25 de abril de 2020

CORONAVIRUS. No solo daña los pulmones sino también otros muchos órganos

La enfermedad que provoca el coronavirus puede también causar daños graves en riñones, corazón, hígado, cerebro, intestinos o vasos sanguíneos.
Cuando el coronavirus infecta a una persona, contamos con algunas certezas: el coronavirus tiene predilección por las vías respiratorias y los pulmones, donde provoca más daños en las personas vulnerables y desencadena los problemas de salud más graves y letales.  Sin embargo, esta narrativa de los hechos se trata, de nuevo, de una simplificación de la realidad.
La COVID-19 puede afectar también a otros muchos órganos y tejidos como los riñones, el corazón, el hígado, el cerebro, el intestino o los vasos sanguíneos debido, entre otros factores, a que sus células tienen receptores ACE2 que el coronavirus puede utilizar para infiltrarse en ellas.
¿Qué hay detrás del daño a múltiples partes del cuerpo?
Los investigadores están estudiando en qué medida los daños detectados en diferentes partes del cuerpo humano por la COVID-19 se deben al propio coronavirus, a la reacción desproporcionada del sistema inmunitario (como la tormenta de citoquinas) o a los diferentes tratamientos que se aplican a los pacientes más graves en los hospitales. Una de las hipótesis que está reforzándose en la última semana (por las evidencias científicas que arrojan varios estudios) postula que el daño a diferentes tejidos y órganos provocados por el coronavirus se debe a la alteración de la superficie interna de los vasos sanguíneos (el endotelio). La disfunción de los vasos por la inflamación favorecería la formación de coágulos sanguíneos (trombosis) y la vasoconstricción, lo que produciría una disminución del riego sanguíneo en diferentes regiones del cuerpo humano, especialmente en los vasos más pequeños (la microvasculatura).
Esto explicaría por qué en determinados pacientes, además del daño pulmonar, también se producen lesiones cutáneas, daño hepático, fallos renales y cardíacos o incluso fracasos multiorgánicos fulminantes en cuestión de horas. Un estudio sobre 191 pacientes en Wuhan, China, detectó que el 90% de las personas con neumonía tenían alteraciones de la coagulación que favorecían la formación de coágulos. En Holanda, otro estudio observó que el 31% de los pacientes con COVID-19 ingresados en la UCI también tenían complicaciones por trombosis.
Los hallazgos de diversas autopsias difundidas hasta ahora respaldan la idea de que los vasos sanguíneos tienen un papel clave en las formas más graves de COVID-19. Este 22 de abril, se prepublicaron los primeros datos (aún pendiente de la revisión por expertos) de las autopsias de pulmón de fallecidos por el coronavirus en Italia. Entre los datos más interesantes, los científicos de Milán destacan lo siguiente: "El hallazgo principal más relevante es la presencia de coágulos de fibrina-plaquetas en los pequeños vasos arteriales; esta observación importante encaja en el contexto clínico de coagulopatía que predomina en estos pacientes y que es uno de los objetivos terapéuticos principales".
Una larga y estrambótica lista de síntomas atípicos
Con la expansión del coronavirus por el mundo y el incremento exponencial de personas afectadas por COVID-19, se han identificado síntomas extraños y muy diferentes de una típica infección respiratoria. Un artículo publicado el 17 de abril en la revista The British Medical Journal recoge varios de estos síntomas poco habituales. Entre ellos encontramos la diarrea, un síntoma que puede aparecer al principio de la infección y que puede encontrarse entre el 2 y el 40% de los pacientes. Aún no se sabe si este problema de salud está provocado por la infección del virus en las células intestinales (que poseen receptores que el coronavirus utiliza para infiltrarse), por afectación de los nervios que regulan el tránsito intestinal o por la reacción inflamatoria que se produce como respuesta.
Otros síntomas raros son los neurológicos, entre los que destacan ictus, mareos, dolor de cabeza, trastornos musculoesqueléticos, alteraciones del estado mental, Síndrome de Guillain-Barré o encefalopatía aguda necrotizante. Los síntomas cardiovasculares también están presentes y se han observado daños e inflamación en la capa muscular del corazón y en el pericardio (la capa más externa del corazón), arritmias, fallos cardíacos y problemas de la coagulación. Los ojos también pueden afectarse y mostrar inflamación de la conjuntiva y aumento de las secreciones.
Lo que nos indican el conjunto de datos hasta ahora es que, más allá del pulmón, casi cualquier órgano puede dañarse en los pacientes más graves afectados por COVID-19. Las alteraciones de los vasos sanguíneos y los problemas de coagulación pueden ser una posible explicación, en el que tanto el coronavirus como el sistema inmunitario juegan su papel, pero es muy probable que esto sea, de nuevo, solo una parte incompleta de toda la historia que queda por conocer. El virus SARS-CoV-2 está resultando ser todo un reto, no solo para los epidemiólogos, sino también para los profesionales sanitarios.
Fuente: eldiario.es

PANDEMIA. Universidad Oxford plantea que gripe febrero enmascaró llegada de coronavirus a España

Un estudio considera que los primeros casos de COVID-19 pudieron producirse hasta un mes antes de lo que se creía, pero habrían quedado ocultos bajo el exceso de casos de gripe
La epidemia de gripe estacional fue atípica este invierno en Cataluña comparada con la última década. Según los registros estadísticos, entre el 4 de febrero y el 20 de marzo, cuando normalmente los resfriados ya están remitiendo, los hospitales catalanes atendieron un 20% más de casos que habitualmente: unos 8.000 más que lo esperable. Ahora un estudio del Botnar Research Centre de la Universidad de Oxford considera que este comportamiento atípico de la gripe podría esconder en realidad un contagio temprano por COVID-19, lo que significaría que el coronavirus se extendió por España antes de lo que se creía.
El estudio, aún no revisado, ha sido coordinado por el profesor Daniel Prieto-Alhambra, que lo firma junto a otros cinco investigadores, y se basa en los registros públicos de la Generalitat de Cataluña para el monitorizado de la epidemia anual de la gripe. Gracias a estos datos, los autores dibujaron el espectro esperable de casos para esta temporada 2019-20 y descubrieron que, mientras lo normal es que a partir del 4 de febrero la gripe remita de forma muy rápida, este año se había mantenido estable durante varias semanas.
El 27 de febrero se notificaron los primeros tres casos de coronavirus en Cataluña, y no fue hasta el 12 de marzo que los positivos treparon al centenar y fueron multiplicándose exponencialmente. El 21 de marzo esta comunidad autónoma, una de las más golpeadas por la epidemia, sumaba más de 4.000 positivos. Este jueves superaba ya los 43.800 casos y sobrepasaba con creces las 4.200 muertes.  
El equipo del Botnar Research Centre plantea la hipótesis de que el coronavirus llegase a España hasta un mes antes de la fecha que hasta ahora se consideraba oficial, el 25 de febrero, pero que los casos de COVID-19 quedasen ocultos bajo diagnósticos de gripe. Una idea que posteriores estudios deberán validar pero que, de entrada, los autores del estudio creen que cuenta con números sólidos en los que basarse.
Los investigadores consideran que ese 20% de exceso en los supuestos casos de gripe, que se produjeron después de la fecha prevista para el pico, suponen un porcentaje "estadísticamente significativo". Además, por grupos de edad, el exceso acumulado ocurre principalmente en jóvenes y adultos entre los 15 y los 64 años, el grueso de la población, donde se percibe un aumento importante de casos de gripe respecto a los que tienen habitualmente. Les siguen los niños, grupo que registra un 13% más de síndromes gripales que en la media de años anteriores y por detrás queda el grupo a partir de los 64 años, que habitualmente sufre más el ataque de la gripe.
Según los autores, esta sería la primera investigación que trata de cuantificar el inicio de la epidemia de coronavirus en España comparándola con el número de casos de síntomas gripales reportados. "La métrica del exceso de casos de gripe podría ser útil para monitorizar futuros brotes de COVID-19 y otras epidemias virales competidoras", aseguran.
Las conclusiones del equipo del Botnar Research Centre en Oxford son además compatibles con otros dos estudios genéticos realizados en España. Uno de ellos es el publicado por el Instituto de Salud Carlos III y avanzado este jueves por El País, en el que se han analizado los primeros 28 genomas del virus en España, lo que permite entroncarlo con las diferentes familias de COVID-19 detectadas a nivel internacional. Según esta investigación, el coronavirus ya se contagiaba entre la población española a mediados de febrero, después de acceder al territorio español por hasta 15 vías diferentes.
Fuente: eldiario.es

CIENCIA. El enorme agujero en el ozono del Ártico empieza a cerrarse gracias al calor.

El cambio observado cerca del Polo Norte en no tiene nada que ver con la reducción de la contaminación debido al confinamiento
A finales de marzo surgió un fenómeno extraordinario que dejó a la comunidad científica totalmente descolocada. Se detectaba un agujero de enormes dimensiones en la capa de ozono en el Polo Norte (Ártico).
A principios de abril la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) confirmó su existencia empleando datos del satélite Sentinel-5P de Copernicus. Aunque, no era un fenómeno aislado porqué ya se habían producido ‘miniagujeros’ sobre el polo norte en otras ocasiones, si era inédito su tamaño (un millón de kilómetros cuadrados) y su duración.
La principal teoría que explica su formación pasa por unas condiciones atmosféricas poco habituales. Según los científicos, unas temperaturas inusualmente gélidas en la estratosfera han hecho que se desplomen los niveles y se abra este agujero en la capa de ozono.
Diferencia de los niveles de ozono en el Ártico en marzo de 2019 y en el mismo mes de 2020. (NASA)

Normalmente las temperaturas mínimas en el Ártico tiende a ser menores que en la Antártida porqué no se alcanzan niveles tan extremos. Pero, este año unos potentes vientos alrededor del polo norte atraparon aire frío, este fenómeno se conoce como ‘vórtice polar’.
Ahora, después de un mes, este agujero se ha cerrado. El motivo de su desaparición no tiene nada que ver con la reducción de contaminación que ha permitido en confinamiento, sino más bien a un ‘ola de calor’.
El Ártico ha experimentado un aumento de las temperaturas esta semana, con hasta 20º C por encima de las temperaturas normales para esta época del año.
Según el equipo del Servicio de Vigilancia de la Atmósfera de la red europea Copernicus, el agujero no volverá a formarse, a pesar de que está previsto que el ‘vórtice polar’ vuelva a reforzarse en los próximos días.
”El agujero de la capa de ozono del hemisferio norte en el año 2020 es definitivamente un evento que bate récords”explica la científico de Copernicus, Antje Inness.
¿Cómo se formó este agujero anormalmente grande?
Durante los meses de invierno, cuando las temperaturas suelen ser extremadamente frías, ambos polos sufren un agotamiento del ozono. Para que se forme un agujero de ozono se deben alcanzar temperaturas por debajo de −80 °C, luz solar, campos de viento y sustancias como los clorofluorocarbonos (CFC).
Este año unos potentes vientos alrededor del polo norte atraparon aire frío en lo que se conoce como un “vórtice polar”: un ciclón de vientos estratosféricos.
”Es muy inusual que ocurra una reducción del ozono tan fuerte en el hemisferio norte, pero el vórtice polar de este año fue excepcionalmente fuerte y persistente, y las temperaturas fueron lo suficientemente bajas como para permitir la formación de nubes estratosféricas durante varios meses” apunta Antje Inness.
Documentación:
En una crónica publicad el 27 de marzo en la página en internet de la revista Nature, Alexandra Witze indicaba, mencionando a diversos expertos, que el gran agujero en la capa de ozono detectado ahora es “probablemente” el más grande conocido hasta la fecha en el Ártico”.
La revista científica Nature, que normalmente no puede ser acusada de sensacionalista, incluye en el titular de esta información las palabras “raro” y “grande” para referirse al agujero de ozono en el ártico.
Fuente: lavanguardia.com

CORONAVIRUS. En España los decesos diarios por Covid-19, siguen por debajo de 400.

El nuevo coronavirus COVID-19, deja ya la cifra del total de fallecidos es de 22.902 personas, 219.764 infectados y 95.708 se han curado, según los datos del Ministerio de Sanidad.
El coronavirus deja ya en España 223.759 positivos totales (testados por PCR  205.905 y por test rápidos 17.854) y 22.902 muertes, con 95.708 recuperados. En las últimas 24 horas se han registrado 378 muertos, según datos del Ministerio de Sanidad. En todo el mundo son más de 2,7 millones de contagiados y de 195.000 muertes. Estados Unidos es el país más afectado en números absolutos, y ha superado las 50.000 víctimas. El BOE publica hoy la norma por la que los niños menores de 14 años podrán salir a la calle este domingo a dar un paseo.
Tabla de datos
La tabla siguiente, además de mostrar los datos del coronavirus en España por Autonomías, presentan unos cálculos estadísticos, basados en la letalidad del SARS-COV-2 estimada entre 0,6% y 3,5% (según nuevo estudio publicado en Science de Stephen M. Kissler y su equipo de investigadores de la Harvard TH Chan School of Public Health), así como los referidos a una letalidad para la población en general entre 0,3% y 1% (procedente del Ministerio de Sanidad), que identifican los probables casos por coronavirus no detectados.
Además, añado una última fila con nuevo cálculo sumando al total de decesos en España, los 8.500 fallecidos (supuestamente por coronavirus) de ancianos residentes en Geriátricos que tenían síntomas del COVID-19 sin confirmar.
Evidentemente los datos indicados no están validados por la comunidad científica, por lo que deben tomarse con la debida prudencia.
 (*) Datos confirmados a las 21,00 horas del día anterior (Ministerio Sanidad)
Fuente: rtve.es