24 de febrero de 2021

UE. La Unión Europea continua carrera por "chip abierto" para supercomputadores

 El Centro Nacional de Supercomputación coordina una iniciativa europea para desarrollar procesadores de código abierto: "Necesitamos soberanía tecnológica, por una cuestión económica pero también ética", pide su director


En España el superordenador MareNostrum 4, está instalado en el interior de una capilla propiedad de la Universitat Politècnica de Catalunya, construida en los años 40 del pasado siglo. Frente a ella hay una réplica de una cabeza monumental de la civilización olmeca, cedida por una universidad mexicana. "Ha ganado todos los concursos de belleza de supercomputadores", presume el director del Centro Nacional de Supercomputación, Mateo Valero. Que reciba visitas guiadas por ser digno de admirar es uno de los rasgos particulares del buque insignia de la computación española, puesto que lo que suele primar en este tipo de instalaciones es su velocidad para hacer cálculos.

No es que el MareNostrum 4 no sea rápido. 

Pero se montó en 2017 y se está aproximando al final de su vida útil, que en los superordenadores está en torno a los cuatro o cinco años. La solución será el MareNostrum 5, que será unas 30 veces más potente. El organismo que dirige Valero, más conocido como Barcelona Supercomputing Center (BSC), ganó el pasado verano un concurso de la Unión Europea para ayudar a financiarlo. Uno de sus proyectos de investigación que llamó la atención de Bruselas es el conocido como "chip europeo", un desarrollo tecnológico con capacidad para revolucionar no solo el sector de los supercomputadores sino también otros como el de los coches autónomos.

CHIP EUROPEO

El "chip europeo" es un intento de aplicar la lógica del código abierto, muy avanzada en lo relativo a programas digitales (software), al mundo de los chips (hardware). "La cosa es: ¿Por qué no creamos un juego de instrucciones que sea de todos y para todos, que sirva para que cualquiera pueda hacer sus chips y que no dependamos de empresas que cobran más de 50 veces lo que vale desarrollarlos?", explica el director del BSC en entrevista con elDiario.es. La iniciativa, denominada RISC-V, surgió en la Universidad de Berkeley en 2010 pero ha ganado un nuevo impulso en Europa en los últimos años, que no cuenta con ningún gran fabricante de chips.

El software abierto se basa en facilitar el acceso al código bajo una licencia que permite utilizarlo, reescribirlo, mejorarlo y redistribuirlo sin el permiso expreso de su autor original. Surgió como respuesta a los programas privativos que impedían a sus usuarios incorporar mejoras o funcionalidades adicionales, impidiendo explotar al máximo las posibilidades de la tecnología. La mayoría de supercomputadores realizan labores de investigación, "como los buques oceanográficos o los Observatorios de Canarias", expone Valero, y utilizan versiones de Linux –la nave nodriza del código abierto– como sistema operativo. Sin embargo, siguen atados a las lógicas privativas y a las condiciones de venta que establecen unos pocos fabricantes de chips.

Europa no siempre ha carecido de esa capacidad estratégica. Hasta 2016 contaba con la multinacional británica ARM, pero tras el Brexit esta fue vendida a Softbank, una compañía japonesa. Los chips de ARM se usaron para crear el Fugaku, el supercomputador que ocupa el primer puesto en el prestigioso top500 de los computadores más rápidos del mundo. Está instalado en Kobe (Japón). "Llevamos tres años coordinando una iniciativa para intentar hacer procesadores que compitan con los Intel, Nvidia, ARM...", explica el director del BSC. "Las posibilidades de colaborar, optimizar, de tomar diseños de uno, adaptarlos a tus necesidades, mejorarlos, son enormes a nivel mundial".

"Estamos avanzando. Hoy por hoy no son comparables con los de los competidores, pero estoy convencido que si no se para la financiación, el MareNostrum 6, de aquí a cinco o seis años, podrá tener chips europeos, abiertos. Actualmente no hay ningún supercomputador que los tenga", pide Valero, que recalca la importancia de que las instituciones apoyen esta carrera en un capítulo de Faster than the Future, editado por Digital Future Society. En el libro, el director del BSC y otros 10 expertos internacionales apuntan algunos de los retos inmediatos de la tecnología. En su presentación participaron tanto la ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, como la secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, Carme Artigas.

"No abrá tecnología ética en Europa sin soberanía"

Unos 600 investigadores del BSC utilizan el MareNostrum 4 como instrumento de trabajo. Su función es realizar las simulaciones necesarias en sus experimentos. Se organizan en torno a cuatro departamentos: ciencias de computación, donde se estudian cuestiones como el big data o la inteligencia artificial; ciencias de la vida, centrada en modelización molecular del ser humano o medicina personalizada; ciencias de la tierra, que analiza el cambio climático, la calidad del aire, etc.; e ingeniería, cuya misión es "desarrollar software científico para explotar de manera más eficiente las capacidades de la supercomputación".

Existen centros de investigación con superordenadores por todo el mundo, pero Europa se ha quedado descolgada. Ninguno de los cinco más potentes se encuentra en el viejo continente. Los primeros representantes, según el top500, son el Juwels (Alemania, 7º más rápido) y el HPC5 (Italia, 8º). El MareNostrum 4 es el número 42 de la lista. El plan europeo que cofinanciará a su sucesor tiene como objetivo revertir la situación y que los superordenadores europeos rivalicen por los primeros puestos. Es el primero que se organiza en este campo y también ayudará a construir otras dos instalaciones punteras en Finlandia e Italia.

Aunque de momento Japón se queda con la primera posición y además del Fugaku tiene otro par de superordenadores además entre las 20 más rápidas, es EEUU quien domina el sector. Su posición se consolidó aun más tras una nueva venta de ARM, que el pasado septiembre pasó de SoftBank a la estadounidense Nvidia. China, que ha realizado una gran inversión en los últimos años, se le acerca cada vez más, aunque aún existe distancia entre las dos superpotencias.

La iniciativa del chip abierto está enfocada a los superordenadores de los centros de investigación, pero puede repercutir en toda la sociedad. "Europa tiene que tener tecnología soberana, primero porque a nivel económico va a generar un rendimiento, pero segundo, porque si quieres hacer una internet ética, tienes que dominar la tecnología que la sostiene", expone Mateo Valero. "En Europa defendemos que somos los que tenemos las mejores regulaciones éticas. Pero si no eres tú quien desarrolla la tecnología, el problema te vendrá dentro".

El problema que define el director del Centro Nacional de Supercomputación se da tanto a la parte física de las tecnologías de la información como al código informático que las rige. En medio del debate sobre el poder de multinacionales digitales como Google o Facebook, Valero recuerda que la situación es similar en lo relativo a los chips, con empresas como Intel o Nvidia dominando el sector. "¿Por qué enfocarnos en los procesadores? Porque son los elementos que procesan toda la información".

En cualquier caso y pese a que su campo de especialización es el hardware, Valero no ahorra críticas sobre las multinacionales digitales. "Nos han hecho esclavos sin haber habido ninguna guerra" asevera en su conversación con este medio. "Lo que están haciendo estas empresas es inmoral, aunque sea legal. Te hacen firmar una serie de consentimientos para poder comunicarte con tus familiares y amigos, para luego hacer negocio con tus datos. Y lo que es mucho peor, para tratar de cambiar la forma en la que piensas".

"La situación tiene que cambiar" sentencia el experto, ganador de numerosos premios como el Eckert-Mauchly, considerado el más prestigioso en arquitectura de computadores. "Europa tiene que intentar que los datos sean de los que los producen, de que no se puedan extraer sin más, jugar con ellos y, sobre todo, mandarte consignas en cada segundo sobre qué tienes que hacer. Yo no tengo redes sociales. Tuve Facebook hasta hace ocho años. Lo dejé porque vi que se puede vivir sin él y no tengo por qué nutrir con mis datos ese gran negocio".

Fuente: El Diario.es

GRANJAS DE MINADO. El boom de las criptomonedas y el desabastecimiento de portátiles para gamers.

 Nvidia, fabricante de tarjetas gráficas, se ve 'forzada' a sacar una línea de productos enfocada a los mineros de criptomonedas para evitar que estos agoten las existencias de los portátiles pensados para el mercado de videojuegos


El bitcoin vuelve a batir récords. El pasado martes sobrepasó por primera vez los 50.000 dólares al cambio y en lo que llevamos de año ha aumentado su valor un 70%, aunque actualmente ha perdido un 15% de valor. El hito en estas semanas ha sido la inversión de 1.500 millones de dólares en esta criptomoneda por parte de Tesla (y por tanto de su mandamás, Elon Musk, a quien muchos consideran un gurú de las inversiones en nuevas tecnologías), pero el crecimiento está sustentado también en la decisión del BBVA, Paypal o Mastercard de aceptarla como método de pago.

La situación ha provocado una alerta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Banco de España. Aunque se llamen "criptomonedas", las autoridades financieras prefieren el nombre de "criptoactivos", puesto que los consideran un producto de inversión: "Su extrema volatilidad, complejidad y falta de transparencia son una apuesta de alto riesgo", avisan ambas instituciones.

Cuando el precio del bitcoin sube, arrastra consigo al resto de las criptomonedas. "Son un sector en sí mismo, habrá unos 40.000 tipos de criptomonedas. Bitcoin es obviamente la más importante y la puerta de entrada. Cuando la gente ve beneficios, se distribuyen las ganancias a otras criptomonedas, que al ser más pequeñas suben más al ser más volátiles", detalla Raúl Marcos, fundador de Carbono.com, una consultora especializada en este tipo de inversiones.

Este nuevo boom de las criptomonedas, superior ya al que vivieron en 2017, está provocando consecuencias un tanto inesperadas. Una de ellas es la escasez de algunos modelos de ordenador portátil, que se han vuelto terriblemente difíciles de conseguir. La clave está en uno de sus componentes, que para los criptomineros se ha vuelto más valioso que el dispositivo entero.

¿Criptomineros?

Como recuerdan la CNMV y el Banco de España, en la actualidad las criptomonedas se parecen más a un activo de inversión que a un método de pago. Pero el bitcoin, la precursora de todas las demás, sí fue concebida como moneda, aunque con trasfondo ideológico: es independiente de cualquier institución financiera o autoridad central y no las necesita para funcionar.

En vez de tener un responsable vigilando lo que ocurre con la divisa, son sus propios propietarios los que supervisan todas y cada una de las transacciones a través de una red descentralizada y encriptada (de ahí el prefijo cripto-). Esa tecnología se denomina blockchain, cadena de bloques. Cuando se produce un intercambio de criptomonedas, la 'factura' se guarda en las carteras de todos aquellos conectados a la red. Cada conjunto de facturas se denomina bloque, que se va añadiendo a la cadena pública.

Para asegurarse de que siempre hubiera dispositivos conectados verificando esas transacciones, Satoshi Nakamoto –seudónimo del programador o grupo de programadores que lanzó el bitcoin– no los entregó sin más al primero que pasara. Los escondió en un rompecabezas matemático, de manera que el primero que completara una serie de ecuaciones informáticas mientras está conectado a la red, se lleva una recompensa en bitcoin. Cuando esto pasa, su premio y las facturas de las transacciones internacionales se añaden al registro público y se comienza a preparar un nuevo bloque.

Ese proceso recibe el nombre de minado y lo emplean la mayoría de las criptomonedas. Casi inmediatamente se convirtió en un negocio. Si el coste operativo del dispositivo que se utiliza en el minado más la electricidad consumida es menor que el valor de la criptomoneda conseguida, se gana dinero. "Es como una lotería. Si tienes un ordenador conectado compras un boleto, pero si tienes mil, compras mil boletos", ejemplifica Marcos.

A las instalaciones con cientos o miles de ordenadores conectados para resolver el puzzle matemático se las conoce como granjas de minado. Suelen localizarse donde la electricidad es más barata, aunque las hay por todo el mundo, también en España. Se calcula que el consumo eléctrico global de la minería de criptomonedas está en torno a los 9 gigavatios de potencia. Los picos de demanda en España, por ejemplo, están en torno a los 40 gigavatios.

Un pico para minar todas las criptomonedas

Para evitar que el puzzle matemático se acabara muy rápido, la recompensa por minar bitcoin se reduce a la mitad cada 210.000 bloques. Empezó en 50 bitcoin por bloque y actualmente está 6,25. "Inicialmente era posible incluso realizar estas tareas utilizando un ordenador común, pero según la dificultad ha ido subiendo se ha requerido mayor capacidad de cómputo", detalla Sergio Carrasco, abogado especializado en nuevas tecnologías.

Aquí es donde vuelve a ser entrar el nuevo boom global de las criptomonedas, puesto que no todos los equipos son igual de eficientes en el minado de todos los tipos de criptomoneda. Una de las que más se está beneficiando de este nueva ola es el ethereum, la segunda más valiosa actualmente, que se paga a unos 1.500 euros por unidad. En su minado son especialmente importantes las tarjetas gráficas, encargadas de realizar los procesos informáticos necesarios para resolver el rompecabezas.

Hay algunos tipos de tarjeta gráfica, diseñados por la empresa Nvidia, que son capaces de funcionar en el minado tanto de bitcoin como de ethereum. Pero su concepción original era diferente, ya que estaba pensada para rendir muy bien en portátiles diseñados para jugar a videojuegos. Su capacidad en este campo ya hacía que tuviera una alta demanda, pero han sido los criptomineros los que han hecho que sea muy difícil de conseguir. El mercado de las tarjetas gráficas individuales es pequeño, por lo que cuando este se agotó, empezaron a comprar los portátiles enteros en los que van integradas.

La consecuencia es que aunque los modelos de portátil que utilizan estos componentes llevan meses en el mercado, muy pocos se han utilizado para jugar a videojuegos. Usar portátiles completos para el minado es menos eficiente, pero la flexibilidad que ofrecen las tarjetas gráficas de Nvidia para cambiar a bitcoin en caso de que ethereum baje de precio ha hecho el resto. "Al final la lógica es simple: quiero algo que me dé muchas monedas por el trabajo, y si ethereum baja, que me pueda pasar a otra cosa", explica Carrasco.

Unas fotos viralizadas en la red social china Weibo recogidas por Omicrono confirmaron el uso de los portátiles con las tarjetas gráficas de Nvidia para el minado de criptomonedas, algo que los aficionados a los videojuegos llevaban tiempo sufriendo. "Yo no veía algo así desde 2016", afirma Raúl Marcos, de Carbono.com.

Si no puedes con tu enemigo, haz un producto para él

Las compras masivas de sus productos por parte de los criptomineros estaban escamando a Nvidia, que veía como su público principal, los jugadores de videojuegos, era incapaz de acceder a sus tarjetas gráficas más potentes. Durante unas semanas se rumoreó que la marca estaba meditando limitar la capacidad de sus productos para hacerlos menos atractivos para la minería de criptomonedas. Finalmente la solución ha sido un poco más capitalista.

Nvidia anunció este jueves que empeorará la capacidad de sus tarjetas gráficas para minar criptomonedas, pero a la vez, ha lanzado una línea de ellas destinadas específicamente a este uso. Los jugadores tendrán sus portátiles, los mineros, su pico; y la marca, sus beneficios. Todos contentos... si se deja al margen la preocupación de las autoridades financieras y las consecuencias de la energía consumida por la minería de criptomonedas, claro.

Fuente: El Diario.es