Fedora
21 está siendo retrasada una y otra vez, con el 11 de noviembre como última
fecha anunciada, dejando en evidencia que este año solo veremos una única
versión de la distribución comunitaria de Red Hat.
Los
desarrolladores de Fedora están teniendo ciertos problemas con el paquete
glibc. Además de este contratiempo, hay que sumar el lío que se ha montado en
torno a GCC, el cual está dando verdaderos dolores de cabeza a toda la
comunidad de Linux, hasta el extremo de que el mismísimo Torvalds no ha dudado
en decir que la última versión del compilador del Proyecto GNU, la 4.9, es
“basura”, y escribo “basura” porque sus palabras han sido bastante más gruesas,
como es de costumbre por parte del creador del kernel. La comunidad de Fedora
esperará a que el compilador sea corregido antes de lanzar la próxima versión
de su sistema operativo.
Fedora
se encuentra actualmente en una profunda reestructuración debido a la
iniciativa llamada Fedora.Next, que cambiará de forma radical la distribución,
creando varios grupos especializados que se encargarán de áreas específicas:
- Fedora Cloud: centrado en los servicios relacionados con la nube.
- Fedora Server: que se encargará de los servidores desde una perspectiva más tradicional, encargándose de las bases de datos y los servidores de dominio.
- Fedora Workstation: centrado en los entornos de escritorio.
Estas
tres ramas de Fedora, que derivarán en tres productos distintos, se sostendrán
sobre unos componentes básicos comunes (como el instalador Anaconda) de los
cuales se encargará otro grupo especializado.
Poco
se sabe cómo acabará exactamente la distribución comunitaria de Red Hat con la
iniciativa de Fedora.Next, pero lo que es seguro es que tras la liberación de
Fedora 21 ya no será la misma.