¿Cómo proteger a niños y adolescentes de internet?
La privacidad de tus hijos pequeños
probablemente esté siendo vulnerada por los juegos o aplicaciones de educación
que utilizan –quizás en tu propio teléfono inteligente o tableta– en una
violación directa a la Ley de Protección de la Privacidad Infantil en Línea
(COPPA, por sus siglas en inglés).
Ese es el hallazgo impactante de un
nuevo estudio que analizó cómo los desarrolladores recopilan y comparten
información digital personal mientras los niños usan muchas de las miles de
aplicaciones digitales creadas para ellos, una tendencia que va en aumento en
medio de la pandemia de coronavirus debido a que cada vez más niños están
confinados y estudiando en casa.
"Mis colegas y yo descubrimos que
el 67% de las aplicaciones utilizadas por niños de 3 a 4 años recopilaron este
tipo de identificadores digitales ––números de serie móviles o códigos de
identificación que se pueden rastrear hasta el propietario del dispositivo–– y
los compartieron con empresas de mercadeo de 'terceros'", indicó la autora
principal del estudio, Dra. Jenny Radesky, profesora asistente de pediatría en
el Hospital Infantil C.S. Mott de Medicina de Michigan.
"El hecho de que dos tercios de
las apps que utilizan los niños pequeños transmitan información sobre su
actividad en línea ––información que en últimas se utiliza para orientar
anuncios–– sugiere que el incumplimiento de la ley COPPA está muy extendido y
se necesita más acción para que sea respetada", dijo Angela Campbell,
directora del Instituto para las Comunicaciones de Representación Púbica y
Clínica de Tecnología de la Facultad de Derecho de Georgetown, en un editorial
adjunto.
¿Por qué es esto alarmante? Porque las
empresas pueden utilizar la información extraída para identificar rasgos de
personalidad o debilidades de comportamiento que dejan a los niños expuestos al
riesgo de manipulación o explotación, según el estudio.
"Es increíble cuánto se puede
inferir del comportamiento de juego de un niño: su impulsividad, sus respuestas
a las recompensas o el procesamiento de la información", dijo Radesky,
quien es pediatra del desarrollo conductual y autora principal de las pautas
del tiempo de pantalla para niños desarrolladas por la Academia Estadounidense
de Pediatría.
"La tecnología educativa revela
aún más sobre las fortalezas y debilidades de nuestros niños, incluidos datos
como su autocontrol conductual o discapacidades de aprendizaje", agregó.
Huellas digitales
Todos experimentamos un rastreo
digital cada día en la web: ¿de qué otra manera pudo aparecer de repente esa manguera
de jardín que estabas cotizando en un anuncio dentro de una página diferente a
la que acabas de hacer clic?
Cuando usamos internet para comprar o
navegar, damos información sobre lo que nos gusta leer, dónde nos gusta
comprar, qué queremos comprar y qué pensamos. Esa huella digital se recopila y
vende a agregadores de terceros para proporcionar información de mercadeo y
ajustar anuncios a nuestras preferencias, como una manguera de jardín.
Para comprender mejor cómo los
desarrolladores diseñan los sitios web y las aplicaciones para recopilar
información sobre nuestros gustos y disgustos personales, Radesky sugirió ver
el nuevo documental de Netflix "The Social Dilemma", que se estrena
este miércoles 9 de septiembre.
Algunos de nosotros consideramos
espeluznante este rastreo deliberado y nos preocupa la invasión a nuestra
privacidad personal y el robo de identidad; a otros les gusta la
personalización y las sugerencias de contenido que se ajustan a sus
preferencias.
Independientemente de tu punto de
vista, se supone que ese tipo de "minería" de datos no les debe
ocurrir nuestros hijos. La Ley de Protección de la Privacidad Infantil en Línea
exige que las plataformas web y los creadores de productos digitales obtengan
el consentimiento de los padres antes de recopilar y compartir cualquier cosa
que pueda ser rastreada hasta un niño menor de 13 años, como ubicación, correo
electrónico, número de serie u otro identificador de dispositivo.
Sin embargo, un estudio de 2018 que
analizó 959.000 aplicaciones en las tiendas de Google Play en Estados Unidos y
Gran Bretaña encontró que aquellas en el género "Juegos y entretenimiento
familiar" ––que los niños usarían–– contenían la mayor cantidad de
rastreadores de terceros. Otro estudio de 2018 descubrió que la mayoría de las
aplicaciones infantiles gratuitas más populares para Android pueden violar las
reglas de COPPA.
Y un organismo de control digital
recientemente establecido, llamado International Digital Accountability
Council, acaba de publicar un reporte que señala que aplicaciones de lectura,
matemáticas, ciencias y lenguaje compartieron datos con varias empresas de
terceros, aunque ninguna lo hizo de una manera "atroz o evidentemente
intencional".
Rastreando a tus hijos hasta tu casa
La nueva investigación, publicada este
martes en la revista JAMA Pediatrics, hace parte de un estudio longitudinal
sobre el uso, desarrollo y comportamiento de los medios móviles para niños
llamado Preschooler Tablet Study (Estudio de tabletas para niños preescolares,
en español).
En esta primera etapa, el estudio
observó datos de 124 niños que usaron aplicaciones infantiles de Android, y
analizaron la cantidad de veces que se transmitió información a dominios de
terceros durante un período de nueve días.
"En nuestro estudio, pudimos
detectar cuándo las aplicaciones extrajeron datos como identificaciones de
publicidad, identificaciones de dispositivos, direcciones de correo electrónico
o incluso coordenadas de geolocalización sin que la aplicación o la tienda de
aplicaciones proporcionaran un aviso", dijo Radesky.
Ser capaz de rastrear a un niño hasta
un vecindario en particular es especialmente valioso para quienes se dedican al
mercadeo, dijo Radesky.
"La ubicación es una información
privada muy valiosa, porque puede identificar comportamientos como a dónde vas
a la iglesia, lo que puede ayudarte a dirigir anuncios ideológicos hacia
ti", explicó Radesky.
Y analizar el tipo de contenido que
consume un niño puede decirle a las empresas mucho sobre el pequeño y los
padres, agregó.
Impacto de la exposición temprana a
las pantallas 2:01
"Cuando se trata de videos que
(los niños) ven en YouTube, TikTok u otras plataformas, el comportamiento en
línea puede revelar aspectos de su psicología como su reactividad emocional,
imagen corporal o su inclinación por el contenido escandaloso", indicó
Radesky.
Las empresas pueden utilizar esta
información para perfilar a los consumidores y "vender nuestras
características a los anunciantes que quieren influir en nuestras creencias y
comportamientos sobre cosas como el covid-19, el discurso de odio racista o las
votaciones", dijo. "Las transmisiones de datos identificadas en el
estudio son parte de la misma máquina que impulsa estos mercados de
persuasión", completó.
No todas las aplicaciones informaron
que fueron diseñadas específicamente para niños, encontró el estudio, pero los
niños las estaban usando.
"Descubrimos que la mayoría de
los datos de niños se recopilaron a través de aplicaciones que se definen a sí
mismas 'aplicaciones para audiencia general', a pesar de que tenían nombres
como 'Médico dentista de niños'", afirmó Radesky. "La falta de
aplicación de la COPPA ha significado que estas aplicaciones pueden afirmar que
no son para niños y, por lo tanto, continúan recopilando datos".
Ese es un problema importante en la
industria, destacó Morgan Reed, presidente de The App Association (ACT), que
representa a más de 5.000 fabricantes de aplicaciones móviles y compañías de
dispositivos conectados.
"El predominio de las
aplicaciones gratuitas para un público general como YouTube, Facebook y los
juegos casuales (ha) creado un entorno plagado de confusión en cuanto a qué es
una aplicación para niños y una ola de prácticas de privacidad descaradamente
pobres para niños y adultos por igual", explicó Morgan, quien no participó
en el estudio.
"En lugar de imponer cargas de
cumplimiento a los desarrolladores de aplicaciones para niños que intentan
hacer lo correcto, el Congreso debería aprobar una legislación integral que
establezca expectativas de privacidad tanto para la audiencia general como para
las aplicaciones para niños", dijo.
Diferencias socioeconómicas
Los niños con padres en franjas
socioeconómicas y educativas más altas tuvieron menos probabilidades de
experimentar tácticas de recolección digital, posiblemente debido a la
capacidad de los padres para detectar dicha exposición, encontró el estudio.
"Los niños de nuestro estudio que
provenían de entornos de educación inferior tuvieron dos o tres veces más
probabilidades de que sus datos fueran recopilados y compartidos, lo que
plantea interrogantes sobre las desigualdades estructurales en la vigilancia
digital", dijo Radesky.
Adicionalmente, a los niños con más
edad, que tenían sus propios dispositivos móviles o que usaban una mayor
cantidad de aplicaciones, también se les extrajo mayor información personal,
encontró el estudio. Solo el 8% de los niños del estudio utilizaron
aplicaciones que no transmitían ningún dato.
¿Qué pueden hacer los padres?
Aunque debería ser tarea las
autoridades gubernamentales garantizar el cumplimiento de la Ley de Protección
de la Privacidad Infantil en Línea, eso no está sucediendo actualmente, dijo
Radesky. Por lo tanto, continuó, corresponde a los padres identificar y
bloquear aplicaciones y juegos que podrían estar explotando a los niños.
"Si quieres hacer todo lo
posible, puedes dejar de instalar apps (aparte de las que se necesitan para la
escuela) hasta que las tiendas de aplicaciones sean más transparentes, lo que
significa que Google Play, iTunes y otras tiendas probarán cada aplicación y
revelarán qué datos recolecta", señaló Radesky.
Para las aplicaciones de Android,
también puedes visitar el sitio web AppCensus AppSearch y buscar la aplicación
para ver qué protecciones de privacidad incluye. Si extraen datos,
desinstálala, aconsejó Radesky.
Otras acciones incluyen:
- Desactiva la geolocalización en todas las aplicaciones y
juegos (o cualquier otra función).
- Verifica la configuración de privacidad en cualquier
aplicación que tenga tu hijo, incluyendo Facebook y otros sitios de redes
sociales a medida que crecen.
- Elimina cualquier aplicación o juego que tu hijo ya no
use. De hecho, puedes ir más allá y pedirle al desarrollador de la
aplicación que elimine
cualquier dato que haya recopilado sobre tu hijo (o sobre ti).
- Busca productos que minimicen la recopilación de datos de
forma predeterminada, como PBS Kids, Nick Jr. o Lego.
- Reconsidera compartir imágenes de tus hijos en sitios
públicos de redes sociales: algunos sitios web sin escrúpulos roban las
imágenes y las utilizan de otras formas menos inocentes.
- Consulta Common Sense Media y Campaign for a Commercial
Free Childhood para obtener información y tendencias sobre la privacidad de los
datos.
- Sobre todo, toma en serio la invasión a la personalidad,
el crecimiento y el comportamiento de tu hijo.
"Los aspectos de nuestra
personalidad y neurodiversidad son extremadamente personales y pueden
explotarse y, por lo tanto, las instituciones médicas y de investigación tienen
salvaguardias rigurosas para mantener esta información privada", dijo
Radesky.
"A medida que nuestro país se
encamina hacia un año de aprendizaje en línea, es crucial que sepamos que los
datos educativos de los niños no se fusionan con conjuntos de datos de mercadeo
que luego puedan explotar estas cosas fundamentalmente privadas sobre nuestros
niños", insistió.
Fuente:CNN.com