La Agencia de Seguridad
Nacional está sirviendo de inspiración para la creación de un grupo de
vigilancia de las telecomunicaciones y la actividad a través de Internet en el
país norteafricano, incluyendo el espionaje a los propios habitantes de la
nación.
Allá por 2011 fue precisamente Túnez el inicio
de la revolución conocida como Primavera Árabe teniendo como uno de sus más
destacados teatros de operaciones precisamente las redes sociales. Ahora el
gobierno está poniendo en marcha su propia agencia contraterrorista denominada
Agencia Técnica de Telecomunicacones dedicada a monitorización la actividad de
los ciudadanos del país en Internet, redes sociales e incluso sus
comunicaciones mediante mensajería, algo contra lo que protestan algunas
instancias al afirmar que no hay base jurídica en la legislación nacional para
esa vigilancia.
Mientras el entorno
geográfico continúa inestable (Libia, Egipto…) y el secretario general de las
Naciones Unidas se refiere e Túnez como “un modelo a seguir” al haber alcanzado
cierta estabilidad tras haber aprobado una nueva constitución y llevado a cabo
ciertas reformas, parece que las autoridades gubernamentales han optado por
crear una agencia centralizada de espionaje enfocada en las telecomunicaciones
e Internet tomando como modelo los controvertida Agencia de Seguridad Nacional,
dependiendo del Ministerio de Información y Comunicación, lo que no parece una
garantía de independencia.
Por si fuera poco desde
Reporteros sin Fronteras se critica la falta de transparencia que va a tener
esta “NSA tunecina” con el potencial peligro que comporta su naturaleza para
las libertades civiles. Lo cierto es que desde el gobierno tunecino se busca
consolidar ante sus aliados occidentales que son capaces de tener bajo control
las comunicaciones que mantienen entre sí grupos terroristas que operan en el
país y de cuyos movimientos se enteran después de que lo haga la CIA.
En una reciente visita a
Túnez el secretario de Estado USA John Kerry se refirió a la cuestión de la
seguridad en el país afirmando que “ninguna democracia puede sobrevivir o
prosperar sin seguridad“.
Tras las revueltas de
2011 la Agencia Tunecina para Internet logró cooperar con activistas y
blogueros en pro de la transparencia y para luchar contra la censura en la Red,
aunque esta relación parece haber cambiado y hay quien no oculta sus temores
por el rumbo que parecen tomar las libertades y la privacidad de los tunecinos
en la Red por el riesgo potencial de ir más allá de la mera lucha contra la
delincuencia o el cyberterrorismo.
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