El catedrático de Ingeniería Biomédica de la UPV, que trabaja desde hace 30 años con realidad virtual, asesora a la Comisión Europea sobre proyectos de investigación y acciones en este terreno.
Hoy Alcañiz es una de las pocas voces españolas que asesora a la
Comisión Europea como experto en realidad extendida, con el objetivo de no
quedarse atrás en este campo respecto a Estados Unidos y China. El catedrático
conversa en un tono reflexivo, sin la excitación mesiánica de algunos gurús
tecnológicos.
Mariano Alcañiz, catedrático de Ingeniería Biomédica de la Universidad
Politécnica de Valencia, lleva 30 años usando realidad virtual e inteligencia
artificial para entender el cerebro humano. Empezó cuando casi no había equipos
de realidad virtual en España y estos eran carísimos y rudimentarios. Ha sido
pionero en aplicar estas tecnologías a la cirugía y la salud mental, siendo su
equipo el primero en usar simulación virtual para tratar la claustrofobia.
Actualmente, asesora a la Comisión Europea en realidad extendida, una tecnología que engloba realidad virtual, aumentada y mixta. Alcañiz explica que estas herramientas permiten crear estímulos que el cerebro interpreta como reales, lo cual ayuda a entender mejor la psicología y el comportamiento humano.
También destaca cómo la realidad extendida puede revolucionar el
diagnóstico de trastornos mentales, ya que permite medir múltiples indicadores
en tiempo real. Su grupo colabora con hospitales para obtener datos sobre la
depresión, asegurando siempre la privacidad de los pacientes.
Alcañiz se muestra consciente de la necesidad de Europa de desarrollar
su propia tecnología, sin depender de Estados Unidos o China. Aunque el
entusiasmo inicial por el metaverso ha disminuido, cree que la clave para una
adopción masiva de la realidad extendida está en desarrollar dispositivos más
cómodos y contenidos más atractivos.
Finalmente, reconoce que hay un gran "hype" con la
inteligencia artificial, pero advierte que no debemos confiar ciegamente en la
tecnología para resolver todos nuestros problemas, aunque sus avances sean
impresionantes.
Fuente: El Pais.com