Una investigación confirma la muerte de 441 civiles en tres provincias solo en las seis primeras semanas de invasión, pero se cree que son muchas más
“Hay serios indicios de que las ejecuciones sumarias documentadas en este
informe pueden constituir crimen de guerra”, señala Matilda Bogner, jefa de la
Misión de Observación de los Derechos Humanos en Ucrania. La investigación
recoge incluso dos casos de ejecuciones sumarias de niños.
El trabajo
sobre el terreno ha permitido documentar la muerte de cientos de civiles a
manos de militares rusos en las provincias de Kiev, Chernihiv y Sumi entre el
24 de febrero, primer día de la invasión a gran escala, y el 6 de abril, cuando
las tropas invasoras fueron repelidas en los alrededores de la capital de
Ucrania. Durante esas seis semanas y en esas tres provincias, Naciones Unidas
ha logrado confirmar la muerte violenta de 441 civiles (341 hombres, 72
mujeres, 20 niños y 8 niñas).
Esos
asesinatos de civiles no se circunscribieron a puntos concretos, aunque la ONU
reconoce que hubo localidades en las que los militares rusos los cometieron con
más intensidad. Es el caso de Bucha, en el cinturón metropolitano de Kiev,
algunas de cuyas calles acabaron regadas de cadáveres tras la salida de las
tropas ocupantes. Allí, la misión documentó el asesinato de 73 civiles (54
hombres, 16 mujeres, 2 niños y 1 niña) y está tratando de confirmar otros 105
casos. Escenarios como la calle Yablunska han servido para explicar que la
guerra en Bucha no fue únicamente un enfrentamiento entre los dos ejércitos.
“¡Soy un civil, soy un civil, no disparéis!”, escucharon los vecinos antes de
que los rusos acribillaran a Oleg, un cocinero vecino de esa calle, según
testimonios recogidos por EL PAÍS.
Controles
de seguridad por los uniformados
Las
ejecuciones sumarias a menudo tenían lugar tras los controles de seguridad que
desplegaban los uniformados rusos en las zonas que mantenían bajo su control.
“Un simple mensaje de texto, una pieza de ropa de camuflaje o un registro de
servicio militar anterior podrían tener consecuencias fatales”, señaló Bogner.
Asimismo, el informe da cuenta también de casos en los que llevaron a cabo
ataques sin diferenciar objetivos militares de civiles ni pusieron nada de su
parte para proteger a estos, como obliga la legislación internacional que
regula los conflictos, en especial la Convención de Ginebra. “Los civiles
fueron atacados en las carreteras mientras se movían dentro o entre los
asentamientos, incluso mientras intentaban huir de las hostilidades”, añadió
Bogner. El 4 de marzo, el matrimonio formado por Oleksandr y Natalia trataba de
escapar en su coche de Bucha cuando empezaron a disparar contra ellos. Él se salvó;
ella, no, según relataron sus familiares a este diario.
La cifra de
441 muertos no significa que estas sean las únicas muertes de este tipo que han
podido tener lugar en los lugares visitados por la misión de observación. Por
eso, el informe advierte de que las cifras reales son casi con toda
probabilidad considerablemente más altas, pues están en proceso de corroborar
otros 198 asesinatos que tuvieron lugar en esas tres provincias durante el
periodo en que permanecieron ocupadas por Rusia.
El informe
examina un centenar de asesinatos con más detalle, de los que 57 equivalieron a
ejecuciones sumarias (48 hombres, 7 mujeres y 2 niños). Un total de 30 tuvieron
lugar en lugares de detención, mientras que las 27 víctimas restantes fueron
asesinadas en el acto, poco después de quedar bajo el control de las fuerzas
rusas. “Los soldados rusos llevaron a civiles a lugares de detención
improvisados y luego los ejecutaron en cautiverio. Muchos de los cuerpos de las
víctimas fueron encontrados con las manos atadas a la espalda y heridas de bala
en la cabeza”, explicó Bogner. Esto apoya las primeras pruebas recogidas en los
lugares de los hechos y los datos que han ido anunciando las autoridades de
Ucrania.
Numerosas
instituciones nacionales e internacionales están investigando los crímenes de
guerra cometidos en Ucrania desde que comenzó la invasión rusa el 24 de
febrero. Entre los agentes procedentes del extranjero, hay un equipo de
policías nacionales y guardias civiles llegados de España en los últimos días.
La ONU es
consciente de que “queda mucho por hacer para que los responsables rindan
cuentas”, al tiempo que reconoce que no tiene constancia de que “las
autoridades rusas hayan estado investigando o enjuiciando activamente ninguno
de estos casos”, algo que Bogner reclama a Rusia.
El total de
muertes de civiles desde el 24 de febrero hasta el 5 de diciembre asciende a
6.702, de los que 424 son menores, según el recuento de la ONU.
Fuente: El Pais.com