Los pactos de PP y Vox, además de denigrar a feministas y al colectivo LGTBIQ+ e ignorar la violencia de género, niegan la crisis climática y dejan al partido ultra las áreas ligadas al campo. Expertos y ecologistas alertan del peligro de contagio de las posiciones radicales a los conservadores moderados en España y Europa.
Todo esto lleva aparejado que el partido de ultraderecha se abone a dirigir las consejerías de Agricultura, como en 2022 en Castilla y León, y actualmente en Comunidad
Valenciana y Extremadura, donde en está última comunidad, Vox únicamente dispondrá de la consejería de
Gestión Forestal y Mundo Rural, lo cual le permitirá concretar acuerdos con el PP, contra las
políticas medioambientales que los del partido de Abascal, consideran enemigas
del campo. Dichos pactos especifican, la ampliación de regadíos, la reducción
de normas ambientales que supuestamente lastran al campo, la rebaja de las
limitaciones en espacios protegidos, la reversión de políticas europeas que
frenan el uso de pesticidas o las prácticas pesqueras agresivas, etc..
No solo es importante lo que figura, también lo que
no está: en ninguno de los pactos difundidos hasta ahora se menciona el cambio
climático, y tampoco hay medidas para combatir o adaptarse a esta crisis. A
ello se unen los anuncios de ayuntamientos de ciudades como Valladolid, Elche o
Palma de Mallorca de supresión de carriles bici. O el freno en las
instituciones europeas de la ley de restauración de la naturaleza y el bloqueo
que Italia pretende de los nuevos límites de emisiones de los coches.
Científicos, representantes políticos y ecologistas
se han puesto en alerta ante el riesgo que supone el avance de la extrema
derecha para las políticas medioambientales, un fenómeno que se extiende por
Europa, como explica Christoph Richter, del Instituto para la Democracia y la
Sociedad Civil, un organismo de investigación alemán. “Los partidos de la
derecha radical, a pesar de tener algunas diferencias, a menudo ponen en duda
el conocimiento científico de la crisis climática y sus consecuencias”,
apunta este sociólogo especializado en el impacto en las políticas medioambientales
del ascenso de los ultraconservadores. Esto tiene “implicaciones directas para
las políticas”, como ocurrió con las victorias de Donald Trump en EE UU y Jair
Bolsonaro en Brasil. “Con los crecientes éxitos electorales de los partidos de
extrema derecha en Europa, esas tendencias también se están volviendo más
visibles aquí”, sostiene Richter.
“Tengo la sensación de estar viviendo una distopía”,
confiesa Eva Saldaña, directora de Greenpeace en España. “Estamos en riesgo
de retroceder muchos años”, advierte sobre los pactos en España la
responsable de esta organización ecologista, que critica con dureza las
posiciones de Vox, aunque rechaza que Greenpeace se vaya a alinear con ningún
partido. La misma postura defiende Asunción Ruiz, directora en España de
SEO/BirldLife, otra de las ONG de referencia.
“Es un error situar la agenda medioambiental
como algo ideológico, porque es el principal motor de desarrollo económico, es
una oportunidad”, añade Juan Carlos del Olmo, responsable en España de WWF.
Al dirigente de esta organización también le preocupa la deriva en Europa con
movimientos “anti-ambientales”. Pone como ejemplo la ley de restauración de la
naturaleza que se tramita en el Parlamento Europeo, a la que no solo se está
oponiendo la ultraderecha, también el Partido Popular Europeo.
Efecto Contagio
Ese efecto contagio, del discurso y las posiciones ultras a
los partidos conservadores clásicos, es lo que más temen la mayoría de los
consultados. Richter explica que algunos miembros de las
formaciones democristianas en Alemania han asumido las “narrativas escépticas”
de la extrema derecha, “probablemente esperando reducir el apoyo a AfD”, las
siglas de Alternativa para Alemania, partido ultraconservador que está
creciendo en las encuestas. “Pero los estudios han demostrado repetidamente
que la adopción del contenido de la extrema derecha conduce a la normalización
de esas ideas en los discursos públicos, lo que al final beneficia solo a esos
partidos”, advierte Richter.
“Lo más preocupante es la posición de la derecha
tradicional”, coincide Rémi Parmentier, un histórico activista medioambiental
francés. “Se está rompiendo el cordón sanitario”, advierte. “Se está
rompiendo el consenso sobre el Pacto Verde”, añade el europarlamentario
socialista Javier López. Ese Pacto Verde, que lanzó en 2019 una Comisión
Europea encabezada por la conservadora Ursula Von der Leyen, es el gran marco
que se ha fijado la UE para esta década para luchar contra el cambio climático,
proteger la naturaleza y desarrollarse. Pero López considera que está en
riesgo: “El problema es que el avance de la ultraderecha no solo intoxica
todo el debate público, sino que también está moviendo las posiciones del PP
europeo”. Sin comentarios, ha sido la respuesta del PP y Vox, preguntados
al respecto.
Pero las redes y los archivos de los medios están
plagados de intervenciones que muestran el pensamiento de los ultras. Estas
palabras de Malena Nevado, diputada de Vox por Cáceres, en Es Radio tras el
incendio en el parque de Monfragüe hace un año, resumen muchas de las fobias
medioambientales de la formación: “El campo está abandonado por estas
políticas verdes que vienen de la UE y de la Agenda 2030, y la verdad es que [los
habitantes de las zonas rurales] están muy cansados de no poder ni siquiera
retirar un árbol caído”.
Los caladeros y los bulos
La Agenda 2030 es el caballo de batalla de esta
historia, que apuntala la mayoría de las teorías conspiratorias y mentiras que
distribuye la fábrica de bulos y que han puesto al medio ambiente en el punto
de mira.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se
adoptó a través de una resolución que respaldaron todos los países presentes en
la ONU (192 naciones) en 2015 e incluye unas metas sin vinculación legal para
los firmantes. Busca mejorar el bienestar de la humanidad, reduciendo la
pobreza, y del planeta. Sin embargo, para los desinformadores que
extienden los bulos, es un oscuro plan de las élites.
La Junta Electoral ordena a Vox que retire la lona
desplegada en Madrid contra el feminismo, movimiento LGTBIQ+ y Agenda 2030
“Recurren a las fake news y la desinformación para
atraer a los segmentos vulnerables de la sociedad”, insiste Parmentier. “Las
fake news van dirigidas a los agricultores, ganaderos y cazadores, como ya
ocurrió con Trump y Bolsonaro”, abunda este activista. La búsqueda de votos
en los caladeros del descontento es un factor común de los partidos
ultraconservadores. Y las políticas de “transformación verde” pueden acarrear
“costes sociales” para “grandes segmentos de la población”, detalla
Richter, y apunta “esto ofrece una
oportunidad de movilización favorable para que la derecha radical se presente
como oposición a las políticas de los partidos democráticos, que supuestamente
gobiernan alejados de los intereses de la gente común”.
En un contexto en el que la extrema derecha también
ha ganado peso en Suecia y Finlandia, lo que ocurra en España tras el 23 de
julio inquieta a muchos activistas y expertos en políticas medioambientales.
“España debe conservar las políticas climáticas que ha mantenido hasta ahora,
porque son un modelo para Europa”, expone Tubiana.
Al margen de lo que ocurra en Europa —algo básico,
porque es en Bruselas donde los Veintisiete fijan las principales políticas
medioambientales—, los efectos del avance de la ultraderecha se están
empezando a notar en España también en el ámbito local. Algunos
ayuntamientos ahora gobernados por PP y Vox han anunciado, por ejemplo, la
eliminación de carriles bici y de restricciones al tráfico. “Es una pena que
estos temas estén tan politizados”, lamenta Sasha Khomenko, una biomédica del
ISGlobal y experta en contaminación urbana.
Fuente: El Pais.com
(1) Ecologismo.- España, el
octavo país del mundo en el que más ciudadanos han cambiado su día a día por
responsabilidad ambiental. En España, el 76% de los españoles ha cambiado sus hábitos para luchar contra el cambioclimático.
(2) Colectivo LGTBIQ+.- España con 14%, segundo país del mundo, con mayor porcentaje de población LGTBIQ+, según estudio.
(3) Feminismo.- En España desde 2017
hasta 2021, el porcentaje de mujeres que se consideran feministas ha pasado del
46,1% al 67,1% y el porcentaje de hombres ha pasado del 23,6% al 32,8%.
Y también en este país, ya son mayoría (53%) los que se identifican como feministas, mientras que hace
5 años solo eran un 44%, lo que nos
convierte en el país más feminista de Europa, seguido por Portugal (46%), y
Francia (45%)
Fuente: Redacción