20 de diciembre de 2024

OPINIÓN. El juez Peinado, presuntamente, distorsionó un interrogatorio para incriminar a Begoña Gómez

 El Juez Peinado, supuestamente, debiera suplicar árnica a sus superiores jerárquicos, políticos y mediáticos, por los favores prestados, y esperar de ellos, le saquen las castañas del fuego y quizás alguna medalla, que merecida lo tiene, pues todo lo hizo por Dios y por España (Feijóo seguro lo tiene apuntado, para el día que sea emperador de España)

Hace tan solo unos días, la directora del Instituto de Empresa, Sonsoles Blanca Gil de Antuñano, compareció ante el juez Peinado en relación con la contratación de Begoña Gómez en dicha institución. 

La testigo no llegó a afirmar que la contratación de Gómez se hubiese realizado en virtud de su vínculo matrimonial con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Sin embargo, en un giro inesperado, el magistrado reinterpretó y presentó esta declaración de manera distorsionada cuando interrogó a Juan José Güemes, vicepresidente del Instituto de Empresa y consejero en los gobiernos del PP bajo la presidencia de Esperanza Aguirre. El juez sugirió que Begoña Gómez había sido contratada por su relación con el líder socialista, y al ser esta hipótesis rechazada por Güemes, quien comparecía como testigo, el instructor optó por imputarle.

El magistrado Peinado convirtió al testigo, Juan José Güemes, en imputado, después de que éste rechazara la afirmación de que Begoña Gómez hubiese sido contratada "por ser la esposa del presidente del Gobierno", una declaración que el juez atribuyó erróneamente a Sonsoles Blanca Gil de Antuñano, la directora de recursos humanos del Instituto de Empresa, lo cual nunca fue expresado por ella. Esta maniobra judicial, además de ser sumamente irregular, podría vulnerar derechos constitucionales fundamentales. En este sentido, Güemes tendría la posibilidad de recurrir su imputación, alegando el “error” o, tal vez, el intento de presión por parte del juez Peinado.

Ernesto Ekaizer, de El Periódico de España, publica íntegramente aquel polémico interrogatorio.

Juez Peinado.- ¿Usted tiene conocimiento de que a doña Begoña Gómez Fernández se le formalizó un contrato de prestación de servicios para el Instituto de Empresa?

Güemes.- Un contrato laboral, señoría.

Juez .-  ¿Tiene conocimiento?

Güemes.-  Sí, por supuesto.

Juez .- ¿Sabe qué proceso de selección o quien decidió formalizar ese contrato?

Güemes.-  Señoría, doña Begoña Gómez me contactó en octubre o noviembre de 2017. La recibí, creo, a principios de diciembre [2017] y me explicó su trayectoria académica y su trayectoria profesional.

Juez .- Me está contestando a algo que no le he preguntado. No es eso lo que le he preguntado.

Güemes.-  Perdón, señoría.

Juez .- Pero si usted me quiere contestar otra cosa, no es lo que le he preguntado, por tanto, contésteme a lo que le pregunto y luego, si quiere añadir o aclarar algo, hágalo.

Güemes: Disculpe señoría, efectivamente conocimos a doña Begoña Gómez, conozco sus credenciales profesionales y académicas y pensamos que era la persona adecuada para acompañar a la presidenta del Centro de África, doña Felicia Apenteng en la puesta en marcha de este nuevo proyecto.

Juez .- ¿Y cuáles son las credenciales a las que se está refiriendo?

Güemes.-  Doña Begoña Gómez acreditó tener experiencia en la gestión de programas académicos.

Juez .- ¿Cómo lo acreditó?

Güemes.-  Nos dio su currículum y comprobamos que coincidía.

Juez .- ¿Tiene usted copia del currículum?

Güemes.-  No conservo la copia del currículum, pero recuerdo haberlo visto en su día, señoría.

Juez .-   ¿Se conserva en los archivos del Instituto de Empresa?

Güemes.-  Lo dudo, porque no conservamos el papel, señoría. Desde el año 2019 o 2020 no archivamos papel salvo lo absolutamente imprescindible por obligación de las administraciones públicas. Somos una organización que ya no usa el papel.

Juez .- ¿Recuerda la fecha del contrato?

Güemes.-  La fecha creo que es 1 de agosto de 2018.

Juez .- ¿Usted ha visto el contrato recientemente?

Güemes.-  No señoría.

Juez .- Mire, la directora de recursos humanos manifestó en esta sede que fue usted quien le dijo que había que formalizar el contrato y que la razón o la motivación, en concreto, utilizó el término motivación, era por ser la esposa del presidente del Gobierno. ¿Eso es así o se requiere una diligencia de careo? Dígame, contésteme.

Güemes.-  Señoría, es cierto que yo di la instrucción a doña Sonsoles Gil de Antuñano de formalizar el contrato de doña Begoña Gómez porque era su superior jerárquico quien podía darle esa instrucción. Desde luego no se contrató a doña Begoña Gómez por ser la esposa del presidente del Gobierno.

Juez .- ¿Entonces me está usted diciendo que faltó a la verdad la señora Gil de Antuñano?

Güemes.-  Señoría...

Juez .-   ¿Qué cometió delito de falso testimonio?

Güemes.-  No conozco el testimonio...

Tras este tenso interrogatorio, el juez Peinado dio por suspendida la declaración e informó a Güemes, que pasaba de la condición procesal de testigo a la de investigado (imputado). Y todo ello en base a algo que Sonsoles Gil de Antuñana, nunca dijo.

Otra del juez Peinado, profesional de la judicatura de dilatadísima carrera (que sin prisa espera cumplir los 72 años para jubilarse) quien en ocasiones, al igual que otros jueces, gustan de flirtear con el límite de la ley cuando interrogan a los imputados y terminan encontrándose con la horma de su zapato.

Fuente: El Diario16plus.com