El ataque, que obligó a parar la producción de varias plantas de la compañía cárnica JBS, tendrá un “impacto significativo” en el mercado
El gigante
cárnico brasileño JBS ha sido el último objetivo de la piratería informática
global, después de que a comienzos de semana su filial en Estados Unidos fuera
extorsionada mediante un ciberataque que los responsables de la empresa creen
originado en Rusia y que obligó a parar parte de la producción en Norteamérica
y Australia. El parón ha provocado preocupación ante una posible escasez de
carne, dado que JBS, la segunda mayor empresa del sector en EE UU, suministra
hasta el 20% de los productos cárnicos procesados que se consumen en el país.
La filial
estadounidense de JBS recibió una petición de rescate por parte de “una
organización delictiva probablemente radicada en Rusia” después de sufrir un
ataque informático que afectó a la cadena de procesamiento en Australia y Norteamérica,
según ha informado este martes una portavoz de la Casa Blanca. El hecho de que
la confirmación del suceso proceda de la Casa Blanca revela la entidad del
suceso, que se produce menos de un mes después de que la acción de piratas
informáticos del grupo DarkSide obligara a cerrar temporalmente la red de
oleoductos Colonial Pipeline, que proporciona el 45% del combustible que
consume la costa este de EE UU. El presidente Joe Biden hablará con su homólogo
ruso, Vladímir Putin, de la amenaza informática, que ha revelado la
vulnerabilidad de redes de suministro básicas en EE UU, en el encuentro que
mantendrán en Ginebra el próximo 16 de junio. Preguntado este miércoles por la
posibilidad de adoptar represalias hacia Moscú, Biden se limitó a afirmar que
sigue “muy de cerca” el asunto.
La portavoz
de la Casa Blanca informó de que el Gobierno del presidente Joe Biden ha
ofrecido asistencia a JBS, y que el Departamento de Agricultura se mantiene en
contacto con los responsables de la empresa, mientras el FBI investiga el
incidente y la Agencia para la Ciberseguridad y la Seguridad de
Infraestructuras (CISA), en coordinación con el FBI, ofrece apoyo técnico a la
compañía. “La Casa Blanca está en contacto directo con el Gobierno ruso sobre
este tema, y envía el mensaje de que los Estados responsables no albergan a delincuentes
de ransomware [programa informático malicioso]”, afirmó la portavoz. Rusia ha
negado repetidamente servir de base a los piratas de DarkSide. Fuentes con
acceso a la investigación del ciberataque a JBS han atribuido este miércoles su
autoría a un grupo denominado REvil.
El
ransomware es un modus operandi de la ciberdelincuencia que consiste en
aprovechar las fallas de seguridad de un sistema informático para bloquearlo y
exigir luego un rescate para reanudarlo. Colonial Pipeline, una de las mayores
redes de distribución de combustible de EE UU, tuvo que desembolsar 4,4
millones de dólares a los piratas informáticos para desbloquear sus sistemas,
según reconoció la firma. La vulnerabilidad de la empresa llevó la semana
pasada al Gobierno de Biden a imponer por primera vez requisitos de
ciberseguridad en los oleoductos.
El ataque
al gigante cárnico fue desvelado por la compañía este lunes. “JBS USA resultó
ser el objetivo de un ataque de ciberseguridad organizado, que afectó a algunos
de los servidores que soportan sus sistemas informáticos de América del Norte y
Australia”, dijo la compañía en un comunicado sin dar más detalles. Según el
diario The New York Times, el incidente obligó a cerrar nueve plantas de
procesamiento de vacuno en EE UU y alteró la producción en otras dedicadas a
procesar carne de pollo y de cerdo. El Departamento de Agricultura se vio
forzado a posponer este martes el índice de precios de vacuno y porcino por la
paralización de la producción, mientras los analistas alertan de que un solo
día de interrupción puede tener “un significativo impacto” en los precios.
United Food
and Commercial Workers, que representa a los trabajadores en Colorado y
Wyoming, indicó que los turnos de matadero y fabricación fueron cancelados el
lunes. Una fábrica de Wisconsin informó de que no habría producción ese día.
Otra de Utah anunció la suspensión de actividad también el lunes, mientras que
en Iowa el cierre fue parcial, con solo cuatro departamentos paralizados. La
división de JBS en Canadá canceló algunas operaciones el lunes y durante la
madrugada de este martes, pero luego anunció a través de Facebook que
reanudaría la producción con normalidad.
JBS, una
multinacional con sede en Brasil especializada en productos procesados a base
de carne de res, pollo y cerdo, es una de las mayores empresas agroalimentarias
del mundo, con presencia en Estados Unidos, Australia, Canadá, Europa, México,
Nueva Zelanda y el Reino Unido. La compañía ha asegurado que sus servidores de
respaldo no resultaron afectados por el incidente, y que confía en reanudar la
actividad en la mayoría de las plantas este miércoles. En Australia, la fábrica
de JBS quedó paralizada, lo que obligó a enviar a casa sin paga a 10.000
trabajadores, según fuentes sindicales citadas por la agencia France Presse, que
afirmaron desconocer la fecha de reanudación de la actividad en la planta.
Los dos
ciberataques citados acontecen tras la osada intromisión en la compañía de
software SolarWinds en 2020, que Washington atribuye a un grupo respaldado por
Moscú y que motivó una tanda de duras sanciones contra individuos y empresas en
la órbita del Kremlin. De ese mismo grupo se sospecha una nueva andanada de
ciberataques ocurridos hace unas semanas, según Microsoft, que habrían tenido
como objetivo los servidores de agencias del Gobierno, centros de expertos,
consultoras y otras organizaciones.
“El
panorama de ciberseguridad está en constante evolución y debemos adaptarnos
para abordar las amenazas nuevas y emergentes”, declaró la semana pasada
Alejandro Mayorkas, responsable del Departamento de Seguridad Interior
estadounidense.
Fuente: El
País.com