17 de abril de 2019

ESPAÑA. Las Elecciones Generales de 2019 y el Voto reptiliano

Como si de una Final Four se tratase, las formaciones veteranas (PSOE y PP) afrontan esta campaña con más calma que las nuevas (Ciudadanos y Podemos). Pero el 28 de abril, las cuatro grandes marcas políticas se juegan la temporada. Y sus líderes, el puesto de entrenador en unos banquillos explosivos, llenos de rebeldes sustitutos.
Capítulo aparte merece Vox, que no sabemos si será el Leicester (recien ascendido a la premier league y que salió campeón) o el Alcoyano (del que se decía aquello de tener más moral que él susodicho).
Podemos y Ciudadanos ya no tienen la inocencia de los novatos.
Han jugado varias temporadas en primera división y se espera que actúen con solvencia. Sufren mucha presión mediática, pero siguen teniendo poca experiencia. Una combinación que hace que les tiemblen las piernas en momentos críticos.
Renqueantes en las encuestas, ni Podemos ni Ciudadanos aspiran a ganar sus correspondientes semifinales por la hegemonía de la izquierda y la derecha. Han renunciado a hacer el sorpasso al PSOE y PP, respectivamente.
Descartada la victoria, su objetivo es ahora perder por la mínima.
En lugar de maximizar el número de votos, tratando de pescar electores tanto en el centro como en los extremos, ahora prefieren minimizar pérdidas.
Podemos y Ciudadanos no buscan convencer a los indecisos, sino retener a los convencidos, a quienes ya votaron a Iglesias y Rivera.
Es ahí donde entra en juego la psicología.
 Para persuadir a alguien de hacer lo que nunca ha hecho, como tomar una carretera nueva o votar a otro partido en unas elecciones, se debe activar lo que Daniel Kahneman llama el Sistema 2, que es la parte del cerebro que piensa despacio. Y para ello se debe elaborar un discurso que dialogue con la parte lógica y consciente del elector, presentando los beneficios de votar a tu partido y los costes de votar al de tus rivales.
Pero, para recorrer el camino contrario, es decir, el que hemos transitado muchas veces o de forma análoga, votar al mismo partido o al menos con ideología similar aunque más extremista, a nuestro cerebro, que es vago por naturaleza, le basta con encender el Sistema 1: el mecanismo que piensa de forma rápida y automática. Es el instinto reptiliano, que no demanda un mensaje racional y original, sino emocional y estereotipado.
Lo vemos en esta campaña, sobre todo, aunque no exclusivamente, en Podemos, PP, Ciudadanos o Vox. Fuera las sutilezas que intenten seducir al neocórtex y adentro las ideas simples que exciten el sistema límbico: ¡LEVANTAOS, VÍCTIMAS! (ya sea de los poderes fácticos, del traidor Sánchez, o de golpistas, terroristas, abortistas y emigrantes, todos ellos contrarios a la religión católica, los toros, la caza, la hípica y a no sé cuantas cosas más).
En conclusión
En estas elecciones, como en el mundo de los reptiles, no se trata de ganar, sino de sobrevivir.
Fuente: El Pais.com