30 de abril de 2020

CORONAVIRUS. Los meses cálidos podrían atenuar la epidemia, según los climatólogos

La elevación de temperaturas merma la capacidad expansiva de la Covid-19, aunque no es el factor más relevante para frenar su avance, señala un estudio del Servei Meteorològic catalán
El Servei Meteorològic de Catalunya (SMC) y el hospital Clínic (Universitat de Barcelona) han elaborado un informe en el que se sostiene que la elevación de las temperaturas a partir de las próximas semanas podría favorecer “la disminución de la capacidad expansiva de la Covid-19 en Catalunya”. Temperaturas medias mensuales por encima de los 20ºC reducen a la mitad la expansión de la epidemia, según se ha documentado en trabajos previos citados.
Aun así, los autores del informe son muy cautelosos y resaltan que la climatología sería un elemento “secundario” como herramienta para frenar a pandemia, en comparación a otros factores más relevantes (como los hábitos sanitarios, la densidad y flujos de población o la capacidad de respuesta del sistema de salud).
Todo parece apuntar que la subida de la temperatura de los dos próximos meses en Catalunya ayudará a la disminución de la capacidad expansiva de la Covid-19
“Todo parece apuntar que la subida de la temperatura de los dos próximos meses en Catalunya ayudará a la disminución de la capacidad expansiva de la Covid-19”, señala en declaraciones a La Vanguardia Eliseu Vilaclara, director del Servei Meteorològic de Catalunya (SMC). Tanto el SMC como el Hospital Clínic –añade Vilaclara– tienen “confianza en los trabajos de investigación que apuntan a una disminución ligera de la actividad del virus a partir de una temperatura media mensual de unos 15 grados y de una clara disminución a partir de unos 20 grados”.
Buena parte de Catalunya registrará temperaturas con las que se reduce su expansión, dice el SMC
El informe del SMC toma como base un estudio aparecido el 7 de abril en el que, en base a diversos modelos, se proyecta la variación mensual climática para la difusión del coronavirus SARS-CoV-2 a lo largo de un año climatológico típico (Araujo y Naimi, 2020).
Este estudio “identifica una franja óptima entre los -3ºC y los 15ºC de temperatura media mensual, en la que se da máxima probabilidad de expansión del virus”, dice el informe. “A partir de los 15ºC, su capacidad de respuesta expansiva comienza a disminuir claramente, mientras que por encima de los 20ºC la respuesta (o probabilidad) de la expansión decae a la mitad”.
A partir de 15ºC de media, su respuesta expansiva disminuye y a partir de 20º decae a la mitad
El estudio del SMC concluye que “los próximos dos meses podrían resultar clave para amortiguar la capacidad expansiva del virus, dado que estaremos en la fase de transición hacia el verano, y diversas comarcas del país alcanzarán progresivamente estos umbrales de los 15ºC y 20ºC de temperatura media”.
“Si nos fijamos en lo que dice la climatología por esta época, en el mes de mayo. buena parte del país tendrá una temperatura media de más de 15 grados y, en junio, de más de 20 grados. Al llegar a julio, casi todo el país, salvo las zonas situadas a más de 1.500 metros de altitud, tendrán una temperatura media de más de 20 grados”, añade Vilaclara.
Otro factor que podría desempeñar un papel “importante” en esta situación es el aumento del índice de radiación UV
En Catalunya, el umbral (promedio mensual) de los 15ºC se alcanza en mayo en las franjas litoral y prelitoral, así como en la depresión central (Lleida), el pla de Bages y los valles del Prepirineo. Por su parte, el umbral de los 20ºC se instala en Catalunya el mes de junio también en las comarcas de las franjas litoral y prelitoral, muy acusadamente en las comarcas del Ebro y en la depresión central.
Otro factor que podría desempeñar un papel “importante” en esta situación es el aumento del índice de radiación UV, que “puede tener un efecto de reducción en la viabilidad y persistencia del virus en determinadas situaciones”, indican.
Sin embargo, “no creemos que el factor climático sea el más determinante en la evolución de la pandemia; lo será más la prevención y el seguimiento estricto de lo que vaya recomendando el Departament de Salut y el Gobierno” concluye Eliseu Vilaclara.
El calor y el sol ayudarán, pero por sí solos no reducirán significativamente la transmisión del SARS-CoV-2
INFORME DEL SMC
En cualquier caso, el informe es muy cauteloso pues los factores que pueden favorecer la expansión del coronavirus son “nuestro comportamiento individual y colectivo”, por lo que los climatólogos del SMC se unen también a las autoridades que han hecho llamamientos a tomar medidas básicas de higiene y protección recomendadas, pues son “el factor más importante, ahora mismo, para reducir el riesgo de contagios”.
En España ya han visto la luz al menos dos estudios preliminares anteriores
En España ya han visto la luz al menos dos estudios preliminares que han aludido al efecto positivo de la llegada de la primavera y el verano en relación a la enfermedad del COVID-19, y que apuntan una disminución de la actividad del virus y su propagación con el aumento de la temperatura.
El elaborado por AEMET y el Instituto de Salud Carlos III (del 14 de abril) presenta las primeras correlaciones entre el número acumulado de contagios nuevos diario por 100.000 habitantes con la temperatura media, en períodos de 14 días, por comunidades autónomas, estadísticamente significativas y negativas. “A mayor temperatura, menor incidencia de la enfermedad”, resume Javier Martín Vide, catedrático de Geografía Física de la UB. Este estudio tiene continuidad actualmente.
“Los primeros datos disponibles apuntan a que el aumento de la temperatura de la primavera boreal, y, más aún, del verano, constituirá un factor atenuante en la incidencia de la enfermedad”
JAVIER MARTÍN VIDE Catedrático de Geografía Física de la UB
En muchos virus, como los de la gripe, se aprecia una clara estacionalidad en la enfermedad que causan, con la reducción drástica de los casos al llegar la primavera. Pero “el virus del COVID-19 es nuevo, por lo que resulta difícil predecir su comportamiento, aunque los primeros datos disponibles apuntan a que el aumento de la temperatura de la primavera boreal, y, más aún, del verano, constituirá un factor atenuante en la incidencia de la enfermedad”, señala a La Vanguardia Martín Vide.
Del mismo modo, el profesor apunta que el aumento de la humedad absoluta -no tanto de la relativa- puede contribuir en el mismo sentido (el aire cálido suele tener una humedad relativa baja, pero absoluta alta).
“Asimismo, es importante destacar el incremento de la insolación y de su componente ultravioleta, creciente con los días cada vez más largos y soleados de esta época del año. La radiación UV tiene capacidad para inactivar virus, así como bacterias y otros gérmenes” añade Martín Vide.
Fuente: LaVanguardia.com

ESPAÑA. “Estamos en el mejor punto posible teniendo en cuenta de dónde partimos”

Miguel Hernán es catedrático de epidemiología y miembro del comité de expertos que asesora al Gobierno en la crisis del coronavirus.
Miguel Hernán (Madrid, 49 años) se trasladó hace un mes a Madrid desde Boston, donde es catedrático de Epidemiología en la Universidad de Harvard. 
Pregunta. ¿Cómo ve el plan de desescalada?
Respuesta. En líneas generales sigue las recomendaciones que han propuesto los expertos. Se basa en el informe técnico que el domingo presentó el Centro de Coordinación de Emergencias y Alertas Sanitarias al presidente del Gobierno después de consultar con muchos especialistas en muchas áreas.
P. ¿Cree que marca el buen camino?
R. Nadie sabe cuál es el buen camino, pero este parece bastante razonable.
P. Hay detalles que no han quedado claros, como cuándo se podrá ir a casa de amigos, o la posibilidad de movimientos dentro de la provincia. ¿Son matices o los considera relevantes?
R. Todo es relevante desde el punto de vista sanitario. Espero que se concreten porque son importantes para la vida de la gente. El objetivo es que no pasemos el virus de unas casas a otras, supongo que cuando se concrete la forma en la que se permita, se hará una campaña de concienciación para que la gente entienda los riesgos.
P. Todavía no se conocen los indicadores para cambiar de fase. ¿Cuál debería ser el número de casos por 100.000 habitantes para poder avanzar?
R. Esa es una pregunta que todo el mundo se hace en España y fuera. Estas últimas semanas he estado hablando con epidemiólogos de todo el mundo, muchos asesores de sus Gobiernos, y no hay respuesta exacta. Hay un consenso de que tiene que basarse en capacidad sanitaria y la vigilancia epidemiológica. La clave es que existan sistemas de información ágiles para que los responsables puedan tomar decisiones basadas en datos diarios. Ese es el reto para las próximas semanas: que esos sistemas de información, que han sido un poco lentos, sean más ágiles. Y si han sido lentos es porque la salud pública en España está muy mermada por años de falta de inversión. Espero que sea una de las lecciones que aprendamos en esta pandemia: es muy importante tener un buen sistema asistencial, pero igualmente un sistema de vigilancia epidemiológica que funcione.
P. Entonces, ¿es lógico que nunca tengamos un número de casos fijo, sino que se tendrá siempre que conjugar con la capacidad de respuesta de cada territorio?
R. Sí, es un tándem que siempre va a ir junto.
P. Hay cierta discusión sobre el acotamiento territorial de la desescalada, si por provincias, áreas sanitarias... ¿Cuál es el ideal en su opinión?
R. La decisión sobre la unidad de territorio es bastante compleja. Se deben tener en cuenta dos cosas: deben existir datos diarios para esa unidad y tiene que existir posibilidad de implementación práctica. Existe un consenso en que la comunidad autónoma es demasiado grande y que el área de salud es demasiado pequeña, porque mucha gente se mueve diariamente a través de varias áreas. Muchos de nosotros ni siquiera conocemos la frontera de nuestra área de salud. Algo intermedio pueden ser las provincias, islas, grandes áreas metropolitanas, todo esto parecen elecciones justificables.
P. En el escenario más optimista, llegaremos a la nueva normalidad en seis semanas. ¿Es posible?
R. Es posible, pero que lleguemos ahí va a depender en gran medida del comportamiento de todos nosotros. Si conseguimos mantener distanciamiento social, usamos mascarillas y nos lavamos las manos con frecuencia estaremos aumentando la probabilidad de éxito.
P. En esa nueva normalidad, ¿qué medidas cree que van a perdurar hasta que haya una vacuna?
R. Va a ser una vida con menos contacto social. El grado dependerá de cómo se comporte el virus en el siguiente año y cuánta gente haya sido infectada. Pero cuesta creer que vamos a poder comprar entradas para macroconciertos o grandes fiestas públicas en la calle.
P. ¿Tiene esperanza en que el verano sea más tranquilo gracias al calor?
R. Nadie tiene certeza, es un virus nuevo y no hemos visto cómo se comporta en verano. Es posible que su transmisión baje, pero menos posible que desaparezca, porque vemos países con climas cálidos donde existe transmisión. Lo que va a pasar en España en verano no se puede saber, pero puede haber una transmisión más baja siempre que no nos confiemos.
P. Este fin de semana ya se podrá pasear, pero tampoco conocemos en qué condiciones. ¿Deberían ser similares a las que se impusieron con los niños?
R. Lo que es muy importante es entender que la salida de los niños a la calle no comporta un gran aumento de riesgo siempre que se respeten las normas básicas de distanciamiento. Basado en lo que se sabe hasta hoy, que los niños salgan no es riesgo para ellos, sino para los mayores con los que conviven. Lo que es un problema es que los niños se infecten entre sí y vuelvan a casa con el coronavirus puesto y listo para contagiárselo a sus abuelos. Por la misma razón, la seguridad de las personas más ancianas cuando salgan a la calle depende en gran parte de ellos, que pongan límites a sus salidas y de todos los demás, que pongamos distancia con los mayores en espacios públicos. Y los que vivan con mayores tienen que ser especialmente cuidadosos con sus contactos para no llevarse el virus a casa. Es más importante cómo salgan a la calle que si sale o no.
P. ¿La distancia limitada de las salidas tiene sentido para mayores y deportistas?
R. Entiendo que aquí el Gobierno está siendo cauto y tomando decisiones poco a poco. Basándonos en lo que sabemos del virus parece razonable poner ese tipo de restricciones. Quizás en seis meses echemos la vista atrás y concluyamos que las medidas eran demasiado cautas. Ahora parece una forma razonable de poco a poco ir volviendo a una nueva normalidad.
P. Ha saltado alguna polémica sobre toma de decisiones sin consultar a los expertos. ¿Su opinión se está teniendo en cuenta?
R. Yo creo que el Gobierno ha escuchado a los expertos y ha tomado decisiones, lógicamente las suyas, pero siempre teniéndolas en cuenta.
P. ¿Ve justificado el ruido político, las culpas sobre la gestión de la crisis o cree que está siendo razonable desde el punto de vista técnico?
R. Yo no sé de política. Desde el punto de vista técnico no se me ocurren muchas más formas de cómo se podría haber gestionado la situación desde el 14 de marzo.
P. ¿Antes sí?
R. Las decisiones que se tomaron en España y en el resto de Europa se tomaron tarde, en todos los países. España tuvo la mala suerte de que su epidemia, como en Italia, estaba más avanzada y eso puede que explique las diferencias que hay. Pero no creo que fuera justo singularizar al Gobierno español como el que tomó las decisiones tarde, porque pasó prácticamente en todos los países occidentales.
P. ¿Cuál es su análisis de los datos de la epidemia en España?
R. Estamos en el mejor escenario posible, dado el punto desde el que comenzamos. Gracias al esfuerzo de todos estamos en fase descendente, y hay partes de España donde estamos muy cerca de decir que estamos bajo control. Otras tenemos que esperar un poco más. Hemos aprendido mucho y hemos cambiado nuestra conducta de forma que parecía impensable hace unos meses. Si seguimos así, tenemos muchas papeletas para que la epidemia permanezca bajo control.
P. Hemos tenido varios cambios en la contabilidad de datos. ¿Esto afecta a cómo podemos analizar la epidemia?
R. Esto es una consecuencia de la infradotación de los servicios de salud pública. Durante las últimas décadas ha habido muchos recortes en sanidad por parte de todos los Gobiernos; pero la sanidad tiene dos partes, la asistencial, a los que aplaudimos todos los días, y otra es la salud pública, a la que no aplaudimos, a pesar de que están haciendo un esfuerzo sobrehumano, tanto en las comunidades autónomas como en el ministerio. Estos cambios de datos se deben en buena parte a que los sistemas de salud pública no son lo robustos que deberían, y esto solo se soluciona con inversión
Fuente: ElPais.com

CORONAVIRUS. En España la cifra diaria de muertes por coronavirus desciende hasta los 268, el dato más bajo desde el 20 de marzo.

El Ministerio de Sanidad ha notificado 268 fallecimientos en las últimas 24 horas, según su balance de este jueves. Supone el dato más bajo desde el 20 de marzo, después de que este miércoles se registrasen 325 muertes, el martes 301 y el lunes 331. La pandemia se ha cobrado la vida de 24.543 personas desde su inicio en España.
Además, se ha dado de alta a 112.050 pacientes (3.103 más que ayer) y se han confirmado 213.435 casos confirmados en pruebas PCR, con 1.309 nuevos contagios. Estos positivos contabilizados por Sanidad corresponden solo a casos que se han diagnosticado por PCR, no por anticuerpos. Galicia ha actualizado sus datos por tipo de prueba diagnóstica −hasta ahora incluían todos, PCR y anticuerpos− y por primera vez se puede calcular el incremento de positivos exclusivamente PCR. De esta manera, en el balance se corrige el dato de contagios totales de ayer, para mantenerse en 212.126 en lugar de en 212.917. Además, Sanidad ha informado de resultados positivos con test de anticuerpos en 25.934 personas.
Tabla de datos
La tabla siguiente, además de mostrar los datos del coronavirus en España por Autonomías, presentan unos cálculos estadísticos, basados en la letalidad del SARS-COV-2 estimada entre 0,6% y 3,5% (según nuevo estudio publicado en Science de Stephen M. Kissler y su equipo de investigadores de la Harvard TH Chan School of Public Health), así como los referidos a una letalidad para la población en general entre 0,3% y 1% (procedente del Ministerio de Sanidad), que identifican los probables casos por coronavirus no detectados.
Además, añado una última fila con nuevo cálculo sumando al total de decesos en España, los 9.000 ancianos fallecidos, residentes en Geriátricos con síntomas COVID-19 sin confirmar.
Evidentemente los datos indicados no están validados por la comunidad científica, por lo que deben tomarse con la debida prudencia. 
 (*) Datos confirmados a las 21,00 horas del día anterior (Ministerio Sanidad)
Fuente: ElDiario.es

ECONOMIA. El coronavirus destroza los datos del PIB, país a país

España experimenta la mayor caída de su historia en cuanto al producto interior bruto mientras que Italia entra en recesión técnica
El Covid-19 hace historia también en el plano económico. España sufre la mayor caída del PIB, un 5,2%, desde que comenzara la serie del Instituto Nacional de Estadística (INE) en el año 1970.
La cifra supera de hecho, la prevista por el Banco de España, cuya estimación para este trimestre se fijaba en una caída del 4,7% del PIB,  teniendo en cuenta el contexto de la pandemia actual. No obstante, nuestro país ha rebasado esa barrera, situándose un punto por encima del dato registrado en el mismo periodo del año 2019. La contracción hace suponer que nos encontramos en el ‘backstage’ de una crisis global que podría medirse en magnitud con la Gran Recesión de 1929.
Nuevos escenarios
La incertidumbre es el peor amigo de los inversores y en el plano sanitario, no existen aún certezas sobre la evolución del virus ni sobre su posible cura.  Es por ello, que nuestro país registra el mayor descenso en inversión de su última década con una caída del 5,8%.
Sin duda, el Estado de Alarma y la prolongación del confinamiento, debido a la crisis sanitaria, han impactado duramente sobre la industria, aunque son las actividades de ocio, comercio, transporte, hostelería y construcción, las más afectadas por las restricciones de movilidad.
Al dato del PIB, la inversión y el desplome de las exportaciones e importaciones se suma, además, el hecho de que la inflación entra en negativo por primera vez desde el mes de agosto del año 2016, y el paro se dispara en nuestro país. Mientras, el gasto público crece a un ritmo de un 1,8%, su mayor porcentaje en 12 años. Todo un despropósito este nuevo escenario económico.
Además hay que tener en cuenta que el INE no ha incorporado todos los datos del mes de marzo para realizar su informe trimestral, sino que, “ha adaptado los métodos de estimación de los agregados económicos trimestrales con la incorporación de fuentes adicionales disponibles para todos los meses del trimestre que han complementado a las habitualmente empleadas”. Es decir, ¿los datos podrían ser incluso peores?
Mientras tanto en Europa
Es importante destacar que España no representa un caso aislado. El resto de los países de nuestro entorno registra cifras similares a las españolas. Por ejemplo, Francia reporta una caída del PIB del 5,8%, la mayor desde 1949 y 5 décimas por encima desde que tuvieran lugar las protestas estudiantiles de 1968. La construcción y la industria manufacturera son los sectores más afectados en el país vecino.
Por su parte, Italia registra un descenso del 4,7% del PIB en el primer trimestre del 2020, el mayor retroceso histórico desde que el Istat comenzara a recabar datos en 1995. De hecho, Italia entra en recesión técnica al sumar dos trimestres consecutivos en pérdidas: en los últimos tres meses de 2019 su PIB se contrajo en un 0,3%.
En definitiva, en el conjunto de la Eurozona, el PIB ha sufrido una caída del 3,8% respecto al mismo periodo del año 2019, mientras que respecto a la Unión Europea retrocedió un 3,5%, según Eurostat. Se trata de las dos mayores caídas que sufre Europa desde 1995. Una escabechina si se tiene en cuenta en el escenario anterior a la propagación del virus, las estimaciones auguraban para estas fechas un crecimiento del producto interior bruto del 0,1% y del 0,2% respectivamente.
¿Y al otro lado del charco?
Estados Unidos, que ha optado por tomar medidas más laxas respecto al confinamiento y paralización de la actividad económica, ha visto caer su PIB en un 4,8%, lo que supone el fin de la expansión más duradera de su historia. De hecho, se trata de la mayor caída desde que se iniciara la crisis económica en 2008, cuando aún gobernaba George W. Bush.
No obstante, hay que tener en cuenta que Estados Unidos no mide el PIB como lo hacen los europeos, sino que mide la producción de bienes y servicios que compara con el trimestre del pasado año y estima, en base a esos datos, cuál sería el descenso si se mantuviera la tendencia. Es decir que, si Estados Unidos midiera el PIB como, por ejemplo, se mide en España, el país habría registrado un crecimiento del producto interior bruto del 0,3%, una crecida mínima. Aunque habría también de tener en cuenta que la pandemia se ha manifestado con semanas de diferencia al otro lado del Atlántico.
Fuente: ElPlural.com