26 de mayo de 2019

ESPAÑA. Del Respeto a las Instituciones del Estado.

A propósito del respeto de las Instituciones del Estado, debo decir que llevo bastante tiempo mordiéndome la lengua, como vulgarmente se dice en España, mientras observo que en este país se están mancillando a las Instituciones democráticas del Estado impunemente.
A tal grado de degradación moral se está llegando, que está tomando tintes preconstitucionales, porque los ataques proceden, tanto de los poderes fácticos, como de los poderes públicos, elegidos por sufragio universal.
Cuando no sale el clero diciendo que España necesita buenos ciudadanos que voten pensando en los partidos que defiendan los ideales e intereses de la Iglesia, lo cual implicaría que el resto no serían buenos ciudadanos, (excepto si marcan la casilla de la Iglesia en la declaración de la Renta, faltaría más), o salen los periodistas afines a conservadores e independistas, intentando demostrar que la separación de poderes de Montesquieu es una quimera, o cuando no, los Diputados electos y Presidentes Autonómicos, atacan impunemente al Presidente del Congreso o del Senado, tachándolos de prevaricadores o al Presidente del Gobierno en funciones, recuerden lo de OKUPA o ilegítimo.
Bien, a todo esto, me surgen las siguientes interrogantes.
1.¿Dónde queda la separación de poderes que decía Montesquieu entre los Poderes del Estado?.
2.¿Acaso no merece el mismo respeto, el representante del Poder Ejecutivo (Presidente del Gobierno y 2ª Autoridad del estado), los Representantes del Poder Legislativo (el Presidente del Congreso, 3ª Autoridad del estado, y el Presidente del Senado, 4ª Autoridad del Estado),  que el poder Judicial?
Respecto a la primera cuestión, debo decir que en mi humilde opinión, si han existido las interferencias entre los poderes Legislativos y Judicial, han sido en ambas direcciones, pero solo se critican cuando éstas van desde el poder Legislativo al poder Judicial, y no en sentido contrario, puesto que nunca he visto a los poderes fácticos  criticar ninguna sentencia del Poder judicial que les beneficie y cito, como ejemplo las controversias surgidas por las sentencias contradictorias entre sí del Tribunal Supremo, referidas a Cláusulas suelo o Gastos de Constitución de hipotecas.
Y más recientemente, esta misma semana por ser más exacto, la polémica surgida a raíz de la petición de la Presidencia del Congreso al Tribunal Supremo, de información sobre la forma de proceder con respecto a los Diputados presos, obteniendo como respuesta que debería aplicar el artículo 21.1.2 del Reglamento del Congreso.
En este punto, quiero recordar que los Letrados del Congreso, que también algo saben de Derecho, en respuesta al escrito a ellos dirigido por parte de la Presidencia del Congreso, tuvieron a bien desestimar la sugerencia implícita en la respuesta del Tribunal Supremo, por entender que no se cumplían los requisitos mencionados en el anteriormente citado artículo del Reglamento del Congreso, y en su lugar recomendaron aplicar el artículo 384 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que el Alto Tribunal en su momento rechazó aplicar en este caso, por motivos de proporcionalidad del Congreso de Diputados, que no comprendo muy bien como se puede incluir dentro de los fundamentos jurídicos.
Y más a más, teniendo en cuenta el precedente jurídico también del Tribunal Supremo, del juez instructor, Pablo Llarena, que el 9 de julio de 2018, mandó escrito al Parlament de Catalunya diciendo que Carles Puigdemont, Junqueras, Rull, Turull y Raül Romeva –ahora senador y a la espera de que la Cámara decida sobre su situación esta semana- habían quedado “suspendidos automáticamente por imperio del artículo 384 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal” en sus funciones y cargos, y que la Mesa del Parlament debía proceder a hacerlo efectivo.
Respecto de la segunda pregunta les diré que, sin embargo, los malos de la película a ojos de conservadores e independentistas, siguen siendo, la segunda, la tercera y la cuarta Autoridad del Estado, porque entiendo no son de sus respectivos partidos, pues  creo que de haber ganado las elecciones candidatos afines a sus ideas políticas, dichos representantes serían intocables, y tan sagrados que parecerían los representantes de Dios en la tierra.
Y los diputados electos de partidos conservadores e independentistas deberían conocer que una vez los Presidentes de Congreso y Senado son elegidos, representan al pueblo español y a la propia Institución, y merecen el máximo respeto, independientemente de las ideologías políticas de cada uno, que evidentemente todos tenemos, incluidos la Judicatura, faltaría más.
 Además , cuando se ataca a los Presidentes de ambas Cámaras Legislativas, se está atacando a la propia Institución, no a la persona, y me parece surrealista que este humilde ciudadano tenga que recordárselo a sus Señorías.
Y tengan en cuenta que todos los españoles y españolas de a pie, sabemos, que los actuales Presidentes de Congreso y Senado, han sido elegidos democráticamente por nuestros representantes en ambas Cámaras Legislativas, salidos de las últimas elecciones Generales, al igual que esperamos que el actual Parlamento elija más pronto que tarde al futuro Presidente del Gobierno de la decimotercera Legislatura.  Y mal que les pese a conservadores e independistas, son nuestros representantes, los representantes del pueblo español, y les defenderemos SIEMPRE,  a pesar de ellos y por encima incluso, de los poderes fácticos, que solo se representan a si mismos por no haber concurrido nunca a unas elecciones, y lo seguiremos demostrando en las urnas.
    Además, tengan todos ustedes presente que la sociedad española independientemente de su nivel de estudios  y clase social,  sabe que si el Parlamento, que es la Casa del Pueblo, no se respeta, se acabará con él. Y quizá después volvieran tiempos preconstitucionales, que espero y deseo que conservadores, independentistas  y poderes fácticos, no tengan en mente, por el bien de todos.