El daridorexant, aprobado en Europa, es seguro y no crea tolerancia ni deja somnolencia al día siguiente
Más de 12 millones de personas en
España no descansan de forma adecuada y más de 4 millones padecen algún tipo de
trastorno del sueño crónico y grave, según datos de la Sociedad Española de
Neurología (SEN). El insomnio es el trastorno del sueño más frecuente en
nuestro país: hasta el 35 % de la población adulta padece insomnio agudo y
hasta un 15 %, insomnio crónico. Hablamos de insomnio crónico cuando la
situación se alarga durante más de tres semanas y la calidad de vida se
resiente significativamente.
El sueño está involucrado en
innumerables procesos fisiológicos, por lo que no dormir bien se relaciona con
un mayor riesgo de desarrollar diversas enfermedades como obesidad, diabetes,
hipertensión, enfermedades vasculares, cambios metabólicos, cáncer,
disfunciones neurocognitivas o problemas de salud mental.
Las causas principales de las
patologías del sueño son el estrés y la ansiedad y tener unos malos hábitos del
sueño. Para ayudar a regular el sueño es importante tener unas rutinas:
acostarse y levantarse a la misma hora, establecer unos horarios de sueño de
entre 7 y 9 horas diarias, evitar el uso de dispositivos antes de acostarse y
hacer algo relajante antes de ir a dormir.
Si estos hábitos no son suficientes,
se puede plantear un tratamiento farmacológico. La mayoría de los medicamentos
usados contra el insomnio como el lorazepam o el diazepam destacan por tener
efectos secundarios como somnolencia al día siguiente o dependencia a los
mismos. Además, muchos de ellos acaban haciendo que el cuerpo se acostumbre y
pierden efecto.
Este mes de mayo la Comisión Europea
ha dado luz verde al primer fármaco para el tratamiento del insomnio crónico:
daridorexant. El medicamento, que necesitará receta médica para comprarse en
farmacias, está indicado para “pacientes adultos con insomnio siempre y cuando
los síntomas se alarguen durante tres meses causando un considerable impacto en
la actividad diurna”, señala la Agencia Europea del Medicamento.
Se venderá bajo la marca Quviv y
plantea una estrategia diferente a los fármacos que se prescribían hasta ahora
contra el insomnio. Daridorexant actúa a través de un novedoso mecanismo de
acción que, en vez de inducir el sueño mediante una amplia inhibición de la
actividad cerebral, bloquea únicamente la activación de los receptores de la
orexina. Así, reduce el desencadenante de la vigilia y permite que se produzca
el sueño, manteniendo intacta la estructura de este en todas sus fases.
El fármaco produce menos efectos
secundarios y no crea dependencia ni tolerancia. Además, no suele dejar
somnolencia al día siguiente, por lo que mejora la actividad diurna, según
recogen dos estudios publicados en The Lancet Neurology. En los ensayos
clínicos, las reacciones adversas que se notificaron con mayor frecuencia
fueron cefalea y somnolencia (2-3%). La mayoría de ellas tuvieron una
intensidad leve o moderada.
Según el regulador de la Unión
Europea, la dosis recomendada de daridorexant es un comprimido de 50 mg por
noche administrado 30 minutos antes de acostarse, aunque podría tardar más en
actuar si se ha comido de forma copiosa. La EMA señala que “la duración del
tratamiento debe ser lo más corta posible y su médico debe reevaluar la
continuación del mismo al cabo de tres meses”.
Fuente: La Razón.es