Primera entrevista desde que
está al frente de la Dirección de Investigación de la NSA, Gil Herrera destaca
los desafíos de la computación cuántica, de la ciberseguridad y de la
tecnología, que la inteligencia estadounidense debería dominar para proteger el
futuro y seguir espiando
Aunque su trabajo es
muy científico, Gil Herrera tiene una misión casi mística: mirar hacia el futuro
y luego darle forma, al nivel de una extraña física cuántica e inextricables
teoremas matemáticos, en beneficio de Estados Unidos.
Herrera es el nuevo
jefe de la Dirección de Investigación de la Agencia de Seguridad Nacional de
EE. UU. (NSA, por sus siglas en inglés). La dirección, como el resto de la NSA,
tiene una doble misión: proteger los sistemas estadounidenses y espiar al resto
del mundo. Su presupuesto es confidencial, otro secreto entre tantos, pero la
NSA es una de las agencias de espionaje más grandes del mundo, y la dirección
de Herrera es el mayor departamento interno de investigación y desarrollo de la
comunidad de inteligencia de EE. UU. Esta dirección debe encontrar soluciones a
problemas que aún no son reales, en un mundo que todavía no existe.
En su primera
entrevista desde su nombramiento, Herrera destaca la tecnología y las amenazas
en las que se centrará su grupo. Sus prioridades muestran cuánto están
cambiando los objetivos de la NSA, equilibrando su trabajo de vigilancia de los
grupos terroristas con una valoración de lo rápido que ha cambiado el panorama
geopolítico en los últimos años. Herrera explica por qué el auge de las nuevas
tecnologías, tanto en forma de amenaza como de oportunidad, es el tema central
que debe afrontar su grupo.
Toma el timón en un
momento en el que la agencia se enfrenta a nuevos retos. El mundo bipolar de la
Guerra Fría pertenece a los libros de Historia. El rápido giro de Estados
Unidos como superpotencia solitaria ha terminado. El nuevo mundo es más desordenado,
definido por una era emergente de competición por el poder entre naciones como
Estados Unidos, China y Rusia. Mientras tanto, la NSA todavía se está recuperando
de una serie de filtraciones publicadas hace nueve años sobre los programas de
vigilancia a nivel global y nacional que desencadenaron una tormenta de
críticas y llamamientos a la reforma y cambiaron la percepción del
estadounidense medio sobre la NSA. Las empresas que habían colaborado con la
NSA se retiraron avergonzadas y furiosas. También cambió la forma en la que
opera.
Herrera afirma:
"Estamos en el punto en el que debemos comenzar a centrarnos más en los
adversarios más grandes, más sofisticados, que no necesariamente utilizan servicios
comerciales. Estos adversarios tienen sus propios servicios y crean su propia
tecnología. Así que, como Dirección de Investigación, debemos responder.
Tenemos que proporcionar las tecnologías que nos permitan analizar las enormes
cantidades de información que recibimos y ayudar a monitorear los tipos de sistemas
que están surgiendo como resultado de la gran competición por el poder".
El ritmo del cambio
tecnológico se está acelerando y se está volviendo menos predecible.
"Cada vez que
hay ese tipo de cambio, se vuelve complejo", admite Herrera. "Cada generación
de tecnología presenta sus nuevos desafíos".
Por ejemplo, la
dirección de Herrera ha dedicado importantes recursos para dominar la
computación cuántica, la tecnología que tiene el potencial de descifrar el
cifrado utilizado para proteger los datos confidenciales en el mundo digital de
hoy y de mañana. Varios países poderosos, empresas y universidades están
invirtiendo en la tarea de construir un ordenador cuántico suficientemente
potente para funcionar exponencialmente más rápido que los ordenadores actuales.
"La gran
competición por el poder impulsa la agenda", resalta Herrera. "Cambia
el tipo de tecnología y el acceso que necesitamos. La tecnología cuántica y 5G
son parte de eso".
La dirección ha estado
a la vanguardia de la investigación en la computación cuántica desde 1995,
inmediatamente después del descubrimiento del algoritmo de Shor, que mostró
cómo los ordenadores cuánticos pueden factorizar números exponencialmente más
rápido que los ordenadores convencionales, que es exactamente el tipo de trabajo
necesario para descifrar el cifrado.
Las huellas de la
dirección aparecen ahora en forma de una investigación fundamental que avanza
en el campo e incluso dentro de los ordenadores más avanzados construidos en
las gigantescas empresas tecnológicas. La carrera muy publicitada por construir
el mejor ordenador cuántico del mundo es una prueba de esto: tanto Google como
IBM usan el mismo componente básico en sus máquinas para crear un
comportamiento cuántico, conocido como transmon qubits, que fue inventado bajo
el patrocinio de esta dirección de la NSA. Históricamente, la NSA ha sido el
mayor inversor individual de la investigación académica en la computación
cuántica, asegura Herrera.
Herrera no quiere
hablar de los detalles sobre los que se centra su dirección, pero, cuando se le
pregunta sobre los desafíos de espiar en un mundo de rápido avance técnico,
señala el surgimiento de 5G en todo el mundo; esta tecnología trae sus propios
nuevos retos para recopilar la inteligencia, según explica. Monitorear 5G con éxito
requiere una comprensión profunda de lo que lo hace fundamentalmente diferente
de sus predecesores: mayor velocidad, menor variedad, más nodos de
distribución, diferentes protocolos de datos.
Comprender lo que
sucederá en el mundo de mañana requiere un dominio de los elementos que lo
definirán.
La futura historia
La Dirección de
Investigación de la NSA proviene de la Cámara Negra, el primer grupo de
descifradores de código en Estados Unidos, que tenían la tarea de espiar las
últimas tecnologías, como el telégrafo. El grupo existió desde 1919 hasta 1929
y decodificó más de 10.000 mensajes de una docena de países, según el libro de
James Bamford publicado en 2001 Body of Secrets: Anatomy of the Ultra-Secret
National Security Agency. Además del innovador trabajo criptoanalítico, el
grupo tuvo éxito con la ayuda de vigilancia de empresas estadounidenses como
Western Union, que podían proporcionar a los nuevos espías estadounidenses
comunicaciones confidenciales para que las examinaran.
La Cámara Negra se
cerró en medio de un escándalo cuando el secretario de Estado de Estados
Unidos, Henry Stimson, descubrió que el grupo espiaba tanto a los aliados
estadounidenses como a los enemigos. El incidente presagió el Comité Church de
1975, que investigó los abusos de vigilancia por parte de las agencias de
inteligencia estadounidenses, y las filtraciones de Snowden de 2013, que
expusieron las enormes capacidades de vigilancia electrónica que desencadenaron
una reacción global.
Apenas ocho meses
después del cierre de la Cámara Negra, ante la perspectiva de una capacidad de
espionaje paralizada en el cada vez más inestable mundo de la década de 1930,
EE. UU. reformó ese esfuerzo con el Servicio de Inteligencia de Señales del
Ejército. Una de las tres personas que trabajaban con los registros antiguos de
la Cámara Negra, uno de los fundadores del SIS, que según Bamford se mantuvo en
secreto para el Departamento de Estado de EE. UU., fue el matemático Solomon Kullback.
Kullback tuvo un
papel decisivo en descifrar los códigos japoneses y alemanes antes y durante la
Segunda Guerra Mundial, y luego dirigió el departamento de investigación y
desarrollo de la recién formada Agencia de Seguridad Nacional. En un año, ese
departamento se convirtió en la dirección como la conocemos hoy en día: un
espacio distinto para la investigación que no se ve interrumpido por el trabajo
diario de la agencia.
"Es importante
tener una organización de investigación, aunque fuera impulsada por una misión,
para pensar más allá de una crisis", considera Herrera, aunque añade que
la dirección dedica una parte de su trabajo a la "crisis del día".
Cuenta con un programa denominado 'científicos de guardia', que permite a los
analistas de misiones de la NSA (que se enfrentan a desafíos técnicos mientras analizan
la información) pedir ayuda por correo electrónico para acceder a cientos de
científicos.
Mirando hacia
adelante
Pero la mayor parte
del trabajo de la dirección es imaginar las tecnologías que están varias
generaciones por delante de lo que tenemos actualmente. Funciona casi como una
pequeña universidad técnica de élite, organizada en torno a cinco departamentos
académicos (Matemáticas, Física, Ciberseguridad, Informática e Ingeniería Eléctrica),
cada uno con entre 100 y 200 personas.
El departamento de
Ciberseguridad defiende la seguridad nacional del Gobierno federal y la base
militar-industrial del país. Es el departamento de más alto nivel, y
deliberadamente. En los últimos cinco años, la NSA, que antes se mantenía en la
sombra, se ha vuelto más transparente y activa en la ciberseguridad. Ha lanzado
avisos públicos y proyectos de investigación que antes habrían sido un anatema
para una organización cuya existencia ni siquiera se reconoció hasta 20 años
después de su fundación.
En la actualidad, los
productos de investigación de la NSA, como Ghidra, la sofisticada y gratuita
herramienta de ingeniería inversa que ayuda en la disección técnica de las
herramientas de hackeo, así como otros softwares, son populares, fiables y se
usan en todo el mundo. Sirven como poderosas herramientas de ciberseguridad, de
reclutamiento y de relaciones públicas, todo en uno.
El departamento de
Física, que había dirigido Herrera, gestiona docenas de laboratorios que
realizan la mayor parte del trabajo en ciencias de la información cuántica,
pero tiene un cometido mucho más amplio que eso. A medida que los avances en la
potencia informática bruta amenazan con ralentizar y detener 60 años de
crecimiento informático predeciblemente rápido, sus físicos están explorando
nuevos materiales y arquitecturas informáticas novedosas para impulsar la
próxima generación de informática hacia un futuro menos predecible, exactamente
el tipo de tarea que la dirección tenía cuando se lanzó.
Mientras tanto, el
departamento de Ingeniería Eléctrica ha estado analizando detalladamente la
física y la ingeniería de las redes de telecomunicaciones desde que surgió
internet. Además de los problemas relacionados con 5G, también aborda todas las
facetas del mundo digital, desde los cables submarinos hasta las comunicaciones
por satélite.
Algunas perspectivas
en el horizonte no encajan muy bien en ningún departamento en particular. El
trabajo en inteligencia artificial y aprendizaje automático del departamento de
Ciencias de la Computación, por ejemplo, abarca las misiones de ciberseguridad
y el trabajo de análisis de datos con los matemáticos.
Herrera plantea
varias veces la posibilidad de que la dirección necesite desarrollar mayores
capacidades y comprensión de campos que avanzan rápidamente, como la biología
sintética. La NSA no es la única en este sentido: los líderes militares chinos
se han referido a la biotecnología como una prioridad para la defensa nacional.
El responsable
resalta: "Gran parte de la competición en el mundo ya no es militar. La rivalidad
militar se acelera, pero también hay difusión de otras tecnologías, como las
biologías sintéticas, que son francamente alarmantes. El papel de la
investigación es ayudar a la NSA a comprender cuál será el impacto de esas
tecnologías. No sé cuánto nos involucraremos realmente, pero estas son las
áreas que tenemos que vigilar".
Finalmente, el
departamento de Matemáticas, el más antiguo, es único. Herrera describe las
matemáticas como el principal trabajo definitorio de la dirección. La NSA es el
mayor empleador de matemáticos del país, y esta Dirección cuenta con algunos de
los mejores. Prácticamente todos los demás departamentos sufren por tener que
competir con las empresas de tecnología y los altos salarios disponibles en el
sector privado. El departamento de matemáticas no tiene ese problema, según
Herrera. Silicon Valley suele valorar más a los desarrolladores de software que
a los matemáticos.
El departamento de
Matemáticas, a menudo junto con el de informática, ayuda a abordar uno de los problemas
más interesantes de la NSA: el de big data. A pesar de las críticas de la
sociedad sobre la vigilancia masiva, la NSA se enfrenta al desafío de recopilar
cantidades tan extremas de datos que, además de los problemas legales y éticos,
puede ser casi imposible examinarlos todos para encontrar todo lo que sea
valioso. La NSA considera ese "gran acceso y colección" del que habla
internamente como un logro pero también con su propio conjunto de problemas. El
campo de la ciencia de datos tiene como objetivo resolverlos.
"Todos piensan
que sus datos son los más desordenados del mundo, y tal vez se deba a que se
recogen de personas que no quieren que los tengamos, sinceramente",
admitió la antecesora de Herrera en la NSA, la científica informática Deborah Frincke,
durante una conferencia que tuvo lugar en 2017 en la Universidad de Stanford
(EE. UU.). "El adversario no habla claramente en inglés con declaraciones
agradables en un micrófono y, si no podemos entenderlo, envíenos una
declaración más clara".
Una de las tareas
eternas de la dirección sigue siendo dar sentido a las enormes cantidades de
datos poco claros, a menudo robados, en cientos de idiomas e incluso en los
formatos más técnicos.
En la era digital,
uno de los principales objetivos del espionaje sería la capacidad de
decodificar datos importantes que actualmente están protegidos por un fuerte
cifrado. Es por eso por lo que los matemáticos e informáticos de la Dirección
de Investigación diseñan y descifran los algoritmos criptográficos para algunos
de los sistemas más sensibles del mundo.
La creación y el
descifrado de códigos es la base del trabajo al que se dedica la dirección
porque, cuando la NSA mira hacia el futuro, lo que ve es un mundo cada vez más
digital lleno de datos. Su capacidad para protegerlo y también vigilarlo
ayudará a definir la rivalidad entre las grandes potencias durante mucho
tiempo.
"En el futuro,
los superpoderes se crearán o se destruirán en función de la fuerza de sus programas
criptoanalíticos", se explicó en un documento de 2007 de la NSA. "Es
el precio de admisión para que EE. UU. mantenga el acceso y el uso sin
restricciones del ciberespacio".
"La Dirección de
Investigación existe para hacer posible esa misión", concluye Herrera.
"Desde los átomos hasta los sistemas, investigamos con la misión en
mente".
Fuente: newtechnologyreview.es