5 de junio de 2023

CAMBIO CLIMATICO. Breve historia de la lucha contra el deterioro climático y del negacionismo climático del PP

Cada siete años, la ONU publica un informe sobre el clima. Y así es como podría cambiar la situación para el próximo informe

Y aunque estamos en junio, parece estamos en Año Nuevo de un cambio climático permanente. No solo ha sucedido el equinoccio de primavera, que en algunas culturas se celebra como el año nuevo (¡Feliz Nowruz!), sino que además en abril se publicó un importante informe de la ONU sobre el clima, que me dejó en un estado de ánimo contemplativo.

El informe procede del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de la ONU, un grupo de científicos que publica informes sobre el estado de la investigación en torno al cambio climático.

El IPCC trabaja, más o menos, en ciclos de siete años. En cada ciclo, el grupo examina toda la bibliografía publicada sobre el cambio climático y elabora informes sobre distintos temas, hasta llegar a un informe global que lo sintetiza todo. El último es uno de esos informes de síntesis, tras el anterior del año 2014. Y deberíamos ver otro para el año 2030.

Dado que estos informes resumen de la investigación existente, quizás este sea un buen momento para reflexionar. Así que, para el boletín de esta semana, podríamos invadirnos del espíritu de año nuevo y echar un vistazo a dónde hemos llegado, dónde estamos y hacia dónde vamos en materia de cambio climático.

El clima del pasado: año 2014

En 2014, la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera era ligeramente inferior a 400 partes por millón. La canción Happy de Pharrell Williams me estaba volviendo loco. Y en noviembre, el IPCC publicó su quinto informe de síntesis.

Algunas partes del informe del IPCC de 2014 nos resultan familiares. Sus autores mostraron que la actividad humana estaba causando el cambio climático, que la adaptación no iba a ser suficiente y que el mundo tendría que tomar medidas para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero. En el informe de 2023, he visto las mismas afirmaciones, pero también hay diferencias sorprendentes.

En primer lugar, nos encontrábamos en una situación política distinta. Los líderes mundiales aún no habían firmado el Acuerdo de París, un tratado histórico que estableció el objetivo de limitar el calentamiento global a 2 °C por encima de los niveles preindustriales, con una meta de 1,5 °C (2,7 °F). El informe de evaluación de 2014 sentó las bases de ese acuerdo.

La tecnología también ha cambiado. El informe de 2014 ponía sobre la mesa las energías renovables como posible solución para sustituir a los combustibles fósiles y frenar el cambio climático. Sin embargo, estas energías aún no habían logrado reducir significativamente las emisiones, en parte porque seguían siendo muy caras (¡la energía solar era cinco veces más cara por vatio que ahora!).

Es la hora de la verdad”

Detlef Van Vuuren

Echando la vista atrás, resulta frustrante lo claras que eran las advertencias sobre el cambio climático hace una década. También es algo alentador ver lo lejos que hemos llegado gracias a la concienciación, el impulso político y la tecnología.

El clima en el presente: año 2023

Avancemos nueve años, o siete álbumes de Taylor Swift. En 2023, las concentraciones de dióxido de carbono alcanzaron una media de 419 partes por millón en 2022, y la temperatura global es aproximadamente 1,1 °C (2 °F) más alta que antes de 1900. En marzo, el IPCC publicó su sexto informe de síntesis.

El cambio climático ha irrumpido en la conversación pública, con grandes catástrofes y acciones climáticas trascendentales. En 2022, una película sobre el cambio climático fue nominada a un Oscar: No mires arriba (Don’t Look Up). Casi la mitad de los votantes en las últimas elecciones presidenciales de EE UU dijeron que el cambio climático era muy importante para su voto y el 93% de los europeos creen que el cambio climático es un problema grave.

EE UU, líder mundial en emisiones históricas totales, aprobó una legislación climática histórica, la mayor de su historia. Pero las emisiones siguen subiendo y alcanzarán un nuevo récord en 2022.

El informe de síntesis del IPCC para 2023 es más grave que su predecesor de 2014. Los mayores riesgos del cambio climático se prevén ahora con niveles más bajos del calentamiento global. Y queda aún más claro lo importante que es actuar con rapidez.

He hablado con uno de los autores del informe del IPCC, Detlef Van Vuuren, investigador del clima. Una clara diferencia entre el quinto y el sexto informe es la urgencia de este momento: "Es la hora de la verdad", aseguró.

La buena noticia es que ahora hay muchas soluciones disponibles. Para 2030, podríamos prepararnos para el éxito, estando en camino de alcanzar nuestros objetivos climáticos. El IPCC ha elaborado una lista de tareas climáticas que debemos poner en marcha. 

El futuro climático: año 2030

Para cuando se publique el próximo informe de síntesis en 2030, es muy posible que la NASA haya vuelto a mandar humanos a la Luna.

Para entonces, estará claro si limitar el calentamiento global a 1,5 °C sigue estando sobre la mesa. Ahora mismo, queda menos de una década de emisiones antes de que superemos ese objetivo.

Este es el aspecto que debería tener el mundo en 2030, si queremos alcanzar las emisiones netas cero en el año 2050. Y tendríamos que hacerlo para alcanzar el objetivo de 1,5 °C, según algunas de las proyecciones de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés):

  • La generación de electricidad a partir de energías renovables debe superar los 20.000 teravatios/hora, el 60% del total mundial.
  • Los países más ricos deben dejar de explotar centrales eléctricas de carbón sin captura de carbono.
  • Los coches eléctricos deben representar el 60% de las ventas de vehículos.

Esto implica mucha transformación, pero los analistas energéticos han subestimado sistemáticamente la contribución de las energías renovables. Así que, ¿quién sabe lo que nos deparará el año 2030?

POSDATA

Para el PP, las excentricidades forman parte de la normalidad y lo normal son excentricidades. Por ejemplo.

  • La legalización  de pozos ilegales de Doñana, que va contra la Norma Europea, el sentido común y favorece el cambio climático, al PP le parece lógico y normal. 
  • Como también aprueban con matrícula de honor, los pactos con Vox, a nivel estatal, autonómico y municipal. A diferencia de los partidos políticos del CDU alemán y  Demócratas 66 holandeses, que declaran no querer ir con la extrema derecha  de sus respectivos paises ni a apañar  euros. 
  • Sin embargo, los  debates electorales  para el PP son excentricidades, por otra parte, lógicos y normales en el resto de la UE.
  • En cambio que vengan lo diputados del parlamento alemán a verificar el cumplimiento de la leyes de transición ecológica en Doñana, con vistas a posicionarse contra el boicot a fresas andaluzas a propuesta de ciudadanos alemanes, además de una excentricidad, lo consideran intolerable.

Muy democrático todo lo que hace y dice el PP, al igual que la campaña electoral de corte fascistoide que nos regaló a todos los españoles con motivo de las elecciones del 28 de mayo de este año.

Fuente: MIT Technology Review