Las redes WiFi es también un sistema de comunicación que tiene un alto consumo energético, uno de los responsables de que tengamos que recargar el teléfono móvil cada noche. pero existe una solución que podría no sólo eliminar este problema, sino multiplicar por 100 la velocidad a la que nuestros dispositivos se comunican. Hacerla funcionar podría ser tan sencillo como darle al interruptor de la luz.
La tecnología se conoce como Li-Fi y nació en el año 2011 como un
proyecto de investigación de la Universidad de Edimburgo. En lugar de usar
ondas de radio en la banda de 2,4 o 5 Ghz como hace la tecnología WiFi, Li-Fi
transmite información entre dos dispositivos usando pulsos de luz visible o
infrarroja que duran apenas unos pocos nanosegundos, imperceptibles para el ojo
humano.
Una bombilla LED instalada en el techo de casa y compatible con este sistema, por ejemplo, podría ser capaz de transmitir hasta 10 GB por segundo a los dispositivos de la habitación sin que las personas en la habitación notasen ni el más mínimo cambio en la iluminación.
Esta característica ha llevado a muchos investigadores a pensar en
Li-Fi como una alternativa especialmente apta para la llamada Internet de los
Objetos, la creciente colección de dispositivos, sensores y electrodomésticos
inteligentes que tenemos en casa o en el trabajo. Hoy en día es necesario
conectarlos a la red bien por WiFi o usando algún tipo de enlace Bluetooth. En
un futuro podrían comunicarse entre si o con servidores remotos usando tan sólo
luz. Li-Fi podría ser también una solución de comunicación más segura, ya que
la señal se puede bloquear fácilmente con paredes.
No es sólo una propuesta teórica. El pasado Mobile World Congress de Barcelona PureLiFi realizó una demostración con los primeros equipos comerciales -todavía algo limitados en capacidad de transmisión- de la tecnología. Varias empresas trabajan ahora en crear el primer estándar formal para certificar estos productos. En Estonia la compañía Velmenni ha comenzado a equipar algunas oficinas con esta tecnología de forma experimental.
En el futuro cercano esta tecnología no sustituiría completamente a
otros sistemas de redes inalámbricas pero podría ayudar a mejorar la
comunicación en situaciones puntuales. Un smartphone compatible con Li-Fi, por
ejemplo, podría extender su autonomía un 15% cuando se use en locales, oficinas
u hogares preparadas para este tipo de comunicaciones.
Fuente: El mundo.es