McAfee celebró la semana pasada una nueva edición de MPOWER, la primera
en suelo europeo tras su escisión de Intel hace unos meses. En total, el
fabricante de seguridad ha reunido a unas 900 personas en el congreso para
mostrarles las últimas novedades en materia de seguridad.
Se trata de la 6ª edición, que ha contado con 151 resellers y 72
distribuidores de 34 países distintos. Este año, el premio al mejor partner en
el sur de Europa ha recaído en la francesa SFR, mientras que el reconocimiento
como partner del año ha sido para la multinacional Atos.
Para McAfee, el trabajo conjunto con sus socios es la única forma de
conseguir resultados de éxito, más aún cuando la industria se enfrenta a
importantes retos como la retención de talento, la complejidad de los
escenarios de TI, la digitalización y las amenazas cambiantes. Sin embargo,
para la compañía también se trata de una gran oportunidad junto con los
partners, toda vez que la mera venta de productos de seguridad no es lo
suficientemente rentable, tal y como expresaban los responsables. Para ello, su
estrategia se centrará en aumentar la demanda de servicios gestionados y
potenciar la cultura e identidad de la marca, una de las más conocidas a nivel
mundial durante las últimas décadas.
Richard Steranka, vicepresidente global de Canal en McAfee, añadía que
el secreto de trabajar con partners es que juntos pueden innovar mucho más
rápido que separados para “diferenciarse de la competencia”.
La ejecución de la estrategia de McAfee junto con el ecosistema de canal
vendrá marcada por las tendencias que se vayan produciendo en distintas áreas
de la industria, desde el endpoint a la nube. Y aquí es fundamental desarrollar
una plataforma de seguridad que sea abierta y todos puedan participar:
“nuestros partners tienen que ayudarnos a asociar la venta de productos con
servicios de valor añadido, es ahí donde se encuentra el negocio y donde
podemos ofrecer más a los clientes”, añadía Steranka.
El negocio de la seguridad, como cualquier otro, se está transformando
rápidamente. Los programas de canal evolucionan y hay que centrarse en
especializaciones durante la entrega de los servicios. En este sentido, McAfee
ha puesto en marcha una división que busca asegurar el éxito de las soluciones
mientras los clientes las utilizan. En este campo se potencia el uso de
técnicas de DevOps combinadas con el desarrollo de las soluciones de seguridad,
de tal forma que se cubra todo el ciclo de vida del producto de forma dinámica y sin interrumpir las operaciones de
las empresas.
No es tarea fácil debido a que McAfee cubre, como decimos, áreas de la
seguridad que van desde los dispositivos finales al cloud computing, por lo que
el desarrollo continuo de una plataforma unificada de gestión es de vital
importancia a la hora de proteger, detectar y corregir. Aquí entra en juego la
plataforma abierta SOC (Security Operation Center) del fabricante, que está
cada vez más integrada con algoritmos de machine learning capaces de aprender
de los datos con los que se nutre cada segundo. Con el paso del tiempo, la
plataforma es más inteligente y automatizada para reducir le dependencia de
decisiones y gestión por parte de las personas.
Para los responsables, el uso de los grandes volúmenes de datos y del
aprendizaje automático es el siguiente gran salto en la industria de la seguridad,
especialmente durante el creciente uso de dispositivos y sensores para el
Internet de las cosas. “La protección existente en la actualidad para IoT es
aún muy pobre. Y se puede convertir en un quebradero de cabeza para aquellas
organizaciones que no reaccionen desde ya a las amenazas en materia de
seguridad”, finalizaba Dave Messet, director de marketing de Producto y
Soluciones para EMEA en McAfee.
El Internet of
Ransomware Things está de camino
Durante la jornada también tuvimos la oportunidad de escuchar las
palabras de Raj Samani, vicepresidente y Chief Scientist de McAfee, un
verdadero conocedor de los entresijos de la industria de la seguridad. Durante
su ponencia, habló sobre los verdaderos objetivos de ataques como el
Ransomware, donde en la mayoría de las ocasiones no se busca obtener
recompensas monetarias con la encriptación de los datos de los usuarios, sino
que “estos ataques son contratados por empresas que son competencia de las
atacadas”. Los ciberdelincuentes ganan suculentas sumas de dinero que llegan
desde terceras compañías dispuestas a hacer cualquier cosa para debilitar a sus
competidores. Una de ellas, dejar inoperativos los ordenadores de los
trabajadores hasta que se restablecen sus datos y aplicaciones.
Tanto es así que Samani siempre recomienda no hacer frente al pago de
una recompensa por desencriptar los datos en caso de haber recibido un ataque
de Ransomware: “No existen garantías de que, una vez pagado el dinero por el
rescate, los ciberdelincuentes vayan a devolver los datos secuestrados. Su
objetivo es otro”.
Por último, el científico jefe de McAfee alertaba que lo peor está por
llegar. Es el Internet of Ransomware Things. A día de hoy los dispositivos y
sensores que forman parte de estas redes de cosas conectadas carecen de las
suficientes medidas de seguridad, por lo que será extremadamente fácil para los
ciberdelincuentes hacerse con el control –y los datos- de todos estos objetos.
Y serán ataques pagados probablemente también por la competencia de los
atacados, lo que podría provocar verdaderos problemas incluso en sistemas cuyo
funcionamiento es crítico para la vida diaria de las personas.
Fuente: The Inquirer