18 de octubre de 2023

OPINIÓN. Las democracias siempre mueren dos veces.

 La primera de ellas sucede cuando de forma ficticia e interesada, la oposición política de un país declara la defunción de la Constitución, mientras que la segunda, la real,  ocurre cuando radicalismos y fanatismos alcanzan el poder.

Ejemplo de la primera situación, viene siendo el caso actual de España, cuando la oposición política (tras no haber podido alcanzar el gobierno) de manera recurrente y torticera, miente anunciando la muerte de la Constitución, pero dicho fallecimiento normalmente solo sucede, cuando llega al gobierno el radicalismo de las derechas.

En el segundo caso se encuentran países de supuesta tradición democrática, como Rusia e Israel, donde autócratas ultranacionalistas o ultraortodoxos, cuando llegan al poder, se convierten en dictadores, tanto de su propio pueblo, como de países con quien comparte  frontera, a los que, manu militari, intentan someter. 


Y cuando lógicamente éstos intentan resistirse, no dudan aplastarles con su poderío militar, saltándose a la torera el Derecho Internacional  Humanitario, aislando a la población civil, y cortándoles aprovisionamientos de medicamentos o alimentos, y suministros de  agua, electricidad o combustibles  e impidiendo la salida de refugiados, al negarles los países agresores, la creación de corredores humanitarios (el asedio de civiles es un crimen de guerra) inculpando además, a los países agredidos, de los crímenes de lesa humanidad cometidos, como recientemente ocurrió, al ser atacado un hospital baptista en Gaza, que causó cerca de 500 muertos , habiendo sido antes bombardeas otras 115 instalaciones sanitarias según la OMS también en Gaza, supuestamente siendo la autoría en todos los casos de los israelíes, que en menos de dos semanas han causado 3.500 víctimas civiles palestinas.

Pero no hay que olvidar que esto, ya antes había ocurrido en Ucrania cuando fue atacado por el ejercito ruso, un teatro en Mariupol donde murieron unos 300 civiles que allí se refugiaban, además de bombardearse centenares de infraestructuras civiles. Y también allí se impedía a la población civil, el suministro   de bienes y servicios.

En fin, a mi juicio, la democracia está muy comprometida tanto en Rusia como en Israel, pero esto viene de lejos, porque Putin hizo méritos para llegar al poder arrasando Chechenia(1999) y Georgia(2008). Y que decir del Sr. Netanyahu, como promotor de Hamás, que ahora como primer ministro de Israel, le conviene criminalizarles, al haber sufrido ataques terroristas por parte de dicha organización.

Y en mi modesta opinión, por una parte, va siendo hora que todos los países reconozcan el Estado de Palestina y por otra, la comunidad internacional, ya llega tarde, para denunciar al Sr. Netanyahu  por crímenes de guerra ( violación de las protecciones establecidas por las leyes y las costumbres de la guerra, integradas por las infracciones graves del Derecho Internacional Humanitario) y crímenes de lesa humanidad (caso se demuestre la autoría de Israel del magnicidio del hospital de Gaza) que según el Estatuto de Roma de 1998, son aquellas   atrocidades y delitos de carácter inhumano,​ que forman parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil, cometido para aplicar las políticas de un Estado. Tal y como  ocurrió con Putin también. 

Y no señores del PP y Vox, no es antisemitismo es defensa de los derehos humanos, recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la Asamblea General de la ONU de 1948, que aquí les dejo y  bien harían en leérselo antes de opinar, que para eso bien que  se les paga de nuestros impuestos. Y una cosa más, a los civiles gazatíes se les trata como animales, según el ministro de defensa israelí, pero son seres humanos.

POSDATA

El ofrecimiento de Israel hecho por medio del Presidente de  Estados Unidos, de entrada de ayuda humanitaria en número evidentemente insuficiente, de 20 camiones diarios para 2 millones de personas que se encuentran encerrados en el campo de exterminio en el que se ha convertido la franja de Gaza, más parece una farsa, que una solución humanitaria adecuada para paliar la situación desesperada que están padeciendo los civiles de allí. Y en mi opinión, solo es una burda maniobra para lavar la mala conciencia de dichos gobernantes y de paso tratar de evitar que Israel reciba una merecida demanda de la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra y de lesa humanidad. 

Más informaciónl

Claves históricas para entender el conflicto Palestino - Israelí 

Fuente: Redacción