10 de mayo de 2020

PANDEMIA. “La normalidad volverá si hacemos pruebas y aislamos a los infectados”

El ganador del Nobel en 2018 considera que solo controlando el virus se puede conseguir la recuperación económica
En la postguerra, Dámaso Alonso abrió su poemario Hijos de la ira con aquel tremendo verso: “Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas)”. La voz de Paul Romer (Denver, Estados Unidos, 1965) llega, a través de Skype, clara desde su casa de Nueva York, una ciudad donde ya han muerto más de 19.400 personas por la covid-19. Premio Nobel de Economía y ex economista jefe del Banco Mundial, Romer lleva desde marzo (con la ayuda de la Fundación Rockefeller) buscando a través de ecuaciones y econometría un modelo que permita convivir con el virus sin cerrar la economía. Pues sabe, como otro Nobel, este de matemáticas, John Nash (1928-2015), que un mismo problema puede tener dos soluciones. O tres, sostiene Romer: aislamiento solo de los infectados, test masivos y 100.000 millones de dólares para financiarlos.
Pregunta.- Ha retrasado la entrevista con El PAÍS tres semanas seguidas porque estaba trabajando en un plan para reabrir la economía estadounidense. ¿Cómo es su arquitectura?
Respuesta.- La base del plan es que debemos usar test y aislamiento. Hacer test a todo el mundo y aislar a las personas que son portadoras del virus. Si hacemos esto podemos controlar la pandemia y restaurar la confianza en la recuperación económica. Porque solo aislando la pequeña porción de gente que está infectada podremos volver a la normalidad. Sin duda, la ventaja es que el resto de las personas continuarán trabajando y siguiendo con sus vidas.
Pregunta.-  En su blog compara la posibilidad de hacer un test de la covid-19 con la sencillez de adquirir un refresco. Pero también afirma que el sistema de salud es tan complicado que no se pueden producir más test. En España tenemos, también, el problema con el número de pruebas y su distribución. ¿Estamos aplicando el suficiente sentido común para resolver la emergencia?
Respuesta.-  A veces resulta complicado volver a lo esencial y liberarnos de toda la confusión. Una idea básica de la economía es proporcionar a la gente las cosas que quiere. Ahora mismo muchas personas quieren los test y algo va mal cuando no eres capaz de dárselos. La principal razón por la que alguien como yo quiere hacerse el test es para que la gente que esté a mi alrededor tenga la certeza de que no estoy infectado. Esto es lo que las personas quieren y tenemos que hallar la forma de dárselo.
Pregunta.-  Sostiene que, si Estados Unidos quiere volver a la normalidad este verano, el Gobierno debe gastar 100.000 millones de dólares al año con los que comprar 9.000 millones de test anuales y reducir el precio de las pruebas. ¿Es posible?
Respuesta.-  Desde luego. En este país esto corresponde a 10 dólares por test. Representa 26 test por persona haciendo pruebas cada dos semanas. Lo cual supone 260 dólares al año. Si podemos pagar 130 dólares por refrescos cada año podemos abonar esa cantidad por las pruebas. La pregunta clave es: ¿si sería útil gastar 260 dólares? Desde luego. Incluso, en mi opinión, resultaría práctico gastar más que eso. Este es el razonamiento. No lo que cuesta.
Pregunta.-  ¿Parar el virus o salvar la economía? ¿Podemos hacer las dos cosas?
Respuesta.-  Sí. Pero la única forma de recuperar la economía es controlando el virus.
Pregunta.-  Los test, desde luego, son importantes. Pero, ¿por qué incide tanto?
Respuesta.-  Porque para recuperar la economía, tenemos que asegurarnos de que la gente se sienta segura y con confianza. Hay que tener un plan para gestionar la pandemia que sea creíble, no solo este mes o esta semana. Invertir en test y aislar al pequeño número de personas que está contagiado es una estrategia simple, fácil de explicar y que no abandonaremos. La otra opción es que todo el mundo lleve mascarillas en público, esto podría prevenir la expansión y el retorno del virus. Sin embargo, tienes que ver si la gente está dispuesta a llevarlas y no se las quitará dentro de dos o seis meses. Porque si lo hacen, volvemos a la incertidumbre.
Pregunta.-  Otras opciones se centran en la vigilancia digital. ¿No le gusta?
Respuesta.-  Creo que es algo con lo que la gente se va a sentir incómoda. Puede provocar resistencias y malestar. Intentar algo así es una pérdida de tiempo. Las personas están muriendo todas las semanas y están perdiendo ingresos económicos. Vamos a poner en marcha cosas que se puedan hacer rápidamente. Alguien, desde luego, podría diseñar una aplicación y la gente se podría unir voluntariamente. Pero no podemos esperar a ver si esto es una realidad.
Pregunta.-  ¿Cuál es su mayor miedo económico ahora mismo?
Respuesta.-  Que la gente piense que volvemos a la normalidad. No vamos a volver a la normalidad. No sucederá de una forma automática. Sin una estrategia para lidiar con la incertidumbre, con el miedo, de manera creíble no veremos la recuperación económica. Si la economía está en depresión durante meses o años sería una tragedia para las personas. Perderían sus ingresos, sus casas, pasarían hambre. Pero también sería un drama para los países porque aumentarían las desigualdades sociales, la destrucción de sistemas políticos y el imperio de la ley.
Pregunta.-  ¿Imprimir dinero no es la solución?
Respuesta.-  Puedes imprimir todo el dinero que quieras. Pero no voy a ir, por ejemplo, a mi dentista hasta que sepa que no tiene el virus. Tampoco el dentista querrá, posiblemente, que vaya yo si no tiene la misma certeza.
Pregunta.-  En España el paro se ha disparado. ¿Es un precio enorme que tenemos que pagar?
Respuesta.-  Desde luego que no. Si controlamos el virus podemos alcanzar el pleno empleo y recuperar la actividad económica.
Pregunta.-  ¿Cuánto tiempo durará el distanciamiento social?
Respuesta.-  Todo depende de controlar el virus, pues puede estar aquí para siempre. Podemos tardar cinco o diez años en tener una vacuna que funcione. Debemos contar con un plan para manejar el virus de forma indefinida. Distancia social significa que no puedes ir al restaurante, no puedes ir al parque, no puedes visitar a tu padre que está en una residencia de ancianos. Esto es imposible de mantener durante cinco o diez años. Pero hacer test todas las semanas resulta algo fácilmente sostenible.
Pregunta.-  Muchos analistas no supieron interpretar el crash de 2008. ¿Están volviendo a fallar?
Respuesta.-  Si no nos movilizamos, la situación empeorará respecto al punto de partida. Pero no existe ninguna razón de peso para que se produzca esta regresión. Este virus va a estar circulando, como le decía, entre los seres humanos para siempre. Nunca se va a ir. Necesitamos manejarlo y aceptarlo. Resulta muy destructivo, pero tenemos la oportunidad de gestionarlo y no podemos perderla.
Pregunta.-  Imaginemos que estamos en el 1 de enero de 2021. ¿Cómo será vivir?
Respuesta.-  Dependerá de nosotros. Podemos tener la epidemia totalmente controlada si hacemos pruebas y aislamos a la gente infectada. Además recuperaremos la economía. Pero si miramos hacia otro lado, ese día, de ese año, será exactamente igual que hoy.
EDITORIAL
De la entrevista anterior y del resto de informes y estudios presentados en este blog tanto hoy mismo, como en las últimas semanas, se pueden extraer las siguientes conclusiones.
  •    Que existe consenso general sobre que el virus ha venido para quedarse.
  •    Que la prevalencia del virus será más fuerte en invierno y más débil en verano (probablemente por la subida de las temperaturas).
  •    Que el mayor peligro para la contención de la pandemia no viene de los enfermos de coronavirus, que también, sino de los asintomáticos (contagiados que no muestran sintomatología) como probablemente ha ocurrido en España, Italia y Francia.
  •    Que la realización de test masivos es la única defensa que tiene la humanidad para luchar contra el virus a falta de una vacuna terapéutica eficaz (cercana al 100% de efectividad).
  •     Que el confinamiento y aislamiento social después de Junio, debe ser el último recurso de contención de la pandemia.
  •     Que es necesario un plan de contingencias, país por país, y quizás otro a nivel continental en la Unión Europea.
  •    Que es imprescindible prestar ayuda a los países menos desarrollados para que cumplan sus respectivos planes de contingencias.
  •    Que “groso modo” estas son las soluciones y otra cosa son las formas de financiarlo.
Teoría del posible  patrón de propagación del coronavirus .
1.    Seguirá causando víctimas hasta Junio (con posibles repuntes), que en Julio y Agosto, con las previsibles subidas de temperaturas, se desactivará. Y aunque aparentemente pareciese que todos los contagiados (incluidos asintomáticos) estuvieran curados completamente, como ya se ha demostrado en algunos casos, no desaparecerá por completo de las personas infectadas, siendo incluso previsible, que, en esta fase durmiente del virus, con elevadas temperaturas, o bien no se contagie o bien el contagio fuese mínimo.
2.   En Septiembre, con la llegada del Otoño y la probable bajada de temperaturas respecto de meses anteriores, tal vez se reactivase el coronavirus en personas supuestamente curadas y asintomáticos. Probablemente no se notará demasiado en hospitales, aunque si en Centros de Salud (ambulatorios). Pudiendo ésta ser la fase inicial, en la que el virus comenzaría su difusión o contagio, de forma soterrada, como si fuera una gripe suave.
3.   En los meses siguientes, Octubre y Noviembre, que lógicamente debieran continuar bajando las temperaturas, y en consecuencia, se incrementarían la llegada de enfermos de gripe junto con enfermos de Covid-19 además de a los Centros de Salud, también a las urgencias de los hospitales, y quizás se vuelvan a necesitar las UCI. En este caso supondría la fase de expansión intermedia, donde el coronavirus podría acelerar los contagios
4.   En Diciembre, con la llegada del invierno podría haber otro estallido de la epidemia del coronavirus, que duraría todo el invierno, aunque quizás, si anteriormente se hubiesen realizado test masivos y medidas de aislamiento con enfermos de Covid-19, pudiera ser, que no se llegue al grado de epidemia (sería la fase de la explosión del coronavirus y la multiplicación imparable de contagios, sino es por medio de confinamientos)
5.   Llegada la primavera, iría disminuyendo otra vez su intensidad hasta el verano y vuelta a empezar.  
Recomendación
Es fundamental la realización de test masivos a la población desde el 1 de Septiembre (para obtener una instantánea post-vacacional de la infección del coronavirus y sobretodo detectar a los asintomáticos) y continuar haciéndolos, como mínimo, a primeros de mes de cada uno de los meses siguientes hasta disponer de una vacuna.
Fuente: elPais.com

CORONAVIRUS. Estudio de EEUU., predice 3 posibles escenarios de la pandemia

De los tres escenarios contemplados, solo uno, no obligaría a aplicar medidas de mitigación, mientras, que otro predice una fuerte segunda ola entre otoño e invierno.
Siendo el mensaje clave de este informe “que la pandemia de COVID-19 probablemente no terminará pronto", asegura Michael T. Osterholm, director del centro.
De los tres escenarios posibles hacia los que puede evolucionar la pandemia, solo uno prevé no volver a aplicar medidas de mitigación, según un informe del Centro de Investigación de Enfermedades Infecciosas de EEUU; que además asegura que el coronavirus seguirá propagándose durante dos años.
"Nuestro objetivo es ayudar a los planificadores a prever algunas de las situaciones que podrían presentarse durante este año o el próximo, de modo que puedan tomar medidas esenciales ahora, mientras aún hay tiempo", escribe Michael T. Osterholm, director del centro.
En cualquier caso, el informe advierte de que, en cualquiera de los tres escenarios planteados, hay que estar preparados para seguir viendo una "actividad significativa de COVID-19" durante al menos entre 18 y 24 meses.
El Centro asegura que aparecerán "puntos calientes" de forma periódica en diversas zonas geográficas. La apuesta del informe se decanta por la posibilidad de que la propagación del SARS-CoV-2 siga un patrón estacional cuya virulencia disminuya con el tiempo.
"El mensaje clave de este informe es que la pandemia de COVID-19 probablemente no terminará pronto, si alguno de los escenarios que hemos esbozado se cumplen. Tenemos que estar preparados para hacer frente a esta pandemia y sus "réplicas" durante 18 meses o más. También es probable que el virus permanezca con nosotros una vez que la pandemia se haya superado, probablemente en una forma menos virulenta y siguiendo un patrón estacional", asegura Osterholm en un comunicado.
Respecto a la posibilidad de tener una vacuna, el informe recuerda que existen muchos interrogantes en torno a la inmunidad que se adquiere de forma natural contra el virus una vez pasada en la enfermedad. Aunque fijándose en otros coronavirus estacionales se podría aventurar que haber pasado la enfermedad garantiza cierta protección, el informe reconoce que todavía no se sabe con certeza.
Por ahora, los primeros datos no están siendo muy esperanzadores. La OMS ha revelado que, con los datos actuales, todo apunta a que tan solo entre el 2% y el 3% de pacientes recuperados generan anticuerpo.
En cualquier caso, "es probable que una vacuna no esté disponible hasta por lo menos en algún momento del 2021", señala el informe. "Y no sabemos qué tipo de desafíos podrían surgir durante el desarrollo de la vacuna que podría retrasar esa fecha", concluyen.
En definitiva, el curso del coronavirus sigue siendo "muy impredecible", por lo que el centro ha desarrollado los tres escenarios más probables.
La epidemiología de otros coronavirus graves (SARS y MERS) es sustancialmente diferente a la de del SARS-CoV-2, asegura el informe.  "Por lo tanto, estos patógenos no proporcionan modelos útiles para predecir lo que se puede esperar", explican, señalando que han optado por utilizar un modelo comparativo basado en las pandemias de gripe.
Primer escenario: pequeños repuntes de contagios suceden a la primera ola
En este escenario, la primera ola de COVID-19 que estamos viviendo ahora se vería continuada por pequeños repuntes de contagios que se suceden de forma continuada durante un periodo de 1 a 2 años.
El informe prevé que esta propagación iría disminuyendo gradualmente en algún momento de 2021 y podría requerir seguir aplicando medidas de mitigación de forma flexible hasta ese momento.
En una publicación anterior de la revista Science, expertos de Hardvard ya advertían de que las medidas de distanciamiento social podrían tener que extenderse hasta 2022.
También otro grupo de expertos consultados por The Atlantic advirtió de que el peor de los casos—sin inmunidad generada y sin vacuna disponible—las medidas de confinamiento podrían prolongarse hasta 18 meses.
Segundo escenario: una segunda ola obligará a volver a las medidas de mitigación en invierno
Por ahora, el segundo escenario parece ser sobre el que existe más consenso dentro de la incertidumbre: habrá una segunda ola y probablemente se producirá entre otoño e invierno. El informe también prevé que en 2021 haya olas posteriores de menor intensidad.
"No sabemos si habrá una segunda oleada y si se producirá en invierno, pero es un escenario probable", explicaba a Business Insider España Adolfo García-Sastre, microbiólogo y director del Instituto de Salud Global y Patógenos Emergentes vinculado al Hospital Monte Sinaí de Nueva York.
Es una posibilidad que cobra fuerza, ya que las epidemias de gripe han seguido este patrón: una primera ola en primera, disminución de la propagación en verano y un gran repunte de casos en otoño.
García-Sastre explica que se espera que el verano reduzca el número de contagios, por lo que anima a realizar los análisis necesarios para evitar volver a un confinamiento con la segunda ola. Y es que este escenario requeriría volver a aplicar las medidas de mitigación en otoño para controlar la propagación y evitar la saturación de los sistemas sanitarios, según explica el informe.
Para el microbiólogo, la única forma de evitar el confinamiento es realizando test de diagnóstico a la población y rastreando los contactos de los casos positivos para aislarlos. Aunque en España ya hay en marcha un estudio de seroprevalencia, muchos expertos han denunciado que no sirve de nada sin un sistema de rastreo.
Tercer escenario: la propagación continúa de forma lenta sin llegar al punto de volver a necesitar medidas de mitigación
El último escenario que los expertos prevén, ofrece la posibilidad que la primera ola venga seguida de una propagación continuada pero que no llegue a adoptar la forma de una segunda ola como tal.
La ralentización de la propagación haría manejable el número de casos para los sistemas sanitarios, por lo que no se requeriría volver a implantar medidas de mitigación. Sin embargo, el informe advierte de que seguirían produciéndose contagios y muertes.
La realidad es que los expertos apuntan a que un virus suele reducir su virulencia a medida que se propaga, según explicó Juan García Arriaza, investigador de una vacuna contra el coronavirus en el Centro Nacional de Biotecnología, a Business Insider España.
El científico aseguró que la crisis acabaría siendo manejada porque "la mayoría de los virus se van atenuando", explica, "y con el tiempo lo controlaremos".
Además, García Arriaza señaló que, aunque debía estudiarse más, todo apuntaba a que el nuevo coronavirus no mutaba mucho, lo que disminuía las posibilidades de que se empezara a propagar una cepa especialmente virulenta y facilita la búsqueda de un tratamiento.
Fuente: Bussinesinsider.es

PANDEMIA. El coronavirus podría quedar desactivado.

John Nicholls, profesor de patología en la Universidad de Hong Kong, afirma saber cuándo el virus se volverá inactivo.
En una conferencia telefónica privada organizada hace unas semanas, hubo la oportunidad de hacerle diferentes preguntas al Profesor Nicholls, uno de los expertos más importantes del mundo en el nuevo coronavirus.
El Profesor Nicholls piensa que las condiciones climáticas serán un factor clave en la desaparición del nuevo coronavirus. En referencia al brote de SARS de 2002 y 2003, Nicholls dijo que cree que factores climáticos similares también detendrán la propagación del nuevo coronavirus.
"Hay tres factores no le gustan al virus: 1. Luz solar, 2. Temperatura y 3. Humedad", dijo Nicholls en respuesta a una pregunta sobre cuándo cree que los casos confirmados alcanzarán su punto máximo.
"La luz solar reduce la capacidad del virus para crecer, que lo reducirá a la mitad, por lo que la vida media será de 2.5 minutos y en la oscuridad es de 13 a 20 minutos", dijo Nicholls. "La luz del sol es realmente eficaz para matar virus".
Por esa razón, también agregó que no espera que áreas como Australia, África y el hemisferio sur vean altas tasas de infección porque están en pleno verano.
Con respecto a las temperaturas, Nicholls dijo que cuanto más calor haga será mejor para detener la propagación del virus.
"El virus puede permanecer intacto a temperaturas de 4 a 10 grados  durante un período de tiempo más largo", dijo Nicholls,  "Pero a 30 grados se produce la inactivación. Y la alta humedad, al virus tampoco le gusta", agregó.
Sin embargo, Nicholls también dijo que no considera que el SARS o MERS, el virus del Medio Oriente que se propagó en 2012, sea un referente preciso para el brote de este año. Más bien, el nuevo coronavirus se relaciona más estrechamente con un caso grave de la gripe común.
"En comparación con el SARS y el MERS, estamos hablando de un coronavirus que tiene una tasa de mortalidad ocho a 10 veces menor mortal que el SARS y el MERS", dijo Nicholls. "De forma que una comparación correcta no es el SARS o MERS sino una gripe severa. Básicamente, ésta es una forma severa de gripe".
Al igual que una gripe, el entorno circundante del brote desempeña un papel importante en la determinación de la supervivencia y la propagación del virus, continuó. Debido al inminente cambio en las estaciones, Nicholls afirmó que espera que la propagación del virus se reduzca en cuestión de meses.
"Creo que puede llegar a estar inactivo en unos cuatro a cinco meses", dijo Nicholls.
"El medio ambiente es un factor crucial. El medio ambiente será desfavorable para el crecimiento alrededor de mayo", dijo Nicholls. "La evidencia es observar el resfriado común: siempre es durante el invierno. Por lo tanto, el entorno natural no será favorable en Asia en mayo".
Fuera de China, Nicholls agregó a AccuWeather que esperaría que los impactos del virus fueran variados en lugares como Singapur, Indonesia y Malasia. Singapur, afirmó Nicholls, podría ver el virus persistir por más tiempo debido a la abundancia de grandes espacios públicos con aire acondicionado interior, como centros comerciales, donde las personas se congregan y las temperaturas y la humedad permanecen bajas.
El fundador y CEO de AccuWeather, Joel Myers, especuló  que la primavera puede ser un momento crucial para el destino del coronavirus. En respuesta al análisis de Nicholls, Myers dijo: "A mediados de abril deberíamos saber" si el virus está disminuyendo debido al cambio climático.
A principios de este mes, Andrew Pekosz, Ph.D.  profesor y vicepresidente del Departamento de Microbiología e Inmunología Molecular W. Harry Feinstone de la Universidad Johns Hopkins, dijo a AccuWeather que el clima más frío proporciona condiciones más favorables para la propagación de la mayoría de los virus respiratorios.
"Muchos virus respiratorios se transmiten mejor a baja temperatura y humedad, pero no tenemos datos sobre cómo esto podría afectar la transmisión 2019-nCoV", indicó Pekosz en un correo electrónico a AccuWeather el 4 de febrero.
"Los coronavirus respiratorios aparecen con mayor frecuencia en los meses más fríos (finales de otoño, invierno). Dado que no sabemos cómo se transmitió este virus dentro de su huésped natural, es difícil predecir si tendrá el mismo patrón que los coronavirus respiratorios humanos", afirmó Pekosz
En la Universidad de Hong Kong, Nicholls ha pasado los últimos 25 años estudiando el coronavirus y fue miembro clave del equipo que caracterizó el SARS. El Centro de Investigación Clínica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Hong Kong también creó la primera copia del nuevo coronavirus cultivada en laboratorio, según la corresponsal de CNN Kristie Lu Stout, que brinda a los investigadores un gran avance en la comprensión del comportamiento del virus.
Sin embargo, en una entrevista con Lu Stout, Nicholls dijo que hay una diferencia clave entre brotes anteriores y la propagación actual del nuevo coronavirus. A diferencia de las versiones anteriores del coronavirus, el nuevo se ha podido propagar antes de que los síntomas se presenten en los pacientes
Pero a pesar de ese rasgo, el optimismo a largo plazo de Nicholls no ha cambiado en otros comentarios públicos que ha hecho recientemente.
"Mi sensación es que esto va a ser como el SARS, que el mundo soportará una gripe muy fuerte durante unos cinco meses", dijo Nicholls a CNN.
"Por supuesto, el clima y la temperatura serán cruciales", dijo Myers sobre la capacidad del virus para propagarse a medida que cambian las estaciones. "Cuando llega la primavera temprano con temperaturas superiores a lo normal y más luz solar, la propagación del virus disminuirá más rápido que cuando las nubes hacen disminuir la luz solar y las temperaturas".
Fuente: Cordobabn.com

PANDEMIA. Cuatro coronavirus advierten que la inmunidad podría durar muy poco

Un estudio previo con versiones leves de coronavirus (que solo producen resfriados) revela que los pacientes podían volver a infectarse hasta cuatro veces en un año y medio. La duración e intensidad de la inmunidad del SARS-CoV-2 es el factor más crítico para predecir cuándo acabará la pandemia o si se volverá estacional, pero sin estudios masivos resulta imposible saberlo
Entre otoño de 2016 y finales de 2018, los investigadores de la Universidad de Columbia (EE. UU.) estuvieron recogiendo muestras nasales de 191 niños, maestros y trabajadores de emergencias, a los que pidieron que registraran cuándo estornudaban o tenían dolor de garganta. Su objetivo era crear un mapa de virus respiratorios comunes junto a sus síntomas y al tiempo que las personas que se recuperaban permanecían inmunes a cada uno de ellos.
La investigación se basó en cuatro tipos de coronavirus, HKU1, NL63, OC42 y C229E. Todos ellos circulan ampliamente todos los años, pero no reciben mucha atención porque solo causan resfriados comunes. Pero ahora que el nuevo coronavirus de la misma gran familia, el SARS-CoV-2, ha paralizado al mundo, la información sobre sus parientes más leves nos da algunas pistas sobre cómo podría desarrollarse esta pandemia.
Estos científicos acaban de publicar un informe preliminar de su investigación que resulta bastante preocupante. Han descubierto que, con frecuencia, las personas volvían a contraer el mismo coronavirus, incluso en el mismo año, y a veces más de una vez. Durante un año y medio, una docena de voluntarios dio positivo dos o tres veces al mismo virus, en un caso con solo cuatro semanas de diferencia entre ambos resultados positivos.
Esto supone una gran diferencia frente al modelo de enfermedades infecciosas como el sarampión y la varicela, a las que las personas pueden volverse inmunes de por vida una vez superada la enfermedad.
En el caso de los coronavirus, "la inmunidad parece disminuir rápidamente", afirma el científico involucrado Jeffrey Shaman junto a la investigadora posdoctoral Marta Galanti.
Se desconoce si la COVID-19 seguirá el mismo patrón, pero los resultados de este estudio sugieren que una gran parte de la discusión pública sobre la pandemia podría ser engañosa. Se habla de "superar el pico de contagios " y de los "pasaportes de inmunidad" para aquellos que se han recuperado. Al mismo tiempo, hay quien confía en que el virus esté más extendido de lo que piensa y en que, para que el virus deje de propagarse, lo único que separa de establecer una cantidad tolerable de muertes son unos niveles suficientemente altos de inmunidad colectiva.
Todos estos debates se basan en la suposición de que la inmunidad es de larga duración, pero ¿qué pasa si es breve? El especialista en esta familia de virus de la Universidad de Maryland (EE. UU.) Matthew Frieman advierte: "Lo que les he estado diciendo a todos, y nadie me cree, pero es cierto, es que cada invierno sufrimos coronavirus a pesar de que estamos seroconvertidos". Es decir, a pesar de que la mayoría de las personas han desarrollado previamente los anticuerpos contra los virus, vuelven a contraerlos. Y añade: "Realmente no sabemos si se debe a cambios en el virus o a que los anticuerpos no protegen de la infección".
El factor más crítico
De momento, seguimos en fase de pandemia, algo que sucede cuando un nuevo virus, al que los humanos son completamente susceptibles, se expande por todo el planeta. La humanidad todavía es un campo nuevo para la COVID-19: el 29 de abril había más de tres millones de casos confirmados, es decir, una de cada 2.500 personas en el planeta. (Aunque la verdadera tasa de contagio es indudablemente mayor, probablemente solo represente a una pequeña fracción de la población). El director regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Pacífico Occidental, Takeshi Kasai, advirtió recientemente de que hasta que hasta que no haya una vacuna disponible, el mundo debería prepararse para una "nueva forma de vida".
Pero las medidas como el alejamiento social y la paralización de los vuelos de las aerolíneas no representan el factor más importante en nuestro destino. Algunos investigadores creen que el elemento que finalmente determinará el impacto de esta enfermedad será si las personas adquieren la inmunidad al virus o no, y durante cuánto tiempo.
Las pruebas preliminares señalan una protección temporal contra la reinfección. Desde que se describieron los primeros casos en China en diciembre, no ha habido claros casos de personas que se hayan infectado dos veces. Y el hecho de que algunas personas, incluso en Corea del Sur, hayan dado positivo por segunda vez, podría deberse a errores de prueba o a la persistencia del virus en sus cuerpos.
"Hay muchas personas que han sobrevivido al contagio y están por ahí, y no parece que se hayan reinfectado ni contagiado a otras personas", subraya el investigador de la Universidad de Stanford (EE. UU.) Mark Davis. Hasta el 29 de abril, más de 900.000 personas se habían recuperado oficialmente de la enfermedad, según el panel de seguimiento de casos de Johns Hopkins.
Algunos investigadores chinos también realizaron pruebas directas para comprobar si un grupo de monos resistió a una segunda exposición al nuevo coronavirus. Los infectaron con el virus y cuatro semanas más tarde, después de su recuperación, lo intentaron de nuevo. La segunda vez, los primates no desarrollaron síntomas, y los investigadores no pudieron encontrar ningún virus en sus gargantas.
Lo que no sabemos es cuánto dura la inmunidad y todavía no hay forma de saberlo. Si la inmunidad durara toda la vida, entonces cada superviviente será un soldado más del ejército permanente contra la propagación del patógeno. Pero si la inmunidad fuera breve, como pasa con los coronavirus comunes, la COVID-19 podría ser un supercatarro estacional con una alta tasa de letalidad, que aparecería cada invierno en horribles olas de contagios.
Los últimos modelos informáticos de la pandemia destacan que la duración de la inmunidad será un factor clave, y tal vez crítico. Uno de estos estudios, de la Universidad de Harvard (EE. UU.) y publicado en Science, muestra a la COVID-19 volviéndose estacional, es decir, simulando un rebrote invernal cada año o dos a medida que la inmunidad en la población aumenta y luego disminuye.
Después de probar diferentes escenarios, el grupo de Harvard concluyó que sus previsiones de cuántas personas terminarían contrayendo COVID-19 en los próximos años dependían "más crucialmente" del "grado de inmunidad de la población, de si la inmunidad disminuye y a qué ritmo". En otras palabras, el factor crítico en la proyección de la ruta del brote también es totalmente desconocido.
¿Un nuevo virus estacional?
Dado que muchos otros coronavirus humanos son leves, no han recibido la misma atención que la gripe, un virus que muta, se sigue de cerca y se analiza genéticamente para crear una nueva vacuna cada año. Pero ni siquiera se sabe, por ejemplo, si los coronavirus comunes mutan para poder engañar el sistema inmunológico, o si hay otras razones por las que la inmunidad sea tan efímera.
"No hay un seguimiento global de los coronavirus. Aunque el resfriado común cuesta a EE. UU. casi 20.000 millones de dólares al año, estos virus no matan, y lo que no mata, no lo seguimos", lamenta el virólogo de la Universidad del Cabo Occidental, en Sudáfrica, Burtram Fielding, que estudia los informes científicos en este campo.
El Proyecto Global Virome sobre los coronavirus, liderado por Shaman y financiado por los fondos del Departamento de Defensa de EE. UU., ha sido una excepción. La investigación proponía detectar los distintos virus respiratorios con el posible objetivo de "predicción inmediata" o de tener un rastreador directo de infecciones comunes que circulan por la ciudad.
Un hallazgo de la investigación es que las personas que volvieron a contagiarse del mismo coronavirus no tuvieron menos síntomas la segunda vez. Algunas personas nunca experimentaron síntomas; otras sufrieron fuertes resfriados dos o tres veces. Shaman asegura que la gravedad de la enfermedad tiende a distinguirse por familias, lo que sugiere una base genética. 
La gran pregunta es qué significa la débil resistencia de corta duración a los virus del resfriado común para la COVID-19. ¿Existe la posibilidad de que esta enfermedad se convierta en una versión mortal del catarro común, constantemente presente, y que contagie al 10 % o al 20 % de la población cada año, y acabe con la muerte de uno cada 100 enfermos? Si fuera así, equivaldría a una plaga capaz de reducir la tasa actual de crecimiento de la población mundial por una décima parte.
Algunos científicos consideran que la pregunta es demasiado oscura para contemplarla. Shaman tampoco se atreve pronosticar cómo se comportaría la COVID-19. En un correo electrónico afirmó: "Básicamente, tenemos varias preguntas sin resolver. ¿Las personas han terminado con este virus después de contraerlo? Si no, ¿con qué frecuencia experimentaremos contagios repetidos? Finalmente, ¿esos rebrotes serán más leves, igual de graves o incluso peores?
Estudios de inmunidad
Ya están en macha grandes estudios de inmunidad para intentar responder a esas preguntas. Alemania planea someter a su población a pruebas en busca de anticuerpos contra el virus, y en América del Norte, 10.000 jugadores y otros empleados de la Liga Nacional de Baseball están dando muestras de sangre para su análisis. En abril, los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU. lanzaron un estudio de muestras de suero por la pandemia de COVID-19, que, según afirman, también analizará la sangre de 10.000 personas.
Al buscar la presencia de anticuerpos en la sangre de las personas, tales encuestas serológicas pueden determinar cuántas personas han estado expuestas al virus, incluidas las asintomáticas y las que solo han tenido síntomas leves.
Los investigadores también analizarán la sangre de los casos de COVID-19 para medir la naturaleza y la intensidad de las respuestas inmunológicas, y descubrir si hay una conexión con la gravedad de los síntomas. Davis detalla: "Estamos viendo la necesidad de un control inmunológico, porque algunas personas se liberan de esto y otras se mueren. El gradiente es serio y nadie realmente entiende por qué".
Nuestro sistema inmunológico tiene diferentes mecanismos para responder a patógenos que nunca ha visto antes. Los anticuerpos, producidos por los linfocitos B, recubren al virus para impedirle penetrar en las células. Mientras tanto, los linfocitos T regulan la respuesta inmunológica o destruyen las células infectadas. Cuando ya se ha pasado la enfermedad, este tipo de célula puede crear versiones de "memoria" a largo plazo.
¿Qué tipo de memoria inmunológica provocará la COVID-19? 
El genetista de la Universidad de Harvard Stephen Elledge opina que la gravedad de la enfermedad podría ubicarla en una categoría diferente al resfriado común. Detalla: "Podemos tener un catarro durante una semana, pero si pasamos por un infierno durante tres semanas, eso podría crear más memoria por más tiempo".
Otras pistas provienen del brote de SARS de 2002-2003, una infección respiratoria aún más mortal que la COVID-19. Seis años después del brote de SARS, los médicos en Beijing (China) intentaron encontrar la respuesta inmunológica entre los supervivientes. No encontraron anticuerpos ni linfocitos B de memoria de larga duración, pero sí encontraron linfocitos T de memoria.
Dado que los médicos consiguieron detener el brote de SARS después de aproximadamente 8.000 casos, nunca se dio la posibilidad de que alguien se infectara por segunda vez. Pero esos linfocitos T podrían ser un signo de inmunidad de larga duración. Un estudio posterior de la vacuna en ratones encontró que los linfocitos T de memoria protegieron a animales de los peores efectos cuando los científicos intentaron contagiarlos de nuevo con SARS.
Para Frieman, toda la incertidumbre en torno la respuesta inmunológica a los coronavirus significa que todavía hay pocas posibilidades de predecir cuándo o cómo terminará el brote. Y concluye: "No sé cuándo desaparecerá, y si alguien dice que lo sabe, no sabe de qué está hablando".
Fuente: MIT Technology Review

CORONAVIRUS. En España la cifra diaria de fallecimientos por coronavirus desciende hasta 143

España ha registrado 143 fallecimientos con COVID-19 en las últimas 24 horas, es la cifra más baja desde el 18 de marzo, según los datos del Ministerio de Sanidad. Además, los nuevos diagnosticados por PCR son 621 y las nuevas altas ascienden a 2.214.
Estos datos, que corresponden a la jornada de sábado, sí pueden arrastrar el efecto fin de semana que ha demostrado a lo largo de la evolución de la pandemia en España que tiende a la baja debido a algunos retrasos en las notificaciones. Con todo, la tendencia a la baja se refuerza ya que, ayer, la cifra se situó en 179 fallecimientos devolviendo la curva por debajo de los 200 decesos después de que se estuviera superando ese umbral durante varios días.
Este domingo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mantiene la conferencia semanal con los presidentes autonómicos, donde les ha comunicado la evolución de la enfermedad. Es la conferencia previa a que la mayoría de los gobiernos autonómicos comiencen a gestionar la fase 1 de desescalada.
Este balance es justo el previo a que un poco más de la mitad de la población española comience la fase 1 de desescalada que termina el confinamiento generalizado. Gran parte del territorio comienza este lunes la segunda etapa de transición, excepto Madrid, la mayoría de Catalunya y Castilla y León, grandes áreas de la Comunidad Valenciana y las provincias de Málaga y Granada. Esta fase permite la movilidad dentro de la provincia o las áreas sanitarias designadas así como la apertura de negocios al público aunque con grandes restricciones de aforo y numerosas medidas de higiene y distanciamiento físico de las personas.
Tabla de datos
La tabla siguiente, además de mostrar los datos del coronavirus en España por Autonomías, presentan unos cálculos estadísticos, basados en la letalidad del SARS-COV-2 estimada entre 0,6% y 3,5% (según nuevo estudio publicado en Science de Stephen M. Kissler y su equipo de investigadores de la Harvard TH Chan School of Public Health), así como los referidos a una letalidad para la población en general entre 0,3% y 1% (procedente del Ministerio de Sanidad), que identifican los probables casos por coronavirus no detectados.
Además, añado una última fila con nuevo cálculo sumando al total de decesos en España, los 9.000 ancianos fallecidos, residentes en Geriátricos con síntomas COVID-19 sin confirmar.
Evidentemente los datos indicados no están validados por la comunidad científica, por lo que deben tomarse con la debida prudencia.
(*) Datos confirmados a las 21,00 horas del día anterior (Ministerio Sanidad)
Fuente: ElDiario.es