Sindicatos y sanitarios piden al partido popular que utilicen todos los recursos posibles para hacer frente a esta
crisis sanitaria
El coronavirus ya ha alcanzado a más
de 20.000 personas en nuestro país. Las cifras aumentan de forma exponencial
cada día, por lo que adoptar medidas extraordinarias para que la sanidad no se
colapse, los contagiados puedan ser tratados con todas las garantías y la curva
se invierta es una cuestión capital.
Medidas excepcionales para contener
una situación extraordinaria.
Una crisis que pone a prueba al Sistema de Salud Público. La decretación del estado de alarma puso en manos del Gobierno central
y de su Comité Técnico de Gestión (encabezado por el presidente y los cuatro
ministerios con competencias delegadas -Sanidad, Interior, Defensa y
Transportes-) el control total de los servicios esenciales. Sin embargo, tal y
como advierten los plenipotenciarios de la situación, la responsabilidad de los
gobiernos autonómicos es imprescindible para salvaguardar los intereses de la
nación, golpeada por una situación anómala, sin precedentes.
No obstante, esta llamada a la unión
sigue sin dar frutos en ciertas regiones. España es uno de los países más
descentralizados del mundo, por lo que pasar de un sistema prácticamente
federal a acatar las decisiones de un mando único no está siendo sencillo.
Especialmente para aquellos que han decidido hacer política de esta alerta
sanitaria, atacando sin vehemencia al Ejecutivo tratando de sacar rédito
electoral de la situación.
Si bien el Gobierno mantiene una
posición tranquila, sin entrar al trapo de los ataques fratricidas que recibe,
son muchos los colectivos que se han cansado de callar. Enfermeros,
sindicatos y usuarios recuerdan al PP sus continuos ataques a la sanidad
pública. La falta de inversión, los despidos o el refuerzo de la privada son
algunas de las quejas naturales.
Pero más allá de cuestiones pasadas,
el momento presente también despierta ciertas sombras en la gestión. Es el
caso de Madrid y Andalucía. Mientras los populares reclaman mascarillas para sí
constantemente, acusando a Pedro Sánchez de bloquear los recursos necesarios en
las fronteras, mantienen centros hospitalarios sin abrir sus puertas con una
crisis que colapsa los servicios sin control.
En la Comunidad de Madrid, una torre
hospitalaria sigue sin abrir sus puertas pese a que Isabel Díaz Ayuso insista
en negarlo. Se trata de la Torre 4 del Hospital Infanta Sofía, ubicado en
San Sebastián de los Reyes (norte de Madrid). Un espacio de más de 3.600
metros cuadrados que permanece cerrado y sin actividad desde 2008, año en el
que se construyó el centro.
La presidenta ha alegado que “está en
obras”, justificando su inoperancia afirmando que “no está preparada para
atender pacientes”. Se le olvida que su propia formación prometió a finales de
2018 que las obras empezarían en 2019 para prestar servicio con la mayor
celeridad posible.
Lo mismo sucede en Andalucía.
Concretamente es en Málaga, provincia más afectada por el Covid-19 de la
región, donde la Junta de Andalucía sigue sin proveer servicios en el
Hospital de Estepona. Un complejo de 14.300 metros cuadrados que costó 15
millones de euros a las arcas municipales.
Esta anómala situación ha sido
denunciada por José Luis Ruiz Espejo, secretario provincial del PSOE, que ha
instado a Moreno Bonilla a tomar las riendas de la situación y utilizar este
centro abriendo rápidamente sus puertas: “En estas circunstancias, no tiene
ningún sentido que un hospital permanezca cerrado”.
Fuente: elplural.com