Cuando los ultraconservadores alientan asaltos a parlamentos democráticos, cuando se denigran gobiernos elegidos legítimamente, cuando falazmente se tachan de ilícitos los procesos electorales, cuando se invaden países en nombre de la geopolítica o cuando se usurpan los impuestos a los pobres traspasándose a los ricos. En todos esos casos se ataca la democracia, defendiendo un populismo rayano al fascismo.
Es aberrante y cansino escuchar a diario, desde el partido popular, acusaciones trumpistas sin fundamento al Gobierno de España, llenas de falsedades, donde se dicen que quieren controlar al CGPJ (cuando lleva en funciones y caducado cerca de 4 años) y al Tribunal Constitucional, que a ambos dos, desde el PP se niegan a renovar, incumpliendo así la Constitución. Además de otras insinuaciones e insidias sobre la toma de control del CIS y del INE y de paso dirigir las empresas informáticas encargadas de la publicación de resultados electorales en internet. Relacionándolo todo ello con pucherazos en las elecciones democráticas españolas (aunque al PP las últimas cuatro elecciones autonómicas no le ha ido mal, pues las ha ganado) que demuestran además de mala fe, una enorme ignorancia al respecto del funcionamiento de dichas Instituciones, que miedo me da que ganen unas elecciones generales y gobiernen el país semejantes incompetentes.
De esta manera llegamos a la conclusión final, pues a consecuencia de los continuos regalos a Iglesia, bancos, empresarios y clases altas, en general en forma de traspaso de nuestros impuestos a dichos estamentos privados (por ejemplo, los que tienen nómina son los únicos que pagan proporcionalmente a sus ingresos la Seguridad Social, pero la utilizamos todos) que nos quedaría como sigue.
Caso de votar a PP o Vox, la gente humilde tendría menos trabajo, con más miseria y ruina económica de sueldos basura, como ya ocurrió en gobiernos anteriores del partido popular. Pero también más enfermedades y menos acceso a la educación, pues debido a la rebaja de calidad de los Servicios Públicos: Sociales, Sanitarios y de Educación, quedarían cercanos a su desaparición ya que por intereses espurios interesa su privatización. Y por supuesto, todo ello iría en detrimento de nuestros derechos y libertades.
Fuente: Redacción.