Obama ha autorizado la producción del que se
va a considerar como el primer sistema de computo exaescale, el ordenador más
poderoso del mundo. El presidente de EEUU envió la orden ejecutiva esta semana
para que la emitiera la Casa Blanca y convertirse así en el primer país en
tenerlo a su disposición.
Estados Unidos quiere ser la primera potencia mundial en todos y cada uno de los sectores posibles, por lo que ha decidido impulsar una nueva iniciativa que compita directamente con China, su principal oponente tecnológico. El ordenador aún no es algo físico, pero el país estadounidense quiere conseguir con él un control absoluto y de acceso de todos los organismos gubernamentales de la nación.
El ordenador exaescale funcionará a 1.000
petaflops de potencia, una cantidad tremendamente grande de realizar
operaciones artiméticas por segundo (miles y miles de billones de operaciones).
El país norteamericano planea utilizarlo para las diversas operaciones
económicas diarias que se realizan, para pronosticar el tiempo y para hacer
simulaciones de todo tipo (incluídas de armas nucleares), según se puede leer
en la sección 2 de la orden ejecutiva.
En la sección 1 de dicha orden, donde se expone la política que se va a seguir relacionada con este superordenador, se explica que la computadora tiene el fin de "maximizar los beneficios de la computación de alto rendimiento (HPC) en las próximas décadas, lo que requerirá una respuesta nacional eficaz a la creciente demanda de potencia de cálculo, los nuevos retos tecnológicos y oportunidades, y la creciente dependencia económica y la competencia con otras naciones".
Para conseguir fabricar este monstruo
tecnológico, EEUU necesita de la colaboración de empresas privadas como IBM,
pero también de compañías gubernamentales como el Departamento de Defensa, de
Ciencia o de Energía, que son quienes, en el fondo, le van a sacar provecho a la
máquina. Además, hay agencias como la NASA, el FBI o el Departamento de
Seguridad Nacional que también quieren y planean unirse a la causa.