La científica española ha desarrollado una revolucionaria terapia experimental para destruir las células responsables del envejecimiento y el cáncer y dirige su propio laboratorio en Nueva York
Corina Amor, nacida en Madrid hace 29
años, acaba de inaugurar su propio grupo de investigación, el Amor Lab, en el
prestigioso Laboratorio Cold Spring Harbor, en Nueva York, aprovechando un
programa para jóvenes científicos extremadamente prometedores. Los linfocitos T
modificados, conocidos como CAR-T, ya se emplean con éxito en ciertos linfomas
y leucemias, pero el equipo de Amor fue el primero que demostró que se podían
transformar para eliminar las células senescentes. La joven inmunóloga pasó
esta semana por Madrid para dar una charla en el Centro Nacional de
Investigaciones Oncológicas (CNIO).
Pregunta. Algunas terapias para eliminar
células senescentes con fármacos ya han conseguido aumentar la duración de la
vida en ratones.
Respuesta. Sí, primero se vio en ratones
modificados genéticamente que, si eliminabas sus células senescentes, vivían
más. Ha habido muchísimo interés en intentar repetir estos resultados con
fármacos que se pudieran dar a humanos. Uno de los primeros estudios se hizo
con unos fármacos que se llaman dasatinib y quercetin y se vio una mejora
[vivían un 36% más]. Nosotros queríamos investigar si nuestras células CAR-T
podían hacer lo mismo. Y hemos visto unas grandes mejoras en el envejecimiento.
P. ¿Han conseguido un aumento de la duración de la vida?
R. Hemos visto algo de incremento en la duración de la
vida, pero sobre todo de la duración de la vida con salud. Por ejemplo, a nivel
metabólico, estos ratones tienen mucha mejor tolerancia a la glucosa. Con la
edad, desarrollas diabetes tipo 2, pero estos ratones no. Y tienen un mejor
estado físico.
P. La directora del CNIO, María Blasco, escribió junto a
la periodista Mónica Salomone un libro titulado Morir joven, a los 140.
Comentaban que el animal más viejo del mundo es una almeja de Islandia que
vivió 507 años. Si una almeja puede, ¿por qué los humanos no? ¿Se podrá
controlar el envejecimiento con terapias dirigidas a las células senescentes?
R. Creo que vamos a ver mucha mejora en cuanto a la
calidad de vida que tenemos, hasta una edad mucho más tardía. Pero no creo que
vayamos a extender muchísimo la esperanza de vida máxima que tenemos como
especie.
Me conformaría si podemos vivir hasta
los 100 años estando bien y saliendo todos los días
P. ¿Por qué es tan pesimista?
R. Creo que la esperanza de vida está determinada a nivel
genético. Yo me conformaría si podemos vivir hasta los 100 años con buena
calidad, estando bien, saliendo todos los días, siendo independientes. Me
parecería un avance bastante significativo.
P. En el libro se mencionaba que una rata vive tres años y
una ardilla vive 25. Esto sugiere que la rata podría vivir ocho veces más con
pequeños cambios.
R. Otros grupos han creado animales modificados
genéticamente para eliminar todas las células senescentes y consiguen una mayor
esperanza de vida, pero no es algo brutal. Es como un 10% o un 20% más.
P. ¿Si te eliminan las células senescentes envejeces
igual?
R. No envejeces igual: envejeces más lento y vives más
tiempo. Pero te vas a morir igualmente en algún momento.
P. ¿Usted no cree que se pueda multiplicar la duración de
la vida humana?
R. Creo que se puede extender, quizá sea posible
multiplicarla por dos.
P. Multiplicar por dos los actuales 80 años sería vivir
160 años.
R. Estirando mucho. Yo creo que 120 o 130 es algo
razonable.
P. El genetista Ginés Morata ha afirmado que la muerte no
es un proceso biológico inevitable, porque hay seres vivos que no envejecen,
como algunos celentéreos.
R. Sí, pero no mamíferos. Siento ser tan pesimista. Uno de
los temas que noto en el campo del envejecimiento es que la gente tiende a
estirarlo mucho. Está bien ser optimista y yo, en general, soy muy optimista,
pero creo que es más importante centrarse en lo que realmente podemos hacer,
que es incrementar la calidad de vida y aumentar al máximo los años. Pero decir
que no nos vamos a morir nunca...
Para poder universalizar estos
tratamientos tendrían que ser mucho menos caros
P. ¿Ustedes cuándo van a dar el salto a humanos?
R. Mi hospital anterior, el Memorial Sloan Kettering de
Nueva York, está intentando crear una empresa, con el objetivo de hacer un
ensayo clínico en dos años.
P. ¿Con qué indicación?
R. Es lo que estamos decidiendo ahora. Estamos pensando en
la fibrosis de hígado inducida por esteatohepatitis no alcohólica. Está relacionada
con la alimentación, con dietas ricas en grasa, a veces es irreversible. Es la
causa principal del trasplante de hígado. Hay gran población afectada.
P. ¿El tratamiento con CAR-T contra las células
senescentes se podría ofrecer de forma generalizada a la población?
R. El tema con las CAR-T es que siempre tienes que aislar
las células del paciente y volvérselas a inyectar. Es un proceso muy caro,
sinceramente. El grial que todo el mundo está buscando es conseguir un
tratamiento estándar, algo universal que puedas inyectar a cualquier paciente,
pero es difícil.
P. Ahora esos tratamientos tan complejos se contemplan en
personas que están muy graves.
R. Sí, en España te hacen CAR-T en el Hospital Clínic de
Barcelona, por ejemplo, o en La Paz en Madrid, pero es la última opción en
pacientes que ya han pasado todas las líneas de tratamiento. Esta estrategia,
para eliminar células senescentes, tiene potencial en algunas enfermedades
crónicas, como la fibrosis pulmonar, cuyos pacientes viven tan poco como un paciente
con cáncer de páncreas metastásico. Es una necesidad clínica, pero para poder
universalizar estos tratamientos tendrían que ser mucho menos caros, no tan
específicos para cada paciente.
P. Una terapia experimental con CAR-T desarrollada en el
Hospital Clínic de Barcelona logró hace unos meses la remisión completa de un
cáncer, el mieloma múltiple, en 18 pacientes sin alternativa. Las versiones de
estos tratamientos en farmacéuticas privadas cuestan unos 300.000 euros por
persona, pero el Clínic consiguió hacerlo por 90.000.
R. Sí, pero incluso así es un montón. Es un campo caro en
el que trabajar. Un experimento en ratones puede costar 10.000 o 20.000
dólares.
P. Uno de los problemas del CAR-T es que en algunos
pacientes se produce una tormenta de citoquinas, una reacción exagerada de las
defensas del cuerpo humano. ¿Ustedes han detectado este fenómeno?
R. Sí, lo hemos visto, pero depende mucho de la dosis.
Vimos que podemos bajar la dosis y que sea igualmente efectivo, sin tener esa
toxicidad, que es la más común en estos pacientes.
P. Si finalmente su terapia con CAR-T funciona y no
produce efectos adversos, ¿para qué se podría utilizar?
R. Para muchas enfermedades crónicas: fibrosis hepática,
fibrosis pulmonar, diabetes. Creo que podría tener muchas aplicaciones.
P. ¿En cáncer también?
R. Sí, lo hemos usado como terapia, pero induciendo
primero senescencia en las células de los tumores y luego dando las CAR-T. Es
lo que llaman el one-two punch approach [en referencia a la combinación de dos
puñetazos directos en boxeo, el uno-dos]. Lo usamos en cáncer de pulmón en
ratones y funcionaba bastante bien.
Fuente: El Pais.com