Aproximadamente un 10% de las personas que se infectan de coronavirus, según la OMS, continúan teniendo síntomas de 3 meses a 1 año después de contagiarse, pese a que las pruebas diagnósticas dan negativo y no hay restos del virus.
Estos síntomas, que en teoría no deberían
prolongarse más allá de tres semanas, son variados y van desde la fatiga, la
disnea (o dificultad respiratoria), los dolores torácicos y de cabeza hasta las
taquicardias e incluso la niebla mental. Esto es lo que se denomina síndrome
del covid persistente (o 'long covid' en la literatura científica anglosajona),
sobre el que aún no existe consenso médico debido a su gran desconocimiento.
En Catalunya, unas 1.500 personas con
este síndrome forman parte del Col.lectiu d'Afectades i Afectats Persistents
per la Covid-19, pero seguramente hay muchas más que no forman parte de esta
organización.
En toda España hay unos 3.000
organizados en otros colectivos. Todas ellas se contagiaron en la primera
oleada de la pandemia, continúan teniendo síntomas un año después y les une un
sentimiento común: "Sentimos que la medicina no da respuesta a nuestra
problemática. Es una enfermedad nueva, necesitamos investigación y eso se
consigue con más inversión en salud", define al otro lado del teléfono una
de sus portavoces, Sílvia Soler.
Hasta el pasado enero, el Ministerio
de Sanidad no incluía el covid persistente en su información científica sobre
coronavirus.
El síndrome del covid persistente parece afectar sobre todo a personas
que paradójicamente han pasado una infección leve (más del 80% de ellas no han
necesitado de ingreso hospitalario) y a mujeres jóvenes, en torno a los 45
años. La Fundación Lluita Contra la Sida (FLS) creó en junio la primera unidad
de covid-19 persistente de Catalunya, ubicada en el Hospital Germans Trias i
Pujol (Can Ruti), en Badalona. Desde entonces han atendido a unos 300
pacientes.
Como de momento no hay tratamiento a
esta enfermedad, los médicos son tratan los síntomas, dependiendo de cuáles
sean. "Nuestro objetivo es encontrar un parámetro que nos diga qué está
pasando en estos pacientes. Estamos convencidos de que tienen una alteración
que los hace estar así", explica la doctora Lourdes Mateu, investigadora
principal de esta unidad. "Hay médicos que no creen en este síndrome.
Estos pacientes han sido doblemente olvidados: no fueron atendidos en la
primera oleada porque el sistema estaba colapsado y las analíticas que se les
hacen no ven alteraciones", añade Mateu.
Fatiga, disnea y dolores
"Hay un porcentaje de pacientes
que siguen teniendo síntomas como fatiga, disnea, cansancio y dolores aunque ya
no tengan covid. Son pacientes que no han estado ingresados y los síntomas son
oscilantes. Les haces pruebas y no sale nada, pero el paciente no se encuentra
bien", explica
Judith Sánchez Raya, jefa del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del
Hospital Vall d'Hebron de Barcelona. Este centro no tiene una unidad dedicada
específicamente al covid persistente, pero los médicos tratan a pacientes que
lo padecen desde los servicios de Rehabilitación y Neumología.
Según Sánchez Raya, el síndrome de
covid persistente se ha visto en otras pandemias de la gripe o del Síndrome
Respiratorio de Oriente Medio (MERS), infecciones que "desembocaron en
fatiga crónica" en un 30% de los pacientes. "No sabemos bien aún qué
porcentaje de pacientes con covid acabarán desarrollando el covid persistente
porque no ha pasado el tiempo suficiente", cuenta.
Este síndrome podría considerarse una
secuela del covid-19. Los médicos explican que es muy parecido a la fatiga
crónica, cuya existencia real también ha estado mucho tiempo cuestionada por la
ciencia. "No sabemos aún si estos pacientes tendrán este síndrome de por
vida. La mayoría se recupera a los dos o tres meses y no acaban desarrollando
covid persistente", añade Sánchez Raya.
Además, tampoco los niños se libran de
él: en Can Ruti hay, desde diciembre, una unidad pediátrica de covid
persistente. "A los niños les afecta menos que a los adultos. Pero, entre
los menores de edad, quienes más sufren el covid persistente son los
adolescentes. Tienen los mismos síntomas que los adultos", dice por su
parte la doctora Mateu.
PCR negativa y sin secuelas
Los investigadores están realizando
estudios a largo plazo para desentrañar en qué consiste esta nueva enfermedad,
ya que de momento solo hay alguno a corto plazo. Para los médicos, existen dos
requisitos a la hora de diagnosticar el covid persistente: uno, la PCR debe dar
negativa y dos, no detectar ninguna secuela y que el resto de pruebas salgan
bien. "Por ejemplo, si un enfermo tiene secuelas en la vía aérea, en la vasculatura
o en el parénquima pulmonar, ya no es covid persistente.
Lo más grave es la fibrosis pulmonar.
Cuando hay una secuela como esta, ya no es covid persistente", señala
Xavier Muñoz, neumólogo de Vall d'Hebron. "Cuando hacemos pruebas de
esfuerzo cardiovasculares o estudios del sueño y no vemos nada, entonces es
covid persistente", añade.
Durante el último año, por el servicio
de Neumología de Vall d'Hebron han pasado más de 1.400 enfermos graves con
covid, a los cuales el hospital ha monitorizado para ver si tenían secuelas. El
70%, dice Muñoz, no tienen secuelas. Pero hay un 30% que sí, y entre estas
secuelas se encuentra el covid persistente.
Fuente: El Periodico.com