Aliado del líder opositor Alexei Navalny, Yashin es uno de los pocos políticos críticos con el Kremlin que no ha abandonado Rusia desde el inicio de la guerra
Las autoridades rusas no tienen piedad con quien hable de lo que Rusia está haciendo en Ucrania.
El político opositor ruso Ilya Yashin ha sido sentenciado
a ocho años y medio de prisión por cargos de difusión de "información
falsa" sobre el ejército. Una pena más dura de la que han afrontado otros
rusos por homicidio.
El delito
de Yashin: denunciar la brutalidad criminal del ejército ruso en Ucrania y
rechazar que las pruebas sean fabricadas, como apunta el Kremlin y sus
propagandistas en redes sociales o canales rusos en otros idiomas como RT.
Yashin, de
39 años, fue juzgado por salir en un video de YouTube publicado en abril en el
que habló de las evidencias descubiertas por periodistas occidentales sobre las
atrocidades rusas en Bucha, municipio cerca de Kiev. Yashin osó poner en duda
la versión oficial de Moscú de que tales informes habían sido fabricados como
una "provocación" contra Rusia.
Hay
múltiples pruebas forenses, de testigos y de vídeo sobre las matanzas de Bucha.
Pero la jueza Oksana Goryunova, del tribunal de distrito de Meshchansky dijo
que Yashin había cometido un delito al difundir "información falsa a
sabiendas sobre las Fuerzas Armadas de Rusia".
En su
discurso final ante el tribunal a principios de esta semana, Yashin calificó la
ley y su encarcelamiento como "la voluntad de Vladimir Putin", y
agregó que el presidente ruso también tiene responsabilidad personal por el
"baño de sangre" en Ucrania.
Fuente: El Mundo.es
OTROS CASOS DE REPRESIÓN POLITICA DEL KEMLIN
Solo
Yeltsin, entre 1991 y 1999, y Medvédev, presidente entre 2008 y 2012, han
estado en el cargo de presidente de Rusia. Todo el tiempo restante, Vladímir
Putin ha ocupado el sillón principal del Kremlin, siendo el jefe de Estado ruso
que mayor tiempo ha permanecido en el cargo desde la caída de la Unión
Soviética en diciembre de 1991.
Y, ante la
posible amenaza de perder el poder, Putin ha señalado públicamente a activistas
y opositores que, posteriormente, han perdido la vida en circunstancias muy
extrañas, las cuales daban a entender que se había producido un asesinato. A
continuación, enumeramos algunos de los opositores a Putin más conocidos que
han terminado perdiendo la vida. Casi todos, envenenados o asesinados
Paul
Klébnikov (1963 - 2004)
El editor
de la revista Forbes en Rusia, Paul Klébnikov, fue una de las primeras muertes
sospechosas en el quinto año de mandato de Putin, cuando ya se empezaba a
formar una opinión muy crítica del periodismo hacia su figura. Klébnikov
investigaba posibles casos de corrupción en las altas esferas de Rusia, lo cual
pudo llegar a suponer que fuera un obstáculo para los intereses del Kremlin.
Varios pistoleros montados en un coche le acribillaron a balazos cuando acababa
de salir de su oficina. Posteriormente, se culparía a tres chechenos que
terminaron siendo absueltos por falta de pruebas, aunque todavía la mayor parte
de su círculo sigue insistiendo en que fue Putin y su círculo quienes ordenaron
su muerte.
Anna
Politkóvskaya (1958 - 2006)
La
escritora Anna Politkóvskaya fue una de las mayores opositoras a Putin durante
los primeros siete años de su mandato. Mostró en todo momento su rotunda
condena a la segunda guerra librada en Chechenia y criticaba públicamente con
dureza a Putin. Llegó a escribir un libro en el cual decía que el retorno a la
democracia con Putin era "un plan fallido". Tras ser amenazada de
muerte en numerosas ocasiones, fue asesinada en octubre de 2006 tras recibir
varios disparos. Una vecina encontraría su cadáver en el ascensor de su casa, mostrando
signos evidentes de que había sido acribillada a balazos.
Alexander
Litvinenko (1962 - 2006)
Uno de los
casos más reconocidos a nivel internacional es el de Alexander Litvinenko, un
investigador del crimen que se marchó del KGB y llegó a publicar un libro en el
cual hablaba de los peores entresijos del Kremlin. Vinculó al Kremlin con
Al-Qaeda, acusó a Rusia de organizar un tiroteo en el Parlamento de Armenia,
relacionó a terroristas internacionales con el antiguo KGB y comenzó a
investigar el asesinato de Anna Politkóvskaya, asesinada en octubre de 2006. Un
mes después, él moriría tras ser intoxicado con polonio radiactivo, una
sustancia que le provocó la muerte en cuestión de días. Su viuda ha mantenido
desde su muerte que fue asesinado por orden de Putin.
Natalia
Estemírova (1958 - 2009)
Esta mujer,
una conocida activista de derechos humanos en Chechenia, fue otra de las
grandes opositoras a la segunda guerra en la región, y lo reconoció
públicamente de manera reiterada. Pese a que no se confirmó oficialmente, la
versión más popularizada es que un par de personas la secuestraron en su casa y
se la llevaron en un automóvil, para posteriormente ser asesinada con varios
disparos. Estemírova vivía en Grozni, capital de Chechenia, e investigaba casos
muy peligrosos que otros colegas suyos no se habían atrevido a llevar por miedo
a que les ocurriera algo.
Borís
Berezovski (1946 - 2013)
Este empresario,
uno de los magnates más célebres durante la presidencia de Boris Yeltsin, llegó
a afirmar que su principal objetivo político era "derrocar a Putin por la
fuerza". Tuvo que marchar a Reino Unido, donde se le concedió asilo
político por miedo a que fuera liquidado en Rusia. Finalmente, fue hallado
muerto en 2013 en su apartamento, en lo que parecía ser un suicidio por
ahorcamiento. No obstante, siempre se llegó a sospechar que el Kremlin estaba
detrás de esta misteriosa muerte por su firme oposición a Putin.
Y últimamente
el caso Navalny
Que tras
ser envenenado en un vuelo entre la ciudad de Tomsk (Siberia) –donde había
viajado para ayudar a los candidatos de la oposición a organizarse de cara a
las elecciones locales–. Después de ser sanado en Alemania, fue juzgado y
condenado por un tribunal, supuestamente independiente de Moscú, a 9 años de cárcel
por lucrase de los fondos de una plataforma política, que previamente Moscú la había considerado ilegal.
Fuente: El Pais.com