8 de mayo de 2022

INVASION UCRANIA. Moscú aplasta una escuela en el corazón del Donbass.

 Sin mayores conquistas que exhibir, Rusia deja 60 desaparecidos en vísperas del Día de la Victoria. Mariupol tampoco ha caído

En Ucrania, el día 9 de mayo del triunfo sobre la Alemania nazi se celebra con una consigna de reconciliación: «Nunca más». En Rusia, con una advertencia perpetua: «Podemos repetirlo». Y este domingo lo hicieron. En vísperas de la conmemoración del triunfo soviético en la II Guerra Mundial, Moscú tiró de la potencia bélica con la que tanto ha amenazado ensangrentar esta fecha para aplastar otra vez un objetivo civil en el Donbass que se les resiste. Como también Mariúpol, donde los últimos de la acería de Azovstal no se han rendido, a pesar de lo que se cree que los de Vladímir Putin podrían este lunes escenificar allí un desfile glorioso. Pero sin ninguna misión cumplida real.

Con tan escaso botín, igual que antes fue un teatro o una estación de tren llena de público, a primera hora del domingo, el gobernador de la región de Lugansk, Sergei Gaidai, comunicaba la desaparición de una cifra inexacta de civiles, decenas, víctimas de un ataque presuntamente ordenado por el Kremlin sobre una escuela en la que el sábado por la tarde se refugiaban en la aldea de Bilogorivka.

En el límite con la otra provincia que Rusia disputa desde 2014, la de Donetsk, donde este domingo hizo exáctamente un mes que las fuerzas ocupantes perpetraron una matanza similar en los andenes ferroviarios de Kramatorsk, a menos de 70 kilómetros de esta última carnicería.

Un incendio devastador

«En la escuela había 90 personas en total. Se salvaron 27. Lo más probable es que sesenta de los que estaban allí hayan muerto», escribía el funcionario en su perfil de una red social, donde subrayaba que entre los asesinados habría niños y que el ataque produjo un incendio devastador que tardó cuatro horas en ser extinguido. «A los servicios de rescate les fue imposible trabajar durante la noche debido a los ataques. Habrían tenido que iluminar el lugar, lo que habría atraído más bombardeos», añadió. De entre los escombros se localizaron dos primeros cadáveres y al cierre de esta edición no se había actualizado el número de bajas. A solo ocho kilómetros, Gaidai informaba también el domingo del derribo por fuego ruso de un edificio de dos plantas en Shypylivka, en cuyas ruinas quedaron atrapados once vecinos.

El terror en Lugansk redoblaba el sentido del mensaje grabado que el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, difundía con motivo de la efeméride que se recuerda hoy. «Este año decimos ‘Nunca más’ de manera diferente (…) Suena doloroso, cruel. Nuestro país, junto con todo el mundo civilizado, conmemora a todos los que murieron durante la Segunda Guerra Mundial: millones de vidas perdidas, destinos mutilados, almas torturadas y millones de razones para decir al mal: ‘Nunca más’.

Lo ocurrido en la escuela de Bilogorivka se solapa con las agónicas noticias que llegan desde Mariúpol y el último reducto en la ciudad de resistencia ucraniana, el de los militares que permanecen en la acería de Azovstal de la que el sábado fueron evacuados todos los ancianos, mujeres y niños. En un vídeo, Ilya Samoilenko, oficial Inteligencia y combatiente del Regimiento Azov que defiende aún la oposición, explicó ayer que su única opción aceptable es luchar, y que aún tienen alimentos y armas, aunque no las que quisieran.

Fuente: abc.es