6 de diciembre de 2014

REALIDAD VIRTUAL. A la conquista de la telemedicina

GloveOne de Neurodigital Technologies ofrece un futuro palpable. La empresa fundada por investigadores de la Universidad de Almería pretende llevar su invento a todos los campos del entretenimiento. Pero también a los de la salud. 
“Las posibilidades para la medicina son infinitas. Para simuladores médicos, donde ahora solo hay un feedback visual, para por ejemplo simular operaciones quirúrgicas. Pero también en rehabilitación. Imaginemos a un enfermo de alzhéimer que solo recuerda a su perro Pipo y lo que era estar con él y acariciarlo: podríamos recrear la escena en realidad virtual y permitirle sentir el tacto de tocar a su perro”, explica Luis Castillo López (Almería, 1984) fundador de la empresa e investigador de la Universidad de Almería. El milagro del tacto virtual ha sido posible tras siete años de investigación para conseguir convertir las sensaciones de tacto en vibraciones transmisibles a sensores gracias a algoritmo que replican cada sensación. En un par de semanas visitarán Silicon Valley para ver si Intel quiere convertirse en su gran valedor.
El Glove One es un ejemplo más del cada vez más fértil campo de la telemedicina, una necesidad por el desbordamiento que viven los hospitales, pero también una nueva manera de enfocar la medicina. En el Hospital Ramón y Cajal de Madrid, José Luis Zamorano (Madrid, 1963), jefe de cardiología del centro, usa ya camisas inteligentes para que sus pacientes acumulen datos en su día a día sobre cómo va su corazón. Este mismo año, Google ha comenzado los test para proporcionar a los internautas un videochat con médicos para confirmar información sobre salud que busquen por Internet; el titán de los buscadores también se encuentra desarrollando unas lentillas que miden los niveles de glucosa en sangre. Y en Francia ya se empieza a tratar la apnea, el desorden respiratorio durante el sueño, con una máscara que transmite por Internet los datos de cómo se está comportando la respiración de cada paciente mientras duerme; solo en Francia sufren este síndrome entre uno y tres millones de personas (1,56% y el 4,69% de la población).
Otro de los visitantes del Fun & Serious que apuesta por lo virtual y la salud es Unai Extremo Baigorri (Bilbao, 1978), CEO y cofundador de VirtualWare. Su empresa ya trata a 2.000 pacientes entre España, Latinoamérica y Europa con un programa de rehabilitación que emplea lo virtual y las tecnologías del videojuego en la salud. “Por ejemplo, con Virtual Red, el psicólogo o psiquiatra tiene la posibilidad de emular escenarios a medida para tratar a sus pacientes. Así por ejemplo alguien que tenga una fobia con las alturas puede probarse en un entorno digital para entrenarse a controlar esa situación”, explica Extremo. La idea pretende ser útil no solo para pacientes, sino también para los profesionales de la salud: “Por ejemplo, en el caso de un cirujano, sería lo equivalente a un simulador de vuelo de un piloto. Que aprenda a operar y que se equivoque en un entorno virtual.”
Pero todas estas posibilidades aún están en mantillas. Aunque la próxima ola de lo virtual —que ya está disponible con dispositivos como el español Lakento VR y a la que Facebook, Samsung o Sony se han apuntado— promete mejorar la implantación, Extremo piensa que aún queda camino por recorrer para convencer a la medicina tradicional de dar el salto: “Es un mercado aún muy pequeño y que aún no demanda soluciones que le vendrían muy bien y que además ya existen. En el ámbito de la salud es esencial la normativa y la regulación. Y eso, en España, Arabia Saudí o Estados Unidos, implica pasar unos controles de calidad como los de un medicamento. Eso es un gran problema para todas las empresas que quieren dedicarse a esta telemedicina. Nosotros acabamos de obtener en septiembre la licencia de fabricantes de productos sanitarios. Pero a los videojuegos parecen exigirnos el doble que a los demás. Lo primero que pasa cuando llevamos una nueva herramienta es que nos piden muchos estudios. Y yo pienso: ‘Bueno, pero estás cogiendo otras a las que no les exiges tanto’.”
Fuente: El Pais.com