El 64% de los 3.300 responsables de TI de medianas y
grandes empresas encuestadas en el estudio Global Data Protection Index,
llevado a cabo por Vanson Bourne a instancias de EMC, reconoce haber sufrido
pérdidas de datos o paradas de servicio no planificadas durante los últimos
doce meses.
En concreto, han registrado de media más de tres días
(25 horas) de inactividad imprevista en 2014, perdiendo 1,7 billones de dólares
(954.000 millones en caídas y 754.000 millones en pérdidas de datos). A lo que
hay que sumar que las interrupciones también repercutieron en la pérdida de
ingresos (36%) y en retrasos en el desarrollo de producto (34%).
Junto a estas cifras, Jesús Velasco, responsable de
Data Protection and Availability Division y encargado de presentar el estudio
ante los medios de comunicación, ha recalcado esta mañana en Madrid que
tendencias como Big Data, movilidad y nube híbrida están generando incluso más
desafíos a la hora de proteger los datos.
Y es que el 51% de las empresas no cuenta con un plan
de recuperación ante desastres para ninguno de estos entornos, y solo el 6%
dispone de un plan para los tres. Es más, el 62% de los encuestados considera
Big data, movilidad y nube híbrida “entornos difíciles” de proteger, mientras
el 71% no confía plenamente en su capacidad para recuperar información tras un
incidente.
El estudio también subraya otro de los problemas
típicos cuando se trata de proteger los datos: el 65% de las empresas tiene más
de un proveedor (tres de media), el 12% no tiene ninguno específico y sólo el
23% cuenta con una única firma. Algo importante si se tiene en cuanta que
aquellas que cuentan con tres o más proveedores de protección de datos pierden
tres veces más datos que aquellas que cuentan con un solo proveedor.
Vistas las carencias y los problemas, Velasco termina
apuntando cinco recomendaciones: asegurarse que existe una solución de
protección de datos apropiada para todos los datos críticos, independientemente
de dónde estén o cómo se generen; implementar una estrategia de protección de
datos integral y mantener el nivel de visibilidad y control para los
propietarios de las aplicaciones; evaluar las carencias en la estrategia global
que pueden ocasionarse por disponer de soluciones de distintos proveedores;
alinear la estrategia de protección con los requerimientos de disponibilidad y
protección de los distintos niveles de datos y aplicaciones; y entender quién
es el responsable de la protección de datos, especialmente en la nube.
Fuente:
Silicon Week.es