Hace un tiempo surgió la controversia sobre los mensajes enviados desde iPhones
a móviles Android que nunca llegaban a recibirse, lo que ocasionó una demanda
que ahora se salda airosamente para Apple.
Apple pedía a la juez (y lo ha conseguido) que se desestimase la demanda que se dirigió contra la empresa de la manzana mordida cuando descubrió que dos de los tres demandantes se habían desecho de sus iPhones por lo que era imposible demostrar si efectivamente los mensajes que presuntamente se habían perdido habían llegado efectivamente o no a sus destinatarios con móviles Android.
De fondo
está la cuestión relativa a que la aplicación de mensajería de iOS
efectivamente experimentó diversos problemas en la entrega de mensajes a
destinatarios con móviles Android hasta finales de 2014, cuando Apple logró
corregir ese fallo que se producía específicamente cuando el usuario comenzaba
a usar su línea de móvil desde un dispositivo Android tras haber empleado
anteriormente la mensajería desde un iPhone.
Apple tampoco se tomó en su momento la cuestión con demasiado interés porque en la mayoría de los casos quienes estaban en esa situación volvían a emplear su anterior iPhone y los problemas de envío y recepción de mensajes quedaban solucionados.