El polémico programa de espionaje masivo destapado gracias a las
revelaciones del exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) Edwardvo
de Snowden podría estar a punto de llegar a su fin. La Administración del
presidente de EE UU, Barack Obama, presentará una propuesta legislativa con la
que pretende modificar profundamente el funcionamiento de la NSA y restingir de
forma drástica la interceptación de conversaciones telefónicas de la Agencia.
El periódico estadounidense The New York Times explica que, según un alto cargo
de la Administración, si el Congreso aprueba las nuevas reglas, la agencia
tendrá que acabar con la recopilación sistemática de datos relacionados con las
llamadas de los ciudadanos, es decir, el aspecto que más críticas había
generado por infringir la privacidad de las conversaciones.
Con la nueva legislación, el espionaje podría acceder a las grabaciones
solo con el permiso de un juez y a través de un nuevo tipo de orden judicial.
En el día a día, las grabaciones se quedarían en manos de las empresas
telefónicas, que sin embargo, no estarían obligadas a guardarlas más durante
periodos extrtaordinariamente largos. Actualmente, la NSA puede almacenar
información durante cinco años, pero Obama y sus colaboradores no quieren
extender a las empresas de telefonía la obligación de guardar los datos durante
un tiempo tan largo. Con las nuevas reglas las empresas solo tendrían la
obligación de guardar los datos de las conversaciones de sus clientes durante
un máximo de 18 meses, el periodo ya previsto por la legislación federal.
La propuesta del presidente Obama no afectará a la recopilación de otro
tipo de datos, como por ejemplo las transferencias internacionales de dinero
que la CIA ha realizado en el pasado.
El nuevo tipo de orden judicial previsto en el proyecto de ley
permitiría además la cesión continua de datos por parte de las empresas siemrpe
que así lo decida el juez; incluidas las llamadas hechas o recibidas con
posterioridad a la orden judicial.
Con el programa de grabación de llamadas, la NSA asegura que trata de
destapar operaciones terroristas. El programa está regulado por el Patriot Act,
la ley aprobada en 2001 por el Congreso con una abrumadora mayoría, que
extiende los poderes de control del Estado a la lucha contra el terrorismo. The
New York Times explica que después de los ataques terroristas de 11 de
septiembre, el que fuera presidente George W. Bush puso unilateralmente en
marcha un programa de vigilancia secreto al margen de cualquier marco legal o
supervisión judicial.
Fuente: E Pais.com