Reproduzco íntegramente, por gentileza de “lavanguardia.com” e interés informativo, la entrevista a Manuel Valls (Barcelona 1962) gran observador de la política catalana desde su escaño de concejal de Barcelona pel Canvi, con la experiencia acumulada en la primera línea de la política francesa, como ministro del Interior y primer ministro de gobiernos socialistas –una militancia que abandonó en el 2017– que propone un gobierno de concentración en la Generalitat.
Sobre el apoyo a Hasél
“Me indigna la defensa de alguien que
alaba el terrorismo, en Francia se va a la cárcel por eso”
¿Cuáles deben ser las prioridades de
la próxima legislatura?
Luchar contra la pandemia, movilizar
los recursos para vacunar, y dar prioridad a la recuperación económica, y para
eso tendremos que gestionar bien los fondos europeos.
¿Quién tiene que presidir
la Generalitat?
Creo que el independentismo está
incapacitado para gobernar. Es responsable en parte de la decadencia, de la
pérdida de riqueza y de inversiones. Y la supuesta mayoría alternativa de
izquierdas es un espejismo: ERC no es un partido de izquierdas porque el
nacionalismo es incompatible con la izquierda, y la CUP es un partido
antisistema. Y un tripartito liderado por el PSC creo que de momento no es
posible.
¿Qué solución propone?
Un gobierno de concentración. No sé si
hay un Draghi catalán, pero es esa idea, con un calendario de máximo dos años y
con un pacto en el gobierno o fuera del gobierno de todos los partidos,
excluidos Vox y la CUP. Aquí hay un régimen parlamentario, hay hombres y
mujeres de talento, pero antes deben ponerse de acuerdo en la fórmula. Es muy
difícil pero es la única solución.
Con un gobierno técnico, ¿no cree que
la política tira la toalla?
Al revés. Las elecciones no han
cambiado los bloques, y si en unas semanas no hay una solución viable de largo
plazo el desánimo va a ser aún más potente en la sociedad. Lo que estoy
proponiendo es una solución muy política. Necesitamos unidad. Por eso los
grandes partidos estatales, PSOE y PP, tienen que apoyar en buscar esa
solución.
Pero el independentismo se ha impuesto
en las urnas, ¿qué valor tiene esa mayoría?
No habrá independencia, pero no pueden
salir de esta vía fracasada. El ordenamiento jurídico, la Constitución, no
permite un referéndum de autodeterminación, todo eso es un relato para
continuar, pero nos llevan a un callejón sin salida.
¿Qué le parece que se esté negociando
con la CUP y que puedan incorporarse al gobierno?
Me parece un error, una barbaridad y
acentuará la decadencia de Catalunya. Aquí ha habido un fracaso de parte de las
élites, de la burguesía catalana que ha querido jugar con todo eso, con la
independencia, con el nacionalismo, con el catalanismo, con el procés , con la CUP.
Recordemos que fue la CUP que vetó a Artur Mas, el gran responsable de la
situación que se está viviendo. El gran problema no es solo la relación con el
resto de España, es la división profunda que hay en Catalunya.
Ha sido siempre crítico con la extrema
derecha, ¿hay que aislar a Vox o buscar pactos puntuales?
No se puede pactar con Vox. No es una
escisión del PP, es un partido nacional-populista, que quiere transformar el
Estado de las autonomías, que no tiene la misma concepción de los valores europeos,
que tiene un discurso antiinmigración y antimusulmán que me parece peligroso
para la convivencia. Y la izquierda no tiene que jugar tampoco con Vox. Se ve
demasiado que le va bien que crezca a costa del PP.
Hablaba del discurso de Vox sobre la
islamización. ¿Al debate izquierda-derecha se suma el debate
democracia-populismo?
Sí. El debate derecha-izquierda existe
en la sociedad, es el alma de la democracia, por eso necesitamos alternancias.
Pero el gran debate es democracia liberal frente a iliberalismo, frente a
formas de populismo. El populismo, seguir siempre al pueblo, eso no, eso lleva
al Capitolio, al 1 de octubre. La democracia representativa es la única
posible.
Fue ministro del Interior, ¿qué le
parece que desde las instituciones se critique la actuación de los Mossos ante
los disturbios?
Es otra barbaridad. Hemos llegado a
una forma de decadencia política e intelectual de parte de unos responsables.
El orden público es complicado y siempre se puede mejorar una actuación, hay
inspecciones en la policía, hay un Parlamento, pero es muy importante defender
a los cuerpos de seguridad en una actuación muy difícil. Cuestionar el modelo
policial con la violencia que estamos viendo es un grave error.
¿Qué papel debe tener el Estado para
normalizar la situación política en Catalunya?
Ante todo es un conflicto dentro de la
sociedad catalana. Catalunya goza de una autonomía como pocas regiones de
Europa y hay gente que se ha saltado la ley. El Gobierno de España tiene que
buscar una solución como la que propongo.
¿Qué opciones ve de diálogo?
El diálogo no es la solución política,
es un instrumento. Catalunya no puede ser moneda de cambio de nada, el indulto
tampoco, además ni acabará con las reivindicaciones independentistas, ni
arreglará la situación de los fugados de la justicia.
¿Qué le parece la defensa del rapero
Pablo Hasél?
A lo mejor soy muy francés, pero me ha
indignado ver cómo se defiende a un rapero que alaba el terrorismo, el
yihadismo, que amenaza, que agredió a un periodista, y la idea de que tenemos
que cambiar la ley para que este tipo de persona no vaya a la cárcel. En
Alemania o en Francia, que son grandes democracias, por esos actos se va a la
cárcel. Y la persona que el otro día hacía un discurso antisemita, en Francia
la condenan, no son opiniones, es un delito de odio. Y una parte de la
izquierda, por buenismo, cae en esta trampa.
¿Cuál es su posición sobre los
indultos a los presos del 1-O?
Se tiene que cumplir con la justicia.
Luego hay una tramitación de los indultos, pero no es lo que piden, piden
amnistía. ¿Piden perdón? No. Dicen que lo van a repetir. El Gobierno tiene que
escuchar pero no puede ser débil.
Se habla de reformar el delito de
sedición, ¿cree que rebajar las condenas de los presos podría favorecer una
reconciliación?
No creo. Es muy peligroso jugar con el
Código Penal y, si se hace, pasa por un consenso político.
Hace un año se barajó un posible
retorno suyo a la política francesa. ¿Qué planes políticos tiene?
Yo tengo la suerte de poder expresarme
en Francia como en España. Me siento muy francés, pero ¿marcharse de Barcelona
con esta situación? No, todos tenemos que ayudar a esta ciudad a recuperarse.
¿Votó el 14-F?
Sí, por supuesto.
¿Y qué votó? ¿Por Eva Parera?
No. Como muchos catalanes me lo pensé
mucho, veo todas las contradicciones. Estoy muy triste por lo que ha pasado con
Cs, se equivocaron. El PP ha tratado de abrirse a personalidades como Roldán,
como Eva, pero nunca he votado conservador. Después de pensarlo mucho voté a
Salvador Illa, a pesar de las ambigüedades durante el procés del PSC, a pesar
del alto precio que estamos pagando por su coalición de gobierno con Podemos, y
de lo insufrible de sus cesiones a Bildu y a ERC. Pero su discurso era la única
alternativa al independentismo.
Fuente: lavanguardia.com