¿Eran correctos los datos de los informes sobre las conexiones y deudas de Donald Trump con el Kremlin, elaborados por el exagente británico de inteligencia Christopher Steele para la campaña de Hilary Clinton y posteriormente publicados? Luke Harding, que fue un corresponsal incómodo de 'The Guardian' en Moscú, hace visibles esos hilos entre los dirigentes de Rusia y Estados Unidos en 'Conspiración' (Debate), un libro cautivador.
-El primer contacto del KGB (el servicio secreto de
la URSS) con Trump se produce cuando Moscú abandona la ideología.
-Es un
cambio sutil en las estructuras rusas de poder. Comprendieron que ya no podían
confiar solo en comunistas comprometidos y que si querían influir en el poder y
en los negocios, especialmente en Estados Unidos, tenían que usar el dinero. Es
ahí donde Trump encaja. Estaba casado con una mujer checa, Ivana. La
inteligencia checa los investigaba, leía su correo, hablaba con el padre de
ella...
-Y entonces llega su invitación a Moscú, en 1987.
-Después de
aquella primera visita, publica un artículo de tres páginas, pagado por él como
publicidad, criticando a Reagan, diciendo que está pensando en presentarse a la
presidencia. Los soviéticos no sabían en 1987 que llegaría a ser presidente,
pero tenía el perfil de alguien que podía ser receptivo y operaban con plazos
de larga duración.
-Hay una sorprendente correlación entre sus viajes
a Rusia y declaraciones de ambición política.
-Gente que
conoce mejor a Trump me dice que es muy sugestionable, que tiende a repetir las
ideas de la última persona con la que ha hablado, pero volvía de Moscú con un
nuevo sentido de dirección estratégica. Estoy seguro de que se elaboró una
ficha de él: cómo se planeó el viaje, escuchas de sus conversaciones en el
hotel, una evaluación meticulosa de su personalidad, qué puntos podían ser
explotados.
-Es una relación estratégica, pero Putin suele
fracasar.
-Digo en el
epílogo que es tácticamente brillante pero mal estratega. Era una elección
apretada y los rusos intervinieron con los correos de Hilary Clinton y otras
acciones. Es cierto que no obtuvieron lo que Putin más quiere, el levantamiento
de las sanciones. Mi análisis es que los líderes del Kremlin no entienden
Estados Unidos. Creen que es una democracia falsa, hipócrita, decadente, tan
cínica como la de Rusia. Pero es una democracia, hay una funcionalidad
institucional que no existe en absoluto en Rusia, donde todo está bajo el
pulgar de Putin. Creían que sería posible llamar por teléfono y las sanciones
desparecerían mágicamente.
-Quien cambia la elección del presidente es James
Comey, el director del FBI, abriendo la investigación días antes del voto.
-Estoy de
acuerdo en que la intervención de Comey (alertando de la posible actuación
delictiva de Hillary Clinton en sus tiempos de secretaria de Estado) sí es
decisiva y en que no hay nada muy escandaloso en los correos de Clinton, pero
fueron un arma útil para Trump. Acentuaron divisiones que ya existían, por
ejemplo entre quienes apoyaban a Bernie Sanders y a Hilary Clinton. Todas esas
cosas ayudaron. Creo que hicieron daño a Clinton.
-¿No se está haciendo de Putin un monstruo
todopoderoso que cambia las elecciones americanas, gana el 'brexit', provoca la
crisis en Cataluña?
-Estoy de
acuerdo con eso. Putin no es Superman, no vive en una cueva rodeado de botones
y cuando aprieta uno algo ocurre en Cataluña. Pero es un oportunista y utiliza
métodos de operaciones especiales del KGB que funcionan, como se ha comprobado
a lo largo de varias décadas.
-Las pruebas de colaboración entre Trump y el
Kremlin sobre los correos de Clinton son abundantes. Todo depende de la
investigación de Robert Mueller.
-Acabamos
de recibir la noticia sobre la confesión de Michael Flynn. Mueller irá pillando
uno a uno a todos los estadounidenses, encontrará la mitad americana de esta
conspiración, pero nada en Moscú. Es secreto de Estado y nadie hablará. Una
larga lista de gente que estaba implicada ya ha muerto misteriosamente. Habrá
que esperar 10 o 25 años.
-Trump es, como Putin, un tipo al que al final todo
le sale mal.
-Es verdad,
en parte porque su personalidad lo entorpece. Despedir a James Comey para
obstruir a la Justicia fue, por ejemplo, desastroso y contraproducente.
-¿Qué tendrá que hacer para pagar a sus supuestos
amos?
-Puede
seguir comportándose como se comporta. Estados Unidos está muy revuelto con la
cuestión racial. Hay desorden en el principal adversario. Han escalado las
tensiones entre los Estados Unidos y sus aliados en la OTAN. Esta semana
retuitea mensajes de un grupo supremacista británico y Londres se enfada.
Insulta a los alemanes. Es un sueño del KGB convertido en realidad.
Fuente: La
Rioja.com