La
mitad de las páginas más visitadas por los europeos no piden consentimiento a
los usuarios para instalarlas, según un análisis de las agencias de protección
de datos
Las
páginas más visitadas por los ciudadanos europeos cuelan en sus ordenadores una
media de 34,6 cookies, y la mayoría ni siquiera son suyas. Un análisis conjunto
de varias agencias de protección de datos europeas muestra que la mayor parte
de estos archivos siguen activos en el ordenador hasta dos años, aunque hay
algunas que casi son eternas. El informe revela, además, que solo una minoría
ofrece al usuario la opción de rechazarlas.
Las
cookies son archivos de texto que se instalan en el ordenador cuando se visita
una página. Algunas son fundamentales para la navegación, ya que permiten
identificarse sin tener que introducir de nuevo el nombre de usuario o la
contraseña. Otras dicen a la web el navegador que se está usando, desde dónde
se conecta o cómo se quiere ver la página. Pero muchas otras sirven para
rastrear la navegación, dibujando un patrón de conducta en la red que es muy
valioso para, por ejemplo, las empresas de publicidad.
Las
agencias de protección de datos siempre han vigilado el uso de las cookies por
su impacto en la privacidad de las personas. Ahora, la Agencia Española de
Protección de Datos (AEPD) y otras siete agencias europeas han analizado las
478 páginas de comercio electrónico, medios de comunicación y administraciones
públicas más visitadas por los europeos. Entre ellas hay 65 españolas. El
análisis quería revisar qué cookies instalan, si se informa al usuario o se
pide su consentimiento para instalarlas.
El
informe encontró un total de 16.555 cookies, con una media de 34,6 por página.
Solo siete webs, una de ellas española, no instalan ninguna en los ordenadores
de los usuarios. Otra veintena colocan más de 100 de estos rastreadores y
algunas por encima de los 200. El informe no nombra las páginas que han
estudiado, ya que su objetivo no era señalar a sitios concretos sino obtener un
panorama global del uso de las cookies en Europa.
Fuente:
El País.com