23 de mayo de 2021

TECNOLOGIA. Los chips que mueven el mundo en manos de solo dos países.

 Taiwán y Corea del Sur concentran el 81% del mercado global de fabricación de semiconductores.  La dependencia agita la tensión entre China, EE.UU. y la UE

Sin semiconductores no hay ordenadores, ni smartphone.

Pero tampoco automóviles, aviones, consolas de videojuegos o cualquier dispositivo que integre inteligencia artificial, como avanzadas tecnologías de la salud o telecomunicaciones y un cuasi infinito etcétera, ya sea a la hora de elaborar estos productos o en su versión final.

Los semiconductores, son ese minúsculo motor que mueve las tecnologías del siglo XXI. Apenas se fabrican de forma física o funden, según el argot del sector, en dos países ubicados en una de las zonas del mundo más calientes, donde se encuentran frente a frente los intereses occidentales y los de China donde las tensiones van in crescendo, como son Corea del Sur y sobre todo Taiwán.

Porque en esta isla cuya soberanía está reclamada por Pekín, lo pequeño es grande. El 25% de su territorio, un espacio un poco más limitado que el de Asturias, concentra al 75% de toda su población, sobre 17 millones de personas. Y este la fabricación del 63% de los semiconductores de la totalidad del mercado en el mundo.

Sólo le sigue de lejos Corea del Sur, con el 18%. Entre uno y otro llegan al 81% del total. Un cuasi duopolio. Porque luego aparece China con apenas el 8% según datos finales del 2020 de TrendForce. Europa y EE.UU. son testimoniales. Y eso pese a que gran parte de su economía y estilo de vida dependen de ellos.

“La concentración de productos altamente complejos como este tipo de chips high-end en algunas regiones, no es algo extraño. Y es precisamente fruto de la idea de que su conocimiento tácito no es fácil de trasladar y suele agruparse”, relata Clàudia Canals, economista principal de CaixaBank Research.

Se ve, por ejemplo, en las empresas tecnológicas estadounidenses, muy concentradas en Silicon Valley. Pero en el caso de las obleas en la base de la tecnología del siglo XXI, láminas las más de las veces de silicio en las que procesos microscópicos y llenos de color dibujan microcircuitos por fotolitografía casi imperceptibles (los últimos, de dos nanómetros, lo que equivale a dividir el grosor del cabello humano en 50.000 partes y recoger apenas dos), están en apenas dos manos. Y las más de las veces, además, en dos empresas privadas: TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Company) y Samsung.

La taiwanesa TSMC ocupa el 54% del mercado de los chips que permiten ejecutar operaciones a la velocidad de la luz y memorizar millones de bits de información. La coreana Samsung el 17%, según los datos del 2020 que continúan en este 2021. Entre ambas, el 71% del mercado. Y ambas en el mar de la China Oriental. Frente a Pekín. De ahí hoy el temor en Occidente a sus implicaciones para la cadena de suministro de estos componentes.

Porque, aunque Occidente colidera el desarrollo de los diseños de componentes (TSMC utiliza de una forma mayoritaria equipos fotolitográficos de la neerlandesa ASML, por ejemplo), Taiwán y Corea del Sur dominan la fabricación de los chips y sus innovaciones. Aunque fuera Intel, con sede en Silicon Valley, California, quien sacara el primer microprocesador en 1971; hoy prácticamente ha desaparecido del negocio de fundición. Entre los clientes de estas empresas de Extremo Oriente están, de hecho, las empresas de chips sin fábrica (o fabless, como se las conoce en el sector) más grandes del mundo como Qualcomm, Broadcom, Nvidia o AMD. Empresas especialistas en su diseño y diseño que luego licencian.

Y de ahí la duda: -“¿Por qué han hecho posible esta concentración?”, se pregunta.

-“Desde los años 80 los circuitos se han ido miniaturizando y una fábrica que sea capaz de integrar transistores cuyo tamaño mínimo ronda los 10nm tiene un coste elevadísimo. Para rentabilizarla es necesario vender a gran escala, no sólo productos propios sino de otras compañías, lo que sólo se consigue en mercados de consumo. Por otro lado los precios de venta han bajado en los últimos años de manera muy importante. Esto ha propiciado una especialización”, responde a La Vanguardia Susana Patón, profesora titular de tecnología electrónica de la Universidad Carlos III de Madrid.

“La clave del negocio de fundición es no competir nunca con los clientes y mantener la propiedad intelectual en secreto”

Kuan-Neng Chen

Especialista en ingeniería electrónica y vicepresidente de la Universidad Nacional Yang Ming Chiao Tung

Los costes de poner en marcha una sola fábrica se estiman en unos 10.000 millones de euros. “Sin chips electrónicos la economía retrocedería medio siglo pero instalar una planta moderna puede costar 16.000 millones de euros, más que una planta nuclear o que fabricar un portaaviones”, aventuraba por su parte en Dinero, Xavier Ferràs, profesor especializado en innovación de Esade. “No habrá respuesta rápida de la industria para compensar la sobredemanda”, concluía.

Y de ello se ha aprovechado de forma clara Taiwán. Y más que en ningún otro lugar en el parque tecnológico de Hsinchu, al sur de Taipei, en la costa occidental de la isla. Allí tienen su sede TSMC y la gran mayoría de las compañías que fabrican de forma física los chips en el país.

-“¿Y por qué no se las replica?”, se pregunta, de nuevo.

-“La clave del negocio de fundición es no competir nunca con los clientes y mantener la propiedad intelectual en secreto. Esto las empresas de Taiwán lo han hecho muy bien mientras que otras del mundo pensaron en desarrollar sus propios productos. Además este negocio requiere de una acumulación de experiencia y disciplina en la gestión del negocio para garantizar un alto rendimiento. Y las empresas de Taiwán tienen ambas”, detalla Kuan-Neng Chen, especialista en ingeniería electrónica y el vicepresidente de la taiwanesa Universidad Nacional Yang Ming Chiao Tung.

Es así que da igual si los chips a veces adquieren la forma de microprocesadores, otras de chips de memoria, a menudo de tarjetas gráficas, y más. Este producto, minúsculo, que en el día a día pasa más que desapercibido y la más de las veces es comercializado por otras marcas, es básico en alrededor del 70% de los productos tecnológicos del mundo, según la consultora Deloitte. Sean de Apple o Alibaba. De Volvo, Airbus o Nintendo. Y se funden en contados países y empresas.

Lo asume en primera persona en conversación con este diario Wayne Huang, vicepresidente de operaciones de Fairphone, compañía neerlandesa para la fabricación de los smartphone con la sostenibilidad por guía: “Nosotros empleamos una estrategia de desarrollo de producto similar, porque invertir en la manufactura tiene muchos más riesgos que construir un equipo de ingeniería. Por ejemplo, en inversión de capital inicial, que especialmente para las fundiciones es enorme. Mientras TSMC y Samsung están avanzando con su I+D y reduciendo sus costos al producir más chips de un tamaño fijo, los demás lidian con costos aún más altos. No es una sabia decisión empresarial el seguir con su negocio de fundición”.

La decisión de qué hacer, con todo, también es de seguridad nacional.

EE.UU. ha identificado en la dependencia de Taiwán y Corea un posible punto de estrangulamiento

James A. Lewis

Director del programa sobre tecnologías estratégicas y vicepresidente del Center for Strategic and International Studies

Porque con Taiwán en su centro, resurge el dilema sobre las consecuencias de ubicarse en lo que The Economist tildaba del lugar “más peligroso de la tierra”. Por tener detrás a EE.UU. Delante a la República Popular de China. Y por quedar en medio de un juego entre potencias el epicentro de un producto indispensable y “estratégico”, en palabras del comité de Exteriores del Senado de EE.UU.

-“¿Cómo puede afectar a la seguridad global?”

-“Cuando China parecía un país amigo, todos se sentían cómodos con una cadena de suministro global centrada en la costa del Pacífico. Pero con la pandemia los gobiernos están nerviosos y EE.UU. ha identificado en la dependencia de Taiwán y Corea del Sur un posible punto de estrangulamiento en el que China podría intentar ejercer una influencia perjudicial. Cómo actúa en Hong Kong, Xinjiang y los mares del sur es muy preocupante. No hay peligro inmediato, pero Washington y Bruselas no están dispuestos a correr el riesgo”, dice James A. Lewis, director del programa de tecnologías estratégicas y vicepresidente del Center for Strategic and International Studies estadounidense.

Por eso que EE.UU. planee aumentar su producción de semiconductores. Europa hace algo similar. Son de los mayores consumidores de semiconductores del mundo junto a China, y en ambos casos se busca con la colaboración tecnológica de Samsung o TSMC –las dos, es más, ya firman acuerdos en Washington y hacen lobby. Pekín, por su lado, también invierte. Masivamente. Con incentivos que cubren gran parte de sus costes de producción (se mencionan orquillas de entre el 45-70% de los recursos). Contemplándolo en su plan quinquenal para el periodo 2021-2025. Con la fundición SMIC, la más relevante (y la más avanzada) del país, centrando todos los esfuerzos. Porque como fábrica del mundo compra buena parte de los semiconductores totales, el 24% según Boston Consulting Group. Los estadounidenses el 25%; Europa el 20% y Japón, completando el ranking, el 6%.

Todos quieren ser menos dependientes. Y dar contenido a su capacidad instalada de producción, hoy escasa y en disminución en el pastel total del sector incluso sin tener en cuenta su competitividad y peso en el mercado. En Europa es del 8%. En EE.UU., del 10%. El 77% de la potencia manufacturera está en Asia, según reconoce la Asociación de la Industria de Semiconductores norteamericana.

Y ya ha habido shocks.

Desde el año pasado hay escasez de ciertos tipos de chips. Por el crecimiento de todo lo digital con la pandemia tras un primer parón. Sea por las redes 5G. O por la inteligencia artificial. O por el llamado internet de las cosas y el hoy más habitual teletrabajo. Aumento de la demanda que ha obligado a pisar el freno en algún momento en la fabricación de coches por parte de todos los grandes constructores (incluida Seat en Martorell, con costes para el empleo en la forma de un ERTE) y que ha afectado a los sectores de tarjetas gráficas y videoconsolas como Xbox y la PlayStation, por ejemplo.

“En un momento de fuerte recuperación económica en países como EE.UU., empezamos a ver cuellos de botella en numerosos sectores y la lentitud en la provisión de chips, o semiconductores, es un caso que ejemplifica la dificultad que tiene la oferta de cubrir esta demanda boyante. Es algo que debería ser transitorio pero que ejemplifica que si se quiere mayor robustez o seguridad en la producción es importante asegurar que hay alternativas a unos componentes clave en la cadena productiva”, incide Canals.

En la fabricación de los semiconductores manda el business to business, es decir, el negocio de empresa a empresa; un cuasi duopolio en una de las zonas calientes del planeta y de la que dependen todas las grandes potencias y empresas. Da que pensar ¿verdad?

Cuando todavía no ha terminado la batalla comercial por la pandemia, primero por los accesorios sanitarios de protección, y después por las vacunas contra el coronavirus.

 Ahora, en mi opinión, la futura guerra comercial por el acceso a los chips está servida, y la pregunta correcta no es si va a ocurrir, sino cuando va a empezar.

Fuente: La Vanguardia.com

PANDEMIA. Descubierto nuevo modo de contagio del coronavirus y cómo evitarlo

 Investigadores españoles del Hospital 12 de Octubre de Madrid, descubren un nuevo modo de transmisión del coronavirus y también como bloquearlo. 

El coronavirus no se transmite solo como hasta ahora habían afirmado los expertos. Una investigación liderada por el Hospital 12 de Octubre de Madrid ha descubierto que el virus se transmite también a través de células del sistema inmune y de forma paralela han descubierto el modo de combatirlo.

El hallazgo, que lleva el sello del Laboratorio de Virología y VIH del Instituto de Investigación de dicho hospital madrileño, ha sido publicado en la revista científica Plos Pathogens.

Los investigadores, según ha informado el hospital en una nota de prensa han comprobado que el virus puede ‘colarse’ en células inmunes del organismo para tener más posibilidad de infectar otras células y que a partir de ese conocimiento la infección puede inhibirse o contrarrestarse utilizando unas determinadas moléculas (conocidas como glico-miméticas).

Las células, ha detallado el hospital, tienen receptores en su superficie que pueden ser usados por los virus para adherirse a ellas y también una especie de cerradura para entrar, y que para conseguirlo, los virus cuentan con un arsenal de proteínas que les permiten atravesar la frontera celular.

Junto al descubrimiento del nuevo mecanismo de transmisión, los investigadores han hallado la forma de combatirlo, utilizando unas moléculas capaces de disfrazarse y de imitar la apariencia de los azúcares que tiene el virus en su superficie y así lo confunden y engañan.

Cómo se ‘cuela’ el virus

En la covid-19, una proteína (la “spike” ) que está presente en la superficie permite que el virus entre en las células humanas cuando interactúa con un receptor (llamado ACE2) que está presente de forma habitual en las células infectadas. Los científicos del Hospital 12 de Octubre de Madrid han descubierto que esa proteína interactúa además con otros receptores distintos, y entre ellos que puede establecer una relación con la familia de las “lectinas” que se encuentran en las células inmunitarias.

Esa interacción supone que estas células reconozcan a la proteína “spike” gracias a los azúcares que tiene en su superficie y al reconocerlos “les abren sus puertas, colaborando en la infección y en la respuesta inmunitaria de los pacientes”, según ha explicado el doctor Rafael Delgado, jefe de sección de Microbiología del Hospital Universitario 12 de Octubre, responsable del Laboratorio de Virología y VIH y profesor de la Universidad Complutense.

Además, esas “lectinas” podrían tener también una participación importante en la respuesta inflamatoria pulmonar que tienen algunos pacientes y que puede llegar a ser muy grave, ha destacado el hospital.

Los resultados fueron anunciados hace ya varios meses de forma preliminar pero utilizando “pseudovirus” y ahora las conclusiones se han confirmado utilizando el virus SARS-CoV-2 auténtico en interacción con células respiratorias humanas. El trabajo se ha realizado en colaboración con grupos de investigación de Francia -el Instituto de Biología Estructural de Grenoble- y de Italia -Universita degli Studi di Milano-.

Fuente: Huffingtonpost.es

MEDICINA. Expertos chinos que identificaron el coronavirus alertan del peligro del virus de la gripe H5N8

 El patógeno ha provocado brotes letales en millones de aves en medio mundo y ha llegado a dar el salto a siete personas

El escritor Benito Pérez Galdós hizo una advertencia en 1884, al inicio de una plaga de cólera en España: “Las epidemias, por lo visto, sienten también su decadencia, como las razas reales y aun las plebeyas, lo cual sería un gran consuelo para la humanidad si la historia no nos enseñase que tras el acabamiento de una peste viene la aparición de otra”. Dos científicos chinos, George Fu Gao y Weifeng Shi, también recuerdan este jueves en la revista Science que tras la covid puede llegar otra pandemia, como ocurre siempre desde hace milenios. Y los investigadores señalan a un sospechoso: el virus de la gripe aviar H5N8.

El patógeno es un viejo conocido. Lleva circulando por Europa desde 2014, causando brotes que han afectado a millones de aves silvestres y de corral, según la agencia europea dedicada al control de las enfermedades infecciosas, el ECDC. El 20 de febrero de 2021, Rusia alertó de que el virus había dado por primera vez el salto a los humanos. Siete trabajadores se infectaron en una gigantesca granja con 900.000 gallinas ponedoras en la región de Astracán, en el sur del país. Ninguno de los siete tuvo síntomas.

El virus también está en España. El Ministerio de Agricultura ha declarado en los últimos meses tres brotes en aves silvestres, tras la aparición en noviembre de un halcón peregrino moribundo en Noja (Cantabria) y el hallazgo en enero de tres cigüeñas y un ganso muertos en las Marismas del Ampurdán (Girona) y de los restos de otro ganso en la Laguna Grande de Villafáfila (Zamora). El ministerio envió un mensaje tranquilizador tras comunicar este último suceso, el 5 de febrero: “La detección de este caso no implica un riesgo para la salud pública, ya que los estudios genéticos basados en el análisis de las secuencias de virus completo muestran que se trata de un virus aviar sin afinidad específica por los seres humanos”.

Los científicos chinos George Fu Gao y Weifeng Shi alertan de que los virus de gripe aviar pueden provocar “pandemias desastrosas”

Los dos expertos chinos son menos optimistas. “La propagación mundial de los virus de la gripe aviar H5N8 es un problema de salud pública”, advierten en la revista Science. George Fu Gao es el director general del Centro Chino de Control y Prevención de Enfermedades y Weifeng Shi es el director del Laboratorio de Referencia de Enfermedades Emergentes Infecciosas de las Universidades de Shandong. Ambos participaron en la identificación del nuevo coronavirus en diciembre de 2019. A su juicio, los virus de gripe aviar pueden provocar “pandemias desastrosas” en los humanos.

Al menos 46 países de Europa, Asia y África han declarado brotes letales de H5N8 en aves. Los investigadores chinos subrayan que el virus de los siete trabajadores rusos pertenecía al subgrupo 2.3.4.4b, con unas mutaciones “preocupantes” que parecen aumentar su afinidad por las células humanas. Esta misma variante del virus ha provocado el sacrificio de más de 20 millones de aves de corral en Corea del Sur y Japón, advierten Fu Gao y Shi. “Es imperativo que no se ignore la propagación mundial y el riesgo potencial de los virus de gripe aviar H5N8 para las aves de corral, las aves silvestres y para la salud pública global”, alertan.

A la veterinaria Elisa Pérez, experta en virus emergentes, le sorprende la señal de alarma enviada por los dos expertos chinos. La viróloga, del Centro de Investigación en Sanidad Animal (Valdeolmos, Comunidad de Madrid), recuerda que la agencia europea ECDC hizo el 24 de febrero una evaluación del riesgo y llegó a la conclusión de que era “bajo” para los trabajadores del sector avícola y “muy bajo” para la población general. La organización detalló entonces que se habían registrado 1.700 brotes de H5N8 o de virus similares en aves desde octubre de 2020 en la UE y en su entorno, con unas 1.900 personas implicadas en actividades peligrosas —como el sacrificio de animales infectados— en siete países, sin detectarse ni un solo caso en humanos.

“Si el virus entra en una macrogranja no hay quien lo pare. Es una bomba de relojería”, advierte la viróloga Elisa Pérez

El 23 de marzo, de hecho, el Ministerio de Agricultura y las comunidades autónomas decidieron rebajar las estrictas normas de bioseguridad que estaban en vigor, como la prohibición de tener aves domésticas al aire libre. Las autoridades, en un mensaje enviado a los veterinarios especializados, justificaron su decisión en “la disminución del riesgo de introducción de la influenza [gripe] aviar en España tras la finalización del periodo migratorio de aves silvestres invernantes desde países del Norte y Centro de Europa” y en la ausencia de casos desde enero.

Pérez destaca un rasgo “muy llamativo” de la gripe H5N8: también mata a las aves silvestres. “Son el reservorio natural de los virus de la gripe y es muy raro que tengan síntomas graves, pero este año ha sido una masacre en el norte de Europa”, explica. La viróloga solo recuerda otros dos casos similares: la gripe H5N1 a comienzos del siglo XXI y una oleada de brotes del mismo subtipo H5N8 en los años 2016 y 2017 en Europa. Pérez señala a las explotaciones avícolas gigantescas. “En granjas como la de Rusia, con casi un millón de pollos en el mismo sitio, hay un riesgo altísimo de mutación. Si el virus entra en una macrogranja no hay quien lo pare. Es una bomba de relojería”, advierte.

Los dos expertos chinos, sin embargo, opinan que la sustitución de las pequeñas granjas familiares por grandes explotaciones industriales, teóricamente con estrictas medidas de bioseguridad, ayudará a reducir el riesgo de salto de virus de las aves a los humanos. En España, la empresa Rujamar anunció en 2019 una inversión de 25 millones de euros para construir una macrogranja con 1,35 millones de gallinas en San Clemente (Cuenca). En las explotaciones españolas hay unos 46 millones de gallinas ponedoras, según el censo oficial, con más de 817 millones de aves sacrificadas para carne en 2019.

“El virus de la gripe tiene la potencialidad de generar una pandemia mucho peor de la que estamos sufriendo ahora”, coincide la viróloga María Montoya

Al igual que el nuevo coronavirus tiene sus características espículas, los virus de la gripe presentan dos proteínas en su superficie, hemaglutinina (H) y neuraminidasa (N), con diferentes subtipos numerados, de ahí el nombre H5N8. La viróloga María Montoya, del CSIC, recuerda que los virus con H5 saltan de vez en cuando de las aves a las personas. El H5N1 ha provocado cientos de casos en humanos, muchos de ellos letales, desde su identificación en Hong Kong en 1997.

Montoya subraya que una cosa es brincar de las aves a los humanos y otra muy diferente es pasar de humano a humano. “Las veces que H5 ha saltado a las personas ha sido bastante devastador pero, por suerte, la transmisión de humano a humano no ha sido eficiente”, explica la investigadora. “En el momento en el que aparezcan mutaciones que le den transmisibilidad de humano a humano, puede ser una nueva pandemia”, advierte.

La viróloga recalca que la capacidad de mutación del virus de la gripe es “muchísimo mayor” que la de los coronavirus. “Tiene la potencialidad de generar una pandemia mucho peor de la que estamos sufriendo ahora, pero puede ocurrir el mes que viene o dentro de 100 años”, señala. Montoya recuerda que su institución, el CSIC, ha perdido los dos principales laboratorios que investigaban el virus de la gripe en España, tras la jubilación de los virólogos Juan Ortín, en 2016, y Amelia Nieto, en 2020. “Para hacer frente a una posible pandemia de gripe necesitamos que se apoye a grupos de investigación en estos temas, que son estratégicos”, reivindica Montoya.

Fuente: ElPais.com