2 de septiembre de 2021

ESPAÑA. Podemos, culpa al oligopolio energético y al mercado eléctrico por lo que hizo Aznar, no al Gobierno actual

 Pablo Fernández, portavoz nacional de Podemos explica la postura intervencionista de su partido para evitar que siga aumentando la factura de la luz que hoy alcanza su máximo histórico


El portavoz nacional de Podemos y de UP en las Cortes de Castilla y León, Pablo Fernández, habla para Diario16 sobre las propuestas de su coalición ante el incremento desproporcionado de la factura de la luz. Justo hoy el precio de la luz se dispara a los 140 euros. La situación perjudica la imagen del Gobierno y enfrenta de nuevo a Podemos con el PSOE. Sin embargo, Fernández insiste en que la postura de Podemos va contra el oligopolio energético y al mercado eléctrico. De lo que, por cierto, responsabiliza al ex presidente Aznar.

P. Esta crítica desde Podemos al Gobierno del que forma parte por la subida del precio de la luz , ¿no desgasta tanto al PSOE como a Unidas Podemos?

R. La crítica no es al Gobierno, es al oligopolio energético y al mercado eléctrico. Por cierto, la arquitectura de todo esto la diseña el PP con José María Aznar y con precios inasumibles. El ex presidente del PP es el responsable directo de tener un mercado eléctrico a merced de ese oligopolio y con precios absolutamente inasumibles.

P. Pues no está llegando así el mensaje desde Podemos…

R. Lo que hacemos y decimos es criticar al mercado eléctrico y dar soluciones factibles y posibles que se aplican en otros países de la UE, como en Francia. Y que son propuestas y soluciones que permitirán bajar de inmediato la factura de la luz.

P. ¿Cuáles son esas propuestas concretas desde Podemos para controlar esta subida histórica del precio de la Luz?

R. Establecer un precio fijo a la energía nuclear y fijar un precio máximo a la energía hidroeléctrica. Eso permitiría reducir entre 1.500 y 3.200 al año la factura de la luz. También apostamos a medio plazo por la creación de una empresa pública de energía, que aportaría competencia y transparencia al mercado, y haría frente a ese oligopolio energético y permitiría reducir de forma notable la factura de la luz.

P. Pero el desgaste del Gobierno es real cuando hay tantas discrepancias públicas, como ocurre ahora con la subida de la luz….

R. Lo que puede desgastar al Gobierno es no hacer nada. Hay que tomar medidas. Por eso pedimos al PSOE que sea valiente y audaz, y aplique las medidas que nosotros planteamos. Porque lo que está pasando con el recibo de la luz es inaceptable. No moverse y no hacer nada es lo que pasará factura al Ejecutivo.

P. Da la sensación que desde el Ejecutivo, la vicepresidenta Yolanda Díaz mantiene una postura más prudente con el ejecutivo del que forma parte. ¿Hay diferencia de criterios sobre cómo afrontar la situación?

R. Yolanda ha sido muy clara y se ha mostrado partidaria, como el resto de Unidas Podemos, a intervenir en el mercado eléctrico, a regular los precios d ela luz. Es la misma postura que defendemos en Podemos. Teneos consonancia total. Es una de las principales hoy preocupaciones de la ciudadanía, y nosotros debemos estar para dar respuesta a los problemas de la gente, para solucionar las preocupaciones de la ciudadanía. En eso estamos absolutamente centrados en Podemos, como lo esta Yolanda en el Gobierno.

P. Desde el PSOE se lanzan mensajes, sin embargo, sobre que las propuestas de Podemos sobre el tema de las eléctricas son imposibles de asumir en un Gobierno. Que parecen más ideas lanzadas de quien está en la oposición…

R. Tenemos unas propuestas absolutametne factibles y que se aplican en la UE. Es una cuestión de pura y dura voluntad política y nosotros la tenemos. Esperamos que el PSOE al final acepte y se avenga a aplicar nuestras propuestas.

P. ¿Qué opinión merecen a Podemos las explicaciones de la vicepresidenta Ribera donde descarta intervenir la luz?

R. Las explicaciones de Teresa Ribera son absolutamente decepcionantes y no dan respuesta a la problemática actual. Pero sabemos que hay que ser perseverantes y que en nuestra relación con el PSOE, como socio de Gobierno mayoritario, nos obliga a insistir hasta que consigamos convencerles.

P. ¿Ya ha ocurrido antes con otros asuntos de Estado?

R. Esto ya sucedió con la subida del Salario Mínimo Interprofesional. Hay que recordar que Podemos ha trabajado durante meses para incrementar ese SMI. Que el PSOE decía que era imposible e inviable. Y ayer hemos conocido, por el propio presidente del Gobierno, que finalmente el PSOE acepta incrementar el Salario Mínimo. Unidas Podemos en numerosas ocasiones ha marcado el camino e insistido en sus propuestas. Al PSOE le ha costado aceptarlas, pero al final lo ha hecho. Por eso, hará falta mucho diálogo, mucha negociación, pero estamos convencidos que al final pasará como con el SMI y que el PSOE aceptará nuestra propuesta y en ese momento se bajaría de inmediato la factura de la luz, que ahora es nuestro objetivo prioritario.

Fuente: Diario16.com

ESPAÑA. Ayuso y sus historias para no dormir

 Doña Isabel predica nuevas rebajas de impuestos a lo Trump para fomentar la domiciliación de multinacionales y grandes fortunas a la mayor gloria de sus patrocinadores y los madrileños aprenden a convivir con el paro y salarios basura porque según ella, es un mal necesario para la supervivencia de la Autonomía madrileña, aunque no tengo claro si también se refiere a la supervivencia de la Sanidad Pública, con el cierre de la mayoría de centros de Salud de Madrid.


La estrategia de Isabel Díaz-Ayuso es distraer la atención de lo importante mediante la técnica del señuelo. Desde que es presidenta de la Comunidad de Madrid ha estado lanzando fuegos artificiales sin tino. Esto ha hecho que muchas de sus ideas hayan sido consideradas meras ‘ocurrencias’ sin pies ni cabeza por la izquierda, que sin embargo ha caído en la trampa.

Ahora el ‘gran’ tema es la fiscalidad de Madrid. Doña Isabel predica nuevas rebajas de impuestos a lo Trump para fomentar la domiciliación de empresas y de grandes fortunas, que como es lógico, están interesadas en pagar lo menos posible: para vaca de ordeño ya está todo el abanico de la clase media, desde la media baja a la media alta. Y todo el que tiene nómina.

A esta promesa electoral dos socialistas respondieron con sendos resbalones propios de principiantes: el valenciano Ximo Puig proponiendo un impuesto especial a los ricos de Madrid, y el ministro Escrivá, con un ‘esto tiene largo recorrido’ que ha sido interpretado como una caja de Pandora. Fue suficiente para la zapatiesta. Desde el PP se aireó y se sacó otra vez en procesión al santo victimismo y se dio por hecho la construcción de una ‘madrileñofobia’.  El desmentido de la ministra María Jesús Montero, diciendo como Talleyrand que lo que no puede ser no puede ser y además es imposible, no ha hecho ni mella ni efecto en los medios de comunicación (y algunos de intoxicación y propaganda) conservadores. Entre la adicción y los intereses creados el producto más habitual que se cocina al almirez es un atractivo menú conspirativo. Y como ya se huelen elecciones, con viento portante, lejos de disiparse la cortina de humo, se espesa.

La realidad, sin embargo, contradice al Partido Popular; y ellos lo saben. Pero el juego les interesa. Creen que el único que se quema es el presidente Sánchez, que acabará a la parrilla. Pero son tan frecuentes y manifiestos los imposibles metafísicos y las trolas que a estas alturas incluso muchos adictos se sonríen. Y eso es un mal síntoma: la sonrisa siempre precede a la carcajada. Y la carcajada al ridículo. Ahí tienen que aprender los más lanzados de Alberto Núñez Feijóo, que parece seguir la senda de su colega madrileña, pero sutilmente –‘a la gallega’- le lleva la  contraria. Él habla de que la Xunta bajaría los impuestos “al noventa por ciento de los gallegos”. Huye  del populista dumpismo de Madrid.

Y es que sabe que estos son malos tiempos para bajar impuestos, hacen falta los cuartos, por una parte, pero por la otra la Unión Europea ha lanzado una operación para eliminar el dumping fiscal interno practicado por algunos países miembros.

De todas formas la propia Constitución Española, que muchos presuntuosos ‘constitucionalistas’ dicen amar con locura, previene contra estas y similares tentaciones. El artículo 31.1, dice: “Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad…” Y el 138.2 aclara otro aspecto: “La diferencia entre los Estatutos de las distintas Comunidades Autónomas no podrá implicar, en ningún caso, privilegios económicos o sociales”. Esto tiene más profundidad de la que aparenta: el principio de igualdad es uno de los ‘valores superiores’ que figuran en el Artículo 1 de la CE78.

Encima, estos no son tiempos para bajar impuestos ni en los estados que más practican este deporte de ricos. Después de una crisis los impuestos suben, y prometer lo contrario es mentir. Eso ocurrió cuando estalló la gran recesión en 2007/2008. Rajoy y Montoro sostuvieron en campaña que los Reyes Magos existen y que iban a reducir la presión fiscal: pues la subieron, y de qué manera.

Pero no es solamente el ombligo español lo que cuenta. Desde hace tiempo tanto la Eurocámara como la Comisión quieren poner coto a la competencia desleal dentro de la UE.  En enero de 2020 la corresponsal de ‘La Voz de Galicia’ en Bruselas, Cristina Porteiro,  reflejaba perfectamente el ambiente en los titulares de su crónica: ‘Paraísos fiscales en la UE: cuando el enemigo vive en casa’, ‘Pone nombres y apellidos a los países que sabotean las Haciendas de sus vecinos’. Es exactamente este aspecto de ‘sabotaje hacendístico’ de Madrid hacia ciudades o regiones competidoras lo que ha suscitado el malestar en las comunidades afectadas.

En Bruselas y en Estrasburgo se dan pasos adelante, cada vez más firmes. La Comisión Europea prepara “un asalto legal sin precedentes” contra la práctica desleal de los bajos impuestos. El 21 de enero de este año el Parlamento Europeo (PE) revisó la lista de paraísos fiscales. Un escalón imprescindible para la adopción de medidas legales internas contra ’territorios no cooperativos a efectos fiscales así como de regímenes fiscales nocivos, también en estados miembros de la Unión Europea, (lo que) da lugar a gravísimas pérdidas financieras para los estados miembros de la Unión, lo que sustrae recursos de los presupuestos nacionales y lastra la capacidad de los gobiernos…” Es un poco enrevesado el texto, pero es lo que tiene la multitraducción de la jerga comunitaria.

En paralelo, el aumento de la fiscalidad a las grandes empresas multinacionales, expertas en escaqueo, va cuajando en las organizaciones multilaterales. Aparte de la UE, que ha lanzado un gigantesco plan para la reconstrucción tras la catástrofe económica y social provocada por los efectos de la pandemia, que tendrá que financiarse por el procedimiento presupuestario habitual, también  el G-7 alcanzó en junio un ‘acuerdo histórico’ para regular la fiscalidad de estos gigantes financieros comprometiéndose a aplicar un gravamen de sociedades no inferior al 15%... para evitar precisamente el ‘dumping fiscal’.

Y es que las mayores economías mundiales se rigen por los mismos principios de necesidad y oportunidad que los ayuntamientos más pequeños. Los ‘daños pandémicos’ son de una enorme magnitud. Washington, Berlín, Madrid, París, Roma… todo el mundo, tienen similares desafíos para afrontar el futuro.

Los ‘lugares comunes’ hasta ahora, ese neoliberalismo con ansias salvajes que es al liberalismo como un huevo a una cagarruta de cabra, han quedado aplastados por una realidad dramática. El catecismo del ‘padre Ripalda’, caspa de Trento, es una joya de la arqueología del atraso. Aunque muchos madrileños no se hayan dado cuenta todavía, porque el ayusismo y el casadismo juegan al ping-pong en medio del terremoto y de sus réplicas,  ya va por la quinta, el loquinario tiovivo privatizador ha destrozado el sistema inmunitario regional: v.g. la indecente venta de viviendas públicas a ‘fondos buitre’, con gravísimas secuelas; la esclerosis de la sanidad publica, el esperpento vacunal, el desastre sin paliativos de la atención geriátrica… Mientras, la presidenta claramente candidata a ser califa en lugar del califa declara guerras a tutiplén.

Lo grave es que esto va a seguir. La idea parece ser ir creando una ‘realidad alternativa’ que exista solo en los titulares sin dar tiempo a que surta efecto la verificación de la veracidad. Vale todo. Hasta las neveras. Como la serpiente del Lago Ness, que siempre aparece en verano, vuelve este agosto a las páginas adictas a la derecha las vacaciones de Sánchez y la manipulación descarada de las residencias propiedad de Patrimonio del Estado. ¡Ha sido noticia hasta el cambio de una lavadora en La Mareta! Como si fuera un despilfarro intolerable. Y eso que en ‘lavadoras’ el PP tiene una acreditada especialidad.

Entre tanto, la ofensiva popular de finales de agosto en adelante se centrará en sembrar sospechas sobre el uso de los fondos europeos de recuperación intentando bloquearlos hasta ‘el cambio’. Hace tiempo que se sabe que el principal objetivo del PP es llegar a las elecciones generales con el PSOE envuelto en sospechas.

Que es encima otra manera de tratar de encubrir esa  gran verdad incómoda de la corrupción sistémica, con la secuela de un interminable viacrucis por los banquillos de los juzgados, activando el ventilador de la mierda aunque sea con bombas fétidas y petardos de broma. A ver si cuelan.

Ahora el trampantojo es el de la guerrita fiscal; enseguida volverán los muertos pandémicos y todo el catálogo de espejismos de diseño, supuestos horrores y solemnes obviedades convertidas en tragicomedia nacional. Así hasta los temas graves, como el conflicto catalán, el oportunismo peneuvista que ridiculiza al gobierno de turno y un nuevo ‘problema territorial’ que puede disparar los nacionalismos locales… tendrán que convivir con el ‘Celtiberia show’. Con los badajos de los campanarios ya engrasados.

EDITORIAL

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha declarado,  que su intención es "seguir bajando" tributos y tener "menos impuestos y menos burocracia".

Hoy mismo Dª Isabel anuncia el final de los impuestos propios autonómicos en Madrid, en concreto, el tributo sobre la instalación de máquinas recreativas en establecimientos de hostelería autorizados y el impuesto sobre depósito de residuos,  como no podía ser de otra manera, en esta deriva de madrileñismo trumpista que profesa, generador de paraísos fiscales dentro del estado español.

Fuente: Huffingtonpost.es y EFE

ESPAÑA. Los mundos de yupi de un PP liberal.

 El PP como partido liberal: una aspiración ideológica muy lejos de su realidad política


¿Qué es exactamente el liberalismo? ¿Cumple el PP los requisitos para ser definido como tal? ¿Lo perciben así sus votantes? Expertos en sociología, ciencia política y demoscopia explican por qué el PP no se ajusta a los cánones del liberalismo.

El liberalismo está de moda. O, al menos, así lo cree la derecha española que trata de definirse a través de esta etiqueta sin llegar a profundizar demasiado en su significado. Se trata de una palabra que aparece de manera recurrente en los discursos de los dirigentes del Partido Popular (PP) y que ligan al concepto de libertad, ampliamente utilizado por la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso durante su campaña electoral.

"Nuestro compromiso inquebrantable con la dignidad y la libertad de todas las personas nos identifica con el liberalismo como filosofía política y económica", señalan los estatutos del PP, formación actualmente dirigida por Pablo Casado. "Asumimos la responsabilidad histórica de hacer del Partido Popular la casa común donde conviven las familias conservadoras, liberales y democristianas de la política española", reza otro punto. En la cúpula del partido aseguran que están "comprometidos" con los "principios derivados del liberalismo" y llevan años intentando situarse como "la referencia liberal" en España.

Antes que ellos lo intentó Ciudadanos, que actualmente lidia con una OPA hostil impulsada por el PP que busca apropiarse de su espacio electoral. Los 'naranjas' también presumen de llevar la etiqueta 'liberal' por bandera y así se reafirmaron en la última convención del partido, celebrada el mes de julio. ¿Pero qué es exactamente el 'liberalismo'? ¿Cumple el PP los requisitos para ser definido como tal? ¿Lo perciben así sus votantes? Público ha contactado a varios expertos en sociología, ciencia política y demoscopia para tratar de responder a estas cuestiones.

La historia del liberalismo y los orígenes del PP

En primer lugar, habría que diferenciar liberalismo en dos sentidos: como ideología y como filosofía política. En el caso de la primera, Ismael De La Villa, investigador en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), explica que el liberalismo fue la ideología hegemónica que rigió el desarrollo del estado-nación en relación a lo jurídico, lo económico, las políticas públicas a finales del XVIII y a lo largo del siglo XIX. "Está claro que, por tradición y por origen histórico, el PP no encuentra sus raíces en esta primera vertiente", señala el politólogo.

Para Eduardo Bayón, analista y politólogo, "el franquismo eclipsó cualquier espacio político liberal, al que también se demonizaba al igual que a la izquierda". Bayón cita como elemento clave la desaparición del partido Unión del Centro Democrático (UCD) y la formación del PP, que posteriormente absorbió a los grupos liberales existentes y abarcó todo el espacio de la derecha. "En ese sentido también había un interés en usar las etiquetas para ocupar todo el espectro, lo cual estuvo facilitado por la ausencia de partidos liberales autónomos como existen en nuestro entorno", explica.

La socióloga y politóloga Aida Vizcaíno, consultora de asuntos públicos y profesora asociada de Ciencia Política en la Universitat de València (UV), también desvincula al PP del liberalismo por sus orígenes. La experta relata que la falta de un partido liberal en España tiene que ver, entre otras cuestiones, con el complejo surgimiento de la burguesía y el tardío proceso de la industrialización del siglo XIX, ambientes propicios para las ideas liberales y, con ellas, los partidos liberales. "En España llegó tarde y con menor fuerza que en países como Inglaterra, de hecho, ello explica la tardía implantación del movimiento obrero y del feminismo".

El liberalismo como filosofía política

En el segundo caso, la definición de liberalismo como filosofía política entiende que hay unos derechos naturales de partida inalienables universales de todos los individuos. "El estado, al contrario de lo que mayoritariamente se cree, no es incompatible con el liberalismo, ya que es quien debe garantizar el ejercicio de estos derechos individuales, siempre y cuando no se sitúe por encima del individuo ni coarte su libertad negativa", apunta el investigador de la Complutense.

En ese sentido, De La Villa considera que en materia de derechos civiles, el PP se ha mostrado más próximo a ideologías conservadoras o democristianas, que no se muestran compatibles con el ejercicio de estos derechos individuales, subordinándolos a otras cuestiones. Ejemplo de ello es su descarnada oposición a las leyes que regulan el matrimonio homosexual, el aborto, la eutanasia y a las listas paritarias, que el PP recurrió ante los tribunales.

Además, para la experta, el concepto de 'libertad' tan explotado durante la campaña madrileña, poco o nada tiene que ver con el liberalismo. "Su concepto de libertad es sinónimo de consumo, mercantilización. Ayuso supo percibir los estados de ánimo y exprimir los imaginarios colectivos. En este sentido, poco tiene que ver con la libertad o ser liberal en sentido ideológico o político", razona.

El secretario general de Vox, Javier Ortega Smith se distancia de la concentración de los integrantes del ayuntamiento de Madrid para mostrar su repulsa a la violencia machista en la entrada de la sede del ayuntamiento en Madrid este lunes.

PP, partido neoliberal

Los tres expertos apuntan que la etiqueta más precisa para definir al PP es el neoliberalismo. "El modelo madrileño, por el que parece apostar el partido a nivel estatal, es el claro ejemplo. Esa concepción de lo colectivo explica, coherentemente, su oposición a la liberalización de las patentes de vacunas", explica la politóloga.

"La concepción liberal del PP se centra en el papel mínimo del estado respecto a la intervención de este en la economía y esto enlaza con la concepción actual neoliberal; aunado con los posicionamientos conservadores en lo cultural. Además, esta explotación de las etiquetas se ha usado y potenciado atendiendo a las características territoriales", resume Bayón.

Sin embargo, De La Villa recuerda que incluso en material fiscal, algunos de los liberales más clásicos apuntaron determinadas prescripciones que no serían aceptadas por muchos hoy día. Por ejemplo, Adam Smith, considerado el 'padre del liberalismo', señaló ya desde un principio la necesidad de progresividad fiscal sobre las rentas del trabajo dentro de un Estado. Otros como John Stuart Mill y David Ricardo entendían como fundamental la aplicación de impuestos sobre una de las formas más importantes de capital en aquel momento, como era la tierra, independientemente de su mayor o menor productividad. "En contraste, a día de hoy, algo tan básico como un reducido impuesto sobre el patrimonio, desde estas posiciones más conservadoras, se entiende como un ataque a la libertad", concluye el investigador.

Los votantes del PP: más conservadores que liberales

Lo cierto es que, ateniéndonos a la demoscopia, los votantes del PP se consideran mucho más conservadores que liberales. Así lo desgrana José Pablo Ferrándiz, doctor en sociología y fundador y director de la firma Elemental Research. Según la muestra postelectoral del Centro de Investigaciones Sociólogicas (CIS) tras las elecciones generales de noviembre del 2019, el 44% de los votantes del PP se definía como conservador frente al 14% que lo hacía como liberal y el 11% que se ubicaba como democristiano

Ferrándiz señala que la etiqueta liberal-conservador existe, pero apunta que en España "nunca ha habido un partido realmente liberal". "En el PP aluden a un liberalismo que no es político, sino económico", resume el sociólogo, que asegura que los conservadores no cumplen los requisitos para ser considerados como una formación liberal. "Tienen un votante más femenino que masculino y la demoscopia indica que las mujeres son más conservadoras que los hombres", prosigue. Sucede lo mismo con la población mayor de 65 años, un perfil mucho más conservador que la población más joven, y en los que el PP encuentra un claro nicho electoral.

El sociólogo no tiene ninguna duda de que "el PP va a competir por hacerse con la etiqueta de liberal, al igual que han hecho con el concepto de libertad", pero señala las contradicciones de definirse como tal y pactar con una formación como Vox. Ferrándiz los considera una formación "profundamente iliberal o antiliberal" que se encuentra próxima ideológicamente a líderes euroescépticos y homófobos como Viktor Orbán, el primer ministro húngaro.

Para Ferrándiz, la victoria de Díaz Ayuso en las elecciones madrileñas no es extrapolable al conjunto del Estado. "Santiago Abascal le está haciendo sombra a Casado; en Madrid la candidata de toda la derecha era Ayuso, pero en los sondeos Casado no consigue aprobar, no hay un líder transversal en toda la derecha", concluye el fundador de Elemental Research.

En ese sentido, todos los expertos consultados creen que el PP trata de rentabilizar la etiqueta 'liberal' para distanciarse del partido ultra, pese a que realmente no lo es. También apuntan a que es una estrategia clave para absorber a Ciudadanos. El tiempo dirá si consiguen también convencer a su principal objetivo: los votantes.

Fuente: Publico.es