22 de septiembre de 2023

OPINION. La delgada línea que separa Democracia de populismos y demagogias.

 Primero vamos a definir como corresponde a cada concepto utilizado, para luego proponer algunos ejemplos que los conectan con la realidad de la política actual.

¿QUÉ ES LA DEMOCRACIA?

La democracia es una forma de gobierno del Estado donde el poder es ejercido por el pueblo, mediante mecanismos legítimos de participación en la toma de decisiones políticas.

Etimológicamente, la palabra proviene del griego δημοκρατία (democratía), que se compone de los términos δμος (démos), que significa ‘pueblo’, y κράτος (krátos), que significa ‘poder’. Así, la democracia es el gobierno del pueblo.

El término democracia es extensivo a las comunidades o grupos organizados donde todos los individuos tienen el derecho de participar en la toma de decisiones con igualdad ante la ley.

El mecanismo fundamental de participación de la ciudadanía es el sufragio universal, libre y secreto, a través del cual se elige a los representantes para un período determinado. Las elecciones se llevan a cabo por los sistemas de mayoría, representación proporcional o la combinación de ambos.

Sin embargo, la existencia de elecciones no es indicador suficiente para afirmar que un gobierno o régimen es democrático. Se hace necesario que se conjuguen otras características. Revisemos algunas de ellas.

Principios y características de la democracia

La democracia puede ser entendida como una doctrina política y como una forma de organización social. Entre muchas de sus características, podemos mencionar las siguientes:

El principio de soberanía popular

En los sistemas democráticos el poder se deriva del consentimiento del pueblo. Son los ciudadanos a través del voto universal, libre y secreto quienes eligen a sus representantes para llevar a cabo las funciones de gobierno.

El Estado de derecho

Se acatan las normas consagradas en la constitución. Asimismo, rige el precepto de igualdad de todos los ciudadanos ante las ley.

La libertad de prensa y opinión son fundamentales, así como también la libertad de las personas para crear asociaciones cívicas, económicas, culturales o partidos políticos.

División de poderes

Las democracias contemplan la separación de poderes en órganos legislativos, ejecutivos y judiciales para evitar la concentración de la autoridad en un individuo o en pequeños grupos de personas.

Respeto por los derechos humanos

Los gobiernos democráticos defienden los principios expresados en la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU. Además, se comprometen a garantizar representación a las minorías, así como a grupos e ideologías disidentes.

¿QUÉ ES DEMAGOGIA?

La demagogia es un término del griego antiguo que proviene de dos vocablos griegos: δμος dēmos, que significa pueblo y γειν agein, que significa dirigir, por tanto, demagogia significa el arte, estrategia o poder para conducir/manipular al pueblo.

Es una forma de acción política en la que existe un claro interés de manipular o agradar a las masas, incluyendo ideologías, concesiones, halagos y promesas que muy probablemente no se van a realizar, incluso con omisiones y con información incompleta, pretendiendo sólo la conquista del poder político a través de conseguir el apoyo y el favor del pueblo.

Un discurso demagógico es, por ejemplo, hablado en una campaña electoral utilizando potentes habilidades de comunicación para dar al público lo que ellos quieren oir con el objetivo de ganar votos. Por esta razón hoy en día se dice que un demagogo es una persona, generalmente político, que dice cosas solo para agradar a las personas porque las promesas no son cumplidas.

Otra forma de demagogia es cuando un individuo se engrandece a sí mismo para atraer el reconocimiento o la admiración de los demás. Abraham Lincoln describe la demagogia con la siguiente frase:

"La demagogia es la capacidad de vestir las ideas menores con palabras mayores".

La demagogia de Aristóteles

En el libro La Política, Aristóteles define a la demagogia como la corrupción de la democracia, así como la tiranía se correspondía con la corrupción de la monarquía. Incluso un buen rey podría llegar a ser un tirano, si la adulación de sus siervos le hicieran pensar sólo en él y no pensar en su pueblo.

Del mismo modo, hoy la democracia está corrompida gracias a la demagogia, cuando algunos elementos de la clase política (comparables a los cortesanos de antiguamente) que deben servir a la soberanía del pueblo, utilizan estrategias para engañarlo, haciendo promesas que nunca se cumplirán y todo en su propio beneficio.

¿QUÉ ES POPULISMO?

Se entiende por populismo una postura política que busca, a través de diversas estrategias, el apoyo y consentimiento de las clases populares. Sin embargo, el término populismo es considerado mucho más amplio y complejo de definir.

Esto se debe a que se denomina como ‘populismo’ a diversas realidades, propuestas y estrategias políticas, económicas, sociales y culturales, que proponen defender los intereses generales de la sociedad a fin de alcanzar el bienestar común de los ciudadanos.

Estas propuestas pueden derivar tanto de representantes de partidos políticos de derecha, ultraderecha o de izquierda. De allí que, como tal, no existe un movimiento político autoproclamado como populista, ya que esta postura puede surgir de cualquier tipo de agrupación política.

Origen del término populismo

Se cree que el origen del término populismo surgió en Rusia en el siglo XIX, aproximadamente en la década de 1870, cuando se alzó un movimiento político bajo el nombre de Naródnichestvo, de cuya traducción derivó la palabra ‘populismo’.

Dicho movimiento político ruso se apoyó en la creencia de que quienes se consideraban socialistas debían aprender del pueblo antes de tomar el poder. Además, estaban en contra de los intelectuales.

Posteriormente, el sentido de la palabra populismo tomó una connotación negativa y peyorativa, incluso, de amenaza política. Esto se debe a que el populismo busca obtener el mayor porcentaje de seguidores por medio del enfrentamiento de las clases sociales.

Fuente: Significado.com

CONCLUSIÓN

El Populismo empleado principalmente por partidos de derechas en España, apoyándose en una florida demagogia, son claros ejemplos del retroceso de la democracia en este país, que algunos socialistas, no alcanzan a ver o se niegan a reconocer.

Buenos ejemplos de ello, tenemos ahora con los partidos políticos de PP y Vox, y sus afines, como ahora parecen ser la vieja guardia del PSOE, que tras los GAL, indultos a golpistas del 23F, y fracaso inmobiliario del caso PSV, se atreven a dar lecciones de Constitución y Democracia.

Por cierto, a PP y Vox, que se cumpla la Constitución les interesa solo a veces, porque en otras ocasiones no es así, como ejemplo tenemos la “Amnistía Fiscal” del PP de Rajoy, que permitió que delincuentes evasores fiscales, le fuesen perdonados sus delitos; o cuando Aznar cambió la ley que permitió el enriquecimiento de la Iglesia al legalizar las inmatriculaciones de bienes y Edificios Públicos del Estado; o cuando también el mismo Aznar cedió puertos del Estado a la Comunidad de Cataluña (expresamente prohibido en la Constitución). Por no hablar de las reiteradas negativas del PP, a renovar el Consejo General del Poder Judicial, igualmente contrario a la Constitución.

Y nadie olvide que el fin último de PP y Vox, es impedir el acuerdo que permita una mayoría progresista para formar un Gobierno del Estado, que coloque a España entre las democracias más avanzadas del mundo.

La alternativa a dicho fracaso sería unas nuevas elecciones, que otorgarían al PP y Vox, una segunda oportunidad de lograr la mayoría absoluta, para establecer en España un Gobierno retrógrado y reaccionario que restringiese los derechos y libertades de todos los españoles y especialmente de las españolas.

POSDATA

Por cierto, el PP busca ahora un nuevo milagro como el del tamayazo de Esperanza Aguirre, para conseguir que a cambio de 13 monedas de plata, diputados del PSOE oficialmente se conviertan en tránsfugas y voten a favor de la investidura de Feijóo.

Lo cual a buen seguro produciría sueños húmedos a González, Guerra, Page, Lambán, Corcuera, Barrionuevo y el resto de fieles defensores de un purismo democrático, que a día de hoy, no existe en las bancadas de derechas y ultraderechas del Congreso de los Diputados, los cuales se burlan y aprovechan,  de la supuesta ingenuidad de estos y otros socialistas.

No siempre la que dicta la legislación es lo que España necesita

A mi entender, el Estado no necesita confrontar con Cataluña, e ir apagando incendios con gasolina (como por ansias de poder, propugna la derecha mediática, política y judicial, ahora asumido por la vieja guardia del PSOE)  sino que, necesita paz y sosiego, para desde la tranquilidad y la negociación, ir superando las diferencias políticas que puedan ir surgiendo en el devenir de los tiempos.

En democracia, esto se entiende por hacer política. El enfrentamiento permanente, defendido por las derechas y sus afines, a mi juicio, solo es fruto de un populismo demagógico, radical y fascistoide.

Fuente: Redacción