La Audiencia Nacional investiga tres casos de supuesto engaño en inversiones con criptomonedas por más de 350 millones de euros y con decenas de miles de posibles afectados; y estudia si asume un cuarto de 112 millones
Poco más de un mes después de aquellos mensajes, el
consejero delegado de Arbistar caía detenido: Santiago Fuentes, un personaje
que había irrumpido en el sector a golpe de vídeo de Youtube y viejo conocido
de la policía, implicado en la estafa piramidal urdida por Germán Cardona,
conocido como el Madoff español, y de la que salió absuelto en 2017. Ahora su
causa, que investiga la justicia desde hace meses, ha avanzado un fenómeno que
no ha tardado en explotar: el auge de las criptodivisas ha dado paso al auge de
las criptoestafas. La Audiencia Nacional ha asumido ya tres investigaciones
distintas (los casos Arbistar, Algorithms y Kuailian), sobre un supuesto fraude
total que supera los 350 millones de euros y deja decenas de miles de posibles
afectados. Pero, además, este mismo órgano judicial estudia actualmente si
asume una cuarta instrucción (el caso Nimbus), por unos hechos cuyo perjuicio
económico ha sido cifrado por la Guardia Civil en 112,5 millones de euros.
Aunque cada caso tiene sus particularidades, los
jueces y agentes describen en sus primeros informes tramas de sociedades
pantalla con ramificaciones en el extranjero, testaferros, empresas en paraísos
fiscales, operaciones de presunto lavado de dinero y víctimas en diferentes
países. Todo ello, barnizado con ingentes campañas de publicidad y promesas de
rentabilidades desorbitadas, de hasta el 15% o 25%, que ponían los dientes
largos a los ahorradores. “Cada estafa tiene su toque personal”, se arranca el
abogado Carlos Aránguez, que defiende a grupos de afectados, pero “también
puntos en común”. El letrado describe a los imputados como “estafadores
profesionales” con una “enorme capacidad de convicción”, cuyo fuerte “no son
las nuevas tecnologías”, sino la mercadotecnia. “Arbistar gastaba en eventos,
hoteles y restaurantes unos 23.000 euros al mes, pero menos de 2.000 en ingeniería
informática”, ejemplifica este exfiscal.
A Javier Biosca, cabeza que está detrás de
Algorithms y en prisión provisional desde su detención en junio tras emitirse
una orden de búsqueda y captura, también lo describen como un relaciones
públicas nato. Según los denunciantes, que cifran su fraude en más de 250
millones de euros y 4.000 perjudicados, llegaba a sus supuestas víctimas
recomendado por clientes, amigos y familiares. Cuentan que se movía como pez en
el agua en fiestas y comidas; incluso asistió a la pedida de mano de uno de sus
inversores. Por supuesto, dejó Toledo y se mudó a la ostentosa Marbella, donde
el dinero fluye en sociedad, según explica la abogada Emilia Zaballos, que se
presenta también como presidenta de la Asociación de Afectados por Inversiones
en Criptomonedas: “Organizó la ‘fiesta del bitcoin’ en su mansión de Marbella a
finales del verano [de 2020]. A ella invitó a sus intermediarios y a posibles
personas que manejan grandes cantidades de dinero. Una fiesta llena de glamur que
termina de convencer a los escépticos”.
Este tipo de “iluminados”, como los define
Zaballos, no habrían brotado sin el caldo de cultivo idóneo. Luis Garvía,
profesor y director del máster en Riesgos Financieros de ICADE Business School,
lo explica: “Estamos viviendo un cambio de época: pasamos de una sociedad
industrial a una digital. Y este problema de las estafas es una cara más de
eso”, subraya. Este analista describe un sistema financiero tradicional que, en
plena etapa de transformación, ofrece rentabilidades muy bajas a los
ahorradores, que buscan alternativas. Y ahí aparecen los mercados de
criptomonedas, y una reinvención de la tradicional estafa piramidal, urdida por
quienes captan clientes asegurando que compran criptodivisas con ese dinero y que,
gracias a su buen hacer, generan un enorme beneficio, aunque realmente lo que
sucede es, como en otros casos similares, que solo la entrada de los nuevos
inversores sirve para ir pagando intereses a los viejos; algo insostenible.
El juez Joaquín Elías Gadea, instructor de la
Audiencia Nacional, incluye en ese grupo a Kuailian, con un número de afectados
y perjuicio que aún “no está determinado”: “Los clientes, según las condiciones
pactadas, podían conseguir más afiliados para la plataforma a través de su
cuenta, y recibían el 10% de la inversión de los captados en su primer nivel,
un 3% de los de segundo nivel, un 2% en el tercer nivel y así sucesivamente
hasta un total del 20% invertido por cada uno; lo que generaba una red
exponencial de captación masiva [...] La captación de nuevos inversores
alimentaría la base de la pirámide, permitiendo la restitución y el abono de
beneficios a los inversores iniciales, sin que la operativa responda a un
negocio real”.
Arbistar, Algorithms y Nimbus encajan asimismo en
la tipología de estafas piramidales. Sobre el primer caso, el también juez José
Luis Calama dice: “Lo que esta trama hizo presuntamente fue utilizar una parte
del dinero obtenido de los inversores para entregarlo a otros inversores
anteriores en pago de los altos intereses convenidos, lo cual generaba una gran
confianza en ellos acerca de que su inversión era segura y muy rentable, de
suerte tal que ellos mismos se incentivaban para invertir una mayor cantidad de
dinero con la esperanza de obtener un beneficio aún mayor”.
QUÉ SON LAS CRIPTOMONEDAS
Una criptomoneda es un activo digital que emplea un
cifrado criptográfico para garantizar su titularidad y asegurar la integridad
de las transacciones, y controlar la creación de unidades adicionales, es decir,
evitar que alguien pueda hacer copias como se haría, por ejemplo, con una foto.
Estas monedas no existen de forma física: se almacenan en una cartera digital.
En los últimos meses, numerosas criptomonedas,
entre ellas Bitcoin y Ether, han experimentado elevada volatilidad en sus
precios, lo cual ha sido acompañado de un aumento significativo de la
publicidad, en ocasiones agresiva, para atraer inversores. No existe todavía en
la Unión Europea un marco que regule los criptoactivos como el Bitcoin, y que
proporcione garantías y protección similares a las aplicables a los productos
financieros. Actualmente, se está negociando a nivel europeo un Reglamento
(conocido como MiCA) que tiene como objetivo establecer un marco normativo para
la emisión de criptoactivos y los proveedores de servicios sobre estos. Como
recuerdan la CNMV y el Banco de España en un comunicado reciente, las
criptomonedas no tienen la consideración de medio de pago, no cuentan con el
respaldo de un banco central u otras autoridades públicas y no están cubiertas
por mecanismos de protección al cliente como el Fondo de Garantía de Depósitos
o el Fondo de Garantía de Inversores.
Fuente: El
Pais.com