecnologías del videojuego en la salud. “Por ejemplo, con Virtual Red, el
psicólogo o psiquiatra tiene la posibilidad de emular escenarios a medida para
tratar a sus pacientes. Así por ejemplo alguien que tenga una fobia con las
alturas puede probarse en un entorno digital para entrenarse a controlar esa
situación”, explica Extremo. La idea pretende ser útil no solo para pacientes,
sino también para los profesionales de la salud: “Por ejemplo, en el caso de un
cirujano, sería lo equivalente a un simulador de vuelo de un piloto. Que
aprenda a operar y que se equivoque en un entorno virtual.”
Pero todas estas posibilidades aún están en mantillas.
Aunque la próxima ola de lo virtual —que ya está disponible con dispositivos
como el español Lakento VR y a la que Facebook, Samsung o Sony se han apuntado—
promete mejorar la implantación, Extremo piensa que aún queda camino por
recorrer para convencer a la medicina tradicional de dar el salto: “Es un
mercado aún muy pequeño y que aún no demanda soluciones que le vendrían muy
bien y que además ya existen. En el ámbito de la salud es esencial la normativa
y la regulación. Y eso, en España, Arabia Saudí o Estados Unidos, implica pasar
unos controles de calidad como los de un medicamento. Eso es un gran problema
para todas las empresas que quieren dedicarse a esta telemedicina. Nosotros
acabamos de obtener en septiembre la licencia de fabricantes de productos
sanitarios. Pero a los videojuegos parecen exigirnos el doble que a los demás.
Lo primero que pasa cuando llevamos una nueva herramienta es que nos piden
muchos estudios. Y yo pienso: ‘Bueno, pero estás cogiendo otras a las que no
les exiges tanto’.”
Fuente: El Pais.com