Steve
Bannon, exasesor de Donald Trump y uno de los padres del populismo, explica su
relación con Vox y el asalto a Europa del grupo de partidos a los que aconseja
A Steve Bannon (Norfolk, 1953),
exasesor estratégico del presidente de EE UU, Donald Trump, y uno de los padres
del nuevo populismo político, le preguntaron el jueves en la Biblioteca
Angelica de Roma si era el diablo. “Dejo a la gente que decida por ella misma”,
respondió devolviendo el poder al pueblo, como manda su canon político. Muchos
en la capital de Italia, donde se ha convertido en un sospechoso habitual de
los salones conservadores, aseguran que perciben el olor a azufre cuando
abandona la estancia. Sucede en los círculos de la izquierda, pero también en
el Vaticano, donde ha alentado la corriente de oposición a Francisco liderada
por algunos cardenales como el estadounidense Raymond Burke.
Italia es la plataforma desde la que
Bannon, asesor también del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, y del
vicepresidente de Italia, Matteo Salvini, está diseñando el esquema político
para las próximas elecciones europeas. Un plan en el que Vox, con los que
comenzó a reunirse en 2017 en Washington y a quienes verá en España en las
próximas semanas, según explicaba él mismo este sábado en su apartamento de un
hotel de Roma, tiene reservado un papel fundamental.
(*) Las fake news, o noticias falsas, es un tipo de bulo que consiste en un contenido pseudo-periodístico difundido a través de portales de noticias, prensa escrita, radio, televisión y redes sociales y cuyo objetivo es la desinformación.Pegunta. ¿Por qué le interesa tanto Roma?
Respuesta. Vine para las
elecciones generales a seguir a Salvini y a la Liga y me quedé impresionado.
Había un entusiasmo tremendo de gente joven usando Facebook Live y realizando
campañas muy sofisticadas. Los partidos tradicionales perdieron la tracción.
Rompieron el viejo paradigma de izquierda-derecha y tras las elecciones, vi a
Salvini y le hice una propuesta. Sabía que quería llevar a la coalición de
centroderecha al Gobierno con Silvio Berlusconi. Estuvimos cinco horas hablando
y le dije que, en lugar de eso, podía dejar aparte las diferencias y trabajar
con el M5S. Imagínese, es como si Trump y Bernie Sanders hubieran hecho un
acuerdo así. Es revolucionario.
P. ¿Ha
aconsejado ya a Salvini abandonar a M5S y volar por su cuenta?
R. Eso lo tiene que
decidir la gente. Pero el acuerdo con China, por ejemplo, ya le ha distanciado.
Es un error fundamental de Luigi Di Maio [vicepresidente de Italia y líder del
M5S]. Es un terreno resbaladizo. China practica el capitalismo depredador.
Puedo imaginar por dónde irán los tiros con este trato. Prestan dinero que no
puedes devolver y se quedan con los bienes.
P.
¿Cuánto habla con Salvini?
R. No le diré cada
cuánto, pero hablo múltiples veces cada semana con miembros senior de la Liga.
He recibido a algunos de ellos en Estados Unidos en los últimos meses. Con
Salvini tengo una relación excepcional, creo que él y Viktor Orbán son los dos
políticos más importantes hoy en Europa.
P.
Muchas ideas las ha copiado de Trump.
R. Salvini es más
populista que Trump… pero todo va sobre soberanía, sobre manejar tu propio
destino. Es común a Orbán, Bolsonaro, Salvini o Trump. También Le Pen, aunque
no haya logrado gobernar.
P. ¿El
M5S ha dejado de interesarle?
R. Bueno, son más de
izquierdas… Yo soy un tío de derechas, más conservador. Así que tengo más
afinidad con la Liga. Pero apoyé mucho que hicieran un acuerdo que será
paradigma político en el futuro.
P.
¿Cobra por sus consejos?
R. No recibo ni un
dólar de ningún Gobierno o partidos. No soy un consultor político.
P. ¿Sus
ingresos no dependen de la política?
R. No, nunca he tomado
un céntimo.
P.
Entonces, ¿por qué lo hace?
R. Porque he ganado
suficiente dinero en mi vida para poder centrarme en lo que quiero en los
últimos diez años. Y es este movimiento populista, por eso lancé Breitbart Roma
y Breitbart Londres. La idea era tener infraestructura que apoyase el Brexit, a
Nigel Farage, al M5S, la Liga… También ayudé a Bolsonaro y le recibí cuando
vino a Washington.
P.
¿Trabajó con él desde el principio?
R. Sí. Mire, él y
Salvini están muy cerca. Hablan de ley y orden en su país. Él está algo más
centrado en la economía. Son gente dinámica. Más que Trump, él y Salvini
defienden la idea de un occidente judeocristiano. Y es algo que también es
cercano a Vox: familia tradicional, estructura de sociedad, guerra contra el
marxismo cultural… Recuerde que este movimiento es populista, nacionalista y
tradicionalista. Y Bolsonaro y Salvini son sus mejores representantes.
P.
¿Cómo les ayuda? ¿Les presta tecnología, sondeos…?
R. No soy un consultor
político. Nunca he pisado una oficina de campaña. Cuando Trump estaba en el 12%
le dije: ‘Si vuelves a las ideas básicas nacional populistas con las que
empezaste y a las que has renunciado, ganarás seguro. En 88 días lo tendrás’.
Fue lo mismo que le dije a Bolsonaro en julio de 2018, cuando estaba en el 15%.
Tenía un mensaje tan poderoso que si seguía confiando en él, aunque los medios
dijeran que era el diablo, ganaría.
P.
¿Solo eso?
R. Mire, dos de las
operaciones más sofisticadas en la política de hoy son la suya y la de Salvini.
Bolsonaro ganó la campaña con 750.000 dólares. Y Salvini con cuatro o cinco
millones de euros y mucho Facebook Live. Esos tíos tienen la habilidad de
convertir la política en un estilo de vida aspiracional.
P. La
gente a la que usted asesora aspira a dar el golpe en unas elecciones europeas
cruciales.
R. Son las elecciones
más importantes en la historia de la UE. Marcarán el camino en una dirección u
otra. Cuanta más participación haya, mayor será la victoria del movimiento
populista. Hace tiempo nos daban el 20%, pero ha ido subiendo.
P.
¿Cuál cree que será el esquema tras las elecciones?
R. El plan franco
alemán es crear los Estados Unidos de Europa. España será Carolina del Sur,
Italia, Carolina del Norte. Quieren convertir naciones en unidades
administrativas despojándolas de su esencia. Macron quiere más integración
comercial, de mercados, de inmigración, un ejército… Su narrativa es “nosotros
o el caos”. Pero la alternativa es una Europa de naciones, donde cada país
gestionará sus problemas y le dará las soluciones adecuadas. Las decisiones las
tomará la gente en España y no una panda de tecnócratas en Bruselas.
P. Un
esquema perfecto para la hegemonía de EE UU.
R. Por favor… Vivís en
La la land. EE UU quiere una Europa fuerte. No somos un poder imperial, sino
revolucionario. No queremos protectorados, sino aliados.
P. ¿En
el caso de Rusia también?
R. Rusia es una
cleptocracia gestionada por el KGB y los oligarcas. Tienen un montón de armas,
sí. Pero su economía tiene el tamaño del Estado de Nueva York. El enemigo está
en otro lugar.
P. ¿Qué
es The Movement, la plataforma registrada en Bruselas con Mischaël Modrikamen,
abogado y miembro del minoritario Partido Popular belga?
R. Solo un motor
evangelizador. Hacemos conferencias, cenas. Esta semana hay 8 partidos
diferentes de Europa volando hacia Roma para tener reuniones conmigo. Habrá
encuentros, hablaremos de estrategia y les daré todos los consejos que pueda.
Luego empezaré mi viaje a España, pasaré una semana en EE UU y volveré aquí
cuatro semanas para viajar a distintos países. Tenemos la idea de hacer más
reuniones y sondeos, pero en algunos países no se puede hacer, a menos que te
paguen.
P.
¿Cree que Salvini debería ser el líder del movimiento nacional populista en
Europa?
R. Quién sabe, hace
dos años era desconocido. Pero sí, él y Orbán son los dos líderes lógicos.
P.
¿Cuál es el objetivo?
R. Un tercio del Parlamento ya sería
asombroso. 60 días son una eternidad en política, todo puede pasar. Y ahora las
encuestas dicen que la Liga será el partido con más apoyo. ¿Entiende cómo le
cambiará la vida con un Parlamento Europeo con Orban, Salvini y Le Pen
liderando los mayores partidos?
P.
¿Cuándo entabló contacto con Vox?
R. Vinieron a verme hace dos años, en
el verano de 2017, yo todavía estaba en la Casa Blanca. Vino una persona que
trabajaba para ellos, no puedo darle el nombre, acompañado de dos miembros de
su equipo. Les invité a cenar en mi casa, en la embajada Breitbart en el
Capitol Hill. En aquella época eran menos que cero. Pero entendieron la lógica.
P.
¿Cómo piensa ayudarles?
R. Hablaré con sus líderes, trataré de
motivarles, que piensen que lo que hacen es lo más importante ahí fuera. Las
elecciones están en sus manos. Es lo que hacía con Trump cada día. Vox puede
conseguir un resultado asombroso en España.
P.
¿Tiene algún dato?
R. No. Nada interno, lo que leo. Pero
veo que pueden llegar al 15% y eso generaría una onda expansiva a Europa. ¡Un
partido que sale de la nada!
P. Vox
no es la Liga. Es un partido sin experiencia más basado en la oportunidad. No
tienen una clase dirigente.
R. Como el M5S. Mire, la alcaldesa de
Roma ni siquiera es abogada. Lo que me gusta de ellos es que son políticos
ciudadanos, como Vox. Yo no estoy de acuerdo con Alexandria Ocasio-Cortez, pero
hoy es la rockstar número uno de la política estadounidense. Ahora es tan
fuerte como Nancy Pelosi, pero hace justo un año era camarera y cerraba el
turno de noche. Hoy come en la misma mesa que Trump y Pelosi. Y estamos
hablando de la nación más poderosa del mundo. De modo que todas las apuestas
están abiertas y con Vox puede pasar igual. La política moderna mezclada con
las redes sociales y con un mensaje adecuado te lo proporciona.
P.
Entonces, ¿le gusta Ocasio-Cortez?
R. ¡Me encanta! Tiene lo que hay que
tener para ganar. Determinación, coraje, tenacidad… Es verdad que no sabe mucho
y lo que sabe es completamente equivocado, especialmente en economía. Pero
tiene algo que no se entrena. Y si Vox consigue algo así, créame, el
establishment se quedará en shock. No creo que haga falta ir a las
universidades adecuadas. Eso ya lo hemos probado. El mundo cambia, piense en
Trump, ¡es un tipo de reality show! [Hillary] Clinton quería ser presidenta
desde que tenía 6 años. Fue a todos los colegios buenos, obtuvo su licenciatura
en leyes… y la gente la rechazó. Por eso colapsa la vieja izquierda. Ojalá
Cortez estuviera de nuestro lado. Lo dije en una reunión el otro día de los
republicanos: necesitamos más camareros y menos abogados.
P.
¿Cree que Trump acabará su mandato?
R. Sí. Por lo que he oído, y yo fui
llamado durante 13 horas a declarar, se le dieron los documentos al fiscal
Robert S. Mueller. Como no tengan detalles sobre la obstrucción a la justicia,
Trump le dará la vuelta y utilizará el Informe Mueller para atacarles. Se
liberará de las cadenas, convertirá ese informe en un arma. Ahora le veremos ir
a la guerra. [la entrevista se realizó pocas horas antes de conocerse la
decisión del fiscal].
P.
¿Cuál cree que será el ticket más peligroso para él?
R. Nadie estará cerca de ganarle. Pero
podrían probar una combinación de Kamalla Harris y Beto O’Rourke como
vicepresidente. Una mezcla de California y Texas. Su estrategia será centrarse
en Arizona, Georgia, Carolina del Norte y Florida. Trump ha bloqueado ya el
medio oeste. Pero insisto, si no encuentran nada en las investigaciones en los
próximos seis meses, ganará por más de lo que lo hizo en 2016. Les volverá
locos. Han apostado tanto en el Informe Mueller… y Trump ofendido es peligroso.
Se va a poner feo.
P. ¿No
cree que esta visión de la política empobrece y simplifica demasiado el
sistema?
R. Todo lo contrario. Tenemos una
visión muy hipócrita sobre el tema, es una gilipollez. Yo he servido en la
Marina, he estado en el Pentágono, fui a Harvard, trabajé en Goldman Sachs,
tuve mi propia firma con socios en Japón… He estado en todos los consejos de
administración y en la Sala de Guerra del Pentágono. Y créame, si me deja
elegir entre que me gobierne alguna de las primeras 100 personas que aparezcan
en un mitin de Vox en España o uno de los 100 políticos de mayor nivel, me
quedo con los primeros. Tendrá un país gestionado de forma más correcta,
eficiente y por gente que entiende la naturaleza humana. Esos son los famosos
deplorables de Trump.
P. Por
lo que dice, ¿qué tipo de partido cree que es Vox?
R. Un partido nacional populista. No
son profesionales, pero están orgullosos de ello. Están cerca de Bolsonaro y
Salvini. Los detalles cambian en cada país, pero la filosofía es la misma:
llevar la toma de decisiones cerca de la gente, soberanismo, seguridad y
economía. La victoria de Vox es que ya ha trasladado su conversación al resto
de la derecha: partidos como Ciudadanos y PP ya hablan como ellos. A eso lo
llamo colocar el producto. Ahora los otros tendrán que convencer a la gente de
que no son solo una copia. La clave es creer en ello para poder cumplir lo que
se dice.
P.
Muchos de los postulados de esta nueva política tienen aires totalitarios.
R. ¡Por favor! La gente dice “el final
de la democracia”. Lo es porque los partidos aburridos de centro ya no pueden
ganar. La crisis democrática es que han dejado de vencer los de siempre. ¡En EE
UU votaron 130 millones de personas para las elecciones de medio mandato!
Estamos divididos, pues fantástico. Eso es la democracia.
P.
¿Usted cómo combatiría el populismo?
R. La única manera es teniendo un plan
de seguridad y economía que puedas implementar y cumplir. Pero los partidos de
centro solo dicen “somos los expertos, vosotros los idiotas”. Nada cambia, pero
piden que sigas votándoles. Asistimos a una revolución global de la gente
corriente. En Polonia, Brasil, España, Italia… y también en Japón.
P.
Todas estas recetas no funcionarían en un escenario sin crisis económica, sin
problemas migratorios…
R. La crisis trae al populismo,
definitivamente, porque las élites no tienen soluciones. Pero luego tienes que
cumplir, como Trump. Lo hablé con él en campaña, si no, no sirve de nada. Él lo
está haciendo. Yo soy un hombre de mercado, y cuando llegas al poder tienes que
cumplir. Mire Guedes, ministro de Finanzas de Brasil. No estoy de acuerdo con
él en muchas cosas, es un neoliberal de la escuela de Chicago. Yo soy un
nacionalista… Pero tiene un plan y lo martillea cada día. Sube la Bolsa, hay
entusiasmo.
P. Su
interés por Roma también abarca al Vaticano. Déjeme que le pregunte sobre la
crisis...
R. Le seré brutalmente franco: la
cumbre sobre la pederastia fue un fracaso. La Iglesia católica tiene una crisis
existencial. Pero los EE UU representan el 70% de su cash flow. Aquí no
entienden que la Iglesia estadounidense estará liquidada financieramente en
diez años. Esta crisis es masiva y tendrá muchas implicaciones. Desde que se
celebró la cumbre, el Estado de Virginia Oeste ha sido acusado de encubrir
pedófilos y ponerlos en las escuelas. En el Estado de Nueva York están abriendo
casos. También pasó en Pensilvania con el Gran Jurado. Empezarán a confiscar
hospitales y escuelas para pagar indemnizaciones y obligaciones. Fue asqueroso
ver que en la cumbre no se habló de tolerancia cero. ¿Transparencia? Esto es
una crisis y debe tratarse como tal. Si no, perderemos la Iglesia.
P. ¿Qué
opina del acuerdo con China?
R. Es atroz. Han firmado un acuerdo
con el Estado más totalitario del mundo y completamente ateo. Hay 20 millones
de fieles santos a los que han dejado tirados. ¿Un acuerdo secreto? Lo único que
te dicen es que elegirán ellos a los obispos. Todo esto terminará con el
restablecimiento de las relaciones diplomáticas. Eso es de lo que va todo esto.
Y venderán a Taiwán y a todos sus cristianos.
P.
Usted es cercano al cardenal Raymond Burke, un opositor declarado al papa
Francisco.
R. Conozco a esos chicos, y sé que
están decepcionados con el papa Francisco, que continúa diciendo que el mayor
problema del mundo es el nacionalismo y el populismo. No los pedófilos
homosexuales o el partido comunista. En política internacional no es infalible,
y lo que está haciendo es horrible.
Fuente: El Pais.com