Muchos de los sistemas críticos de
seguridad del Pentágono funcionan con versiones anticuadas de Windows que al no
estar conectados a Internet, el riesgo de sufrir ataques informáticos es más
reducido
Actualizar teléfonos, ordenadores y otros dispositivos es una de las claves más básicas para tener dispositivos seguros, en parte porque las grandes compañías actualizan constantemente sus sistemas operativos, y en parte también porque dichas empresas abandonan las versiones más antiguas, haciéndolas más inseguras ante hackers y otros usuarios malintencionados.
Curiosamente, el mismísimo Pentágono
hace oídos sordos a estas recomendaciones y todavía mantiene versiones muy
anticuadas de Windows en algunos sistemas de seguridad que son críticos, tal y
como expone la web especializada en defensa militar Defense One.
Según comenta uno de los responsables
de la oficina del Subsecretario de Defensa de Energía, Instalaciones y Medio
Ambiente, alrededor de un 75% de los ordenadores todavía trabajan con Windows
XP, Windows 98 e incluso Windows 95, que ya tiene más de 20 años a sus
espaldas. Y, al parecer, esto no pasa sólo en el Pentágono, sino que otras 15
instalaciones militares del Departamento de Defensa están en la misma situación.
En un contexto diferente, esto sería
un problema inmenso, dado que dichos sistemas operativos ya no se actualizan
oficialmente y alguien con conocimientos suficientes podría colarse en una de
las instalaciones más importantes para el gobierno de los EEUU. Sin embargo,
parece que los sistemas que funcionan con estas versiones tan viejas de Windows
no están conectados a Internet, por lo que la única forma de colarse en ellos
sería estar físicamente delante del dispositivo y acceder a su red cerrada, lo que
sin duda no es tan sencillo. Eso no significa que no haya riesgos, pues sí
existen comunicaciones entre ordenadores con sistemas operativos obsoletos que
están conectados por red a otras instalaciones del Gobierno, lo que sí los
haría más vulnerables a ataques informáticos.
El Pentágono está actualmente
actualizando parte de su infraestructura a la última versión de Windows, si
bien no parece que los ordenadores con funciones críticas vayan a ponerse al
día con la misma velocidad que los equipos de oficina.
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Fuente: El Mundo.es