Las administraciones son
las primeras en denunciar el ciberespionaje o el acceso no permitido de algunos
ciudadanos, pero según un estudio que han hecho en Verizon Communications el
87% de ese ciberespionaje viene de los propios gobiernos. Y más de la mitad de
esos ataques van dirigidos a los Estados Unidos.
El 49% de esos ataques
viene de Asia oriental (mayormente China), aunque también hay que destacar el
21% de los ataques que vienen desde Europa del este. Los objetivos principales
son el sector público, el profesional y el de manufacturas; por las relaciones
que tienen con otras organizaciones de interés y por servir de puntos de
infiltración.
Desde luego, no estamos
precisamente en una red donde cada agencia de inteligencia conozca sus límites,
o quizás si, pero que no los respeta. Y
aunque en los Estados Unidos hagan esfuerzos para diezmar estas actividades, las
brechas de seguridad se cuentan ya por decenas de miles.
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