2 de julio de 2023

POLITICA. Ascenso de extrema derecha incrementa ataques contra políticas medioambientales(1), así como contra las libertades, del colectivo LGTBIQ+(2) y de las mujeres (3)

 Los pactos de PP y Vox, además de denigrar a feministas y al colectivo LGTBIQ+ e ignorar la violencia de género, niegan la crisis climática y dejan al partido ultra las áreas ligadas al campo. Expertos y ecologistas alertan del peligro de contagio de las posiciones radicales a los conservadores moderados en España y Europa.

 Si bien es cierto y es un hecho, que Vox sigue detestando todo lo que representa proteger a las mujeres y a colectivos LGTBIQ+, a día de hoy, ha colocado al mundo rural en primera posición de su lista de prioridades de los pactos con el PP en las autonomías. 

Todo esto lleva aparejado que el partido de ultraderecha se abone a dirigir las consejerías de Agricultura, como en 2022  en Castilla y León, y  actualmente en Comunidad Valenciana y Extremadura, donde en está última comunidad, Vox únicamente dispondrá de la consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural, lo cual le permitirá  concretar acuerdos con el PP, contra las políticas medioambientales que los del partido de Abascal, consideran enemigas del campo. Dichos pactos especifican, la ampliación de regadíos, la reducción de normas ambientales que supuestamente lastran al campo, la rebaja de las limitaciones en espacios protegidos, la reversión de políticas europeas que frenan el uso de pesticidas o las prácticas pesqueras agresivas, etc..

No solo es importante lo que figura, también lo que no está: en ninguno de los pactos difundidos hasta ahora se menciona el cambio climático, y tampoco hay medidas para combatir o adaptarse a esta crisis. A ello se unen los anuncios de ayuntamientos de ciudades como Valladolid, Elche o Palma de Mallorca de supresión de carriles bici. O el freno en las instituciones europeas de la ley de restauración de la naturaleza y el bloqueo que Italia pretende de los nuevos límites de emisiones de los coches.

Científicos, representantes políticos y ecologistas se han puesto en alerta ante el riesgo que supone el avance de la extrema derecha para las políticas medioambientales, un fenómeno que se extiende por Europa, como explica Christoph Richter, del Instituto para la Democracia y la Sociedad Civil, un organismo de investigación alemán. “Los partidos de la derecha radical, a pesar de tener algunas diferencias, a menudo ponen en duda el conocimiento científico de la crisis climática y sus consecuencias”, apunta este sociólogo especializado en el impacto en las políticas medioambientales del ascenso de los ultraconservadores. Esto tiene “implicaciones directas para las políticas”, como ocurrió con las victorias de Donald Trump en EE UU y Jair Bolsonaro en Brasil. “Con los crecientes éxitos electorales de los partidos de extrema derecha en Europa, esas tendencias también se están volviendo más visibles aquí”, sostiene Richter.

“Tengo la sensación de estar viviendo una distopía”, confiesa Eva Saldaña, directora de Greenpeace en España. “Estamos en riesgo de retroceder muchos años”, advierte sobre los pactos en España la responsable de esta organización ecologista, que critica con dureza las posiciones de Vox, aunque rechaza que Greenpeace se vaya a alinear con ningún partido. La misma postura defiende Asunción Ruiz, directora en España de SEO/BirldLife, otra de las ONG de referencia.

Es un error situar la agenda medioambiental como algo ideológico, porque es el principal motor de desarrollo económico, es una oportunidad”, añade Juan Carlos del Olmo, responsable en España de WWF. Al dirigente de esta organización también le preocupa la deriva en Europa con movimientos “anti-ambientales”. Pone como ejemplo la ley de restauración de la naturaleza que se tramita en el Parlamento Europeo, a la que no solo se está oponiendo la ultraderecha, también el Partido Popular Europeo.

Efecto Contagio

Ese efecto contagio, del discurso y las posiciones ultras a los partidos conservadores clásicos, es lo que más temen la mayoría de los consultados. Richter explica que algunos miembros de las formaciones democristianas en Alemania han asumido las “narrativas escépticas” de la extrema derecha, “probablemente esperando reducir el apoyo a AfD”, las siglas de Alternativa para Alemania, partido ultraconservador que está creciendo en las encuestas. “Pero los estudios han demostrado repetidamente que la adopción del contenido de la extrema derecha conduce a la normalización de esas ideas en los discursos públicos, lo que al final beneficia solo a esos partidos”, advierte Richter.

Lo más preocupante es la posición de la derecha tradicional”, coincide Rémi Parmentier, un histórico activista medioambiental francés. “Se está rompiendo el cordón sanitario”, advierte. “Se está rompiendo el consenso sobre el Pacto Verde”, añade el europarlamentario socialista Javier López. Ese Pacto Verde, que lanzó en 2019 una Comisión Europea encabezada por la conservadora Ursula Von der Leyen, es el gran marco que se ha fijado la UE para esta década para luchar contra el cambio climático, proteger la naturaleza y desarrollarse. Pero López considera que está en riesgo: “El problema es que el avance de la ultraderecha no solo intoxica todo el debate público, sino que también está moviendo las posiciones del PP europeo”. Sin comentarios, ha sido la respuesta del PP y Vox, preguntados al respecto.

Pero las redes y los archivos de los medios están plagados de intervenciones que muestran el pensamiento de los ultras. Estas palabras de Malena Nevado, diputada de Vox por Cáceres, en Es Radio tras el incendio en el parque de Monfragüe hace un año, resumen muchas de las fobias medioambientales de la formación: “El campo está abandonado por estas políticas verdes que vienen de la UE y de la Agenda 2030, y la verdad es que [los habitantes de las zonas rurales] están muy cansados de no poder ni siquiera retirar un árbol caído”.

Los caladeros y los bulos

La Agenda 2030 es el caballo de batalla de esta historia, que apuntala la mayoría de las teorías conspiratorias y mentiras que distribuye la fábrica de bulos y que han puesto al medio ambiente en el punto de mira.

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se adoptó a través de una resolución que respaldaron todos los países presentes en la ONU (192 naciones) en 2015 e incluye unas metas sin vinculación legal para los firmantes. Busca mejorar el bienestar de la humanidad, reduciendo la pobreza, y del planeta. Sin embargo, para los desinformadores que extienden los bulos, es un oscuro plan de las élites.

La Junta Electoral ordena a Vox que retire la lona desplegada en Madrid contra el feminismo, movimiento LGTBIQ+ y Agenda 2030

“Recurren a las fake news y la desinformación para atraer a los segmentos vulnerables de la sociedad”, insiste Parmentier. “Las fake news van dirigidas a los agricultores, ganaderos y cazadores, como ya ocurrió con Trump y Bolsonaro”, abunda este activista. La búsqueda de votos en los caladeros del descontento es un factor común de los partidos ultraconservadores. Y las políticas de “transformación verde” pueden acarrear “costes sociales” para “grandes segmentos de la población”, detalla Richter, y apunta  esto ofrece una oportunidad de movilización favorable para que la derecha radical se presente como oposición a las políticas de los partidos democráticos, que supuestamente gobiernan alejados de los intereses de la gente común”. 

En un contexto en el que la extrema derecha también ha ganado peso en Suecia y Finlandia, lo que ocurra en España tras el 23 de julio inquieta a muchos activistas y expertos en políticas medioambientales. “España debe conservar las políticas climáticas que ha mantenido hasta ahora, porque son un modelo para Europa”, expone Tubiana.

Al margen de lo que ocurra en Europa —algo básico, porque es en Bruselas donde los Veintisiete fijan las principales políticas medioambientales—, los efectos del avance de la ultraderecha se están empezando a notar en España también en el ámbito local. Algunos ayuntamientos ahora gobernados por PP y Vox han anunciado, por ejemplo, la eliminación de carriles bici y de restricciones al tráfico. “Es una pena que estos temas estén tan politizados”, lamenta Sasha Khomenko, una biomédica del ISGlobal y experta en contaminación urbana. 

Fuente: El Pais.com

 POSDATA

(1) Ecologismo.- España, el octavo país del mundo en el que más ciudadanos han cambiado su día a día por responsabilidad ambiental. En España, el 76% de los españoles ha cambiado sus hábitos para luchar contra el cambioclimático.

(2) Colectivo LGTBIQ+.- España con 14%, segundo país del mundo, con mayor porcentaje de población LGTBIQ+, según  estudio.

(3) Feminismo.- En España desde 2017 hasta 2021, el porcentaje de mujeres que se consideran feministas ha pasado del 46,1% al 67,1% y el porcentaje de hombres ha pasado del 23,6% al 32,8%.

Y también en este país,  ya son mayoría (53%) los que se identifican como feministas, mientras que hace 5 años solo eran un 44%,  lo que nos convierte en el país más feminista de Europa, seguido por Portugal (46%), y Francia (45%)

Fuente: Redacción