En política como en la vida, no es lo mismo predicar que dar trigo. Y los datos no engañan. La Comunidad de Madrid mantiene indicadores mucho más negativos que la Comunidad Valenciana en la evolución de la pandemia y encara 2021 con peores perspectivas, enfrentando dos modelos distintos de gestión de la pandemia.
Con los niveles de polarización política cotizando por las nubes, las elecciones madrileñas se han convertido en una suerte de plebiscito que confronta a dos realidades, dos modelos de gestión. Para unos, la disyuntiva es entre «comunismo o libertad»; para otros, entre un neoliberalismo descarnado que prima la economía por encima de todo y un proyecto que prioriza las políticas sociales y los servicios públicos. Es en ese juego de espejos y espejismos donde los populares esgrimen la última Encuesta de Población Activa (EPA) para arremeter contra el Botànic: la laxitud de las restricciones sanitarias y de movilidad ha permitido a Madrid liderar entre enero y marzo la creación de empleo, con 40.000 nuevos puestos de trabajo, prácticamente los mismos que pierde en el mismo periodo la Comunitat Valenciana, uno de los territorios donde las medidas sanitarias han sido más intensas en la tercera ola, con los bares 41 días cerrados.
El Consell contrarresta este dato coyuntural con un abultado listado de indicadores económicos y sanitarios que ensombrecen el «milagro» madrileño. Lo cierto es que en 2020 la EPA sonrió más a los valencianos: el número de parados creció diez puntos más en Madrid (36,2 %) y las afiliaciones a la Seguridad Social se desplomaron con más fuerza allí (-2,2%) que aquí (-0,8 %). Hallar empleo en la capital sin reencontrarse con ningún viejo amor puede haber resultado más sencillo en los últimos meses (con la hostelería abierta sin interrupción y escasas limitaciones), pero la estadística también indica que la probabilidad de haber fallecido por covid desde el inicio de la pandemia ha sido más alta: según los datos que maneja la Generalitat, concretamente un 50 % superior a la media del conjunto de España, de acuerdo a la tasa estandarizada por edad. En la C. Valenciana, el mismo indicador se halla un 8,3% por debajo del promedio nacional. Un balance que el gobierno madrileño niega como válido.
El
contrapeso fiscal
En
lo económico, tampoco es que los madrileños encaren un horizonte de color de
rosa. El último observatorio regional del BBVA sitúa a la C. Valenciana como la
tercera autonomía que más crecerá en 2021 (un 5,9 %), por encima de Madrid (5,1
%). El mismo estudio pronostica un crecimiento del empleo en suelo valenciano
del 1,7% en 2021, dos puntos por encima de la región de la capital.
Los
últimos índices que miden las exportaciones, la producción industrial y el
sector servicios también han sido más beneficiosos para la tierra bañada por el
Mediterráneo, la segunda comunidad más exportadora en el inicio de año y la
tercera que experimentó un menor retroceso en el sector secundario en 2020.
El
desplome de turistas ha golpeado casi por igual a ambas comunidades, aunque ha
sido ligeramente superior en Madrid (-93,2%) que en la C. Valenciana (-91,9%).
Además, el Consell ha articulado ayudas a los sectores afectados por la crisis
con anterioridad y triplicó en 2020 la media autonómica en gasto social,
mientras Madrid dedicó la mitad de recursos según su PIB. Claro que esta
comunidad goza de una fiscalidad mucho más relajada, abrazada como ejemplo por
el PPCV: aplica una exención del 100% al impuesto de Patrimonio y sus
habitantes pagan notablemente menos en en Sucesiones o en IRPF. «Aliviar la
presión fiscal es sinónimo de progreso», es uno de los mantras de Isabel Bonig.
«La alternativa fiscal que plantea la derecha en Madrid genera graves
perjuicios al resto de autonomías y privilegia a las grandes fortunas», contrapone
el diputado socialistJosé Muñoz. «Los madrileños están sufriendo las peores
políticas sociales, las que más desigualdad general y menos servicios tienen»,
remacha Manuel Mata (PSPV).
Fuente: El Periodico Mediterraneo.com
POSTDATA
Esta última comparativa histórica del Gasto en Salud per cápita de la Comunidad de Madrid, respecto de la media nacional de todas Autonomías, a lo mejor les aclara algo donde radica el problema.
Me refiero a los 488,5 euros inferior, del gasto en salud "per cápita real, madrileño", respecto a la "media per cápita del estatal" en 2019, que multiplicado por 6,747 millones de población madrileña, a mi sale, que solo en 2019, la Comunidad de Madrid tiene un déficit de gasto en salud, cercano a los 3.300 millones de euros por debajo de la media del Estado por ese mismo concepto.
De ahí vienen las graves deficiencias de la Sanidad Pública Madrileña, porque incluido el Hospital Zendal y el Hospital de campaña de IFEMA, todavía tiene un déficit de Gasto en Salud de unos 3.100 millones de Euros solo en 2019. Y también la importancia de ir a votar, sobre todo si no tienes un seguro privado de salud, porque a la vista de estas conclusiones (que conste, no estoy dando ideas) en la Comunidad de Madrid, si siguiese la señora Ayuso en la Presidencia, terminaría cobrando hasta por pedir cita telefónicamente para ir al médico.
Fuente: Redacción