El ganador
del Nobel en 2018 considera que solo controlando el virus se puede conseguir la
recuperación económica
En la
postguerra, Dámaso Alonso abrió su poemario Hijos de la ira con aquel tremendo
verso: “Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las
últimas estadísticas)”. La voz de Paul Romer (Denver, Estados Unidos, 1965)
llega, a través de Skype, clara desde su casa de Nueva York, una ciudad donde
ya han muerto más de 19.400 personas por la covid-19. Premio Nobel de Economía
y ex economista jefe del Banco Mundial, Romer lleva desde marzo (con la ayuda
de la Fundación Rockefeller) buscando a través de ecuaciones y econometría un
modelo que permita convivir con el virus sin cerrar la economía. Pues sabe,
como otro Nobel, este de matemáticas, John Nash (1928-2015), que un mismo
problema puede tener dos soluciones. O tres, sostiene Romer: aislamiento solo
de los infectados, test masivos y 100.000 millones de dólares para
financiarlos.
Pregunta.- Ha
retrasado la entrevista con El PAÍS tres semanas seguidas porque estaba
trabajando en un plan para reabrir la economía estadounidense. ¿Cómo es su
arquitectura?
Respuesta.- La base
del plan es que debemos usar test y aislamiento. Hacer test a todo el mundo y
aislar a las personas que son portadoras del virus. Si hacemos esto podemos
controlar la pandemia y restaurar la confianza en la recuperación económica.
Porque solo aislando la pequeña porción de gente que está infectada podremos
volver a la normalidad. Sin duda, la ventaja es que el resto de las personas
continuarán trabajando y siguiendo con sus vidas.
Pregunta.- En su blog compara la posibilidad de hacer un
test de la covid-19 con la sencillez de adquirir un refresco. Pero también
afirma que el sistema de salud es tan complicado que no se pueden producir más
test. En España tenemos, también, el problema con el número de pruebas y su
distribución. ¿Estamos aplicando el suficiente sentido común para resolver la
emergencia?
Respuesta.- A veces resulta complicado volver a lo
esencial y liberarnos de toda la confusión. Una idea básica de la economía es
proporcionar a la gente las cosas que quiere. Ahora mismo muchas personas
quieren los test y algo va mal cuando no eres capaz de dárselos. La principal
razón por la que alguien como yo quiere hacerse el test es para que la gente
que esté a mi alrededor tenga la certeza de que no estoy infectado. Esto es lo
que las personas quieren y tenemos que hallar la forma de dárselo.
Pregunta.- Sostiene que, si Estados Unidos quiere volver
a la normalidad este verano, el Gobierno debe gastar 100.000 millones de
dólares al año con los que comprar 9.000 millones de test anuales y reducir el
precio de las pruebas. ¿Es posible?
Respuesta.- Desde luego. En este país esto corresponde a
10 dólares por test. Representa 26 test por persona haciendo pruebas cada dos
semanas. Lo cual supone 260 dólares al año. Si podemos pagar 130 dólares por
refrescos cada año podemos abonar esa cantidad por las pruebas. La pregunta
clave es: ¿si sería útil gastar 260 dólares? Desde luego. Incluso, en mi
opinión, resultaría práctico gastar más que eso. Este es el razonamiento. No lo
que cuesta.
Pregunta.- ¿Parar el virus o salvar la economía? ¿Podemos
hacer las dos cosas?
Respuesta.- Sí. Pero la única forma de recuperar la
economía es controlando el virus.
Pregunta.- Los test, desde luego, son importantes. Pero,
¿por qué incide tanto?
Respuesta.- Porque para recuperar la economía, tenemos que
asegurarnos de que la gente se sienta segura y con confianza. Hay que tener un
plan para gestionar la pandemia que sea creíble, no solo este mes o esta
semana. Invertir en test y aislar al pequeño número de personas que está
contagiado es una estrategia simple, fácil de explicar y que no abandonaremos.
La otra opción es que todo el mundo lleve mascarillas en público, esto podría
prevenir la expansión y el retorno del virus. Sin embargo, tienes que ver si la
gente está dispuesta a llevarlas y no se las quitará dentro de dos o seis
meses. Porque si lo hacen, volvemos a la incertidumbre.
Pregunta.- Otras opciones se centran en la vigilancia
digital. ¿No le gusta?
Respuesta.- Creo que es algo con lo que la gente se va a
sentir incómoda. Puede provocar resistencias y malestar. Intentar algo así es
una pérdida de tiempo. Las personas están muriendo todas las semanas y están
perdiendo ingresos económicos. Vamos a poner en marcha cosas que se puedan
hacer rápidamente. Alguien, desde luego, podría diseñar una aplicación y la
gente se podría unir voluntariamente. Pero no podemos esperar a ver si esto es
una realidad.
Pregunta.- ¿Cuál es su mayor miedo económico ahora mismo?
Respuesta.- Que la gente piense que volvemos a la
normalidad. No vamos a volver a la normalidad. No sucederá de una forma
automática. Sin una estrategia para lidiar con la incertidumbre, con el miedo,
de manera creíble no veremos la recuperación económica. Si la economía está en
depresión durante meses o años sería una tragedia para las personas. Perderían
sus ingresos, sus casas, pasarían hambre. Pero también sería un drama para los
países porque aumentarían las desigualdades sociales, la destrucción de
sistemas políticos y el imperio de la ley.
Pregunta.- ¿Imprimir dinero no es la solución?
Respuesta.- Puedes imprimir todo el dinero que quieras.
Pero no voy a ir, por ejemplo, a mi dentista hasta que sepa que no tiene el
virus. Tampoco el dentista querrá, posiblemente, que vaya yo si no tiene la
misma certeza.
Pregunta.- En España el paro se ha disparado. ¿Es un
precio enorme que tenemos que pagar?
Respuesta.- Desde luego que no. Si controlamos el virus
podemos alcanzar el pleno empleo y recuperar la actividad económica.
Pregunta.- ¿Cuánto tiempo durará el distanciamiento
social?
Respuesta.- Todo depende de controlar el virus, pues puede
estar aquí para siempre. Podemos tardar cinco o diez años en tener una vacuna
que funcione. Debemos contar con un plan para manejar el virus de forma
indefinida. Distancia social significa que no puedes ir al restaurante, no
puedes ir al parque, no puedes visitar a tu padre que está en una residencia de
ancianos. Esto es imposible de mantener durante cinco o diez años. Pero hacer
test todas las semanas resulta algo fácilmente sostenible.
Pregunta.- Muchos analistas no supieron interpretar el
crash de 2008. ¿Están volviendo a fallar?
Respuesta.- Si no nos movilizamos, la situación empeorará
respecto al punto de partida. Pero no existe ninguna razón de peso para que se
produzca esta regresión. Este virus va a estar circulando, como le decía, entre
los seres humanos para siempre. Nunca se va a ir. Necesitamos manejarlo y
aceptarlo. Resulta muy destructivo, pero tenemos la oportunidad de gestionarlo
y no podemos perderla.
Pregunta.- Imaginemos que estamos en el 1 de enero de
2021. ¿Cómo será vivir?
Respuesta.- Dependerá de nosotros. Podemos tener la
epidemia totalmente controlada si hacemos pruebas y aislamos a la gente
infectada. Además recuperaremos la economía. Pero si miramos hacia otro lado,
ese día, de ese año, será exactamente igual que hoy.
EDITORIAL
De la entrevista anterior y del resto de informes y estudios presentados
en este blog tanto hoy mismo, como en las últimas semanas, se pueden extraer las
siguientes conclusiones.
- Que existe consenso general sobre que el virus ha venido para quedarse.
- Que la prevalencia del virus será más fuerte en invierno y más débil en verano (probablemente por la subida de las temperaturas).
- Que el mayor peligro para la contención de la pandemia no viene de los enfermos de coronavirus, que también, sino de los asintomáticos (contagiados que no muestran sintomatología) como probablemente ha ocurrido en España, Italia y Francia.
- Que la realización de test masivos es la única defensa que tiene la humanidad para luchar contra el virus a falta de una vacuna terapéutica eficaz (cercana al 100% de efectividad).
- Que el confinamiento y aislamiento social después de Junio, debe ser el último recurso de contención de la pandemia.
- Que es necesario un plan de contingencias, país por país, y quizás otro a nivel continental en la Unión Europea.
- Que es imprescindible prestar ayuda a los países menos desarrollados para que cumplan sus respectivos planes de contingencias.
- Que “groso modo” estas son las soluciones y otra cosa son las formas de financiarlo.
Teoría del posible patrón de propagación del coronavirus .
1.
Seguirá causando víctimas
hasta Junio (con posibles repuntes), que en Julio y Agosto, con las previsibles
subidas de temperaturas, se desactivará. Y aunque aparentemente pareciese que todos
los contagiados (incluidos asintomáticos) estuvieran curados completamente, como
ya se ha demostrado en algunos casos, no desaparecerá por completo de las personas
infectadas, siendo incluso previsible, que, en esta fase durmiente del virus, con
elevadas temperaturas, o bien no se contagie o bien el contagio fuese mínimo.
2.
En
Septiembre, con la llegada del Otoño y la probable bajada de temperaturas respecto de meses anteriores, tal vez se reactivase el coronavirus en personas
supuestamente curadas y asintomáticos. Probablemente no se notará demasiado en hospitales,
aunque si en Centros de Salud (ambulatorios). Pudiendo ésta ser la fase inicial,
en la que el virus comenzaría su difusión o contagio, de forma soterrada, como si
fuera una gripe suave.
3.
En
los meses siguientes, Octubre y Noviembre, que lógicamente debieran continuar
bajando las temperaturas, y en consecuencia, se incrementarían la llegada de
enfermos de gripe junto con enfermos de Covid-19 además de a los Centros de
Salud, también a las urgencias de los hospitales, y quizás se vuelvan a necesitar
las UCI. En este caso supondría la fase de expansión intermedia, donde el coronavirus
podría acelerar los contagios
4.
En
Diciembre, con la llegada del invierno podría haber otro estallido de la
epidemia del coronavirus, que duraría todo el invierno, aunque quizás, si anteriormente
se hubiesen realizado test masivos y medidas de aislamiento con enfermos de Covid-19,
pudiera ser, que no se llegue al grado de epidemia (sería la fase de la explosión
del coronavirus y la multiplicación imparable de contagios, sino es por medio de confinamientos)
5.
Llegada
la primavera, iría disminuyendo otra vez su intensidad hasta el verano y vuelta
a empezar.
Recomendación
Es fundamental la realización de test masivos a la población desde el 1
de Septiembre (para obtener una instantánea post-vacacional de la infección del coronavirus y sobretodo detectar a los asintomáticos)
y continuar haciéndolos, como mínimo, a primeros de mes de cada uno de los meses siguientes
hasta disponer de una vacuna.
Fuente:
elPais.com