La elevación de temperaturas merma la capacidad expansiva de la
Covid-19, aunque no es el factor más relevante para frenar su avance, señala un
estudio del Servei Meteorològic catalán
El Servei Meteorològic de Catalunya (SMC) y el hospital Clínic
(Universitat de Barcelona) han elaborado un informe en el que se sostiene que
la elevación de las temperaturas a partir de las próximas semanas podría
favorecer “la disminución de la capacidad expansiva de la Covid-19 en
Catalunya”. Temperaturas medias mensuales por encima de los 20ºC reducen a la
mitad la expansión de la epidemia, según se ha documentado en trabajos previos
citados.
Aun así, los autores del informe son muy cautelosos y resaltan que la
climatología sería un elemento “secundario” como herramienta para frenar a
pandemia, en comparación a otros factores más relevantes (como los hábitos
sanitarios, la densidad y flujos de población o la capacidad de respuesta del
sistema de salud).
Todo parece apuntar que la subida de la temperatura de los dos próximos meses en Catalunya ayudará a la disminución de la capacidad expansiva de la Covid-19
“Todo parece apuntar que la subida de la temperatura de los dos próximos
meses en Catalunya ayudará a la disminución de la capacidad expansiva de la
Covid-19”, señala en declaraciones a La Vanguardia Eliseu Vilaclara, director
del Servei Meteorològic de Catalunya (SMC). Tanto el SMC como el Hospital
Clínic –añade Vilaclara– tienen “confianza en los trabajos de investigación que
apuntan a una disminución ligera de la actividad del virus a partir de una
temperatura media mensual de unos 15 grados y de una clara disminución a partir
de unos 20 grados”.
Buena parte de Catalunya registrará temperaturas con las que se reduce su expansión, dice el SMC
El informe del SMC toma como base un estudio aparecido el 7 de abril en
el que, en base a diversos modelos, se proyecta la variación mensual climática
para la difusión del coronavirus SARS-CoV-2 a lo largo de un año climatológico
típico (Araujo y Naimi, 2020).
Este estudio “identifica una franja óptima entre los -3ºC y los 15ºC de
temperatura media mensual, en la que se da máxima probabilidad de expansión del
virus”, dice el informe. “A partir de los 15ºC, su capacidad de respuesta
expansiva comienza a disminuir claramente, mientras que por encima de los 20ºC
la respuesta (o probabilidad) de la expansión decae a la mitad”.
A partir de 15ºC de media, su respuesta expansiva disminuye y a partir de 20º decae a la mitad
El estudio del SMC concluye que “los próximos dos meses podrían resultar
clave para amortiguar la capacidad expansiva del virus, dado que estaremos en
la fase de transición hacia el verano, y diversas comarcas del país alcanzarán
progresivamente estos umbrales de los 15ºC y 20ºC de temperatura media”.
“Si nos fijamos en lo que dice la climatología por esta época, en el mes
de mayo. buena parte del país tendrá una temperatura media de más de 15 grados
y, en junio, de más de 20 grados. Al llegar a julio, casi todo el país, salvo
las zonas situadas a más de 1.500 metros de altitud, tendrán una temperatura
media de más de 20 grados”, añade Vilaclara.
Otro factor que podría desempeñar un papel “importante” en esta situación es el aumento del índice de radiación UV
En Catalunya, el umbral (promedio mensual) de los 15ºC se alcanza en
mayo en las franjas litoral y prelitoral, así como en la depresión central
(Lleida), el pla de Bages y los valles del Prepirineo. Por su parte, el umbral
de los 20ºC se instala en Catalunya el mes de junio también en las comarcas de
las franjas litoral y prelitoral, muy acusadamente en las comarcas del Ebro y
en la depresión central.
Otro factor que podría desempeñar un papel “importante” en esta
situación es el aumento del índice de radiación UV, que “puede tener un efecto
de reducción en la viabilidad y persistencia del virus en determinadas
situaciones”, indican.
Sin embargo, “no creemos que el factor climático sea el más determinante
en la evolución de la pandemia; lo será más la prevención y el seguimiento
estricto de lo que vaya recomendando el Departament de Salut y el Gobierno”
concluye Eliseu Vilaclara.
El calor y el sol ayudarán, pero por sí solos no reducirán significativamente la transmisión del SARS-CoV-2INFORME DEL SMC
En cualquier caso, el informe es muy cauteloso pues los factores que
pueden favorecer la expansión del coronavirus son “nuestro comportamiento
individual y colectivo”, por lo que los climatólogos del SMC se unen también a
las autoridades que han hecho llamamientos a tomar medidas básicas de higiene y
protección recomendadas, pues son “el factor más importante, ahora mismo, para
reducir el riesgo de contagios”.
En España ya han visto la luz al menos dos estudios preliminares anteriores
En España ya han visto la luz al menos dos estudios preliminares que han
aludido al efecto positivo de la llegada de la primavera y el verano en
relación a la enfermedad del COVID-19, y que apuntan una disminución de la
actividad del virus y su propagación con el aumento de la temperatura.
El elaborado por AEMET y el Instituto de Salud Carlos III (del 14 de abril)
presenta las primeras correlaciones entre el número acumulado de contagios
nuevos diario por 100.000 habitantes con la temperatura media, en períodos de
14 días, por comunidades autónomas, estadísticamente significativas y
negativas. “A mayor temperatura, menor incidencia de la enfermedad”, resume
Javier Martín Vide, catedrático de Geografía Física de la UB. Este estudio
tiene continuidad actualmente.
“Los primeros datos disponibles apuntan a que el aumento de la temperatura de la primavera boreal, y, más aún, del verano, constituirá un factor atenuante en la incidencia de la enfermedad”
JAVIER MARTÍN VIDE Catedrático de Geografía Física de la UB
En muchos virus, como los de la gripe, se aprecia una clara
estacionalidad en la enfermedad que causan, con la reducción drástica de los
casos al llegar la primavera. Pero “el virus del COVID-19 es nuevo, por lo que
resulta difícil predecir su comportamiento, aunque los primeros datos
disponibles apuntan a que el aumento de la temperatura de la primavera boreal,
y, más aún, del verano, constituirá un factor atenuante en la incidencia de la
enfermedad”, señala a La Vanguardia Martín Vide.
Del mismo modo, el profesor apunta que el aumento de la humedad absoluta
-no tanto de la relativa- puede contribuir en el mismo sentido (el aire cálido
suele tener una humedad relativa baja, pero absoluta alta).
“Asimismo, es importante destacar el incremento de la insolación y de su
componente ultravioleta, creciente con los días cada vez más largos y soleados
de esta época del año. La radiación UV tiene capacidad para inactivar virus,
así como bacterias y otros gérmenes” añade Martín Vide.
Fuente: LaVanguardia.com