El MSI GS30, es un portátil que entra dentro
de su categoría de productos gaming pero que busca ofrecer una cierta
innovación. Por un lado es un ordenador portátil de cierta potencia, y por otro
lado ofrece un dock para dotarle de una potencia extra.
Este accesorio, denominado GamingDock, es más bien una
caja con un slot PCI Express al que conectarle una tarjeta gráfica externa.
GamingDock busca proporcionar ese extra de potencia cuando sea necesaria: si
quieres jugar con el GS30, lo conectas al dock y a jugar; si vas a trabajar o a
realizar tareas menos exigentes, el equipo 'suelto' será suficiente.
En lo referente a las características técnicas, MSI
GS30 Shadow es un portátil que podríamos tildar de gama alta. Incluirá un
procesador Core i7 Haswell con gráficos integrados 'Iris Pro', hasta 16 GB de
memoria RAM , posibilidad de un doble SSD en Super RAID y todo en un formato
reducido, de 13,3 pulgadas con pantallas que pueden llegar a los 2560x1440
píxeles. No es un Ultrabook pero sí se acerca a ese concepto: 19,8 milímetros
de grosor y sólo 1,3 kilogramos de peso.
Del GamingDock apenas se han liberado las
especificaciones, ya que su fecha de lanzamiento es aún algo lejana: enero de
2015. La idea que tiene MSI es que sea el usuario el que decida qué gráficos
dedicados instalar; ellos te ponen el PCIe y las conexiones con el portátil y
tú eliges qué gama o categoría de tarjeta gráfica añadir. Faltan conocer
múltiples detalles sobre su funcionamiento como la conectividad con el equipo o
la compatibilidad con otros ordenadores, aunque desde luego es un periférico
que muchos llevan pidiendo desde hace años.
También es interesante mencionar que con MSI GS30
Shadow el fabricante taiwanés se mete en los portátiles gaming de 13 pulgadas.
Hasta ahora ofrecían el GS60 (15,4 pulgadas) y el GS70 (17,3 pulgadas, éste
último ya lo analizamos) con buenas calidades y rendimiento a precios
ajustados. El GS30 se mete en la lucha de los portátiles más pequeños que
también pueden servir para jugar.
Fuente: Xataca