Brasil y la Unión Europea
acordaron el lunes tender un cable de fibra óptica desde Lisboa a Fortaleza
para reducir la dependencia en las conexiones con Estados Unidos, después del
escándalo por el espionaje de Washington a Brasilia.
En una cumbre en Bruselas, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff,
dijo que el proyecto de 185 millones de dólares (unos 134,5 millones de euros)
era clave para "garantizar la neutralidad" de Internet, enfatizando
en su deseo de blindar el tráfico de la red en su país de la vigilancia
estadounidense.
"Tenemos que respetar la privacidad, los derechos humanos y la
soberanía de las naciones. No queremos que se espíe a las empresas", dijo
Rousseff en una rueda de prensa conjunta con los presidentes de la Comisión
Europea y el Consejo Europeo.
"Internet es una de las mejores cosas que el hombre ha inventado.
Así que coincidimos en la necesidad de una garantía (...) de neutralidad de la
red, un área democrática donde podamos proteger la libertad de expresión",
afirmó la presidenta.
Rousseff pospuso el año pasado una visita de Estado a Washington en
protesta por el espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus
siglas en inglés) a su correo electrónico y teléfono, y ahora busca rutas
alternativas para Internet.
Brasil depende de cables submarinos estadounidenses para casi todas sus
comunicaciones con Europa. La única conexión directa es vieja y sólo se emplea
para comunicaciones de voz.
Los líderes de la UE están a favor de la iniciativa de Brasil después
de que documentos filtrados en 2013 por Edward Snowden, un exanalista de la NSA
hoy refugiado en Rusia, mostraron que la agencia espió también a la canciller
alemana Angela Merkel y a instituciones europeas.
Tras el escándalo que deterioró las relaciones con aliados como
Alemania y Brasil, el presidente estadounidense Barack Obama ordenó no espiar
más a los líderes de naciones amigas.
Bruselas está amenazando con suspender acuerdos sobre transferencia de
datos a menos que Washington ofrezca mayores garantías de protección de datos
de los ciudadanos europeos.
Rousseff dijo que Brasil y la Unión Europea tenían "preocupaciones
similares" sobre el dominio estadounidense en cables de fibra óptica y
espera tener un cable tendido desde la capital portuguesa hasta Fortaleza, en
el noreste brasileño, el próximo año.
Según el plan, el cable submarino de fibra óptica sería tendido por una
sociedad conjunta entre la telefónica brasileña Telebras y la empresa española
IslaLink Submarine Cables.
Telebras tendrá una participación de un 35% en la sociedad, IslaLink un
45% y el resto podría ser aportado por fondos de pensiones europeos y
brasileños.
El acuerdo por el cable marca un inusual progreso para Rousseff en sus
vínculos con la Unión Europea, el principal inversor extranjero en Brasil, ya
que las negociaciones de un pacto de libre comercio con el Mercosur fueron
pospuestas otra vez, dijeron responsables en la cumbre.
Brasil, una de las economías más grandes e influyentes del mundo, está
listo para negociar. Lo apoyan Uruguay y Paraguay, pero la pregunta es si
también lo hará Argentina, uno de los miembros más proteccionistas del Grupo de
los 20.
Fuente: Reuters