OBJETIVOS
1,5 grados.- Cerca de 200 países acordaron fijar
en 1,5 ºC el umbral máximo de aumento de la temperatura del planeta.
0 emisiones.- Debemos reducir a cero las
emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2040 en toda la UE si no
queremos vivir los peores efectos del cambio climático.
81%.- Según el Instituto Elcano, el 81% de la ciudadanía
piensa que España no hace lo suficiente para luchar contra el cambio climático.
ANTECEDENTES
El año 2020 comenzó con lo que parecía
una ola imparable de cambio de hábitos en pro de la lucha contra el cambio
climático. Por fin, las voces científicas y los movimientos ecologistas como
Fridays for future habían calado tanto en la sociedad como los gobiernos, que
ya dirigían sus estrategias hacia la transición verde. Sin embargo, lo que
parecía ser el año para cambiar de rumbo hacia un planeta más verde, se
convirtió en un año marcado por una crisis económica y de salud sin
precedentes. De este modo, los esfuerzos climáticos fueron relegados a un
segundo plano, eclipsados por la irrupción de la pandemia.
Y aunque en este año hemos sido
testigos de una breve y nunca antes vista disminución de las emisiones, lo
cierto es que este solo fue un efímero respiro para el planeta ya que las
emisiones de CO2 han vuelto a registrar niveles récord y siguen aumentando.
Todo ello nos muestra que el cambio climático no se detendrá ante crisis
mundiales como la de la COVID-19 y necesitamos reducir las emisiones y lograr
la neutralidad en materia de carbono para 2050.
La urgencia de esta misión es cada vez
mayor: se prevé que el período comprendido entre 2016 y 2020 será el quinquenio
más cálido de la historia, y en base de las tendencias actuales, el mundo no
está en condiciones de mantenerse por debajo de los objetivos del Acuerdo de
París. Así lo muestra el informe “United in Science 2020” editado por varias
agencias de las principales organizaciones científicas.* En él se destacan los
efectos cada vez más acusados e irreversibles del cambio climático, que afectan
a los glaciares, los océanos, la naturaleza, las economías y las condiciones de
vida de los seres humanos y que a menudo se dejan sentir a través de peligros
relacionados con el agua como la sequía o las inundaciones. Asimismo, el
informe también documenta cómo COVID-19 ha obstaculizado nuestra capacidad para
realizar una vigilancia exhaustiva de estos cambios a través del sistema de
observación mundial.
A continuación, exponemos algunas conclusiones finales del mismo:
En primer lugar, las emisiones
globales de dióxido de carbono (CO2) fósil, que son aquellas procedentes del
uso de combustibles fósiles y la industria, alcanzaron un récord en 2019 de
36,7 Gigatoneladas. Durante el 2020 se observan anomalías relacionadas con el
periodo de confinamiento y parón de la economía global que hizo disminuir en
abril un 17% las emisiones en comparación con los promedios globales diarios en
2019. Unos niveles que volvieron a recuperarse en junio de 2020.
A pesar de esta ligera reducción de
emisiones durante la pandemia, las concentraciones de Gases de Efecto
Invernadero en la atmósfera han seguido aumentando hasta alcanzar nuevos
registros. Esto se debe a que el balance de las concentraciones atmosféricas es
el resultado de las emisiones actuales y pasadas y del período de vida
sumamente prolongado de ese gas, por lo que el efecto del descenso de emisiones
durante el confinamiento en el cómputo total es muy limitado. Este es uno de
los puntos más críticos en la lucha contra el cambio climático ya que las
reducciones sostenidas de las emisiones son necesarias para estabilizar el
aumento de la temperatura global.
En este sentido, el informe revela que
la temperatura media mundial de la superficie para el período 2016-2020 estará
entre las más cálidas de cualquier período equivalente registrado. En concreto,
se estima que actualmente es 1,1 °C superior a la media de la etapa
preindustrial (1850–1900). Y lo más preocupante, existe alrededor de un 20% de
probabilidad de que la temperatura media global supere temporalmente los 1,5 °C
por encima del nivel preindustrial en el período comprendido entre 2020 y 2024.
En consecuencia, el cambio climático
inducido por el hombre está afectando a los sistemas de sustentación de la
vida, que van desde la cima de las montañas hasta las profundidades de los
océanos, lo que provoca diferentes efectos en cascada para los ecosistemas y la
seguridad humana como:
1) Deshielo del Ártico y aumento del
nivel del mar.-El
ritmo de subida del nivel medio del mar a escala mundial de 2006 a 2015 es ya
de 3,6 milímetros anuales, un valor sin precedentes para el conjunto del siglo
pasado. En este punto debemos tener en cuenta que el océano global cubre el 71%
de la superficie terrestre y otro 10% de la misma está cubierta por glaciares o
capas de hielo, lo que llamamos criosfera. El océano y la criosfera sostienen
hábitats únicos y están interconectados con otros componentes del sistema
climático a través del intercambio global de agua, energía y carbono, lo que
provoca que cualquier cambio en el nivel de estos dos componentes afectará
gravemente al clima terrestre y a la vida submarina.
2) Acidificación del océano y pérdida de
biodiversidad mar.- El
océano ha absorbido entre el 20 y el 30 % del total de emisiones de CO2 que
provoca el hombre desde la década de 1980, y ello ha incrementado su
acidificación. Desde aproximadamente 1950 muchas especies marinas han
experimentado cambios en su área de distribución geográfica y en sus
actividades estacionales en respuesta al calentamiento de los océanos, los
cambios en el hielo marino y la pérdida de oxígeno. Esto ha dado lugar a
cambios en la composición de las especies, la abundancia y la producción de
biomasa de los ecosistemas, desde el ecuador hasta los polos.
3) Modificación de las condiciones
hidrológicas.- Los
cambios que están ocurriendo en nuestro sistema climático han comenzado a impactar
y tendrán impactos más pronunciados en nuestro planeta. El Informe de las
Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo
(UNESCO, 2019) enumera tres impactos clave relacionados con el agua en un clima
cambiante:
a) Aumento de los desastres relacionados
con el agua:
actualmente el 90% del impacto de los desastres naturales está relacionado con
el agua y para 2050, el número de personas en riesgo de inundaciones aumentará
de su nivel actual de 1.200 millones a 1.600 millones.
b) Aumento de las zonas que sufren de
estrés hídrico: A
principios y mediados del decenio de 2010, 1.900 millones de personas, o el 27%
de la población mundial, vivían en posibles zonas de grave escasez de agua. En
2050, esta cifra aumentará entre el 42% y el 95%, o entre 2.700 y 3.200
millones de personas.
c) Aumento de las muertes relacionadas
con la mala calidad del agua.
Datos del 2019, mostraban que el 12% de la población mundial bebe agua de
fuentes no mejoradas e inseguras, con el consecuente riesgo para la salud. En
este aspecto, según datos de UNICEF (2017) más de 800 niños mueren cada día por
la diarrea asociada con el agua no potable y la falta de higiene y saneamiento.
Por último, el documento hace hincapié
en que los impactos de la pandemia de COVID-19 también van más allá de las
emisiones. Según la OMM, los buques de investigación oceanográfica y los buques
comerciales dejaron de tomar datos durante la pandemia de COVID-19, y la red
GO-SHIP canceló su estudio oceánico de la década. El informe destaca que el
estudio de estas variables es esencial para evaluar el avance del cambio
climático y sus consecuencias por lo que estas “lagunas” deberían evitarse a
través de la coordinación internacional y la colaboración en materia de datos.
Un espíritu de alianza que además queda reflejado en el prólogo del Secretario
de Naciones Unidas, Antonio Guterres, quien señala que:
“Nunca antes ha sido tan evidente la
necesidad de aplicar transiciones limpias, inclusivas y a largo plazo que
permitan afrontar la crisis climática y hacer realidad el desarrollo
sostenible. Debemos convertir la estrategia de recuperación de la pandemia en
una auténtica oportunidad para forjar un futuro mejor”. Y añade que para ello
“necesitamos ciencia, solidaridad y soluciones”.
Más información
Consulte el informe completo aquí.
Fuente: Pacto Mundial.org
SITUACIÓN ACTUAL
El cambio climático es la modificación
de la temperatura y del resto de variables del clima, que se está produciendo
con una velocidad e intensidad sin precedentes en la historia de la humanidad,
como consecuencia de la actividad humana.
Está ocurriendo en todo el mundo y sus
consecuencias pueden ser devastadoras, tanto para el medio ambiente como para
las personas. La actividad humana, en concreto y principalmente, la quema de
combustibles fósiles que generan gases de efecto invernadero, es la causa
detrás de esta grave amenaza medioambiental, la mayor a la que se enfrenta la
humanidad.
Los impactos del cambio climático ya
son perceptibles y quedan puestos en evidencia por datos de la Organización
Meteorológica Mundial (OMM) como:
·
La
temperatura media mundial ha aumentado ya 1,11 ± 0,13 °C desde la época
preindustrial.
·
Los
siete años transcurridos desde 2015 son los más cálidos de los que se tienen
datos. La década de 2011 a 2020 fue la más cálida jamás registrada.
·
En
octubre de 2022, la concentración media mensual de CO2, medida por la Oficina
Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos en
su observatorio de Mauna Loa, en Hawai, volvió a alcanzar un máximo histórico
acumulado de 420,99 partes por millón (ppm), una cantidad de CO2 que no se
registraba desde hace tres millones de años.
·
El
contenido calorífico de los océanos ha alcanzado niveles sin precedentes. En
algún momento de 2021, gran parte del océano se vio afectado por al menos una
ola de calor marina «intensa».
·
El
nivel medio del mar a escala mundial alcanzó un nuevo máximo en 2021, tras
aumentar una media de 4,5 mm anuales durante el período 2013-2021. Esta cifra
es más del doble que la registrada entre 1993 y 2002.
Pero hoy también estamos viendo cómo
se manifiestan con mayor intensidad los impactos del cambio climático:
1. Los fenómenos meteorológicos extremos,
como danas, tormentas y huracanes.
2. Olas de calor más intensas, duraderas
y frecuentes que nunca antes.
3. Mega-incendios.
4. Las sequías.
Esos impactos provocan a su vez daños
económicos y sociales, que serán cada vez más graves, como daños en las
cosechas y en la producción alimentaria o riesgos en la salud.
En los peores escenarios probables que
los expertos reflejan, el aumento de temperatura podría llegar a los 4,8 ºC
para final de siglo. El cambio climático es un problema global que alcanza una
perspectiva ambiental, política, económica y social en la que las peores
previsiones también implican enormes pérdidas económicas. Y es que cuanto más
tardemos en actuar, mucho más elevadas serán las inversiones para la adaptación
al aumento de la temperatura y puede llegarse a un límite en que la adaptación
ya no sea posible.
CONCLUSION
De las amenazas actuales que tiene la
humanidad, en un supuesto orden de prioridades, destacan la siguientes:
1) La escalada de la guerra de Ucrania
2) La hambruna mundial como deriva de la
guerra.
3) La crisis energética
4) El cambio climático
Aunque sería lógico pensar que el
orden de factores no altera el resultado final, pues si nada cambia, estamos
abocados a que no a mucho tiempo, suframos un desastre medioambiental
irreparable.
Y aunque ya llegamos muy tarde, moralmente, políticos y gobernantes están obligados a introducir en sus cargadas agendas
de trabajo un hueco para a diario, y no una vez al año, seguir las
recomendaciones de los expertos, para que en la medida de los posible, paliar los
efectos del cambio climático que inevitablemente se nos viene encima.
Fuente: Greenpeace.org/es