15 de abril de 2022

ENERGIA. Argentina y la oportunidad de Europa para conseguir gas y petróleo por mediación de España.

Argentina podría llegar a ser el gran suministrador de energía gasística y petrolífera que Europa está buscando.

Ucrania hoy se encamina a una negociación que la llevará, tarde o temprano, a un acuerdo de paz. Su destino probablemente será muy similar a la de Alemania tras la Segunda Guerra Mundial. 

El territortio ucraniano posiblemente se parta en dos. Uno podría anexarse a la Unión Europea y el otro quedará bajo la órbita de la Federación Rusa. La reconstrucción de Ucrania sólo será posible en el lado occidental y la prosperidad puede ser posible solo de la mano de Europa y los EEUU. Rusia no puede generar algo similar en la porción territorial que le toque. Igual que a la antigua Alemania Oriental. Sin embargo Kiev no será una Berlín dividida en dos. No habrá muro allí. Ese será el éxito militar más importante de los ucranianos.

En el corto plazo Vladimir Putin podrá exhibir que anexó territorio de manera directa o indirecta. Podrá lograr una Ucrania neutral a sus intereses de seguridad nacional. Ucrania no será miembro de la OTAN. Logrará un compromiso de no instalación de bases militares extranjeras, pero en el mediano plazo Rusia no podrá recuperarse fácilmente del impacto económico de esta guerra y probablemente Ucrania (si supera los vicios de su elite política) podrá mostrar signos de recuperación y prosperidad que impactarán en los territorios transitoriamente perdidos, tal como le ocurrió a Alemania tras el fin de la Guerra Fría, y finalmente podría llegar a recuperarlos. Rusia no podrá construir un Muro en estos territorios.

Hoy la Federación Rusa no puede sostener mediante su economía este esfuerzo de guerra por mucho tiempo más. Es un poderoso gigante militar sin la fuerza de una economía suficiente para sostener operaciones militares totales convencionales más allá de un par de semanas. Esto es lo que lleva a Putin a acordar.

Todo este escenario a desarrollarse por los pasos a venir hace que Ucrania represente un desafío para Occidente, para las ideas liberales de libertad, república, democracia y capitalismo. El éxito de estas ideas en Ucrania repercutirá en Bielorrusia y en todos los países conexos a la Federación Rusa, inclusive en ella misma. La prosperidad atrae. No hay tirano que pueda evitar que la gente quiera vivir mejor, que ambicione una mejor calidad de vida para sí mismos. Para evitar esto Putin necesita que Rusia pueda recuperarse económica y financieramente lo más rápido posible.

Desesperadamente busca que sus aliados sigan manteniendo el flujo de caja a su economía. Esto intenta hacer con India y otros países cambiando el mecanismo de pago de los contratos de petróleo y gas. Al mismo tiempo intenta que otros países proveedores o potenciales proveedores de gas no vendan a Europa o restrinjan sus ventas. Argelia, por ejemplo. Asfixiar a la Unión Europea es su meta. Le juega en contra el advenimiento de la primavera y el verano. Es el tiempo que tienen los europeos para conseguir y consolidar alternativas. El deadline será el 21 de septiembre.

La reconstrucción de Ucrania, el golpe estratégico a lograr y el éxito de Occidente dependen de que Rusia no logre recuperar su economía. Es el tendón de Aquiles de Vladimir Putin y él lo sabe. A nivel global, el juego estratégico ha entrado en etapa de definiciones y Europa no debe perder más tiempo en dilaciones. Debe tomar riesgos.

La lejana Argentina tiene una enorme reserva gasífera a disposición. Vaca Muerta es una formación geológica de shale (petróleo y gas) de unos 30.000 km2, ubicados en la cuenca neuquina y es considerada el segundo reservorio mundial de shale gas. Este tipo de extracción es rentable a partir de un precio de barril superior a los 50 dólares. El escenario previsto pos-conflicto indica que estos commodities tendrán por un tiempo largo precios muy superiores a ese límite. Ese gas está allí. Pero no tiene un gaseoducto que lo lleve a puerto para licuarlo y exportarlo. Claro que ese gas está en un país que tiene más riesgo que la Ucrania en guerra, con una elite política poco confiable y con un historial de incumplimientos de contratos extenso, más allá de un sinfín de problemas que desalientan a cualquier inversor. Pero hoy es una ventana de oportunidad. Argentina necesita pagar su deuda externa. Es un país quebrado. Una oportunidad para Europa. 627 km es la distancia para llevar un gaseoducto desde los yacimientos al puerto de Bahía Blanca y en ese puerto licuar el gas. También es necesario unir por vías férreas ambos lugares para facilitar toda la logística de extracción. Se han hecho obras de infraestructura con rapidez y seguridad. Obras que parecían imposibles. Ese es el desafío técnico, Argentina es el desafío político. España puede hacer mucho.

Más información
  1. Yacimiento  de "vaca muerta" (breve historia)
  2. Yacimiento de "vaca muerta" (explotación
  3. Críticas a la explotación de "vaca muerta" (impacto ambiental)
  4. Críticas a la explotación de "vaca muerta" (seguridad)
Fuente: Diario16.com

INVASION DE UCRANIA. La guerra, el dinero y la moralidad son cosas muy distintas que no maridan bien entre sí.

 A los facilitadores ocultos en estados que son paraísos fiscales, y que ven la guerra como una oportunidad de negocio, poco les importa la moral cuando están manejando miles de millones de dólares tanto de los oligarcas de Putin como de otros cleptócratas u organizaciones del crimen organizado internacional.

Las sociedades de responsabilidad limitada (LLC) son una estructura empresarial que ofrece exenciones fiscales, protecciones legales y garantías de privacidad. Una investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) y el Washington Post descubrió que muchos de los oligarcas rusos y otros cleptócratas utilizaron los servicios de estas compañías porque los únicos nombres que aparecían eran los de los agentes registrados o facilitadores.

Por ejemplo, en el estado de Wyoming, uno de los paraísos fiscales de los Estados Unidos, los propietarios de las LLC no están obligados a identificarse.

En los Estados Unidos, los agentes registrados brindan servicios corporativos rutinarios, presentando documentos e informes anuales. En muchos casos, son el único contacto para cualquiera que busque demandar a las empresas o presentar una queja. Además, mantienen sus oficinas en lugares increíbles, como pequeñas casas de madera a las afueras de Cheyenne que cualquiera pensaría que se trata de la vivienda de una persona de bajos recursos.

Los expertos han advertido durante años que se trata de una industria en expansión, que comprende abogados, colaboradores a tiempo parcial y compañías especializadas en varios estados que representan a miles de empresas. Se trata, pues, de un punto débil en el sistema financiero de Estados Unidos. Si bien los bancos deben investigar a los clientes, los agentes registrados no están obligados de manera uniforme a verificar sus identidades.

Wyoming, Delaware y Nevada han estado al frente de un debate nacional sobre si aumentar la supervisión de estos agentes registrados. Esos estados y un puñado de otros son paraísos para la riqueza oculta, apreciados por los propietarios de las empresas por sus bajas tarifas, escasa regulación y ofertas de anonimato. Durante una audiencia en el Congreso de 2009, un funcionario de la Asociación Nacional de Secretarios de Estado señaló que los agentes registrados en Wyoming y Nevada habían sido vistos como «niños del cartel… en el mal sentido» por fallas dentro de la industria.

En octubre de 2021, demócratas y republicanos propusieron una legislación federal que requeriría que los agentes registrados escudriñaran a los clientes y reportaran transacciones sospechosas. Redactaron la medida, denominada Enablers Act (Ley de Facilitadores) tras la publicación de los Papeles de Pandora, la investigación global del ICIJ donde se hizo público cómo las élites mundiales protegen sus riquezas de las autoridades fiscales, las investigaciones penales y la responsabilidad pública.

Algunos de estos estados no han logrado garantizar que Estados Unidos sea el destino número uno para el dinero sucio en el mundo.

Oligarcas y cleptócratas rusos

El asunto ha adquirido una nueva urgencia desde que Rusia invadió Ucrania, lo que llevó a los gobiernos a rastrear y congelar los activos en poder de los oligarcas cercanos al presidente ruso, Vladimir Putin.

Después de que comenzara la guerra el 24 de febrero, una coalición de expertos pidió al Congreso que aprobar de manera urgente a la Ley de Facilitadores y otras medidas, señalando las revelaciones en los Papeles de Pandora de que el multimillonario ruso Igor Makarov poseía en secreto activos inmobiliarios de lujo y un avión privado de 13 asientos a través de una LLC en Wyoming.

En enero de 2022, una ley federal requirió por primera vez que las LLC y entidades comerciales similares proporcionaran los nombres y fechas de nacimiento de sus propietarios a una nueva base de datos del gobierno. Pero ese registro no es accesible al público y los defensores de la transparencia argumentan que el gran volumen de información puede dejar a las autoridades federales incapaces de identificar muchas entradas fraudulentas y los verdaderos propietarios. Solo Delaware registró más de 180.000 nuevas LLC en 2020.

La Ley de Facilitadores propuesta iría más allá y requeriría que cada agente registrado no solo que identifique a los propietarios de la empresa, sino que también busque y active las señales de alerta.

Sin embargo, algunos de estos agentes tienen listas de clientes masivas como, por ejemplo, una LLC en Delaware que ha representado a más de 300.000 empresas. Es posible que los agentes más pequeños no tengan los medios o la capacidad para rastrear a los clientes, en particular a los que viven en el extranjero, dicen los expertos. Wyoming no mantiene una lista completa de agentes registrados, y algunos pueden ser tan escurridizos como los propietarios de las empresas que representan.

En Wyoming, la cantidad de LLC se ha disparado en la última década de alrededor de 4.200 a más de 220.000, según muestran los datos estatales. Las empresas establecidas en el estado han sido incluidas en demandas en el extranjero sobre fraude médico en Rusia, evasión de impuestos en Hungría y robo bancario en Zimbabue.

Fuente:Diario16.com

OTAN. La posible entrada de Finlandia y Suecia en la OTAN trastoca los planes de Putin

 Por segunda vez Rusia advierte a Suecia y Finlandia que de unirse a la OTAN podría conllevar medidas militares. La OTAN “sigue siendo una herramienta orientada a la confrontación”, declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.

Sus palabras llegan después de que autoridades de Defensa de EE.UU. calificaran la invasión de Ucrania como un “gran error estratégico” de Rusia que probablemente provocará la ampliación de la OTAN. Los representantes estadounidenses prevén que ambos países nórdicos presenten sus candidaturas para ser miembros de la alianza, posiblemente a partir de junio.

Expertos dan por hecho que Washington apoyará la expansión de la OTAN a 32 miembros. La semana pasada autoridades del Departamento de Estado de EE.UU. afirmaron que se produjeron conversaciones entre líderes de la OTAN y los ministros de Relaciones Exteriores de Finlandia y Suecia.

Cuesta muchos años consolidar una democracia, y muy poco destruirla.

La reacción de los países nórdicos solo puede entenderse desde las amenazas del Kremlin donde insinuó que podrían correr la misma suerte que los ucranianos si se diese su incorporación a la OTAN, lo cual, visto lo visto en Ucrania, no es nada tranquilizador, ni tampoco para fiarse de nadie que diga que de momento no te van a invadir.

Antes de la invasión, Rusia exigió a la alianza atlántica, que se comprometiese a no ampliarla en el futuro con los países europeos neutrales, para después advertir a dichos paises del peligro que corrían si se diese el caso. Ahora ha vuelto a repetir la amenaza con respecto a los países nórdicos. Sin embargo, de momento se encuentra ocupado en la invasión de Ucrania, que por otra parte, ha desencadenado un mayor despliegue de tropas de la OTAN en su flanco oriental y un aumento del respaldo popular a las membresías de Suecia y Finlandia.

Se espera que esta semana los parlamentarios finlandeses reciban un informe de seguridad de los funcionarios de inteligencia, mientras la primera ministra, Sanna Marin, cree que el gobierno concluirá este verano boreal el debate de si presentar o no la candidatura del país a la OTAN.

Finlandia comparte una frontera de 1.340 kilómetros con Rusia, por lo que observa con especial preocupación la invasión de Ucrania. En el caso de Suecia, el gobernante Partido Socialdemócrata, tradicionalmente opuesto a la adscripción a la OTAN, indicó que está reconsiderando su posición tras el ataque de Rusia a su vecino occidental. El secretario del partido, Tobias Baudin, dijo a los medios locales que la revisión sobre el asunto se completará en los próximos meses.

“Cuando Rusia invadió Ucrania, la posición de seguridad de Suecia cambió de forma fundamental”, anunció el partido el lunes en un comunicado. Moscú, sin embargo, ha dejado claro que se opone a cualquier posible ampliación de la alianza. Peskov advirtió que la OTAN “no es ese tipo de alianza que garantiza la paz y la estabilidad, y su mayor expansión no aportará seguridad adicional al continente europeo”.

La semana pasada Peskov declaró que Rusia tendrá que “reequilibrar la situación” con sus propias medidas si Suecia y Finlandia se unen a la OTAN. Y en febrero Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, advirtió de “consecuencias políticas y militares” si los dos países se adhieren al bloque.

La OTAN se formó en 1949 para contrarrestar la amenaza de la expansión soviética, aunque tras la caída del muro de Berlín se unieron varios países de Europa del Este que antes eran comunistas. Los estados miembros se comprometen a ayudarse mutuamente en caso de un ataque armado contra cualquier miembro individual.

Pese a las amenazas, Finlandia y Suecia han seguido adelante con su nuevo enfoque sobre la OTAN y han aumentado el gasto en defensa. El lunes el ejército finlandés anunció un nuevo plan para asignar unos 15 millones a la compra de drones. Y en Suecia, el mes pasado el gobierno anunció un aumento de 3.000 millones de coronas (317 millones de euros) en el presupuesto de defensa de 2022.

El Gobierno socialdemócrata sueco en minoría abrió hace semanas discusiones con el resto de fuerzas parlamentarias para realizar un análisis sobre la política de seguridad, que debería estar listo antes de finales de mayo. La primera ministra socialdemócrata, Magdalena Andersson, ha defendido en las últimas semanas la posición de su país, aunque no ha descartado un hipotético ingreso en la OTAN.

“Tenemos que buscar una comprensión más amplia de lo que ocurre en el mundo que nos rodea y entender las ventajas y desventajas de la actual línea en política de seguridad”, ha señalado este lunes el secretario del Partido Socialdemócrata, Tobias Baudin.

Finlandia tiene un estatus similar al sueco, pero en su Parlamento sí hay una mayoría favorable a que el país se convierta en miembro de la OTAN.

El Gobierno finlandés ha encargado la elaboración de un informe a un grupo de expertos para analizar en profundidad las ventajas y los riesgos de un eventual ingreso en la OTAN, que se espera que sea presentado este miércoles para su posterior debate parlamentario. En las últimas semanas, y tras el estallido de la guerra en Ucrania, el apoyo popular de los finlandeses a la entrada en la OTAN se ha disparado hasta el 68 por ciento.

Fuente: Diario16.com

INVASIÓN UCRANIA. Importancia del hundimiento del buque ruso Moskva para los países en conflicto

 Ha sido calificado como un golpe duro para los rusos, "un daño más psicológico que material".

El Moskva, el crucero de misiles insignia ruso del Mar Negro, se hundió tras una "explosión" ocurrida el pasado miércoles, según confirmó el Ministerio de Defensa ruso.

El buque estaba siendo remolcado a puerto cuando los "tormentosos mares" hicieron que se hundiera, según un comunicado.

Kiev dice que sus misiles golpearon el buque de guerra.

Moscú no ha reportado ningún ataque y afirma que el barco se hundió después de un incendio que provocó la explosión de las municiones de la embarcación.

Según el ejército ucraniano, el Moskva fue atacado con misiles Neptune de fabricación local, un arma que se diseñó tras la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014.

Estados Unidos describió la noticia como un "gran golpe", pero sus funcionarios no pudieron confirmar si los misiles ucranianos Neptune fueron los responsables del hundimiento del barco.

Con 12.490 toneladas, el Moskva es el buque de guerra ruso más grande que se ha hundido en combate desde la Segunda Guerra Mundial.

El crucero de misiles de 510 tripulantes era un importante símbolo del poder militar de Rusia y estaba liderando el asalto naval a Ucrania.

Ahora Rusia tendrá que continuar la batalla sin su buque insignia, lo que podría más complicadol.

Una pérdida "humillante"

Los expertos concuerdan en que se trata de un importante revés para las fuerzas rusas, tanto por razones militares como morales.

La mayoría no pone en duda que complicará aún más las ambiciones del Kremlin en Ucrania.

"La desaparición del otrora poderoso Moskva es vista como justicia poética en Ucrania", por los ucranianos.

"Es probable que este incidente provoque que los buques de guerra rusos tengan que alejarse más de la costa por su propia seguridad".

Golpe al orgullo nacional

El mandatario ruso ha insistido en múltiples ocasiones que su "operación militar especial" en Ucrania avanza exitosamente, "según lo planeado".

Pero distintas fuentes insisten en que el hundimiento del Moskva ahora supone "un golpe al orgullo nacional" ruso.

"El que fue una vez un símbolo del poder y la ambición de Rusia, ahora se encuentra en el fondo del mar", agrega la misma fuente.

En Rusia, los boletines matutinos de televisión se limitaron la mañana de este viernes a repetir brevemente el comunicado emitido por el ministerio de Defensa.

Algunos comentaristas argumentaron que el sistema de extinción de incendios a bordo del buque de guerra de cuarenta años ya estaba viejo y era ineficiente.

Para Mykola Bielieskov, del Instituto Nacional de Estudios Estratégicos de Ucrania, el daño es "más psicológico que material", indicando que "(el hundimiento del buque) no acabará por completo el bloqueo naval de Rusia sobre Ucrania", añadiendo "pero es un poderoso símbolo de que se puede emplear armamento sofisticado de manera efectiva".

Los rusos ahora más vulnerables

Bielieskov, que asesora al gobierno ucraniano en estrategia militar, también predijo que "los barcos rusos ahora se verán obligados a alejarse más de la costa ucraniana, donde ya no pueden sentirse seguros".

El Moskva no disparó misiles contra objetivos terrestres ucranianos, pero expertos militares comentaron, que el buque ofrecía un apoyo crucial a otros barcos que lo hacían.

Los buques restantes en la flota rusa del Mar Negro ahora serán más vulnerables a ataques aéreos, aunque no está claro si las fuerzas de Ucrania, que han sufrido múltiples bajas, cuentan con los recursos para aprovechar la situación.

"El Moskva era el único barco de la flota que tenía defensas aéreas de largo alcance a bordo", explica Sidharth Kaushal, experto en energía marítima del Royal United Services Institute.

"Mientras los barcos más pequeños realizaban bombardeos en las ciudades ucranianas, el Moskva les proporcionaba cobertura aérea de área amplia".

"Muy vergonzoso"

El crucero de misiles fue desplegado previamente por Moscú en el conflicto de Siria, donde proporcionó protección naval a las fuerzas rusas en el país.

Es el segundo gran buque que Rusia pierde desde el comienzo de la invasión de Ucrania.

El almirante Alan West, exjefe del Estado Mayor Naval de Reino Unido, señala que además de ser un golpe militar, la pérdida del buque es "muy vergonzosa".

"Tiene un gran impacto", aseguró West, en entrevista con la emisora BBC Radio 4 antes de que Rusia confirmara que el Moskva se había hundido.

"Putin ama la marina. Cuando llegó al poder, la marina fue la primera parte de las acabadas fuerzas soviéticas en las que metió esfuerzos. Siempre ha tenido una debilidad por la marina".

El buque de guerra fue por muchos años un "símbolo del poder naval ruso en el Mar Negro", de acuerdo a Michael Petersen, del Instituto de Estudios Marítimos de Rusia.

"El Moskva ha sido una espina en el costado de los ucranianos desde el comienzo de este conflicto", siguió diciendo antes de agregar que verlo destruido sería "un verdadero impulso moral para los ucranianos".

Anteriormente en el conflicto, el Moskva ganó notoriedad después de que su tripulación ordenara a las tropas fronterizas ucranianas que defendían la Isla de la Serpiente en el Mar Negro que se rindieran.

Los guardias se negaron y enviaron por radio un mensaje memorable de rechazo que puede traducirse vagamente como "vete al infierno".

Construido originalmente en la era soviética, el Moskva entró en servicio a principios de la década de 1980 y desde entonces se convirtió en el buque más temido de la región.

Haya sido por un incendio, como lo asegura Moscú, o por un misil Neptune, como alega Kiev, la batalla por el control de Ucrania le arrebató ese título.

Fuente:BBC.com

AMAZON. “Lo que pasa en EEUU con Amazon es una advertencia para Europa"

 En EEUU, 1,1 millones de personas trabajan en Amazon. En España, de momento solo unas 15.000, según el periodista estadounidense Alec MacGillis. “Revisé cuándo estuvo Amazon en un punto similar en EEUU y en realidad no fue hace tanto tiempo, su crecimiento ha sido muy extremo”, dice. MacGillis viene del futuro para advertir cómo puede acabar Europa si toma la senda única de confiar en Amazon.

MacGillis es periodista de Propublica, la organización sin ánimo de lucro que se centra en periodismo de investigación. Pero antes trabajó en el Washington Post, donde cubrió la campaña de Barack Obama en 2008. En esa época, en plena recesión, vio cómo empezaba la desconexión entre un Washington DC pudiente y ciudades del Medio Oeste destrozadas. MacGillis procede además de una pequeña ciudad del interior de Massachusetts, que también perdió mucha población en los últimos años mientras Boston, la capital del Estado, se volvía más rica. Ya con su familia, MacGillis fue a vivir a Baltimore, donde vio de nuevo las diferencias.

Esas crecientes diferencias le llevaron a estudiar la tendencia. Amazon fue la empresa escogida por sus enormes tentáculos, pero su libro es sobre cómo la nueva era digital está dejando atrás a millones de personas. La concentración de riqueza en manos de la gente que lidera o vive dentro de esa nueva burbuja ha provocado por ejemplo la elección de Donald Trump, según MacGillis.

Estados Unidos ya era antes de Amazon un país muy distinto de Europa. Los centros de las ciudades llevaban años degradados, los suburbios eran el corazón del país, los sindicatos tenían un papel menor. Pero el nivel ahora es completamente distinto.

Un pequeño sindicato es un éxito histórico

Las diferencias con Europa son tan enormes que cuando, hace un par de semanas, un solo centro logístico de Amazon en Staten Island (Nueva York) votó a favor de crear un sindicato, un veterano reportero de temas laborales lo bautizó como “de lejos el mayor éxito laboral de los últimos 25 años en EEUU”. “Sé que parece una locura”, dice MacGillis. “Pero así de mal están las cosas para los sindicatos. Estamos en el 6% en el país. Ningún sindicato había ganado jamás en Amazon.

¿Qué puede lograr ahora un sindicato que empieza en unas condiciones tan precarias? “Su mayor desafío es la rotación”, dice MacGillis. “Lo primero que deben hacer es simplemente lograr que la gente permanezca en el trabajo por más tiempo. La propia Amazon fomenta una alta rotación. Se están quedando sin gente en algunos lugares”, añade. Hay centros de Amazon que cambia todo su personal cada año, dice MacGillis. Con esa velocidad de cambios, nadie encuentra suficiente camaradería entre sus colegas para confiar en un proyecto como un sindicato.

El segundo gran frente es la batalla contra la deshumanización del puesto de trabajo. Amazon tiene fama de controlar la productividad al segundo, vigilar los minutos de pausas para el baño. Su carrera para conseguir robots está muy limitada por la falta de éxito para lograr algo la perfección de la mano humana. “De momento un robot no puede imitar la versatilidad de la mano, que puede adaptarse a objetos de tamaño y pesos distintos, nos salva nuestra mano”, dice MacGillis.

Eso hace que la batalla por las condiciones sea prioritaria: “No sentir que estás reducido a unas increíbles expectativas de productividad, tener más descansos sin sentir que te están observando constantemente”, añade.

La advertencia para Europa

“He pensado mucho sobre las diferencias entre EEUU y Europa y tengo pensamientos contradictorios”, añade. “Por un lado, veo el increíble vigor todavía de los centros urbanos europeos, que me encantan, también la tradición de las costumbres, de la cultura, de gente que quiere seguir estando junta y salir a la calle”, dice. EE UU ya había abandonado en parte esas reuniones en calles en favor del centro comercial.

MacGillis, que es de madre alemana, vivió en Alemania el pasado otoño para escribir un reportaje sobre el fin del carbón. Allí detectó peligros. “Vi muchos camiones en la autopista y cierres de grandes tiendas de ciudades en Alemania. También hablé con parientes jóvenes míos, alguno verde, que ahora compra todo en Amazon porque tiene niños pequeños, es más fácil y no siente reparos. Vive en los suburbios y se avergüenza mucho de las cosas americanas”, explica.

Así que, de otra manera, está preocupado de que Europa solo vaya retrasada respecto a EEUU. A pesar de su mejor posición de salida: “En EEUU son tan grandes que es casi demasiado tarde. Para Europa, la visión optimista es que la ciudad y sus centros son una defensa contra el estilo de vida Amazon. Pero la visión pesimista es que eso solo significa que hay más que perder”, advierte.

¿Era Amazon inevitable?

Cuando MacGillis preguntaba en Amazon, la respuesta que le daban para cerrar el debate es que si no eran ellos serían otros, que su aparición y éxito es inevitable: “Venían a decirme algo como que sabían que sus trabajos son horribles, que no se ve bien, que su dominio no es tan bueno. Pero, añadían entonces, esto no va de nosotros”, explica.

MacGillis cree, al contrario, que ese fatalismo es una defensa barata. Hay cosas que Amazon podría dejar de hacer, a pesar del convencimiento de su fundador Jeff Bezos que bajar el gas a fondo despeñaría a la empresa: “siempre es como el primer día” es uno de sus lemas de la compañía. Para MacGillis pueden ser menos agresivos evitando pagar los impuestos que les tocan o pidiendo subsidios públicos de gobiernos locales para construir nuevos centros logísticos en una región o apretar tanto a sus trabajadores.

Moralina, no

MacGillis no es miembro de Prime, el servicio de suscripción de Amazon. Pero sí compra en Amazon de vez en cuando.”No pretendo llamar a ningún boicot”, dice. Ni tampoco aspira a suprimir el comercio electrónico en general. Pero cree que hay una línea intermedia donde los gobiernos sean capaces de reducir el tamaño de Amazon, por ejemplo separando Amazon Web Services (el servicio de centros de datos de Amazon) del comercio electrónico. También cree que los consumidores tienen más opciones que correr a comprar con un clic o a buscar empresas más locales o menos concentradas.

Hay que tener en cuenta que el gran éxito de Amazon hoy no son los productos propios que vende, sino los empresarios que usan su plataforma para vender, con una comisión para Amazon, y para comprar anuncios a Amazon. Además, Amazon extrae información de esas ventas de terceros para crear sus propios productos.

Fuente: El Pais.com

CIRCULO DE PUTIN. “Abramóvich es subordinado de Putin y su hombre en Occidente” según Catherine Belton

 La excorresponsal del ‘Financial Times’ en Moscú ha escrito el libro definitivo sobre el ascenso de Putin y la captura del poder y la riqueza rusas por un grupo de oligarcas y agentes secretos

Catherine Belton (Ormskirk, Reino Unido, 47 años) conoce bien la presión que puede sufrir quien intenta desen­trañar la red de poder que rodea al todavía presidente de Rusia. Su libro Los hombres de Putin, recibió en 2020, cuando fue publicado en inglés, las alabanzas de las principales publicaciones británicas y estadounidenses, que lo consideraron el retrato definitivo del actual Kremlin y de toda la era protagonizada por el dirigente ruso. Pero recibió también una avalancha de demandas judiciales de muchos oligarcas, comenzando por Roman Abramóvich, que intentaron usar las herramientas del sistema judicial británico para tapar la boca a la periodista.

La editorial HarperCollins tuvo que gastarse casi 1,8 millones de euros en abogados para proteger el libro, y la autora tuvo que adoptar medidas extraordinarias de seguridad. La excorresponsal en Moscú, desde 2007 a 2013, para el Financial Times, señaló detalladamente en su trabajo cómo detrás de Putin había una red de exmiembros del KGB, igual que el propio presidente ruso, dispuestos a apropiarse y controlar los recursos económicos de una Unión Soviética en ruinas para desestabilizar a Occidente.

Pregunta.- Vladímir Putin aparece ante Occidente como un autócrata, pero usted sostiene que es parte de un círculo más amplio de poder.

Respuesta.- Creo que es el líder de un círculo que se ha vuelto cada vez más reducido. Es probable que el grupo en torno al KGB fuera algo más amplio cuando llegó al poder. Y contaba con gente como Serguéi Ivanov, que fue ministro de Defensa y procedía también del KGB de Leningrado [el actual San Petersburgo]. Siempre ha habido dos constantes. Una de ellas es Nikolái Pátrushev, el actual secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, quien era el jefe del FSB [Servicio Federal de Seguridad, organización sucesora del KGB] cuando Putin accedió al poder. Es un año mayor que Putin, y siempre ha tenido ascendencia sobre él.

P.- Ha sido hace poco cuando hemos comenzado a saber de él.

R.- Se lo puede ver en la famosa reunión del Consejo de Seguridad de hace unas semanas, cuando están hablando de reconocer la independencia de las ciudades de Donetsk y Lugansk, en Ucrania. Podemos ver a Pátrushev asumiendo todavía el papel de hombre de Estado con autoridad. Prácticamente, indicaba a Putin lo que debía pensar acerca de Estados Unidos, y acusaba a ese país de estar utilizando Ucrania como una plataforma para desestabilizar Rusia. Se ve a un hombre que mantiene una gran seguridad y confianza en sí mismo, mientras el resto de los participantes de la reunión están nerviosos.

P.- ¿Y el segundo hombre?

R.- La segunda constante es Ígor Sechin, más joven que Putin y que ha estado cerca de él desde que fue vicealcalde de San Petersburgo. Ha sido su sombra durante este tiempo. En aquella ciudad fue su jefe de gabinete. Desde entonces, ha tenido mayores ambiciones y ha ocupado puestos de más importancia en el ámbito estatal. Finalmente, tienes a empresarios aliados de Putin con muy buenas conexiones con el KGB como Yuri Kovalchuk, quien muchos consideran que sigue teniendo gran acceso e influencia sobre el presidente de Rusia. O, en menor medida, Gennadi Timchenko, el negociante de petróleo del Kremlin. Pero sin duda es Nikolái Pátrushev quien ha demostrado constantemente que ocupa la figura de un “gran cardenal” que todavía mueve los hilos detrás de la escena. Y, al principio, Putin fue el líder visible de todo este grupo. Con el tiempo, él se ha vuelto más autócrata y su régimen se ha vuelto más autócrata.

“Los regímenes totalitarios buscan barnizar su imagen en Occidente comprando clubes. El Chelsea fue el primero”

P.-¿Tenían entonces un plan todos estos operativos del KGB, cuando se hundió la Unión Soviética, para retener el control?

R.- No creo que tuvieran un plan de largo alcance. Simplemente, en ese momento intentaron hacerse con el control de todo el poder y de los recursos y activos que pudieron. A principios de los noventa, la mayoría de las exportaciones seguían bajo el control de exmiembros del KGB, y eso les permitía mantener sus redes de influencia en el exterior. Cuando, durante la era Yeltsin, se privatizó la industria petrolera y pasó a manos de los oligarcas, los hombres del KGB se quedaron sin ingresos. Estaban acostumbrados a controlar las exportaciones de petróleo, y era el modo de financiar sus operaciones. Cuando Putin llegó al poder, se centraron en la industria petrolífera porque era la vía para recuperar el flujo estratégico de ingresos del país. Para ellos era fundamental, debían reafirmar su poder y deshacerse de cualquiera que los desafiara desde la independencia.

P.- Hay quien sugiere que el verdadero poder está dentro del Krem­lin, en Rusia, y que las sanciones contra los oligarcas no sirven de gran cosa.

R.- Las sanciones son populistas, en cierto modo. Muchos oligarcas se han quejado de que se trata simplemente de medidas para que Occidente se sienta mejor consigo mismo, para que parezca que se está dando una respuesta, aunque no sirva para nada. Yo no estoy de acuerdo con eso. Muchos de los oligarcas señalados son multimillonarios de la era de Boris Yeltsin que se hicieron ricos antes de que Putin entrara en escena. Pero bajo el paradigma de poder de Putin, han sido sumisos al Kremlin. Han seguido sus órdenes a cambio de mantener sus fortunas. Son parte del sistema de Putin, no sus víctimas. Al adaptarse a su régimen también se beneficiaron de él. Renunciaron a ser políticamente independientes, como lo fue Mijaíl Jodorkovski.

P.- Aquello lo cambió todo.

R.- Aquel fue el punto de inflexión, cuando Jodorkovski, que era el hombre más rico de Rusia, acabó encarcelado y vio cómo su compañía era desmantelada y expropiada por el Gobierno. Era la víctima ideal [para los hombres del KGB] porque era el más independiente de todos los empresarios, e incluso se había atrevido a desafiar políticamente a Putin. Decidieron acabar con él y lograr infundir miedo en el resto de oligarcas. Todos los de la era de Yeltsin tuvieron que acatar la disciplina del Kremlin desde ese momento. Como me dijo uno de ellos: “Si ahora me llaman del Kremlin para pedirme que destine 1.000 o 2.000 millones a tal o cual proyecto estratégico, no me queda más remedio que obedecer. No puedes negarte”. Así que, desde esta perspectiva, dejar a todos estos oligarcas sin sanciones, permitir que sigan manejando libremente miles de millones, supondría que, en cualquier momento, el Kremlin podría ordenarles que proveyeran de suministros para la guerra, para la propaganda de guerra o para socavar la unidad de Europa en su respuesta contra la guerra. Así que, sí, es muy importante que noten las consecuencias del contraataque de Occidente. No solo para evitar el acceso a sus patrimonios, sino porque son cómplices del sistema impuesto por Putin, y sin presión exterior, ese régimen no cambiará nunca.

P.- ¿Quién es Abramóvich? ¿Es el hombre de Putin?

R.- Su relación con Putin es una mezcla. Ahora podemos decir claramente que es su hombre por el papel que ha asumido en las negociaciones de paz. El pasado fin de semana, The Wall Street Journal publicó una cita del principal negociador ucranio diciendo a Abramóvich; “Por favor, dile a tu jefe…”, en clara referencia a Putin. Así que, sí, Abramóvich es su subordinado. Y, en cierto modo, es su hombre en Occidente. Con la compra del club de fútbol inglés Chelsea logró un montón de influencia en el establishment del Reino Unido. Se ajusta a ese modelo que hemos contemplado en los últimos años, en los que regímenes totalitarios buscan barnizar su imagen en Occidente a través de la adquisición de clubes deportivos. Abramóvich fue el primero, pero ahora tenemos a Arabia Saudí comprando el Newcastle United, por ejemplo. Así que, por un lado, Abramóvich intentará hacer favores al Kremlin y mantener el favor de Putin, pero también va a procurar preservar sus propios intereses. De ese modo, la frontera nunca está del todo clara.

“Nikolái Pátrushev ha demostrado que ocupa la figura de un gran cardenal que mueve los hilos detrás de la escena”

P.- Se está viendo ahora, con su papel en la invasión de Ucrania.

R.- Sí, ocurre con su actuación en las negociaciones de paz. Busca reservarse un papel que le permita evitar las sanciones económicas de Estados Unidos y promover su imagen de hombre de paz en Ucrania. Y a la vez, Putin quiere tener a alguien allí de modo extraoficial en las conversaciones para mantener los hilos con la delegación de Ucrania y poder sortear los canales oficiales. Porque Abramóvich tiene línea directa con Putin.

P.- Cuando Putin ofreció ayuda incondicional a Estados Unidos, después de los atentados del 11-S, pareció que la Guerra Fría estaba definitivamente enterrada.

R.- Es evidente que, en ese momento, realizó ese tipo de apertura, y que esperaba obtener algo a cambio. Y está claro que se irritó enormemente cuando, en vez de recibir recompensación y respeto por parte de Estados Unidos, lo que obtuvo fue un puñetazo en la cara. Fue cuando Washington se retiró del Tratado de Misiles Antibalísticos, justo después de que Putin concediera acceso al espacio aéreo de Asia Central para que los estadounidenses pudieran abastecer de suministros sus operaciones en Afganistán [después de los atentados del 11-S]. Acabó realmente decepcionado con Occidente. Es posible que comenzara su etapa presidencial con dos rostros. Preservaba, de algún modo, la inspiración de su mentor en San Petersburgo, Anatoli Sobchak [ex alcalde de la ciudad y coautor de la Constitución de la Federación Rusa]. Pero estaba rodeado a la vez de todos estos exmiembros del KGB, como Pátrushev, que mantenían una visión del mundo procedente de la Guerra Fría. Y a medida que Occidente le decepcionó más y más, se aproximó a este segundo grupo, porque llegó a la conclusión de que tenían razón.

P.- ¿Es ingenuo por parte de Occidente pensar que Putin tiene oposición interna en Rusia?

R.- Putin sigue siendo muy fuerte. Pero incluso dentro de los servicios de seguridad rusos, que se ven a sí mismos como los guardianes del Estado, los sectores más progresistas consideran que lo que ha hecho Putin es muy destructivo. Muy destructivo contra 30 años de trabajo para establecer redes de conexión con Occidente y capacidad de influencia. Repentinamente, todo esto ha acabado destrozado por esta terrible guerra. Solo un círculo muy reducido sabía lo que iba a ocurrir. Aunque también lo sabían los servicios de inteligencia de Estados Unidos, algo que ha debido de alimentar aún más la paranoia de Putin. Pero está claro que no lo sabían la mayoría de sus ministros, y, sobre todo, no lo sabía el bloque económico del Gobierno, que no estaba preparado para hacer frente a esta dura batería de sanciones. Cuando hablo con mis fuentes en Moscú, se muestran conmocionados. No querían nada de todo esto, que está resultando muy destructivo. Lo que significa que, en algún momento, Putin sufrirá una respuesta negativa, aunque todo dependerá de cómo evolucione su estrategia militar en Ucrania. Si consigue presentarlo como una victoria completa, aumentarán las posibilidades de que consolide aún más su poder.

P.- Pero no parece que sea así…

R.- No lo parece, no. Su Ejército ha mostrado estar exhausto, y poco preparado. Está claro que los hay que piensan que todo esto va a ser su particular Waterloo, el principio del fin de su régimen, porque ha intentado abarcar más de lo que podía.

Fuente: El Pais.com    

Elon Musk se ofrece a comprar el 100% de Twitter por 43.000 millones de dólares

 Elon Musk quiere comprar Twitter enterito. En una carta a los inversores publicada en la SEC, Musk se ofrece a comprar el 100% de Twitter con una OPA hostil a 54,20 dólares la acción. Es decir, un 54% más de lo que valían las acciones antes de que Musk anunciase su participación en la compañía como máximo accionista y un 38% más de lo que valen las acciones de Twitter antes de que se haya hecho público este anuncio.

"Es mi mejor y última oferta y, si no se acepta, tendría que reconsiderar mi posición como accionista", ha asegurado Elon Musk. El magnate también explica en su carta a la directiva de la compañía que "Twitter tiene un potencial extraordinario. Lo desbloquearé".

Elon Musk va muy en serio con Twitter

Las acciones de la compañía han crecido rápidamente. La oferta de Elon Musk a Twitter es una compra por valor de unos 43.000 millones de dólares. Una cantidad considerablemente mayor a los 2.890 millones de dólares que invirtió para adquirir el 9,2% de la compañía.

De mantenerse el precio, la totalidad de la compañía habría sido de unos 31.400 millones de dólares, pero Elon Musk ha decidido ofrecerse a comprar todas las acciones a un valor superior a lo que le habría costado hace unas semanas. Si bien, hace poco menos de un año el valor de las acciones de Twitter llegó a rondar los 70 dólares, por lo que la oferta podría considerarse insuficiente.

I made an offer https://t.co/VvreuPMeLu

— Elon Musk (@elonmusk) April 14, 2022

Recordemos que Elon Musk es la persona más rica del mundo, con una fortuna estimada de unos 260.000 millones de dólares. La adquisición de las acciones de Twitter sería en efectivo y Musk cuenta con Morgan Stanley como asesor financiero para la operación.

Hace unos días, el actual CEO de Twitter, Parag Agrawal, explicó que Elon Musk decidió no unirse al consejo de administración. Un movimiento que ya anticipó la intención de Musk de conseguir más que el 14,9% de Twitter que se le había impuesto como límite.

La gran pregunta de fondo hoy es si Musk quiere realmente comprar Twitter. Es imposible de responder y es probable que sea hasta secundario. Si su oferta es rechazada, Musk dice en su carta que se planteará qué hacer con las acciones que adquirió. Han subido mucho desde que las compró en marzo. El nuevo anuncio ha provocado otra subida. Con una venta ganaría unos cientos de millones de dólares y dejaría esta etapa atrás. Es una hipótesis posible.

I’ve kept quiet since the announcement because I wanted to give Twitter leadership a chance to do right by it’s employees, and they did. Thank you. https://t.co/Hq1gr60EQh

— Rumman Chowdhury (@ruchowdh) April 11, 2022

En su carta con la oferta Musk dice que cree en el potencial de Twitter para ser “la plataforma para la libertad de expresión en todo el mundo”. Esa frase es sinónimo de muchas cosas, pero sobre todo de permitir la vuelta de Donald Trump a la plataforma. En Twitter hay un grupo de empleados que llevan años tratando de convertir la red en un espacio sin desinformación, acoso ni odio. Rumman Chowdhury, una de sus representantes principales como directora de Ética de machine learning, Responsabilidad y Transparencia, tuiteó tras la renuncia de Musk a entrar en el consejo de Twitter: “Me he mantenido en silencio desde el anuncio porque quería darles a los líderes de Twitter la oportunidad de hacer lo correcto por sus empleados, y así lo hicieron. Gracias”.

Además en la misma carta a la junta directiva, Elon Musk explica que "invertí en Twitter porque creo en su potencial para ser la plataforma para la libertad de expresión en todo el mundo. Sin embargo, desde que hice mi inversión ahora me doy cuenta de que la empresa no prosperará ni cumplirá con este imperativo social en su forma actual. Twitter necesita transformarse en una empresa privada".

En otro comunicado, Elon Musk concluye que "esto no es una amenaza, simplemente no es una buena inversión sin los cambios que deben realizarse". La pelota ahora está en el tejado de los inversores de Twitter, que deberán ver si aceptan la oferta de Twitter o deciden continuar. En un comunicado, la junta explica que "revisará cuidadosamente la propuesta para determinar el curso de acción".

Fuente: Xataka.com ; Elpaís.com

ENERGIA UE. “Las sanciones a la energía de Rusia tendrán consecuencias drásticas en las economías europeas” según Helen Thompson.

 Cree también que Alemania ya pudo mandar “una señal” a Moscú para reducir su dependencia a partir de 2010, con el boom del 'shale gas' de EEUU, que ha dotado a este país de “una nueva capacidad de ejercer el poder en el mundo, con profundas consecuencias en Oriente Medio

Helen Thompson, profesora de Economía Política en la Universidad de Cambridge, acaba de publicar el fascinante 'Disorder: Hard Times in the 21st Century' (Oxford University Press, 2022), donde analiza, con perspectiva a largo plazo, los orígenes de la frágil situación mundial y, sin quererlo, ofrece una guía imprescindible para seguir y comprender la profundidad de los acontecimientos geopolíticos desencadenados en torno a la guerra en Ucrania.

Para Thompson, el momento actual puede comprenderse bajo la premisa de que “son necesarias varias historias diferentes para identificar las fuerzas causales que actúan, y la convicción de que estas historias deben superponerse”. La académica británica lo consigue al entrelazar los temas geopolíticos, económicos y de política interior en una sola narración. La entrevista, editada por su duración, tuvo lugar por Skype y versa sobre la parte geopolítica del libro.

Usted sostiene que la historia geopolítica del siglo XX es impenetrable si no se comprende el impacto del petróleo.

En la primera década del siglo XX, la historia geopolítica comienza cuando los Estados más poderosos del mundo toman conciencia de que el futuro del poder militar depende del acceso al petróleo como fuente de energía, y no del carbón. Para Reino Unido, que era la mayor potencia naval a principios del siglo XX, el riesgo de no resolver este problema era verse eclipsado por Estados Unidos, que tenía petróleo en su propio territorio. Para obtener crudo, Reino Unido dependía de su imperio, pero estaba al otro lado del mundo. El resultado es que al comenzar el siglo XX se produce un cambio geopolítico que da mucho mayor poder a EEUU en Eurasia.

El papel decisivo del petróleo durante y desde la I Guerra Mundial.

El suministro de petróleo de EEUU a Francia y Reino Unido fue más importante para el fin de ese conflicto que su intervención militar. En los años de entreguerras, para Alemania fue un problema no tener petróleo en su territorio ni imperio que se lo pudiera proporcionar. La política exterior alemana del período de Weimar y el nazi trató de resolver este problema. Al mismo tiempo, Rusia, que se integró en la Unión Soviética (URSS), era junto a EEUU el gran productor mundial de crudo.

Se puede comprender la geopolítica del siglo XX por la dominación mundial como la entrada en forma preeminente de los dos grandes productores de petróleo: EEUU y Rusia. Por otra parte, en 1920 empieza en EEUU el auge de la sociedad de consumo en torno al automóvil. En Europa se consolida a partir de 1960, cuando el petróleo se convierte en la fuente de energía más importante. Si el crudo es indispensable para el poder militar también lo es para la economía, al permitir cubrir las necesidades de la sociedad de consumo.

La ausencia de petróleo en Europa produce consecuencias geopolíticas que comienzan en la Guerra Fría y duran hasta hoy: la dependencia energética europea de Rusia.

Al comienzo de la Guerra Fría, a la administración Truman no le agradó que Europa Occidental comprase petróleo a la URSS, como había estado haciendo hasta finales de los años 30. También lo hizo Alemania hasta que invadió la URSS. En la primera década de la Guerra Fría, la posición de EEUU fue firme: Europa debía importar petróleo de Oriente Medio y no del Hemisferio Occidental (EEUU, Venezuela y México), porque los estadounidenses estaban preocupados por su propio suministro a largo plazo. 

¿Cómo se garantiza Europa la seguridad energética en torno a Oriente Medio?

Gracias al Reino Unido, que después de la II Guerra Mundial seguía conservando una posición imperial en Oriente Medio y, en particular, su base militar en Suez.

En 1956, la nacionalización del Canal de Suez por el presidente de Egipto, Gamal Nasser, provoca una grave crisis en Europa: pone en riesgo su seguridad energética.

Los británicos se aliaron con franceses e israelíes y emprendieron una acción militar contra Egipto para intentar restablecer el control del canal. Estos países siguieron una lógica estadounidense, pero al presidente Eisenhower le escandalizó esta acción militar. 

¿Por qué EE UU se opuso entonces a la intervención militar de sus aliados?

La crisis de Suez coincidió con el levantamiento húngaro, reprimido con violencia por los soviéticos, y unas elecciones presidenciales de EEUU. Los estadounidenses intentaban, por un lado, simpatizar con el nacionalismo árabe y, por otro, proteger la existencia de Israel como un país independiente. Mantener este equilibrio era difícil, pero el resultado fue que EEUU ejerció tal presión financiera sobre Reino Unido que obligó a su primer ministro, Anthony Eden, a abandonar la intervención militar en Egipto. Esto indignó a Londres, París y Bonn.

Europa respondió a EEUU. 

Cuando Konrad Adenauer, presidente de Alemania del Oeste, supo por Anthony Eden que Reino Unido se sometía a las presiones de Eisenhower y abandonaba la intervención militar en Suez, viajó a París y le dijo a su homólogo francés: “No tenemos tiempo que perder. Europa será nuestra venganza”.

Y lo que sigue...

Francia llegó a la conclusión de que necesitaba el arma atómica para reducir su dependencia de EEUU en seguridad y tecnología. Lo más importante a largo plazo es que Alemania Occidental e Italia empezaron a importar petróleo soviético. A raíz de esa crisis, a principios de los 60 la URSS construirá el oleoducto Drushba –amistad en ruso– para transportar su petróleo hasta Europa Occidental. El oleoducto atraviesa Ucrania, por aquel entonces integrada en la URSS; no era un país independiente. A finales de los 60 se reproduce ese esquema cuando la URSS descubre enormes yacimientos de gas en Siberia Occidental. La dinámica se consolidó en Alemania Occidental con la ostpolitik, liderada por Willy Brandt, de acercarse a la URSS como forma de conseguir a largo plazo la unificación alemana.

Desde la crisis de Suez, se consolida en el tiempo el suministro de energía proveniente de la URSS, después Rusia, a Alemania e Italia.

El razonamiento era que ante la imposibilidad de obtener su suministro energético de sus amigos europeos era mejor confiar en la Unión Soviética y luego en Rusia.

La guerra de Ucrania y la crítica a Alemania por depender del gas ruso progresan en paralelo. ¿Cuál era la alternativa?

La posición alemana es bastante comprensible durante mucho tiempo. En los años 90, la gran promesa era Azerbaiyán, gran productor de gas, pero hacer llegar la materia prima a Europa era bastante complicado. La otra alternativa era Irán, pero había una serie de dificultades políticas y éticas. Además, en los 90 EEUU empezó a sancionar a empresas europeas que operaban en Irán. No obstante, Alemania podría haber recurrido antes al gas natural licuado (GNL) para diversificar su suministro de energía, cuando Qatar se convirtió en un gran exportador. El momento en el que, creo, se puede decir que Alemania tuvo serias alternativas o, al menos, la posibilidad de mandar una señal a Rusia, fue cuando se produjo el boom del gas de esquisto en EEUU, a partir de 2010.

Usted considera que ese boom del 'shale gas' en EEUU es uno de los acontecimientos más importantes del siglo XXI y sin él no se puede comprender el presente, por sus profundas consecuencias geopolíticas. EEUU consigue su independencia energética y compite en el mercado energético mundial.

Sí, y a la vista de lo que está pasando con Rusia, lo pienso más que cuando escribí Disorder. Con el petróleo y el gas de esquisto EEUU posee una nueva capacidad de ejercer el poder en el mundo, con profundas consecuencias en Oriente Medio. En particular, complica su relación con Arabia Saudí, lo que desestabiliza aún más una región ya de por sí complicada de manejar para los estadounidenses. 

Respecto a Europa, fue una ruptura porque Rusia ahora tiene un rival en el mercado europeo de gas. Es un duro golpe para Rusia, que pensaba tener un dominio absoluto del mercado europeo y poder entrar en un futuro en el estadounidense. Para los países con relaciones históricas muy difíciles con Rusia, como Polonia y los países bálticos, el gas estadounidense era un salvavidas. Sin embargo, Alemania no estaba interesada en comprar gas de EEUU: no construyó ningún puerto de GNL para recibirlo. En Europa existía una profunda división entre los países de la UE que esperaban romper con Rusia y recurrir al gas estadounidense y aquellos que se oponían rotundamente.

¿Por qué el Gobierno alemán no diversificó su suministro de gas respecto a Rusia?

Consideraban que las cosas iban muy bien como estaban. En la década de 2010 era inverosímil que Alemania pudiera eliminar su dependencia del gas ruso, pero al menos podría haber empezado a diversificar su suministro.

La UE quiere reducir la dependencia del gas ruso en dos tercios antes de final de año. Sin embargo, el ministro de Energía de Qatar afirma que es “casi imposible” sustituir rápidamente los suministros rusos.

Creo que va a llevar bastante tiempo. La idea de que las sanciones energéticas no tendrán consecuencias drásticas en las economías europeas es errónea. Quienes dicen: “Bueno, será un 2% del PIB al año”... no se han parado a pensar en las consecuencias sistémicas. En particular para Alemania, por la gran cantidad de gas que consume su industria. Y las consecuencias se resentirían en el resto del mundo. Los datos no demuestran que los productores de gas esquisto en EEUU vayan a poder compensar el volumen crítico de producción rusa que consume Europa. Qatar podría producir un poco más, pero su producción está atada por contratos a largo plazo con los mercados asiáticos.

En mi opinión, la única forma de que ese cambio se produzca, y en un periodo de tres o cuatros años, es reducir la demanda de gas en Europa, como discutieron los líderes de la UE hace unas semanas en Versalles. Sin embargo, no estoy convencida de que la transición del gas a la electricidad pueda ocurrir tan rápidamente, salvo que se produzca un avance tecnológico en el almacenamiento de la energía solar y eólica. Nadie sabe cuándo va a ocurrir.

A principios de febrero, China y Rusia se prometieron “una amistad eterna”. Usted explica que la guerra de Irak produjo en China un “replanteamiento estratégico” y su acercamiento energético a Rusia.

En 1993, ante la falta de suministro interno, China comenzó a importar un volumen significativo de petróleo. La dependencia energética era, desde hacía tiempo, una seria preocupación para su clase dirigente, que siempre había sido muy sensible a la historia económica de Japón en el siglo XX. En particular, a cómo la dependencia energética de Japón jugó un rol importante en su camino hacia la II Guerra Mundial y, después de esta contienda, en sus dificultades de suministro energético.

Mientras Occidente discutía los verdaderos motivos de la guerra en Irak, para Pekín era evidente: EEUU estaba preocupado por su suministro energético a largo plazo y quería integrar a Irak en su esfera de influencia. Pekín se preocupaba de su propio suministro ante un EEUU cada vez más “muscular” en asuntos energéticos, y profundizaba en el llamado “dilema de Malaca” formulado por el presidente de China en 2003 [Hu Jintao].

¿El “dilema de Malaca”?

Consistía en que la demanda china de petróleo, y muchos otros intercambios comerciales, pasaba necesariamente por ese lugar, el estrecho de Malaca. Y un bloqueo naval estadounidense sería una absoluta catástrofe porque no tendrían acceso al suministro de petróleo. China constató que necesitaba diversificar su aprovisionamiento de energía. Sus suministros de Angola y Oriente Medio no eran suficientes: necesitaba a Rusia. Pero la dificultad de construir un oleoducto por la gran distancia entre Siberia y China siempre fue disuasoria para las autoridades chinas. Este cálculo cambió con la caída de Sadam Hussein. Y poco tiempo después, Rusia y China acordaron construir un oleoducto. Después del primer conflicto en Ucrania en 2014, también acordaron construir un gasoducto. Desde el punto de vista de Rusia, era una buena noticia, porque si tenían dificultades con los mercados europeos tenían la capacidad de dar la vuelta en ambos sentidos.

Recientemente ha escrito que “los europeos occidentales se acomodaron bajo la ilusión de que el evidente desorden de las dos últimas décadas no era real”. En mi opinión, un ejemplo de su argumento son las recientes declaraciones del presidente de Francia de que “el mundo de la paz que creíamos eterno parece desmoronarse por completo ante nuestros ojos”.

En los años 90, en Europa y en algunas partes de EEUU se adopta el relato, por decirlo de algún modo, “del fin de la Historia”. Eso era un delirio ya en los años 90, una década terrible en varias partes del mundo: la Guerra del Golfo, las guerras civiles en África (Congo, Sierra Leona, Ruanda...), la guerra de los Balcanes en Europa, etc.

Es interesante comparar las motivaciones de la Guerra del Golfo por George Bush padre y la guerra de Irak por Bush Junior. Bush I no escondió en ningún momento que la razón principal de EEUU y los aliados para intervenir militarmente –además de la evidente invasión de Kuwait– es el petróleo. En 1990, para un presidente de EEUU la garantía energética justifica una intervención militar, sin que provoque problemas políticos internos. Sin embargo, si saltamos a 2003, la idea de invadir un país por cuestiones energéticas era inaceptable. Por eso el énfasis puesto en otras razones para justificar la Guerra de Irak: las armas de destrucción masiva –que no existían– y exportar la democracia.

Usted explica se este cambio.

A partir de los años 90, cierta conciencia política europea y americana se desvinculó de las consideraciones materiales económicas y geopolíticas. Por ejemplo, la disolución pacífica de la URSS en 1991 se produjo por una serie de razones materiales que entonces no se entendieron en su totalidad. Sin embargo, presentar la disolución de la URSS como la supuesta victoria de la democracia liberal occidental en términos ideológicos es un pensamiento que se desvincula del mundo material real, económico y geopolítico. Este pensamiento o imaginación política occidental se complacía en pensar que las cuestiones políticas pueden resolverse mediante una contienda de ideales en la que los ideales occidentales están, por utilizar su lenguaje, en el lado correcto de la historia.

Este pensamiento o imaginación es una limitación para comprender la complejidad del mundo.

A partir de 2016 una serie de cuestiones empezaron a derrumbarse, como, por ejemplo, la inevitabilidad de la integración de la UE, con el Brexit, y que una persona como Donald Trump accediese a la presidencia de EEUU. Pero también en estos últimos años ocurrieron una serie de acontecimientos, con profundas consecuencias geopolíticas, a los que no se ha dado suficiente importancia, ni a sus consecuencias.

¿Por ejemplo?

A la consolidación de Rusia en Oriente Medio o a cómo la administración Obama fue un verdadero desastre en esa región, desde la perspectiva americana. El ascenso del califato del ISIS, la intervención militar rusa en Siria, la ruptura de las relaciones con Arabia Saudí, especialmente a partir de septiembre de 2013, y dentro de este país, con miembros de la Familia Real torturándose unos a otros en el hotel Ritz; o el horror de Siria.

Lo mismo se puede decir respecto a Ucrania con la anexión de Crimea por Rusia en 2014. Vladímir Putin demostró que no aceptaba la integridad territorial de un país que se encuentra entre Alemania y Rusia. Fue un momento bastante revelador, y no se le dio la importancia suficiente más allá de declaraciones como, por ejemplo, la de Angela Merkel de: “¿Cómo puede ocurrir esto en Europa 25 años después de de la caída del muro de Berlín?” Es lo mismo que levantar los brazos y decir que mi imaginación no me permite entender qué está ocurriendo

Fuente: El Diario.es