Comenzará de manera inminente un
ensayo clínico con 200 pacientes en fases avanzadas de Covid-19 en Europa.
Investigadores del Institut de Bioenginyeria
de Catalunya (IBEC) junto a un equipo internacional de científicos han
identificado un fármaco que bloquea el virus SARS-CoV-2 en las primeras fases
de la infección. Utilizando cultivos celulares y orgánulos, réplicas en
miniatura de órganos reales desarrolladas a partir de células humanas, han
comprobado que este fármaco es capaz de reducir hasta 5000 veces la cantidad de
virus presente en el tejido.
Estos resultados prometedores,
publicados en la revista Cell, han hecho que la compañía biotecnológica que ha
desarrollado el fármaco, Apeiron Biologic, anunciara ya ayer que comenzará de
manera inminente un ensayo clínico con 200 pacientes con fases avanzadas de
Covid-19 en Europa.
El fármaco, llamado APN01, ya existía:
había sido desarrollado para la epidemia de SARS del 2003, causada por un
coronavirus muy similar al que está detrás de la actual pandemia de Covid-19,
que hasta el 3 de abril ha provocado más de un millón de casos y ocasionado la
muerte a más de 53.000 personas en todo el planeta. En 2003, el APN01 ya había
sido probado en un ensayo clínico de fase I-II para comprobar su toxicidad y
eficacia.
Este fármaco lo que hace es bloquear
el mecanismo de entrada del virus en las células humanas. Este mecanismo fue
descubierto por investigadores de la Universidad Columbia Británica (Canadá),
coautores de este nuevo trabajo, que entonces hallaron que la proteína S del
virus (dispuesta sobre la superficie y que le da el aspecto de corona) se une a
un receptor de la célula humana llamado ACE2 (por sus siglas en inglés, enzima
convertidora de angiotensina).
Ese receptor no está en todas las
células humanas, sino que se expresa en pulmón, corazón, vasos sanguíneos,
riñones e intestino, que son precisamente los tejidos afectados por la
Covid-19.
Para comprobar si en este nuevo
coronavirus, el SARS-CoV-2, éste era también el mecanismo de infección, los
investigadores usaron muestras de tejidos de pacientes con Covid-19, a partir
de las que aislaron e infectaron en el laboratorio células humanas y también, y
ahí es donde entra el grupo de la investigadora Icrea Núria Montserrat (*) y sus orgánulos de riñón humanos.
El hecho de que el receptor ACE2 se
exprese fuertemente en riñones y que se pueda hallar ARN del SARS-CoV-2 en la
orina es lo que llevó a los investigadores a usar los orgánulos de riñón como
modelo.
“Teníamos muchas preguntas acerca de
cómo el virus entra en la célula, si utilizaba mecanismos distintos a la hora
de infectar células de riñones, pulmones o corazón. Los orgánulos nos han
permitido averiguar que el mecanismo es el mismo y probar una molécula en un
contexto humano, porque son células humanas del propio tejido infectado de los
pacientes, pero a una velocidad muy superior a la de un ensayo con personas”,
explica Montserrat .
Así, los investigadores vieron, que
efectivamente, la proteína S del nuevo coronavirus se une a las células humanas
que tienen este receptor ACE2. “Nuestros resultados arrojan luz sobre cómo el
SARS-CoV-2 infecta las células del organismo, incluidas las de los vasos
sanguíneos y los riñones”, afirma en un comunicado Ali Miramizi, investigador
del Instituto Karolinska, que llevan estudiando coronavirus y otros patógenos
como ébola desde hace décadas.
A continuación, aplicaron el fármaco a
los cultivos celulares y los orgánulos de riñón y vieron que era capaz de
reducir la carga viral entre 1000 y 5000 veces, en función de la cantidad total
de virus y de fármacos usados; también que reducía la replicación viral.
El fármaco era capaz de reducir la
carga viral entre 1000 y 5000 veces.
El fármaco solo se ha podido probar en
las fases iniciales de la infección, porque los orgánulos solo se pueden
mantener en cultivo como máximo 15 días, pero los investigadores confían en que
el fármaco antiviral también podría ser eficaz en fases más avanzadas que, es
de hecho, lo que tratará de probar el ensayo que comenzará en las próximas
semanas en Europa.
El siguiente paso será, en lugar de
infectar cultivos celulares y orgánulos con virus aislados de una muestra de
pacientes, trabajar directamente con muestras de tejidos infectados. En este
sentido, el IBEC colabora con el Hospital Clínic de Barcelona y otros centros
españoles para obtener esas muestras de Covid-19.
También utilizarán los orgánulos para
estudiar qué ocurre en personas diabéticas, que tienen un peor pronóstico, o en
condiciones de hipoxia o falta de oxígeno, ocasionada por infecciones más
agresivas. “Intentaremos ver si el fármaco funciona igual a igual dosis.
Incluso podríamos intentar conectar los orgánulos de riñón, pulmón, para ver el
efecto sistémico”, señala Montserrat.
(*) La investigadora Icrea Núria
Montserrat, del Institut de Bioenginyeria de Catalunya (IBEC), es un referente
mundial en el desarrollo de orgánulos de riñones en el laboratorio.
Fiuente: lavanguardia.com y abc.es