5 de septiembre de 2025

OPINION. Feijóo y Abascal dan plantón al Rey

A la vuelta de las vacaciones, todo sigue igual. Los fascistas haciendo fascismo, que es lo que mejor saben hacer, y el resto de partidos políticos, intentando taponar la grieta en la democracia española provocada por la deriva fascista de Vox y PP. 

Que ese pensamiento ideológico afecta a todos los estamentos del Estado, es una  evidencia y como muestra un botón.

Veamos algunos ejemplos al respecto.

 Sabido es que el Partido Popular (PP) es la gran reserva ideológica de occidente, garante de la Justicia, defensor de los derechos humanos y del bienestar de jueces y fiscales.

A fin de cuentas, es una formación comprometida con la legalidad, para quien los magistrados son seres de luz, sin rastro alguno de intencionalidad política o revestimiento ideológico, aún cuando despliegan investigaciones  a todas luces prospectivas, como contra la mujer del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; o que en otros casos digan que son “un cáncer del Estado de Derecho” que “contamina políticamente”, como cuando le preguntas al vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons.

Y es que la amnistía no gusta a Pons y, a principios de 2024, decidió pronunciar esta comparación porque, si el PP considera que una ley es inconstitucional, esta debe de serlo y no existe otra posibilidad, aunque el Alto Tribunal garante de la Carta Magna sentencie lo contrario. No obstante, el conflicto catalán no es el único asunto que sulfura a los conservadores hasta el punto de atacar a los jueces que aseguran adorar. Si existe algo que hace hervir la sangre de los nacidos en la amortizada Génova 13 es que se destape su corrupción.

Solo así se explica lo tranquilo que se quedó José Antonio Monago, expresidente de la Junta de Extremadura y senador del PP, en diciembre de 2023, cuando aseguró que “el mayor caso de lawfare (guerra judicial) de la historia de España era la condena de la trama Gürtel. No titubeó el presidente del Comité de Derechos y Garantías del Partido Popular al añadir que detrás se encontraba, a parte de la siempre omnipresente y malévola izquierda, el juez José Ricardo de Prada.

No debió de caer Monago en aquel momento en que, si bien no con tanta solvencia como Ángel Hurtado (actuando prácticamente como abogado defensor de Rajoy en el juicio de la Gürtel y ahora imputando al fiscal general del Estado sin pruebas y rechazando testificales que le exculpaban) el magistrado Prada, al llevar toga y emitir sentencias, también era un juez. Lo mismo le debió pasar a Pons, cuando tan solo un mes después calificó como un “cáncer” al “Constitucional presidido por Cándido Conde Pumpido”. Otro juez, aunque no sea el que persigue a la mujer de Sánchez y se olvida de los plazos de un juicio que afecta al Ayuntamiento de Almeida, de apellido Peinado.

Lo sorprendente de estos casos perdidos en un mar de ejemplos es que, cuando se produjeron, al frente de la dirección nacional del Partido Popular ya se encontraba Alberto Núñez Feijoo, auto-erigido como dique de contención frente a los ataques a los jueces. También pude ser que el político gallego y sus compañeros de formación consideren que los jueces que investigan posibles delitos relacionados con la política son solo buenos cuando sus pesquisas afectan a la izquierda y, de lo contrario, son agentes de la KGB.

Un sentimiento que es compresible cuando estás acostumbrado a “controlar la sala segunda (del Tribunal Supremo) desde detrás”, tal y como consideraba el portavoz del PP en el Senado en 2018, Ignacio Cosidó, la “jugada estupenda” del reparto de jueces durante la negociación para la renovación del Consejo de Poder Judicial, que terminó propiciando que el máximo órgano de los jueces estuviese caducado durante más de cinco años. Aquel fue un año convulso para el PP, con diferentes ministros desfilando por comparecencias parlamentarias para dar explicaciones sobre la implicación del partido en la Gürtel, cuya sentencia se acaba de conocer.

“No tenemos por qué compartir lo que diga un juez, no tiene por qué ser verdad”, reaccionaba la entonces ministra de Defensa y secretaria general de la formación, María Dolores de Cospedal, a la condena contra el partido como beneficiado de la trama “a título lucrativo”. “¿Es que los jueces son infalibles?", se preguntaba. El mandamás llegó a denominar el caso como “una trama contra el PP” y desde el partido desprestigiaban la sentencia.

Y es que antaño los jueces eran malos y sus sentencias estaban politizadas, pero en estos momentos la cosa es diferente. Hoy, los magistrados son libres y pulcros, salvo alguna excepción como la de la jueza de la DANA, que investiga de quién es la responsabilidad de que 228 valencianos muriesen el pasado año mientras a su president, Carlos Mazón, se le alargó el almuerzo . Quién sabe si mañana los jueces seguirán siendo un tótem social. Habrá que esperar a que se pronuncie el PP, que de justicia sabe un rato.

Fuente: El Plural.com

EDITORIAL

Hoy mismo, ya sin caretas, el PP de Aznar, Ayuso, Mañueco, Moreno Bonilla, Mazón y Feijóo, representante este último ante las instituciones de los millones de personas que votaron al PP, que en la apertura del Año judicial, anuncia dar plantón a nuestro Rey y Jefe del Estado (decisión anticipada el 31 de julio al Tribunal Supremo, sin tener en cuenta, la imputación infundada del FGE, García  Ortiz, de parte del juez Hurtado, en una nueva muestra del fascismo imperante, que también representa la dejación de funciones ante las instituciones, con el fin de dañar a la democracia española. Al igual que el Presidente del Senado (cuarta Autoridad del Estado) que por mismo motivo, antepone su agenda a sus obligaciones constitucionales. 

No así el Fiscal General del Estado, que si asistió por imperativo legal, sin atender las presiones malintencionadas de asociaciones de jueces y fiscales, que pretendían que incumpliese la ley.

Respecto al discurso de la Presidenta del CGPJ y del Tribunal Supremo, tengo mi propia opinión, cual es, que si mal está que desde el Ejecutivo se hagan intromisiones en el Poder Judicial, peor está que algunos jueces se dediquen a hacer política sin presentarse a las elecciones, porque están en su derecho de hacerlo, siempre y cuando cuelguen la toga. Pues además, estos jueces estrella no hacen ningún favor a la Justicia, realizando instrucciones en juicios de parte, que causan estupor entre destacados expertos jurídicos, por el acusado sesgo político de sus decisiones, y a vuela pluma, recuerdo casos, luego archivados, como el de la exvicepresidenta valenciana, Mónica Oltra (a mi juicio, para manipular la voluntad de los votantes valencianos en siguientes elecciones), o la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau (a mi entender, tambien por manipular voluntades de barceloneses en siguientes elecciones)  o actualmente la mujer del Presidente del Gobierno, que cada día el juez intenta imputarla por motivos distintos, todos ellos infundados, de lo que se infiere una instrucción prospectiva, que todavía los ciudadanos estamos esperando que el CGPJ se defina, por las denuncias recibidas  al respecto.  Por no hablar de la instrucción e imputación, a mi juicio también infundada, del actual Fiscal General del Estado, que pensé no iba a llegar a ningún lado, pero visto lo visto quien sabe, ya que antes, el Tribunal Constitucional fue capaz  de anular una sesión del Congreso de Diputados (para que no se efectuase una votación) y otra del Senado, se puede esperar cualquier cosa del Tribunal Supremo. Y eso si que fue una intromisión del Poder Judicial en el Legislativo, nunca antes vista en las democracias europeas, ya que en cualquier otra país ese tipo de ingerencias se considerarían autoritarismos totalitarios, que lógicamente, los fascistas del PP y Vox aplaudieron estruendosamente, como no podía ser de otra manera. Y no me quiero olvidar de las huelgas ilegales de jueces y fiscales, a lo que para nada, la Presidenta del Consejo General del Poder Judicial, ha hecho referencia en el mencionado discurso.

Un par de cositas más. Señores dirigentes del PP y Vox, los palestinos no mueren por mandato divino sino por mandato del representante del diablo en la tierra que es el criminal de guerra Netanyahu, que además utiliza el hambre como arma de guerra. 

Y sí, señora Ayuso y resto de la pandilla fascista de su partido, por mucho que les moleste y les guste la fruta, eso no es antisemitismo, ni terrorismo de ETA, es terrorismo de estado, crímenes de guerra y de lesa humanidad, según la ONU o también consideran ilegal a la Organización de las Naciones Unidas, al igual que Putin, Netanyahu y Trump, que ya si eso quedan todos ustedes  retratados.  Pues es bien sabido que el fascismo carece de sentimientos frente a las tragedias humanas, igual que ustedes, por eso entiendo que sean favorables al genocidio en Gaza por parte del ejercito sionista de Israel.

Que trasladado a nivel nacional, resulta una evidencia de primero de fascismo, pues según el manual nazi de Goebbels que tanto gustan de utilizar ustedes, hay que deshumanizar al contrario político (enemigo en términos nazis) les suena lo del "sanchismo" referido al Presidente del Gobierno que lo mantienen en sus bocas casi tanto como su bífida lengua, al igual que lo del "hijo puta" de Ayuso referido también a la segunda Autoridad del Estado, que les define. Y ahora los afines de las tesis fascistas de PP y Vox, repiten sus lemas totalitarios por media España. 

Y con esos mimbres esperan gobernar España, para que retrocedamos cien años en el tiempo y la democracia resulte pisoteada una vez más, por las hordas fascistas.

Por ello, no es de extrañar  que prefieran alargar sus vacaciones u obcecarse en cumplir una supuesta obligada agenda, mientras las gentes de las comunidades donde gobiernan o han gobernado, sufren las consecuencias del cambio climático (que estúpidamente siguen negando) y bien pierden sus propiedades o sus vidas, por culpa de incendios, inundaciones  o riadas, mal gestionadas. Para después culpabilizar al gobierno del Estado y pedirle responsabilidades por lo que ellos han sido incapaces de hacer, que es estar en todo momento junto a su pueblo que sufre las consecuencias de su ineficacia para gestionar los desastres y sin ni siquiera pedir perdón a los familiares por las decenas de fallecidos en las diferentes tragedias climáticas.

Por otra parte decirles, que a todos los ucranianos que lo solicitaron, merecidamente se les dio asilo político en España, favorecidos por su raza blanca. Pero a  africanos y asiáticos, que distan mucho de ser blancos, desde PP y Vox se les discrimina por puro racismo, sin ni siquiera acoger unos cientos de menores no acompañados en las autonomías donde gobiernan.  !Malditos fascistas racistas!

Por todo ello me reafirmo en lo señalado al principio del post. 

Pues por lo que sea, el fascismo desde siempre ha estado enraizado en la mayoría de los estamentos del Estado español, y solo espera el momento adecuado para resurgir, y provocar una revolución que no creo esté muy lejos. Y aunque por ahora se conforman con ir calentando las calles (a veces quemando contenedores) supongo, que ese momento  llegará, el lejano día que Pedro Sánchez renuncie a presentarse a unas elecciones generales. Y haciendo un poco de politica ficción, quizás entonces, PP y Vox, gobiernen con mayoría absoluta e inicien una dictablanda en España a imagen y semejanza de Rusia, Israel o EEUU, que es hacia donde parecen apuntan los líderes de esos tres países.

Fuente: Redacción