Las cifras del coronavirus en Alemania
esconden un enigma: el país tiene 19.000 casos confirmados y solo 68 muertos.
Eso deja una tasa de letalidad del 0,36%, muy inferior a la de Francia (2%),
España (4%) e Italia (8%).
Sabemos que en esta diferencia influye la capacidad
de Alemania de hacer miles de test. Pero debe haber algo más. La tasa de
letalidad alemana también es excepcionalmente baja si se compara con Corea del
Sur (1%), cuya capacidad de diagnóstico también se considera alta. ¿Cómo se
explica entonces el caso alemán? El viernes, el portavoz del Ministerio de
Sanidad español, Fernando Simón, dijo que no lo saben. Y tampoco las
autoridades alemanas tienen una explicación definitiva. Pero existen al menos
tres hipótesis.
1. Es posible que el virus brotase en
Alemania más tarde.
El primer brote local de contagios dentro de Europa se detectó en Italia y
estaba muy avanzado cuando emergió: por eso los muertos llegaron rápido allí.
Solo pasó una semana desde el infectado número 20 al muerto número 20. Eso
sugiere que el brote llevaba semanas activo, porque la enfermedad tarda dos o
tres semanas en provocar la muerte.
La alarma en Italia hizo que los
países europeos redoblaran sus esfuerzos de detección. En España se multiplicaron
los casos detectados de un brote que en realidad ya estaba aquí.
También se detectaron los primeros
casos en Alemania, pero su brote estaba seguramente en una fase incipiente.
“Alemania reconoció su brote muy temprano. Vamos dos o tres semanas antes que
algunos países vecinos”, explicaba el virólogo Christian Drosten a Zeit. “Lo
hicimos porque realizamos muchos diagnósticos, testamos mucho. Ciertamente se
nos pasaron casos en esa primera fase. Pero no creo que nos hayamos perdido un
brote importante”.
Eso podría explicar que su tasa de
mortalidad sea inferior. Por dos motivos. Primero, porque si Alemania ha
detectado los casos desde el principio, habrá detectado más infectados jóvenes,
que son los primeros en contagiarse (viajan más y tienen más contacto con
extranjeros). Los jóvenes resisten mejor al virus. Las muertes son más comunes
cuando el virus avanza y se contagian personas de más edad.
El otro motivo es que las muertes
tardan un tiempo en producirse. En muchos países hemos visto subir las tasas de
mortalidad con el tiempo. Es lo que pasó en Corea del Sur, donde los test están
siendo exhaustivos y la mortalidad se ha doblado: pasó del 0,5% al 1,1% entre
el 1 y el 20 de marzo. Si el brote en Alemania es más reciente que el de España
o Italia, sus cifras de letalidad podrían aumentar.
2. Los enfermos alemanes son más
jóvenes. En Alemania
se publica a diario la edad de una muestra de los infectados, por eso sabemos
que la media son 47 años y que solo el 20% tiene más de 60 años. Son cifras
similares a las de Corea (I), pero muy diferentes de las de Italia, donde la
edad media de los infectados —que se detectan— son 66 años y donde el 58% tiene
más de 60 años (I). Los enfermos de Covid-19 más ancianos son casos con mayor
riesgo. La pirámide de población de cada país también podría influir. Italia es
el país europeo con más mayores de 65 años (26%), mientras que en Corea son
solo un 14%. Pero eso no ayuda a explicar el caso alemán, donde el 25% de los
habitantes tiene 65 años o más.
Pueden pesar también factores
culturales. Los datos de China dicen que entre el 75% y el 80% de los contagios
de la Covid-19 se han producido en núcleos familiares, según ha explicado Bruce
Aylward, de la OMS, a The New York Times. Pero el contacto cotidiano entre jóvenes
y mayores no es igual en todas las sociedades. Como sugiere Moritz Kuhn, de la
Universidad de Bonn (Alemania), las personas de entre 30 y 49 años que viven
con sus padres superan el 20% en Italia, China o Japón, mientras que en
Alemania son poco más del 10%.
3. Detrás de todo están los test. Alemania ha asegurado a través del
Instituto Robert Koch, el centro responsable del control de enfermedades, que
puede hacer 160.000 test a la semana. El país podría haber hecho hasta 4.000
pruebas por cada millón de personas, muy lejos de los 625 por millón que ha
hecho España. Es evidente que una mejor detección reduce las tasas brutas de
letalidad para acercarlas a la realidad: si contabilizas todas las infecciones
—incluidas las más leves—, el ratio de muertos por infectados será menor.
Es lo que sugieren también los números
de Corea del Sur. Es el país que ha hecho más test (más de 5.000 por millón de
habitantes), y aunque su brote tiene ya bastantes semanas, sigue siendo uno de
los países con la letalidad más baja, un 1,1%, que a menudo se usa como
referencia.
Es probable que la baja letalidad del
virus en Alemania se deba a una mezcla de varias cosas. Sus cifras seguirán
probablemente lejos de las de España e Italia, mientras el país siga siendo
capaz de testar masivamente. Pero si otro factor es que su brote está en una
fase más temprana, sus cifras de muertos aumentarán y la letalidad crecerá. La
pregunta es cuánto.
Fuente: elpais.com